Interventor del Comfer durante el gobierno de Fernando de la Rúa, desde donde trabajó en la elaboración de un proyecto de ley de medios, en 2001, Gustavo López insiste en la necesidad de una ley de medios adecuada jurídicamente y apta para la incorporación de las tecnologías futuras.
1. Uno de los puntos más polémicos es la autoridad de aplicación. A pesar de los cambios, la oposición sigue sosteniendo que hay demasiado control del Ejecutivo.
Eso no es cierto. Se cambió por un proyecto en el cual el Ejecutivo tiene minoría y el Parlamento es la fuerza mayoritaria, además se incluyó a dos representantes del Consejo Federal.
2. Justamente, una autoridad bicameral era lo que usted planteó en 2001, cuando era interventor del Comfer.
Efectivamente, es muy similar. En ese entonces, habíamos planteado la necesidad de introducir la mayoría parlamentaria dentro de la conducción ejecutiva del órgano, con tres representantes del Ejecutivo y dos del Legislativo. Ahora, pretender que quien gobierna no tenga mayoría en ese órgano es desconocer el sistema democrático. Critican la presencia de representantes del Consejo Federal cuando ni siquiera sabemos quiénes van a ser. Además, estamos hablando de dos representantes que deben ser elegidos por un consejo formado por los gobiernos provinciales, universidades, sindicatos y otras organizaciones. Más democrático es imposible.
3. El argumento en contra plantea que quede directamente fuera de la órbita presidencial.
En todos los países del mundo, como Inglaterra, está bajo la órbita del Ejecutivo, porque es un órgano del Ejecutivo. Su función es hacer aplicar la ley.
4. La decisión de dejar afuera a las telefónicas, ¿debe ser leída como una primera derrota?
Nosotros, desde el espacio de la Concertación, habíamos planteado ciertas objeciones y a la mayoría de los bloques parlamentarios les pareció que el asunto debería tener un tratamiento más estricto. Durante la discusión, la Presidenta decidió que fuera el próximo gobierno el que terminara encontrando otra alternativa.
5. Sin embargo, para algunos especialistas, negar el ingreso de las telefónicas es desconocer la dinámica del mercado.
No se puede desconocer que, en unos años, todo va a pasar por el mismo caño. Es más, en nuestro proyecto de 2001 se planteaba el ingreso de las telefónicas en cinco años. Eso quiere decir que, de haber sido aprobado, hubieran ingresado en 2006. Creo que, de todas maneras, la decisión fue sana porque evita cualquier tipo de sospecha.
6. Pero, ¿no hubiera sido mejor aumentar las condiciones de control y regulación?
Lo racional hubiera sido un ingreso restrictivo. Pero también es racional garantizar que esta ley salga y luego, si se quiere, nos sentamos a discutir este punto. Para algunos diarios se quiere controlar a los medios, cuando nosotros estamos intentando avanzar con una ley democrática, con restricciones a la posible formación de monopolios y un desarrollo que tenga en cuenta la convergencia tecnológica.
7. ¿Cree que ahora, finalmente, se podrá?
Justamente lo que digo es que, para poder cambiar completamente, hoy se plantea la ley posible, es decir, la que surja con mayor acuerdo en el Congreso. Por eso, si todos los bloques dicen que “no” a las telefónicas y no hay manera de convencerlos, por ahora, se saca. Cuando la cuestión tecnológica se nos venga encima, volveremos a discutirlo.
8. ¿Considera que hay sectores de la oposición que quieren bloquear el debate a toda costa?
Claro, la oposición por derecha, la UCR, la Coalición Cívica y Unión-PRO, en ningún momento mostraron voluntad de discutir y mejorar aspectos del proyecto.
9. Una de las voces más críticas es la de la diputada Silvana Giudici con quien, de hecho, hace algunos años compartió una iniciativa sobre este tema.
Un proyecto que, hasta hoy a la mañana, todavía no había terminado de ser redactado.
10. ¿Cuenta el Gobierno con una base de consenso lo suficientemente amplia como para poder avanzar con una nueva ley de medios?
Creo que, en general, tiene amplio consenso. Muchos bloques la van a apoyar. Tal vez, en el Senado cueste más y, es posible que con esta campaña feroz, la opinión pública esté dividida. Pero lo importante es que la ley se apruebe. Hace ya veinte años que venimos debatiéndola.
Reportaje de Carolina Keve para la revista Debate