Sobrevivientes del ataque a la flota de ayuda humanitaria contaron detalles de la masacre y aseguraron que Israel minimiza la cantidad de muertos. Centenares de pacifistas continúan detenidos. El Consejo de Seguridad de la ONU evitó una clara condena a Tel Aviv.
Luego de la violenta masacre perpetrada ayer por la marina de guerra israelí en la “Flotilla de la Libertad”, que transportaba a unos 700 pacifistas de 30 países con más de 10 mil toneladas de ayuda humanitaria para la Franja de Gaza, algunos de los sobrevivientes dieron su testimonio a la prensa internacional.
La cineasta brasileña Iara Lee, quien se comunicó desde una cárcel hebrea con la cadena TV Globo, afirmó que los militares "entraron y comenzaron a disparar a las personas".
"Esperábamos que dispararan a las piernas, disparos al aire, sólo para aterrorizar a las personas, pero fueron directo. Dispararon a la cabeza de los pasajeros", confirmó Lee.
Por su parte, la diputada árabe israelí del partido Balad, Hanin Zuabi, quien estaba detenida junto a otros 600 activistas pero fue liberada por su condición de parlamentaria, denunció que los soldados dejaron morir a cinco heridos, a pesar de que ella les había avisado mediante un cartel escrito en hebreo y otro en inglés.
"Estaba claro por las dimensiones de la fuerza con que el Ejercito de Israel abordó el barco, que el propósito no era detenerlo, sino causar el mayor número de bajas para impedir futuras iniciativas similares", denunció Zuabi en conferencia desde Nazaret, al norte de Israel.
Dos legisladoras alemanas que también iban a bordo de la flota, Inge Hoeger y Annette Groth, aseguraron además que las cifras de víctimas fatales difundidas por Tel Aviv no son reales, ya que fueron más de nueve los muertos.
Versiones de prensa citadas por el canal qatarí Al Jazeera y el iraní Press TV, que tenían reporteros en los barcos humanitarios, reportaron inicialmente hasta 19 y 20 víctimas mortales, en cada caso, y coincidieron en la cifra de unos 40 heridos.
"Nos hemos sentido secuestradas, como si estuviésemos en guerra", dijo Hoeger en rueda de prensa, mientras que Groth advirtió que se trató de "un acto de barbarie".
El Consejo de Seguridad de la ONU dio a conocer esta mañana una declaración en la que condena "los actos" contra la "Flotilla de la Libertad", pero no se refiere explícitamente a la responsabilidad de Israel.
En el texto se "lamenta profundamente" la pérdida de vidas y los heridos resultantes del "uso de la fuerza durante la operación militar israelí" en aguas internacionales contra el "convoy" y pide a Israel que libere de manera "inmediata" los seis barcos que formaban parte de la flotilla y a los civiles detenidos.
El Consejo "toma nota" del comunicado del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en el que pidió una investigación "íntegra" de los hechos, y hace un llamamiento para que se ponga en marcha una investigación "rápida", "imparcial", "creíble" y "transparente", conforme a los "estándares internacionales".
El máximo órgano de la ONU también subrayó que el bloqueo a la Franja de Gaza es "inaceptable e insostenible", por lo que destacó la importancia de que haya un flujo regular de bienes y personas al territorio palestino, así como una provisión y distribución de la ayuda humanitaria "sin impedimentos".
El representante palestino ante la ONU, Riyad Mansour, comentó tras adoptarse el texto que "el Líbano, Turquía y Palestina hubieran querido un lenguaje más contundente", pero valoró el hecho que se hubiera podido llegar a un acuerdo entre los 15 miembros del Consejo "a pesar de las diferentes interpretaciones" de cada uno.
Tras la declaración de la ONU, el gobierno de Israel enfatizó su posición de intransigencia al asegurar que "no tiene que pedir perdón por defenderse" durante el abordaje de la flota.
El viceministro de Asuntos Exteriores israelí, Danny Ayalon, afirmó que la violenta actuación de los comandos israelíes fue la respuesta a las supuestas agresiones recibidas en el barco "Mavi Marmara", de bandera turca.
"Por favor, díganme qué tipo de activistas por la paz llevan cuchillos y barras de metal y tratan de matar", trató de justificar el viceministro en un encuentro ante representantes de 40 países en Jerusalén y aseguró que "la armada del odio y la violencia es una manifestación de la constante provocación a la que hace frente Israel".
Sin embargo, los testimonios de los activistas coinciden en que la mayoría de los miembros de la misión humanitaria estaban desarmados, así como en la dureza de los métodos implementados por el Ejército israelí y las pésimas condiciones en las que fueron tratados en el puerto hebreo de Ashdod.
"No nos resistimos en absoluto, no hubiésemos podido aunque hubiéramos querido ¿Qué podríamos haber hecho ante comandos de élite que saltaron a bordo? La única cosa que algunos pudieron hacer fue retrasar su llegada colocándose en el puente y formando un escudo humano. Fueron tiroteados con balas de goma y recibieron descargas eléctricas", detalló un activista griego, Mihalis Grigoropoulos, a su regreso a Atenas.
Grigoropoulos, pasajero en uno de los barcos griegos, el Eleftheri Mesogeio, denunció que también las "condiciones miserables de detención en el puerto de Ashdod" y que "dos militantes griegos fueron golpeados".
"Me hicieron firmar papeles con respecto a mi expulsión sin que yo supiera lo que había en esos papeles porque yo no tenía derecho a un traductor, abogado o a comunicarme con mi familia", ha añadido entrevistado por la televisión griega Ska, poco después de su llegada con cinco compatriotas.
Fuente: Política y Medios