Y si… cada día que pasa estoy un poco más intolerante con los fundamentalistas y sus fundamentalismos.
Comprendo que haya personas a las que les moleste el humo del cigarrillo y/o que les hace mal. Hasta el año pasado ellos debían soportarnos a los fumadores en bares, restaurantes, oficinas, etc… Pero pareciera que los argentinos somos muy fundamentalistas. De permitir fumar en casi todas partes (creo que sólo estaba prohibido fumar en los transportes públicos) pasamos a la total prohibición en todos los locales (oficinas, comercios y demás).
O blanco, o negro…
Hasta casi me hacen sentir vergûenza de ser fumador. Parecemos leprosos que deben ser aislados de la sociedad “sana”.
Pregunto: ¿no será anticonstitucional? Después de todo están atentando contra mis derechos y mi libre albedrío. ¿O yo no tengo tanto derecho como un no fumador?
Hasta se llegó al absurdo de que en los autos de alquiler (taxis o remises) el conductor no pueda fumar aunque vaya sin pasajeros… (al menos en algunos municipios del Gran Buenos Aires)
Lo dicho: ya no tolero a los intolerantes.
Me cache’n'dié…!!!
