30.7.10

El vacío (Por Eduardo Aliverti)

Hay diversas formas de entrarle al Macrigate. Algunas son interesantes. Otras, aburridas además de insustanciales. Y hay una –tal vez la más explicativa de todas– que no implica al caso en sí, sino a una visión mucho más general acerca de lo que el episodio representa como muestra de la agenda nacional.

Empecemos por apartar los datos secundarios, que a pesar de ese carácter se llevan una porción considerable del interés periodístico. Sin estimar a los directamente fútiles, como la semántica de que Mauricio se haya quitado el bigote justo ahora o el psicologismo en torno de que el padre lo mandó abajo de un camión en declaraciones públicas, está el porotómetro de cuál sería su suerte en la payasada del autojuicio político. Los legisladores de un lado y de otro, sus internas, las especulaciones sobre cómo jugarían las salas de acusación y juzgamiento. Necesario en lo informativo e insufrible por abrumador, en todo caso lo único conceptual del punto es advertir que el macrismo no está seguro, ni siquiera, de la fidelidad de toda su tropa para defender al jefe. Hay más o menos una media docena de diputados ignotos, provenientes de lo que fue el partido de López Murphy, por quienes los coroneles macristas no ponen las manos en el fuego, ni de cerca, respecto de que serían incapaces de votarle en contra. Una muestra de cómo la “vieja política”, de cuya pretendida sustitución tanto se vanaglorió Mauricio, está vivita y coleando en su mismo riñón. Pero al fin y al cabo, nada que no se supiera.

Otro elemento que es válido en la lectura técnica, pero finalmente baladí en lo político, consiste en que Macri se denuncie a sí mismo. Como bien lo abrevió Mario Wainfeld, un juicio político no es un proceso penal porque eso resultaría contrario a la división de poderes; y, en consecuencia, autodenunciarse ante la Legislatura es un disparate porque corresponde a la oposición determinar los cargos. Si quedan entremezcladas las funciones de fiscal, acusado y juez, se produce lo que el perfecto título de portada de Página/12 resumió el jueves pasado: yo me acuso, yo me juzgo, yo me absuelvo. Sin embargo, tampoco esto arroja revelaciones mayores a propósito de la desorientación de Macri & Cía., salvo porque corrobora su patética ausencia de cuadros políticos para diseñar una estrategia de defensa articulada. De nuevo: ¿algo que no se supiera? ¿Algo no contemplado en la obviedad de que el hijo de Franco es un aprendiz, sólo efectivo para haber atraído incautos que creyeron en sus méritos renovadores?

Esto despliega un puente muy atractivo hacia una de las dos últimas ojeadas al Macrigate, antes de ingresar a la arriesgada en el comienzo de estas líneas como la más interesante. ¿No es por completo natural lo que le pasa a Macri, tomado como verosímil –por lo menos– que armó o consintió una red de espionaje para supervisar a ajenos y propios? ¿Qué podía esperarse de un principiante que necesariamente confundiría la imagen de saber manejar a Boca –sólo por sus éxitos deportivos que le llegaron por descarte– con la de la aptitud para conducir la ciudad más importante del país allegado, encima, desde una nula relevancia como empresario privado? ¿Qué podía aguardarse de la administración de un tipo que llegó a la política porque el establishment se quedó sin turco explícito que ejecutase sus intereses en nombre de la política? ¿Debe ser una sorpresa lo que le ocurre a Macri? ¿O debe ser la invitación a un análisis concienzudo por parte de quienes lo votaron, a la sola espera de que por ser rico no robaría y por no provenir de la política convencional no incurriría en sus vicios? No hay imputación alguna en que no habría de robar por su fortuna dineraria. Pero sí es cierto que su gestión es un desastre. Y que de seguir así, quienes lo apoyaron por derecha son susceptibles, digamos, de fugarse a votar por Solanas. A su vez, ese voto fluctuante, histérico, tan típico del sibarita electorado porteño (no únicamente), convoca a pensar desde cuáles convicciones se sufraga. Rigen los humores circunstanciales, en lugar de una orientación ideológica más o menos estable. Y eso imbrica también a la liviandad con que se afirma que detrás de la desgracia macrista está la mano de los K. Dejemos de lado la ridiculez de que tres jueces de Cámara se pusieron de acuerdo para tumbar a Macri, por orden oficial. Y vayamos a la deducción política lisa y llana. ¿Cuál sería el sentido de que los Kirchner quieran acostar a Macri? ¿No es mucho más lógico pensar que les conviene precisamente lo contrario, en función de tener un contrincante que deje clara como ninguno la divisoria de aguas ideológica? Si es por eso, quienes hoy festejan el karma del alcalde son sus presuntos aliados o cortejantes. Lo demostraron ellos mismos, de acuerdo con la forma en que le soltaron la mano. Pero aun si se concede que eso no es así, el escenario opositor es de todos modos un aquelarre. Macri probablemente afuera; De Narváez no puede; Reutemann no sale de su diletancia; entre Cobos y el hijo de Alfonsín no hacen uno; Duhalde divaga con el retorno del que juró abdicar; Carrió sigue encerrada en su show personal mucho antes que por dejar de destruir lo que construye. ¿Qué enseña ese escenario sobre el proyecto de país de la oposición o sobre lo que, de piso, debería ser su espíritu de unión frente a lo que define como una tragedia histórica?

Es a partir de ahí que se erige aquella hipótesis de una moraleja global sobre las circunstancias atravesadas por Macri. Una parábola que no pasa por haberse demostrado su impericia, o su culpa, o su dolo, o lo fluctuante que terminaría siendo el favor popular que lo acompañó en las urnas. Lo cual, dicho sea de paso, está por verse: no es seguro que su asesor ecuatoriano, Durán Barba, se haya equivocado al afirmar que las escuchas ilegales le importan un carajo a la sociedad o, de mínima, a los votantes de Macri. Sin embargo, sea cierta o falsa esa reflexión, permanece que el eje de interés lo da un acontecimiento delictivo. No se trata de algún cruce profundo sobre modelos de municipio y gobierno, ni acerca de la ideología que los regentea. No es una porfía alrededor de escuelas y hospitales en estado lamentable, ni sobre una ciudad cada vez más sucia, ni por qué empeora su sistema de transportes. No. Es tan sólo que el país mediático-político gira alrededor de una materia policial, después de todo, claro que con repercusiones institucionales de mucho volumen. La magnitud alcanzada por el Macrigate ratifica que el debate sobre la economía nacional está en un marcado segundo plano respecto de la política. Y hace un rato ya bastante largo que es así. Antes fue la novela de la supuesta embajada simultánea en Venezuela, que se cayó a pedazos. O los intentos opositores por recuperar iniciativa parlamentaria, o el corte en Gualeguaychú, o los festejos del Bicentenario, o las serruchadas de piso contra Marcó del Pont. La casi única excepción, muy relativa, es la actual polémica por las disponibilidades y patrón energéticos, vuelta a disparar por la escasez de gas o por el bochorno del precio de las garrafas.

¿Es bueno que la economía carezca de debate? Desde ya que no, porque se corre el riesgo, entre otros, de naturalizar profundos y subsistentes desequilibrios sociales. Pero sirve para entender otras cosas. Por ejemplo, que el vacío opositor lo llenan sus folletines y sus escándalos.

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Un día en la vida del Premio Nobel de la Paz...




Pobre Obama...!!!

Está tan ocupado con guerras, ventas de armas, invasiones, tratados de toda índole que debe negarse a firmar... que le queda poco y nada de tiempo para dedicarse a su labor en favor de la paz después (y antes también...)de haber recibido el merecidísimo honor de ser premiado con el Nobel de la Paz...
Noticias aparecidas hoy (Viernes 30 de Julio de 2010) en Democracy Now!

1 - Decenas de activistas por los derechos de los inmigrantes son arrestados en manifestaciones en Arizona

2 - Obama sanciona ley de fondos para la guerra (El Presidente Obama sancionó una ley de financiamento bélico que otorga 37.000 millones de dólares más a las guerras de Afganistán e Irak.)

3 - Estados Unidos propone medidas para aumentar exportaciones de armas (McClatchy Newspapers informa que el gobierno de Obama comenzó a modificar las normas de control de exportaciones, en un intento de aumentar la participación de Estados Unidos en el mercado mundial de venta de armas. Estados Unidos ya sumnistra el 30% del armamento del mundo.)

4 - Tratado de bombas racimo entrará en vigor mientras Estados Unidos se niega a ratificarlo (Un tratado internacional que prohíbe las bombas racimo entrará en vigor el domingo, pero Estados Unidos, Rusia e Israel se negaron a firmarlo.)
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Lo que no se habla en el debate sobre el 82 % móvil...

Eduardo Lucita (LA ARENA)

El conjunto opositor de derecha que está identificado como Grupo A encontró un argumento para correr por izquierda al gobierno nacional. Pero a la hora de hablar de números nadie plantea cómo podría implementarse.

La oposición de derecha en el Congreso, nucleada en el llamado Grupo A, pareciera haber encontrado un eje político que la saque de su propio laberinto: ajustar el valor del piso jubilatorio al 82 por ciento del salario mínimo vital y móvil. El gobierno ha reaccionado tajantemente negando esa posibilidad. La paradoja es que si quienes hoy proponen esa modificación estarían en el gobierno casi con seguridad también dirían "no se puede".

Efectivamente distintos proyectos presentados en el parlamento lograron consensuar una síntesis que plantea modificaciones tanto al valor de la jubilación mínima como a la movilidad jubilatoria. Impulsada por diversos bloques de oposición, incluida la centroizquierda no oficialista, lo propuesto ya tiene dictamen de comisión y por lo tanto está habilitado para su tratamiento, algo por demás esperado en medio siglo.

Antecedentes

En la historia del sistema jubilatorio argentino hay que remontarse a 1958 para encontrar allí por primera vez, ya que ni la primera ley jubilatoria de 1904, ni el artículo 14 bis de la Constitución Nacional, que sin embargo sí habla de pensiones y jubilaciones móviles, establecían porcentaje alguno. Fue en el gobierno desarrollista de entonces que se establece el ahora mítico porcentaje. Sin embargo la ley que lo impuso, que alcanzaba al conjunto de las jubilaciones no sólo a las mínimas como se discute ahora, no tuvo en cuenta necesarias modificaciones al sistema para garantizar el financiamiento. Pocos años más tarde una oleada de juicios puso en jaque al sistema. Conviene recordar que en la década que va de 1944 a 1954 el porcentaje de trabajadores con cobertura previsional pasó del 7 a casi el 100 por ciento. Y es recién en ese último año que se deja sin efecto el sistema de "capitalización" y se ingresa al de "reparto.

En 1966 la dictadura de entonces dispone la inembargabilidad de los fondos previsionales. No conforme con esto un año después impone un ajuste a todo el sistema: incremento de los aportes y de la edad jubilatoria, nuevas formas de calculo de haberes, se limita el 82 por ciento a pocas actividades, y en general se coloca este porcentaje como tope jubilatorio y no como piso, tal como lo establecía la idea original.

A partir de esa fecha la crisis del sistema no tiene solución de continuidad y adquiere un carácter estructural. Son puntos culminantes la privatización del sistema en 1994 y la reducción de la contribución patronal; el descuento del 13 por ciento de los haberes en el 2000. A partir del 2003 por una moratoria se incorporan 2.400.000 nuevos jubilados y en 2008 se nacionaliza nuevamente el sistema jubilatorio, y se sanciona una ley de movilidad previsional.

Cuestiones a considerar

-La actual relación aportantes/beneficiarios es de 1,3-1,5 por cada jubilado (la ANSES paga poco menos de 6 millones de beneficiarios y recibe el aporte de algo más de 8 millones de trabajadores activos). Esta relación se va deteriorando en el tiempo y nada parece indicar que se pudiera recuperar. Tanto por avances tecnológicos como científicos la expectativa de vida a nivel mundial ha aumentado, por eso es que muchos especialistas en demografía sostienen que la edad jubilatoria podría extenderse hasta los 75 o más años, que serían equivalentes a los 65 que se establecieron en 1936, cuando la expectativa de vida era mucho menor. En nuestro país esto se acompaña con que la tasa de natalidad está bajando sistemáticamente. El resultado es que la pirámide etaria es cada vez más angosta en la base y más ancha en la cúspide.

-A nivel mundial, y por necesidades propias de la acumulación, el capital ha establecido un nuevo piso para la desocupación y el trabajo en negro. Puede ser que una acción más decidida del Estado logre reducir el trabajo no registrado pero no eliminarlo por completo. En cuanto a la desocupación todo indica que salvo un fuerte proceso inversor no es mucho lo que se logrará bajar del 10 por ciento actual. La elasticidad empleo/producto es hoy del orden 0,4 cuando en los primeros años de administración kirchnerista -merced a la gran capacidad instalada ociosa- llegó a ser del 0,85.

-Muchas empresas pagan el salario de convenio y luego un complemento en negro (los llamados "salarios grises") o sumas "no bonificables", otro tanto pasa en el Estado. Esto reduce tanto los aportes de los trabajadores como las contribuciones patronales.

Sí se puede

Más allá de disputas interburguesas o de mezquinos intereses electorales la iniciativa da una oportunidad para retomar el debate sobre una reivindicación histórica del movimiento obrero, debate en el que debieran involucrarse activamente las organizaciones sindicales, las comisiones internas y los cuerpos de delegados.

Según datos del propio ministro de Economía -anteriores al anuncio de aplicación de la ley de movilidad que lleva el mínimo a 1.091 pesos- elevar el piso jubilatorio al 82 por ciento del salario mínimo implicaría un gasto adicional de 22.000 millones de pesos que, según sus dichos, no se puede afrontar a riesgo de desfinanciar al Estado. Sin embargo si el gobierno nacional tomara la iniciativa de reestablecer las contribuciones patronales al nivel de 1994 -algo que la oposición de derecha no contempla- la recaudación se incrementaría según cálculos de especialistas en unos 17.000 millones de pesos. Si se pusiera mayor énfasis en combatir el trabajo en negro, blanqueando al menos una parte del mismo y también los salarios grises y otros pagos no bonificables, se obtendría una recaudación complementaria. Pero además están los intereses ganados por las colocaciones del Fondo de Garantía de Sustentabilidad. Por lo tanto hay financiamiento para llevar la jubilación mínima al nivel del 82% del salario mínimo, sin tener que liquidar ninguna inversión de la ANSES.

Más allá de la mínima

Sin embargo el debate no debiera quedarse aquí, aunque éste sea un punto de partida necesario dada la situación actual (El 72 por ciento de los beneficiarios percibe la jubilación mínima).

Resultado de una década de altas tasas de desocupación y de trabajo en negro, en no muchos años más una cantidad importante de trabajadores no podrá jubilarse aún teniendo la edad cumplida, ya sea por no tener los aportes correspondientes o no cumplir los años de servicios. El sistema deberá prever una Jubilación Universal al estilo de la Asignación por Hijo, pero que no podrá ser financiada por la ANSES, tampoco debiera serlo la cobertura a la niñez, por no tener una contrapartida en aportes, sino por una partida presupuestaria específica, que contemple ambas coberturas.

Esto plantea nuevos problemas de financiamiento. Por lo que la necesaria recuperación de la alícuota del 7 por ciento de la contribución patronal eliminada en 1994 deberá ser incrementada en un par de puntos, con vigencia al menos por una década, como forma de reparación parcial por la exacción de recursos propios de la administración previsional en beneficio del capital. Pero el punto central debe ser una profunda modificación de los criterios de la tributación en el país, lo que permitiría reconstituir los haberes jubilatorios y dar previsibilidad al sistema. Sería el comienzo de una verdadera política distributiva. Acompañada por devolverle a los trabajadores -activos y pasivos- la administración y control de la ANSES.

Hay un argumento de hierro: la productividad del trabajo entre 1936, cuando se fijaron los 65 años, y la actualidad se incrementó sustantivamente, el mayor beneficiario de ese incremento fue el capital y no el trabajo. Es obvio: la contribución del capital a la previsión social debe ser mayor a la actual.

Eduardo Lucita es integrante del colectivo EDI (Economistas de Izquierda).

Fuente: Argenpress
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¿Por qué a Venezuela? (Ángel Guerra Cabrera )

Lo que hay principalmente detrás del conflicto colombo-venezolano y su reciente agravamiento es que la revolución Bolivariana choca frontalmente con el plan de dominación estadounidense sobre América Latina.

Que Venezuela, país con reservas de petróleo y gas entre las mayores del mundo, tenga un rumbo independiente en pos del socialismo, promueva la democracia participativa, la unidad e integración de América Latina, la solidaridad, la paz y la cooperación entre los pueblos es intolerable para el imperio. Mucho más cuando movido por su sed insaciable de hidrocarburos y recursos naturales que comienzan a escasear, ha entrado en una carrera bélica permanente por el control de los países que los poseen y de las poblaciones que los habitan. Todo con el cínico pretexto de la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico nada menos que enarbolada por el Estado campeón del terrorismo, primer mercado de droga en el mundo cuyas ganancias constituyen una gran tajada de su sistema financiero. A la élite de Estados Unidos la saca de quicio la amistad entrañable de Venezuela y Cuba y la profundización de los pasos para su unión económica, preámbulo, diríase, de su unión política. Raúl Castro ha resumido muy claramente el sentido de estos pasos en una reunión de alto nivel cubano-venezolana celebrada el simbólico 26 de julio: sólo unidos venceremos.

El imperio no perdona el importante papel de Venezuela en la liquidación del ALCA –proyecto de recolonización continental- y en el surgimiento de la ALBA, que practica las relaciones más fraternas y equitativas entre las naciones miembros y las promueve, aunque no sean miembros, con todas las naciones de América Latina y el Caribe. En respuesta a la Venezuela bolivariana, a los grandes movimientos populares antineoliberales y gobiernos más independientes gestados por ellos, Washington restableció la IV Flota y llegó al extremo de instalar siete bases militares en Colombia lo que junto a otros factores presentes en ese país, constituye una peligrosa amenaza de agresión para Caracas, que había tensado seriamente las relaciones bilaterales. En este contexto se produce la festinada acusación por el representante de Bogotá en la OEA de que Caracas mantiene campamentos de las guerrillas colombianas en su territorio, una gravísima provocación que ha puesto en grave peligro la paz entre los dos países hermanos salida del fanatismo proyanqui de Álvaro Uribe y su febril afán de protagonismo desde que se frustró su proyecto reeleccionista.

El presidente Hugo Chávez ha hecho cuanto ha estado a su alcance por armonizar las relaciones con Colombia y evitar un conflicto bilateral. De hecho, a petición de Uribe se convirtió en un factor principalísimo de distensión de la larga guerra de sesenta años en el país vecino y ha insistido invariablemente en la necesidad de una salida política al conflicto. Con justa razón ha invitado a las guerrillas de las FARC y el ELN a que comprendan que las nuevas realidades políticas requieren un cambio en su estrategia de toma del poder mediante las armas por una de negociación, sin que ello implique rendirse. Chávez informó con visible dolor la ruptura de relaciones con Colombia: lo anuncio con una lágrima en el corazón, dijo.

Lula da Silva comentó su extrañeza por la conducta de Uribe cuando le faltan unos días para dejar la Casa de Nariño y “el nuevo presidente(Juan Manuel Santos) ha dado señales claras, incluso con los ministros que escogió, de que quiere construir la paz”. Lula, junto al ecuatoriano Rafael Correa, presidente pro tempore de UNASUR y su secretario general Néstor Kirchner han actuado rápidamente para atraer el tema al seno del mecanismo suramericano, un espacio, a diferencia de la OEA, favorable para que sin la presencia de Washington se expresen a plenitud los intereses de América Latina y el Caribe. UNASUR ha dado ya muestras de su capacidad de concertación política y esta es más necesaria que nunca para la región y para Venezuela en particular. La provocación de Uribe, la captura del terrorista Francisco Chávez Abarca, socio de Posada Carriles que confesó los planes desestabilizadores con que llegó a Venezuela, los desmelenados ataques al gobierno bolivariano del arzobispo de Caracas y las carretadas de dinero entregadas por Washington a la contrarrevolución configuran el cuadro subversivo con que se pretende frustrar la victoria chavista en las estratégicas elecciones de septiembre próximo.

Fuente: Argenpress
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28.7.10

"Mamarracho" escénico (Por Orlando Barone)


A la palabra “mamarracho”, en diminutivo, la puso de moda hace más de medio siglo el galán de radioteatro Oscar Casco. Con voz almibarada de barítono componía un personaje que a su enamorada de la ficción le decía “mamarrachito mío”. Con tono microfónico el galán dotaba a mamarracho de encantamiento y de irónica ternura. Pronunciada ahora por Mauricio Macri para descalificar el dictámen condenatorio de la cámara, la palabra “mamarracho” ya no suena tan tiernamente. Empleó “mamarracho” como quien se refiere a una acusación inferior y sin jerarquía para referirse a alguien como él.

Antiguamente los porteños frecuentaban las palabras baratija y cachivache para nombrar a algo estropeado y destartalado, o para nombrar a una persona ordinaria y sin gracia. Intrascendente. Es cierto que la modernidad ha ido desplazando o sustituyendo a “mamarracho” por “bizarro”, y aunque no son sinónimos perfectos se vinculan. “Truchada” sirve para todo cuanto es no solo falso sino “pedorro”. Que en su primer significado y muy seriamente quiere decir “que tira pedos en seguidilla”. Y que también significa algo mal hecho, mal actuado. Por ejemplo un espectáculo puede ser pedorro. O pueden serlo una repetición de excusas e histrionismos para zafar de un proceso por espionaje a ciudadanos.

El “Pro” nos propone una seguidilla de fábulas breves con mucho ruido y olor sospechoso. Y se excede irrespetuosamente sin medir el desagrado olfatorio de los receptores. Así desde el centro de excusas de la Ciudad se la pasa mamarracheando y pedorreando; y bizarreando y cachivacheando la política. Sus dirigentes la desdeñan con un afán pedorro. Por eso el elenco de “mamarrachos” privados-públicos es cada vez más frondoso y los medios los exacerban. Hay bizarros militantes de la política que la única militancia que ejercitan es la de fatigar su bizarrismo por los medios. Los afines y condescendientes, que son muchos e interesados.

Si Macri en lugar de decirle “mamarracho” al dictámen de los jueces, se lo hubiera dicho a su propio gobierno daba justo en el diagnóstico.
Porque lo que es un mamarracho es la victimización que ni la propia víctima se cree.

Fuente: OrlandoBarone
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20.7.10

Una empresa llamada Iglesia

Por Donna Leon

Hola! ¿Hay alguien ahí? ¿Hay alguien despierto? ¿Alguien está escuchando? Les aseguro que, al leer esas protestas horrorizadas por la avalancha de revelaciones sobre los abusos cometidos por curas católicos con niños (¿y qué significa esa palabra en términos reales, físicos, es decir, qué se hizo, dónde se hizo y cuántos años tenía el niño?), uno se pregunta dónde ha estado metido el resto del mundo desde hace décadas. Estuviesen donde estuviesen, no escuchaban a ese amigo que en la cena hablaba de lo largas que tenían las manos los religiosos de los colegios a los que iban de pequeños, ni hacían caso a sus amigos católicos cuando se reían de cómo los curas que oían sus confesiones infantiles insistían en que describiesen al detalle sus primeras experiencias sexuales. Ni prestaban atención a los periódicos de los últimos 20 años, ya que siempre ha habido noticias de ese estilo, al menos para quien quería leerlas.

Conque no perdamos el tiempo fingiendo que nos sorprende que algunos curas lleven décadas violando niños, ¿vale? En cambio, y ya que la Iglesia se irá por la tangente y gritará que pretenden atacar a la Santa Madre Iglesia siempre que alguien sugiera que el actual Papa lo sabía y le daba igual, llevemos la cuestión a un terreno donde podamos estudiarlo con claridad y pongámoslo en la sección económica del periódico, pues se trata de un desastre empresarial.

La Iglesia es, a fin de cuentas, una empresa. La gente le da dinero y es fiel a la marca a cambio de un producto, lo cual proporciona empleos a millones de personas y beneficios a sus accionistas y ejecutivos. El primer objetivo de una empresa, como el de una ameba o un paramecio, es la supervivencia; luego vienen los beneficios.

Pensemos que el actual Papa es el presidente de esta empresa. No era la elección más popular, pero llevaba algún tiempo en la junta directiva, no desentonaba y era fiel al producto. Sin embargo, al poco de trasladarse al mejor despacho, salieron a la luz unas embarazosas fotos en las que aparecía en uniforme militar (y todos sabemos de qué ejército), y luego un molesto periódico italiano lo llamó “Pastore Tedesco”; además, su acento alemán hace que cuando exhorta a la gente a pensar en “l’importanza del bene” suene como si dijese “l’importanza del pene”.

Después, como les sucedió a nuestros amigos de la industria tabaquera, llegaron los problemas de verdad. Bueno, pues habrá que aprender de nuestros amigos estadounidenses, negarlo todo, hacer que los médicos digan que los cigarrillos son inofensivos y cuestionar las motivaciones de quienes sugieren que podría haber conexión entre el tabaco y el cáncer. Y, cuando se demuestre que es una mentira criminal, cambiemos a marcas light, pero sigamos fabricando cigarrillos y seduciendo a los jóvenes para que fumen. La Iglesia actuó igual: lo negó todo (al tiempo que compensaba con miles de millones a quienes contaban aquellas terribles mentiras sobre los bondadosos padres) y cuestionó las motivaciones de quienes denunciaron a los hombres que habían abusado de ellos. Podemos esperar que antes o después la Iglesia siga el mejor modelo empresarial y admita que dar un poder ilimitado sobre los niños a hombres que renuncian a tener relaciones sexuales normales con adultos quizá no sea la mejor forma de protegerlos. Ardo en deseos de ver cómo se manifestará esa marca light: ¿mujeres curas?

En cuanto a Ratzinger (qué nombre tan desafortunado para un ejecutivo destinado en un país latino), no olvidemos que hablamos de una multinacional que en todo momento acata las órdenes de su presidente y que es él quien manda. Mientras sigue a salvo en su despacho, aparentemente indemne, sus secuaces condenan a la oposición, pero, igual que aquellos caballeros que el rey de Inglaterra envió a matar a Santo Tomás de Canterbury, han ido demasiado lejos y han dejado huellas. Algunos equiparan con la propaganda nazi contra los judíos las críticas al Papa por no haber puesto fin a la violación sistemática de niños. ¿Cómo? O fíjense en esta perla pronunciada durante la Semana Santa: el Santo Padre, como Jesús, ha vivido su semana de Pasión. Bueno, ya que los amigos del Papa han sacado el tema de Jesús, veamos qué opina Él (que, se supone, es el director ejecutivo de la empresa) sobre los “abusos” a niños (y sigo sin saber qué abarca exactamente ese término): “Y a quien ofenda a uno de esos pequeños que creen en mí, más le valdría que le atasen una rueda de molino al cuello y lo arrojasen al mar”. (Marcos, 9:42). Lástima que el Vaticano estuviese tan ocupado haciendo comparaciones con el nazismo que no se paró a pensar en esa frase.

En cuanto al futuro, la marca de la Iglesia católica lleva siglos obteniendo reconocimiento y fidelidad (a veces con la ayuda del fuego y la espada), conque no debemos engañarnos y pensar que este alboroto va a suponer diferencia alguna. Basta con esperar. Basta con sentarse, irse por la tangente, negarlo todo y pagar a quien haga falta para que la gente lo olvide, antes o después. Como las amebas, las empresas han de adaptarse para sobrevivir, y eso hará la Iglesia, bajo la iluminada tutela de Ratzinger. Los paquetes de cigarrillos llevan mensajes que advierten de sus riesgos, pero me temo que habrá que esperar mucho para que se coloquen mensajes similares a la entrada de los colegios religiosos, por muy necesarios que los consideren algunos.

Donna León es escritora

Traducción de Tamara Gil Somoza

Ilustración de Gallardo

Fuente: Dominio Público
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Fidel Castro: "Cuando se decidan a atacar a Irán se registrará una guerra tras otra"

El líder revolucionario reapareció en la televisión cubana, donde afirmó que el apoyo de Estados Unidos a Israel contra Irán desencadenará una guerra que "no puede dejar de ser nuclear" y que el próximo objetivo será Corea del Norte.



Delgado, relajado, locuaz y de muy buen aspecto, vistiendo ropa deportiva y una camisa a cuadros, Fidel Castro, quien cumplirá 84 años el próximo 13 de agosto, realizó hoy su primera aparición pública desde el 23 de agosto de 2009.

En una entrevista de Randy Alonso, conductor habitual del programa de la televisión estatal cubana, “Mesa Rendonda, el ex presidente insistió en los "peligros que enfrenta la humanidad por la situación existente en el Cercano Oriente".

Fidel aseguró que un eventual ataque contra Irán por parte de Estados Unidos, Israel, y sus aliados "no puede dejar de ser nuclear", pero advirtió que se toparán con una fuerte resistencia: "Lo peor va a ser la resistencia que van a encontrar, eso lo tienen garantizado que no lo tenían en Irak".

Explicó que Irak es un país dividido entre chiítas, sunitas y kurdos, algo que no sucede en Irán, un país sólido. Asimismo, señaló que el pretexto estadounidense sobre el tema nuclear iraní “es risible", debido a que están preocupados porque el Gobierno de Teherán, fabrique dos artefactos en unos dos años o tres. “¿Dónde está la lógica de todo eso?”, se preguntó.

Para Fidel, el hecho de que China y Rusia no vetaran las sanciones en contra de Irán en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, puede permitir posibles ataques militares.

El presidente estadounidense, Barack Obama, durante la firma de nuevas sanciones unilaterales de su país contra Irán por su industria atómica, amenazó con más presiones internacionales si Teherán no frena sus avances en materia nuclear.

Las medidas establecen que las entidades bancarias y empresas energéticas que trabajen con Irán tendrán dos opciones: cesar sus actividades o arriesgarse a que el Estado les bloquee el acceso a su sistema financiero.

Sin embargo, el líder cubano aseguró que el presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, "no es ningún improvisado" y que el criterio de Washington es erróneo, si considera que el pueblo no podrá enfrentar un ataque.

En ese sentido, relató que los iraníes tienen "30 años preparándose a un nivel industrial, adquiriendo aviones, radares, armas" y que "están entrenando a todas las personas mayores de 12 años y menores de 60”

“Solamente los Guardianes de la Revolución tienen un millón de miembros, el Ejército y la marina tienen fuerzas de aire, mar y tierra, son 20 millones de musulmanes chiítas", detalló Fidel.

Después de Irán, Corea del Norte. En cuanto al conflicto con Pyongyang, tras el hundimiento de un buque de la marina surcoreana que naufragó el 26 de marzo último, Castro ubicó como principal responsable a Estados Unidos.

"Le costará mucho trabajo admitir a Estados Unidos que fueron ellos lo que hundieron el barco", indicó para luego apuntar que al principio se pensó que por el hundimiento del Cheonan se desataría la guerra, debido a que todavía el Consejo de Seguridad no había aprobado la resolución de sanciones en contra de Irán.

Para Fidel, ante una guerra contra Irán, Corea del Norte no va a esperar que llegue una agresión contra su territorio, por lo que se desataría otra guerra también de carácter nuclear. "Cuando se decidan a atacar a Irán se registrará una guerra tras otra", insistió.

Con respecto a la iniciativa de Egipto de iniciar un proceso para que se declare a Oriente Medio como una zona libre de armas nucleares, el ex presidente cubano expresó: "Excelente plan, sólo que pertenece a un plan de la prehistoria".

Fuente: Politica y Medios
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12.7.10

El jefe de los escuadrones de la muerte gana las elecciones colombianas (Por James Petras)

Los medios "progres" afirman que Colombia es una democracia próspera, provista de un sistema de controles y contrapesos; con unos barrios seguros y pacíficos...

Juan Manuel Santos, ministro de Defensa de triste fama del régimen del presidente saliente Álvaro Uribe y estrechamente vinculado con los graves crímenes contra la humanidad, ha «ganado» las recientes elecciones celebradas en Colombia en junio de 2010. Los principales medios electrónicos e impresos, CNN, FOX News, The Washington Post, The New York Times, The Wall Street Journal y el otrora liberal The Financial Times (FT), han celebrado la elecciónn de Santos como un gran triunfo para la democracia. Según The Financial Times, «Colombia, y no Venezuela, es (el) mejor modelo para América Latina» (FT, 23/06/2010, p. 8). Aludiendo a la «abrumadora» ventaja obtenida por Santos (acumuló el 69% de los votos), The Financial Times proclamó que se ha hecho acreedor de «un mandato sólido» (FT, 22/06/2010). En lo que tiene que convertirse en una de las maniobras más flagrantes para ocultar la historia reciente, las explicaciones de los medios de comunicación excluyen los hechos atroces de las elecciones y las políticas profundamente autoritarias llevadas a cabo por Santos durante la última década.

Las elecciones: Armas, élites y terrorismo

Las elecciones son un proceso (no un mero acontecimiento) cuyo resultado determinan las condiciones políticas previas. Durante los ocho años anteriores de gobierno del saliente presidente Uribe y el ministro de Defensa Santos fueron trasladados a la fuerza más de 2 millones de habitantes, en su mayoría, habitantes pobres de zonas rurales, y alejados de sus hogares y sus tierras para expulsarlos al otro lado de las fronteras con países vecinos o a suburbios urbanos. El régimen de Uribe y Santos recurrió tanto al Ejército como a los 30.000 miembros de los escuadrones de la muerte para matar y aterrorizar núcleos de población enteros a los que se consideraba «simpatizantes» de la insurgencia armada, lo que afectó a varios millones de habitantes pobres de zonas rurales y urbanas. Más de 20.000 personas fueron asesinadas, muchas de ellas, según la principal organización colombiana de derechos humanos, acusadas en falso de «guerrilleros». Cuando Santos era ministro de Defensa los tribunales lo implicaron directamente en lo que se ha dado en llamar «falsos positivos». El ejército capturaba al azar a docenas de jóvenes pobres de núcleos urbanos, los fusilaba y proclamaba una victoria sonora sobre la guerrilla de las FARC.

Algunos de los dirigentes más importantes de escuadrones de la muerte paramilitares a quienes se apresó han testificado que unos 60 congresistas de los que respaldaban a Uribe y Santos estaban en su nómina y «han garantizado» los votos de regiones que se encuentran bajo su control. Ante el daño causado por estos testimonios, Uribe y Santos han traicionado a sus camaradas de los narco-escuadrones de la muerte y los han «extraditado» a Estados Unidos, donde el proceso judicial excluyó las pruebas que los vinculan con los asesinatos masivos realizados a instancias de Uribe y Santos.

Más de dos mil sindicalistas, activistas de derechos humanos, periodistas y congresistas críticos con Uribe y Santos han sido asesinados por sicarios de escuadrones de la muerte al servicio del régimen. Las confederaciones sindicales más importantes del mundo han enviado misiones y publicado informes que condenan a Colombia por ser el país más peligroso para los representantes de los trabajadores.

En otras palabras: todos los sectores sociales que manifiestan quejas sociales y políticas contra el régimen han sido objeto de campañas de terror y muchos de sus líderes de opinión locales han sido asesinados, desplazados o exiliados... lo que socava toda posibilidad de existencia de alguna organización sociopolítica independiente estable.

El terrorismo de Estado dominante ha supuesto que muy pocos líderes locales sobrevivan, lo que merma la capacidad del electorado de sustentar una organización libre e independiente.

El día de las elecciones, el régimen movilizó a más de 350.000 soldados y agentes de policía, muchos de ellos implicados en toda una década de represión, para que «supervisaran» las elecciones y recordaran a los votantes la fuerza que ampara al «candidato oficial» (La Jornada, 30/05/2010).

El resultado electoral ha distado mucho de ser el «mandato» del pueblo colombiano tal como lo proclaman los medios de comunicación de masas. Los «ganadores», que representan a un 56 por ciento del electorado, han sido los «abstencionistas», la posición defendida por las FARC. Ahora bien, sin duda, la mayoría del voto abstencionista no era reflejo del apoyo o la simpatía por las FARC; más bien reflejaba la desafección con la represión y la violencia, la expropiación masiva de millones de personas y el fracaso absoluto de un régimen a la hora de abordar el desempleo y el empleo precario que afectan al 40 por ciento de la población económicamente activa.

En realidad, Santos obtuvo el 30 por ciento de los votos del electorado, apenas un respaldo autorizado. Si analizamos el perfil social y ecológico de los votantes, se trata a todas luces del respaldo de la élite. Los niveles más elevados de abstención se dieron en varios grupos muy concretos. En las barriadas de chabolas y las zonas rurales que padecen la represión y el abandono la abstención ascendió a más del 80 por ciento.

Por el contrario, en los sectores de clase media y alta de las principales ciudades más del 60 por ciento votó al candidato del régimen. Uribe y Santos han tratado de buscar una explicación a la abstención generalizada recurriendo al clima (de lluvia) y a los partidos del Campeonato del Mundo de fútbol. Sin embargo, la poca participación fue generalizada en todo el país, tanto en las zonas de clima seco como en las que sufrieron inclemencias. Y los partidos no duraron todo el día de las elecciones. Los medios de comunicación de masas han pasado por alto de forma sistemática los atroces crímenes cometidos bajo el mandato del ministro de Defensa Santos y los cargos de los que se le acusa en el asesinato de «falsos positivos», así como su vinculación prolongada y generalizada con los escuadrones de la muerte y el apoyo de los gobiernos de Uribe al tráfico de drogas. Han pasado por alto el apoyo que ha prestado a la desregulación del sistema financiero, que se ha traducido en la estafa sufrida por centenares de miles de pequeños inversores colombianos.

Comparar Colombia con Venezuela

Sin embargo, The Financial Times (23/06/2010) salda a favor de Colombia la comparación del régimen de Uribe y Santos con la Venezuela de Chavez en «Crackers about Caracas? Latin American should be bonkers about Bogota instead» [«¿Petardos por Caracas? Más bien, los latinoamericanos deberían perder la cabeza por Bogotá»]. Según The Financial Times, Venezuela es poco segura, autoritaria y está en declive económico con Chavez. Haciéndose eco del resto de los medios de comunicación, los redactores de The Financial Times afirman que Colombia es una democracia próspera, provista de un sistema de controles y contrapesos; con unos barrios seguros y pacíficos... salvo cuando los barrios pobres se quejan del desempleo o los habitantes de las zonas rurales se manifiestan contra la expropiación de tierras a manos de pistoleros a sueldo de los terratenientes. The Financial Times no menciona la reaparición de las bandas de paramilitares que siembran el pánico en las zonas rurales colombianas (La Jornada, 28/05/2010), sino que se centra en los delitos callejeros de Caracas.

El gobierno de Venezuela, contrario a los medios de comunicación estadounidenses, promueve las comunidades basadas en movimientos sociales que serían blanco de los asaltos del ejército en Bogotá.

Los únicos grupos «paramilitares» de Venezuela son los que cruzan la frontera desde Colombia, a los que persigue y castiga la Guardia Nacional Venezolana. En Venezuela, los sindicatos participan en la dirección de las principales factorías e industrias, a diferencia de lo que sucede en Colombia, donde se les asesina, incluidos los trabajadores de las industrias fundamentales del carbón, el petróleo, los plátanos o la Coca Cola.

A las mentiras y falsificaciones de los medios de comunicación en torno a las elecciones de Colombia y sus dirigentes políticos subyacen varias consideraciones elementales.

1.) Uribe y Santos son fervientes defensores del libre mercado y buscan con impaciencia alcanzar un acuerdo de libre comercio, entorpecido en el Congreso de Estados Unidos a causa de sus campos de la muerte.

2.) Uribe y Santos son clientes incondicionales del Pentágono, del que reciben 6.000 millones de dólares en concepto de ayuda y al que han entregado 7 bases militares, bajo jurisdicción estadounidense, para amenazar a Venezuela, Ecuador y cualquier otro país que el régimen de Obama considere hostil al dominio de Estados Unidos.

3.) Uribe y Santos han reconocido el régimen de Honduras, fruto de un golpe militar respaldado por Estados Unidos a mediados de 2009... al contrario que el resto de América Latina.

El hecho de que los medios de comunicación de masas hayan acogido de tan buena gana a un régimen que ostenta el peor registro de respeto a los derechos humanos desde la caída de los dictadores de las décadas de 1970 y 1980 (La Jornada, 17/06/2010) es indicativo del giro a la derecha imprimido por el régimen de Obama y Wall Street. Según la Casa Blanca y los medios de comunicación, las democracias de los escuadrones de la muerte como la de Colombia acreditan su condición de «modélicas» para América Latina. El problema es que ni la inmensa mayoría de los ciudadanos y ciudadanas de América Latina, ni casi ninguno de los partidos políticos democráticos de la región, se lo tragan: prefieren democracias sin escuadrones de la muerte, sin bases militares extranjeras y sin presidentes que trafiquen con drogas. En la actualidad, los tres principales aliados de la Casa Blanca en la región (Colombia, Perú y México) producen y venden el 80 por ciento de la cocaína de la zona. ¿Aparecerá esto en las salutaciones de los medios de comunicación a los presidentes recién elegidos?

Artículo original: http://petras.lahaine.org/articulo.php?p=1814 - Traducido para Rebelión por Ricardo García Pérez



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Las veredas (Por Eduardo Aliverti)


Lo siguiente es un encadenamiento de situaciones y opinión cuyo resultado, si se quiere, opera más por el default de algunos cuantos personajotes que en función de sesudos análisis informativos. El momento argentino es apto para, de vez en cuando, animarse a prescindir de ciertas rigurosidades profesionales. O mejor dicho, para acompañarlas de lo obvio.

Por ejemplo, se supone que a nadie, en la sociedad civil, le desvela mayormente lo que vaya a ocurrir con la disputa por el matrimonio entre personas del mismo sexo. Uno imagina que el debate está bueno para ocupar tiempo en pasajes de discusión de familia o café. Es elemental figurarse o protagonizar polémicas en las que habrá horrorizados porque los homosexuales puedan casarse y adoptar. Y gente más superada que advertirá la necesidad de que cada quien, además del derecho a hacer de su culo un pito, tenga franquicias legales idénticas a los hetero. De ahí, para arriba y para abajo, lo que venga. Pero después, comúnmente, terminan todos en cómo les va en la vida y eso lo pauta la marcha económica general y particular; y se dan cuenta de que el casamiento homosexual es nada más que un entremés. Uno coincide con eso, visto desde cuál es su incidencia concreta en las relaciones sociales. En la interpretación política, por el contrario, ese aperitivo aparece sustanciado por gente como el cardenal Bergoglio, quien advierte que se trata de “una guerra contra Dios”, y los homosexuales una obra del demonio. ¿Por qué el jefe de la Iglesia Católica argentina no habla de lo mismo en la oportunidad permanente de sus sacerdotes pedófilos? No se ha visto que algún dignatario eclesiástico reaccionara con semejante vehemencia frente a las andanzas del padre Grassi, ya que estamos. Sólo para obviar que la Curia, tan sacrosanta y ajena a los conflictos políticos terrenales, acaba de presentar un documento con lo más santificado de la derecha peronista, y el concurso de radicales varios. El propio Bergoglio, junto con figuras como Roberto Dromi y otros arquitectos de los gobiernos de Menem, De la Rúa y Duhalde, convocan en ese libelo a rescatar la Nación cual comunicado número uno de la Junta Militar. El debate acerca del “matrimonio gay” y su pobre alcance, sobre las turbaciones prioritarias del grueso determinante de esta sociedad, se convierten así en un reflejo de las intentonas más reaccionarias. Pretenden casi una remake de la Laica o la Libre que, en derredor del sistema educativo, dividió al país durante el gobierno de Frondizi. Les falta hablar del tirano prófugo, que en su versión remozada vienen a ser las carteras y los zapatos de la yegua montonera de Cristina, y echamos los fideos.

Un poco más cercano a las inquietudes del común, también se supone, es la polémica acerca del 82 por ciento móvil para los jubilados. Un tema capaz de poner en aprietos al kirchnerismo porque, más allá de que ahora lo levante la derecha para correrlo por izquierda, es una reivindicación histórica cuya justeza no puede negarse. La negativa gubernamental a discutirlo, bajo amenaza de que estallaría el esquema previsional, oculta en parte el señalamiento de otros números. Los proyectos de la oposición se centran en que la plata puede salir casi con tranquilidad del flujo corriente de los aportes, lo cual es un disparate por donde quiera mirárselo. Sea por el volumen de dinero que proviene del sistema (alrededor del 60 por ciento, no más, procede de aportes y contribuciones puros); por la relación entre activos y pasivos, que se redujo en forma considerable; o –precisamente– por el agregado de 2,4 millones de beneficiarios, gracias a la moratoria, hablar con semejante desparpajo de lo fácil que sería satisfacer el 82 por ciento es de una liviandad repugnante. Eso no quita que sí sea válido aceptar el convite en torno de cuál podría ser un origen de fondos genuinos, quizá no para llegar al paraíso previsional de Luxemburgo pero sí en dirección a continuar mejorando el ingreso jubilatorio. Involucra cuestiones que este Gobierno tiene como deuda; por caso, la regresividad del sistema impositivo. Tampoco puede obviarse la rebaja de las cargas patronales, dispuesta en 1993 por el inolvidable –cabe creer– Domingo Cavallo. Sobre tales aspectos no se escucha a, entre otros, la neo-trotskista Elisa Carrió, quien llama a no pagar deuda externa para mantener unos cinco millones de jubilados. Y ése sí que es un problema, porque lo inverosímil de los quién convierte al debate en irrisorio y lo priva, justamente, de la profundidad que en efecto podría poner al oficialismo en apuros.

El bloque opositor, en cambio, no pudo ponerse de acuerdo sobre la rebaja de las retenciones agropecuarias. Aquí también jugó Carrió, pero para esto en sentido inverso al de su llamado a la revolución socialista. Junto con radicales, pejotistas disidentes, macristas, se invitó al festín de bajar a un 25 por ciento la alícuota sojera y, directamente, eliminar los derechos de exportación para maíz, trigo, girasol y sorgo. Pero salieron a cruzarlos, desmintiendo el principio de arreglo, agrodiputados radicales e incluso dirigentes de la Federación Agraria, quienes ahora se acordaron de plantear una escala de retenciones propia para no perjudicar a los pequeños y medianos productores. El proyecto de lo que se conoce como Grupo A tiene una fuerte conexión simbólica con el del 82 por ciento móvil, porque elude con idéntica irresponsabilidad el agujero monumental que se produciría en las arcas públicas. Todo forma parte de la desesperación por fijar agenda que asalta al conjunto opositor desde, se diría, el alerta producido por los festejos bicentenarios. Unido a las encuestas, que tomada cual fuere muestran un repunte del kirchnerismo, el Mundial sólo impuso una pausa relativa en esa búsqueda de figuración. Ya se había registrado la foto de unidad del espacio peronista de derecha. En el Congreso avanzaron con la modificación del Consejo de la Magistratura. El martes pasado se juntaron Cobos y el hijo de Alfonsín, para dejar estipulado que la UCR irá con un solo candidato en las próximas elecciones. Y el jueves, no importa demasiado si como producto de otra de las tantas operaciones mediáticas, surgió el trascendido de la fórmula Duhalde-Reutemann. Para variar, el santafesino mandó decir que de ninguna manera está pensando en eso; pero, claro, en realidad nunca se sabe lo que piensa. Por lo tanto, hay que tomarlo como que dejó correr. Igual que Duhalde, de cuyo entorno habría surgido la versión para que él mismo la desmienta cubriendo dos flancos: evitar enojos de los otros candidateables y a la vez plantar el globo de ensayo. Mientras tanto se fue a España para reunirse con Aznar, en compañía de Roberto Lavagna: otro al que hacen sonar como candidato a algo, que también lo desmiente y que es igualmente funcional a la necesidad de mostrar algo.

Hay definiciones que son remanidas y no por eso menos precisas. Una de ellas es que, a veces, basta con ver quiénes se paran en una vereda para saber que lo mejor, o lo menos malo, es cruzar la calle. Para protegerse, aunque sea.

Fuente: Pagina 12
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"Una pulga no puede picar a una locomotora, pero puede llenar de ronchas al maquinista" (Libertad, amiga de Mafalda)