31.7.08

MO.CA.FOR.:"Las retenciones solamente le rozan el bolsillo a estos grandes empresarios"


Organizaciones campesinas, urbanas, asambleas barriales, artistas, músicos populares y movimientos sociales se dieron cita ayer frente al Congreso de la Nación, para una nueva conmemoración popular del Día de la Independencia, en la ciudad de Buenos Aires, bajo el lema "Por democracia con distribución de la riqueza: Sí a las retenciones, No al hambre". Los corresponsales de Radio Mundo Real en Argentina, Raquel Schrott y Ezequiel Miodownik, estuvieron presentes en la actividad registrando las palabras del referente del Movimiento Campesino de Formosa (MoCaFor)y del Frente Nacional Campesino (FNC), Benigno López, quien destacó que "hoy con la soja ellos expulsan familias, queman ranchos, mandan topadoras, compran policías, compran jueces, compran dirigentes políticos, compran diputados, compran senadores. Es mucho lo que está en juego, por eso no nos podemos dar el lujo de ser mezquinos".

"No es fácil tratar de interpretar y de hablar en nombre del Frente Nacional Campesino, porque somos realmente muy diversos, históricamente, culturalmente, geográficamente en la Argentina. Somos muy diversos. Por lo tanto, decimos "los campos", "los otros campos", "la diversidad de los campos". Por supuesto que es campo también el yerbatero, pequeño productor, mediano, de Misiones, de Corrientes, que produce yerba mate y que consumimos todos los argentinos y en gran parte del mundo ya hoy. Cuando las 4 entidades tratan de hablar de "el campo" y defender los intereses, no están defendiendo esos intereses justamente. Están defendiendo solamente el de la acumulación, la especulación. Hoy los pequeños productores que arriendan su tierra, 120 ó 150 mil pesos solamente en concepto de alquiler de tierra, y eso es realmente obsceno, mientras que los yerbateros, algodoneros, arroceros, los fruticultores, citricultores, criadores de ovejas, de cabras, criadores de ganado vacuno, generalmente en este momento, 250 mil familias que atraviesan la pobreza, la miseria, 250 mil familias que muy a pesar de vivir en la pobreza, resistiendo, y compañeros y compañeras, quisiera que sepamos que estan bancando las retenciones a pesar de la pobreza y a pesar de la ausencia del Estado. Porque tenemos otro concepto de la tierra. Tenemos otro concepto de la producción. Tenemos otros objetivos más allá de solamente engordar el bolsillo y especular a invertir en el extranjero, y desangrar los recursos naturales de la Argentina, como la tierra, el agua, los nutrientes, que se están explotando y que no lo estamos cobrando."

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FUENTE: Radio Mundo Real
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29.7.08

Confrontación (Por Sandra Russo)

¿De quién es la patria, de todos o ninguno? Hay poetas que han dicho lo suyo al respecto. Alberto Fernández en TN: un dechado de amabilidad “no confrontativa”, el hit del momento para esconder alianzas y ambiciones.

Por Sandra Russo

La palabra anda por las bocas y los editoriales de algunos grandes medios, y a fuerza de ser repetida cobra cuerpo y se hace discurso. Ese discurso se acopla con otro, o mejor dicho, se casa con él: es el que encontró al vicepresidente Cobos como encarnación con chapa institucional como principal portavoz, aquella vez que dejó entrever su voto “no positivo” cuando declaró que había que “buscar consensos y no votos”. Esa declaración fue celebrada especialmente por la oposición, que estaba buscando desesperadamente votos y no consenso. Son los vaivenes, los pliegues de los discursos que se erigen masivamente para vestir eufemismos en los mejores casos, y para mentir descaradamente, en los peores. Quién sabe qué consenso pueden haber hallado entre sí y de cara al futuro y a la manera de hacer política, por ejemplo, Bullrich y Lozano, o Solá y Morales. Se ignora la amplitud o la profundidad de ese hipotético consenso, más allá de haber aunado, precisamente, votos.
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La palabra “confrontación”, entonces, quedó ahí flotando y sigue siendo repetida, y seguirá a merced de quienes, ya en los diarios de ayer, por ejemplo, en el editorial de Clarín y en la columna de Eduardo Van der Kooy, levantan la figura de Alberto Fernández como la de quien, en virtud del consenso, se niega a la confrontación. Pues bien: habría que revisar entonces a qué exactamente le están llamando “confrontación”. ¿Habrá sido el ánimo “no confrontativo” de Fernández el que lo llevó a dar su primera entrevista como ex jefe de gabinete a Julio Blanck y el propio Van der Kooy? Fernández estuvo presente, junto al presidente del PJ, Néstor Kirchner, en la asamblea de la Carta Abierta, en la que se habló de un tema central en la crisis actual: la parcialidad, la toma de posición no declarada como tal, y hasta muchas veces la mala intención de los grandes medios respecto del Gobierno en su pelea con “el campo”. Nadie que haya padecido, sufrido y observado con discernimiento o lucidez el tratamiento periodístico de la crisis, como se presume que debió haberlo hecho Fernández, podía sentarse a dar esa entrevista sin una sola palabra crítica al respecto. Fernández lo hizo. Se sentó allí a dar sus razones como si se sentara ante neutrales. ¿Ese estilo “no confrontativo” es el que reclaman los sectores opositores a los que Fernández satisface? ¿Lo “no confrontativo” incluye la evaporación de ideas que hasta un día antes eran dadas por ciertas? ¿Lo “no confrontativo” incluye el “gracias a ustedes por invitarme” y diluye el maltrato, el agravio, la difamación grosera u homeopática hacia un proyecto con el que, por otra parte, se insiste en seguir defendiendo?

“Gracias a ustedes por no presionarme y por no hacerme decir lo que no debo decir”, dijo Fernández. Esa frase contiene muchísimo más de lo que dice, y es que Fernández no es un niño de pecho, pero los espectadores tampoco. Hay lealtades que no se proclaman. Se actúan. Y hay agachadas que no se corresponden con el presunto estilo “no confrontativo”, sino con ambiciones personales tan, pero tan desbocadas, que no hace falta ponerles texto. Fernández les pone el cuerpo. Lo demás se cae de maduro.

FUENTE: Página 12



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Los Estados de América Latina contra la nueva guerra del opio británico

Traducido de Solidarité et Progrès

26 de julio de 2008

La combinación de la derrota de las FARC y de la aceptación por el presidente colombiano Álvaro Uribe de la oferta hecha por el presidente venezolano Hugo Chávez de construir un ferrocarril trasandino, crea las condiciones de una ruptura con el sistema de libre cambio británico en toda la región. El desarrollo mutuo tiende así a sustituirse en un clima de guerra hasta ahora mantenido por todos los pescadores en aguas revueltas.

En efecto, el Club informal de los presidentes sudamericanos repitió la iniciativa, a pesar de la tentativa de las fuerzas financieras que le son opuestas, pretendiendo desestabilizar la política argentina de independencia nacional promovida por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

En una semana, acuerdos de cooperación económica se esbozaron, alrededor del proyecto del Banco del Sur:

El 11 de julio, Chávez y Uribe, planos en mano y lejos de sus consejeros ideólogos, examinaron el potencial de proyectos de desarrollo de ferrocarriles, canales y explotaciones agrícolas en los "llanos" (planicies interiores) poniendo fin a un enclave; el 18 de julio, el presidente brasileño Lula da Silva, Hugo Chávez y el presidente boliviano Evo Morales anunciaron el lanzamiento de las inversiones correspondiente a la construcción de la autopista boliviana transoceánica, permitiendo unir los puertos brasileños del Atlántico con los puertos chilenos del Pacífico;

El 19 de julio, Lula y Uribe presentaron proyectos de cooperación a gran escala entre sus dos países, en los campos agrícolas, industriales y ferroviarios.

Colombia anunció su intención de adherirse al Consejo sudamericano de defensa organizado por Brasil; el 20 de julio, el presidente peruano Alan Garcia celebró el día de la independencia colombiana con Uribe y Lula, y los tres presidentes firmaron un acuerdo de cooperación contra el tráfico de droga.

Francia tendría un papel importante para jugar en estas iniciativas de paz por el desarrollo mutuo, aportando su saber y su competencia en los campos nucleares y ferroviarios, las comunicaciones y del tratamiento de las aguas. Le queda recobrar el espíritu de viaje del general de Gaulle en América Latina, en 1964.
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27.7.08

¿Y ahora? (Por Eduardo Aliverti)


El voto de Cobos, como hecho en sí, ya quedó atrás. Habitual en Argentina, aunque en realidad es un fenómeno mundial producto del vértigo y la acumulación informativos, de la cultura clip, de que cada vez se diga más para que cada vez se comprenda menos: cualquier hecho rimbombante, de cualquier índole, tiene la capacidad de desaparecer al rato o a los pocos días.

Lo mismo sucederá con la renuncia de Alberto Fernández y con todo otro episodio político que sobrevenga tras la crisis que no sólo envuelve al Gobierno sino al conjunto de la dirigencia política y, en consecuencia, de la sociedad. Y pasa eso porque en definitiva, precisamente por estar en crisis ideológica y política, quedan ocultas las discusiones de fondo. Ocultadas ex profeso, mejor dicho. Cuando las cosas no están claras o se está en duda respecto de hacia dónde avanzar, la actividad política no se diferencia del resto de las relaciones humanas. Se pegan vueltas para ganar tiempo. O para perderlo, si se prefiere. En general, el panorama analítico de estos días, en los grandes medios, es un verdadero manual de la insignificancia; aunque cabe reconocer que lúdicamente es atractivo porque resulta imposible sustraerse de la cantidad aumentada de chusmeríos de palacio. Es muy tentador leer anécdotas y versiones sobre las intimidades del poder. La “gente” se siente informada del culo y calzoncillo de los que están arriba. Aunque sepa, en el fondo, que mucho de lo que le dicen requeriría que los medios dispongan de El Hombre Invisible.
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Pero al cabo, uno se ensimisma leyendo los diálogos literales y las insultos textuales que Cristina y Néstor se habrían dispensado en la soledad de la habitación de Olivos; y les saca el potencial, y se mete en eso y lo incorpora como dato que después cuenta en el trabajo o en el café o con la familia, para sacar pecho de que se tiene la precisa. Eso o cada conversación que Fernández sostuvo con la pareja en sus últimas horas como funcionario; o cada llamado de cada intendente o gobernador que le vende a la prensa lo que le habría dicho a quien sea que more en la Rosada y adyacencias; o cada registro de la cara que tenía cada cual en la asunción de Massa.

No todo pasa por la ventilación de secretos o la lectura de labios, aclaremos. Hay también algunos aportes formidables, que sin el concurso mediático dejarían a la sociedad huérfana de razonamientos profundos. Por ejemplo, que la táctica de Carrió y de la oposición es seguir presionando por la renuncia de Guillermo Moreno, con el objeto de que no lo echen nunca para no aparecer cediendo a las presiones, y que el Gobierno continúe desgastándose. O bien, que Massa no es otra cosa que un almácigo regado en Olivos. O bien, que Cobos se echó atrás porque la hija le dijo que si votaba a favor del proyecto oficial no podría seguir caminando tranquila por Mendoza. Esto último se simplemente portentoso, visto desde la contribución mediática generalizada que se viste de neutral. Resulta que lo importante fue conocer (y apiadarse por) que el vicepresidente de la Nación votó en contra de su gobierno abrumado por el ruego de sosiego de su familia, en lugar de que sea escandaloso que la política se decida por lo que le pide la familia. Y en semejante circunstancia. Hoooola.

¿Todo esto es casual? No, es causal, en el sentido de que en esta clase de descripciones, omisiones y frivolidades se entreteje aquella táctica dominante de ocultar lo prioritario por vía de lo insustancial. Lo que debería estar en debate, y va la advertencia de que sonará trivial, es el modelo de país, afectando cuáles intereses y en alianza con quiénes. Sin caer en vulgaridades facilistas, de naturalezas tales como que Argentina debe volver a ser el granero del mundo o que el pueblo sólo se redimirá cuando llegue la revolución proletaria universal, podría exigirse que se polemice más o menos en serio entre, pongamos: un esquema agroexportador a la clásica, que a estar por el relato liberal fue afectado históricamente por los populismos y nos impidió ser Australia o Nueva Zelandia; o un modelo de desarrollo anclado en el Estado como único burgués esclarecido probable, con vocación redistributiva de la riqueza (después hay que discutir cuál es la construcción política que requeriría un Estado así, por supuesto, y ahí sí entra si no queda otra que recurrir a la CGT y a los barones del conurbano, entre otros tópicos). No es que no se consiga de todo esto, pero lo que hay se remite a algunos pocos artículos y ensayos de algunos diarios y revistas, programas de radio, y blogs o sitios de alcance marginal. Lo masivo lo domina el pasatiempo y entonces se discute, como muchísimo, si lo de Cobos es o no traición personal, en lugar de a cuáles intereses representó el voto de Cobos.

El resto se lo lleva la derecha, bien que -por ahora- con serias dificultades de articulación política. Fue más eficaz: dejen producir a los que más tienen, integrémonos al mundo que nos reclama y van a ver cómo la riqueza se desparrama solita. El Gobierno es un relato contrario a ése, pero su única prueba concreta fue haber resuelto ir hasta el fin, con una comunicación horrorosa, en la defensa de meterle más mano a la renta exorbitante de los productores agrícolas de la pampa húmeda. Nada más. Le sirvió para concitar la adhesión, o el apoyo crítico, de sectores intelectuales y de porciones de la clase media que todavía tienen memoria. Lo demás va comiéndoselo la inflación, los personajes impresentables, el tren bala. Y terminan convirtiéndose en un híbrido acostado por derecha sin beneficio activo por izquierda. Si la discusión pasa por que Kirchner se entromete más de lo debido o si Massa es una zanahoria para erigir imagen de moderación; si la propuesta es sumar efectismos de cambios de funcionarios y se cree que retomar la iniciativa política consiste en eso, el Gobierno selló su defunción. Por la ruta de los cambios de maquillaje pierde seguro. Por la de fugar para adelante discriminando la aplicación del IVA; universalizando un subsidio contra la pobreza; cambiando la recaudación y orientación de los impuestos; afectando los abusos de las cadenas de comercialización; instrumentando de una vez por todas la movilidad de las jubilaciones; y de ahí en más cuanto se pueda deba hacer en dirección popular mientras construya un soporte de respaldo auténticamente más grande (porque de lo contrario no tendrá fuerza para imponer nada), podrá perder pero aunque sea habrá valido la pena. Quedó comprobado que persistir sin más en la base de alianzas y apoyos tradicionales, como el aparato del PJ y la eterna viscosidad de los radicales, no sólo no le alcanza sino que es un boomerang.

Alguna gente, de variado espectro ideológico, está encargándose de recordar que los K nunca fueron de izquierda. Es cierto. Quien quiso ver otra cosa se equivocó. Pero también es cierto que, durante la primera etapa de la gestión, se abrió la posibilidad de tejer cambios con alineación progresista.

Si acaso el Gobierno generó eso por interés oportunista, ahora lo tiene por delante como necesidad. Apostar a subsistir como fotocopia de la derecha será más inútil que triste.

FUENTE: MARCA DE RADIO

sábado 26 de julio de 2008.

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24.7.08

Agroquímicos - soja transgénica - monocultivo - biocombustibles: Una mezcla letal




Viernes 18 de julio de 2008

ALGUNOS COMENTARIOS DESPUES DE LA TORMENTA

El Glifosato es un herbicida sistémico cuya patente era, hasta que venció, de la empresa Monsanto. En la Argentina se usa ahora una versión china de mucho menor precio y que probablemente deja mayores residuos tóxicos. La Soja RR es una soja manipulada genéticamente para resistir al glifosato. Para ello, se le incorporaron genes de la petunia, planta que posee una resistencia natural al herbicida. La formulación comercial del glifosato por Monsanto se denomina Roundup Ready, formulación en que el glifosato se mezcla con otros insumos sumamente tóxicos que le permiten actuar sobre los vegetales. La Soja RR significa entonces Soja Resistente a Roundup Ready. Si bien durante años las empresas y las asociaciones de siembra directa, dijeron que el glifosato era inocuo, en muchos casos estos empresarios nos invitaron teatralmente a tomarnos un vaso de Glifosato, cosa que jamás concretaron, en realidad este herbicida jamás se utiliza solo como tal, sino en una formulación química comercial donde los otros componentes son altamente tóxicos. Y de eso no se habla.
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De todas maneras, crecientes evidencias demuestran que tampoco el glifosato es inocuo y en la Universidad de Paraná se ha probado su fuerte impacto sobre las poblaciones de pequeños anfibios y por lo tanto cómo irrumpe y afecta la cadena biótica. Las fumigaciones en la frontera Colombo ecuatoriana, en zonas absolutamente vírgenes de contaminación, han permitido corroborar los gravísimos impactos de este Herbicieda, sobre las poblaciones de la zona. También en todas las localidades argentinas cercanas a sembradíos de soja, se evidencian crecientes casos de dermatitis, asma y en especial muchísimos casos de cáncer.

Nuestra Campaña Paren de Fumigar consiste en llevar conciencia a las personas de la vinculación entre sus enfermedades y el modo en que son fumigados. Que comprendan la asociación entre la pérdida de salud y la muerte con el modelo productivo que otros eligieron poner en marcha. Exponemos entonces los impactos y orientamos denuncias y demandas judiciales. La lucha es compleja porque el modelo de sojización ha colonizado los claustros universitarios, las instituciones de investigación y los despachos judiciales con sus propios valores. De esa manera, resulta polémico siempre el enfrentar y cuestionar miradas organizadas para no ver los impactos propios de la agricultura industrial. El modelo de monocultivos de soja para exportación configura una nueva dependencia en los marcos globales del capitalismo, una dependencia que nos fuera asignada en los años noventa por las necesidades de Europa y que hoy se extiende al mercado Chino, necesitado de forrajes para satisfacer con carnes rojas a sus nuevos ricos. Este modelo neocolonial de dependencia a las Corporaciones y a los mercados internacionales, nos conduce ahora a la producción de Agrocombustibles para la exportación, lo que sería la fase superior del modelo de agronegocios y agricultura industrial, e incluye nuevos puertos privados sobre la Hidrovía Paraná Paraguay, la incorporación de enormes fondos de inversión a la vez que una integración vertical de capitales en procura de mayores escalas y de vinculación de la producción de soja con el complejo aceitero exportador y con la producción masiva de carnes en encierro, alimentadas en los mismo puertos, con los deshechos húmedos de la propia fabricación de los biocombustibles.

La posibilidad y el temor de que la producción de combustibles desde la agricultura encarezca los alimentos y aumente el hambre en el mundo, se extiende por las instituciones internacionales y los diversos gobiernos, en los que se visualiza con temor que en el planeta, miles de millones de seres humanos serán presa del hambre en los próximos años, como consecuencia de opciones productivos y encarecimiento de todo aquello que constituye su comida. Por todo ello, nosotros como GRR y acompañados por numerosas organizaciones de activistas amigos, alentamos en Europa una moratoria para los cortes de naftas ya anunciados para los próximos años y que les obligarán a comprarnos enormes cantidades de estos biocombustibles para mantener su parque automotor y la producción eléctrica. Tambien propugnamos en nuestro país un uso más racional del petróleo que nos resta, que se destine para uso exclusivo del mercado interno, a la vez que proponemos el respaldo a desarrollos locales que permitan producciones y comercializaciónes sin mayores insumos fósiles, tales como cadenas de frío, packaching y traslados, de tal manera de simplificar el abastecimiento de las poblaciones y el acceso a mercados de cercanías de modos alternativos tales como la tracción a sangre, sin consumo de petróleo. Nosotros tememos que más allá de las discusiones en torno a las retensiones, las próximas etapas de este modelo impliquen mayores amenazas, en especial cuando comienzan a intervenir importantes fondos financieros y cuando los recursos básicos tanto del suelo como del ambiente, comienzan a entrar en una peligrosísima cuenta regresiva, sin que los organismos pertinentes del Estado adviertan a los funcionarios políticos hasta el momento y con suficiente énfasis, del peligro inminente de nuevos colapsos de los ecosistemas como los ya registrados en el Chaco o en los bajos meridionales de la provincia de Santa Fe, y lo que es aún más importante todavía, la creciente y extendida muerte de la vida microbiana en los suelos de la zona agrícola y su irreparable pérdida de fósforo y de materias orgánicas, como consecuencia de los monocultivos.

FUENTE: Grupo de Reflexión Rural

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La fiebre por los biocombustibles en la Argentina (Por Stella Semino)

Los agronegocios entran en conflicto por el uso de la tierra
Agro energía versus producción de commodities
¿Qué le quedará a nuestros hijos después de la devastación que se aproxima?
¿Por qué el auge de los biocombustibles?

Los biocombustibles fueron usados por la humanidad desde siempre, la madera, hojas secas y otros vestigios biológicos sirvieron y sirven para calefaccionar y cocinar los alimentos.

Los biocombustibles pueden ser de origen animal o vegetal así como los combustibles fósiles, que también son de origen biológico. Los combustibles fósiles, hasta hace poco tiempo, fueron más baratos que los biocombustibles producidos a partir del uso de la materia orgánica (biomasa) de los recursos vegetales y animales que nos rodean. Lo que se está alcanzando gracias a los recientes elevados precios del crudo es que la producción en escala de bioetanol y biodiesel sea competitiva. El etanol, producido principalmente con biomasa del azúcar y el maíz, será competitivo con el petróleo cuando el barril de este último llegue a 116 dólares. El biodiesel, que se produce con aceite vegetales obtenidos de commodities como la soja, la palma, el algodón, la colza, el girasol, rendirá cuando el barril de crudo cueste 77 dólares.

La fiebre por la producción en escala de biocombustibles se debe a que el gas y el petróleo se están acabando y lo que queda no hay que dilapidarlo como se ha hecho en los últimos cien años.
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Gracias al uso desmesurado de los combustibles fósiles, especialmente por las sociedades industrializadas, el planeta está sufriendo un proceso de calentamiento que no tiene precedentes ya que, a diferencia de períodos de calentamiento planetarios anteriores, esta vez las altas temperaturas están provocando emisiones que son producto de las actividades humanas. La presión económica para seguir en el mismo paradigma de oferta y demanda que ha enriquecido a las grandes corporaciones y ha aportado muchos dividendos a los países desarrollados, hace que bajo la bandera del calentamiento global y el encarecimiento del petróleo, se busquen otras formas de producción de biocombustibles en escala económica.

El movimiento de los agronegocios hacia los biocombustibles, no depende solamente de la iniciativa privada, las corporaciones se sirven de las diagramaciones sobre la explotación agroenergética que están realizando Instituciones públicas transnacionales como la FAO, la Inter-American Institute for Cooperation on Agriculture (IICA) que responde a la OEA, el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial. La idea detrás del asesoramiento y otros mecanismos financieros es la de adaptar la estructura agraria que sólo servía a la industria alimenticia, a los nuevos requerimientos del mercado energético.

Legislaciones como las promulgadas meses pasados en la Argentina y Paraguay se están introduciendo en muchos países del mundo. La función de estas herramientas legales es asegurar el negocio de los biocombustibles para el mercado interno y externo. Por ejemplo, la ley de promoción de biocombustibles en Argentina, hace obligatoria en 4 años la mezcla de los combustibles fósiles con un 5% de etanol para la nafta y biodiesel para el gasoil. Esta medida significa un mercado seguro para la Argentina, que tendrá que producir alrededor de 600.000 toneladas por año de biodiesel y 160.000 toneladas de etanol. La Secretaría de Agricultura estima que durante el primer año después de la puesta en práctica de la ley, 3.5 millones de toneladas de granos de soja serán necesarias para generar el biodiesel necesario. Tan sólo la soja podría cubrir el 35% de la demanda nacional del biodiesel. No sólo es el mercado interno donde las corporaciones están poniendo la mira. La producción de biocombustibles abre también posibilidades para la Exportación, principalmente a Europa.

La UE está legislando en estos momentos para que sea obligatoria en el 2010 la mezcla de combustibles convencionales con biocombustibles. Brasil ya ha comenzado a exportar etanol a Europa y Argentina ya ha comenzado tímidamente con exportaciones de biodiesel de soja a Alemania. El gran comercio de exportación del diesel que tendrá como principal insumo el aceite de la soja, comenzará recién alrededor del año 2008/2009.

La Argentina es el primer productor mundial de aceite de soja y esto pone a las plantas procesadoras de aceite en la primera línea para cubrir la demanda interna y externa que se propone. Es así que Repsol y Vicentin, entre las principales compañías en el negocio del biodiesel, están invirtiendo fuertemente en la construcción de las plantas procesadoras. Los proyectos millonarios de producción de biodiesel de Vicentin en la localidad de San Lorenzo y Repsol en Ensenada están en los puertos y pensando en la exportación. La agroindustria, debido a las posibilidades de comercializar con mas intensidad con el exterior, se encuentra haciendo lobby de manera agresiva para que se materialicen las mejoras en los calados de la hidrovía Paraná Paraguay y el mejoramiento de las redes viales provinciales.

Los expertos en agronegocios estiman que Europa, a pesar de ser la región del planeta donde mayor cantidad de biodiesel se produce, no dará a basto para cubrir el corte obligatorio que se impondrá de 5,75 en el año 2010. Para ese entonces se requerirán 9 millones más de toneladas de biodiesel de las que se producen actualmente. La demanda implicaría, si fuese la producción solamente de aceite de soja (que no lo será), 20 millones de has más de tierras productivas.

La presente diagramación agroenergética global, crea un serio conflicto de competencia en el uso de la tierra con la industria de la "alimentación" que a su vez esta desde hace ya bastante tiempo comprometiendo con sus producciones intensivas el bienestar del planeta y sus habitantes.

Los Bonos de Carbono y el biodiesel de la soja

Muchos habrán notado qué hábil es la prensa del establishment cuando habla de los biocombustibles, especialmente del biodiesel y las oportunidades económicas que presenta la obtención de inversiones mediante el mercado de bonos de carbón. Los bonos de carbón, forman parte de las herramientas financieras, llamadas Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL) introducidas por el Protocolo de Kyoto en la década del 90. En el sistema de bonos de carbón, las empresas industriales en los países ricos que emiten grandes cantidades de dióxido de Carbón (CO2), tienen que financiar proyectos de captura o abatimiento de emisiones de carbono en los países del tercer mundo, acreditando tales disminuciones como si hubiesen sido hechas en territorio propio.

Por ejemplo una compañía argentina que disminuye sus emisiones de CO2 puede vender esta reducción a empresas de países ricos que estén obligadas a emitir menos gases efecto invernadero. Hay un sinnúmero de criticas bien fundadas sobre la hipocresía de este mecanismo. En este artículo nos limitaremos a describir la situación que se crea con la especulación de los proponentes de biodiesel hechos con aceite de soja que se pretenden presentar para inversiones en el mercado del carbón.

Teóricamente, los proyectos productivos que se presentan como candidatos para inversiones con bonos de carbón tienen que demostrar que contribuyen al desarrollo sostenido del país, que contribuyan a reducir los gases de efecto Invernadero y que cuentan con la aprobación de la Autoridad Nacional designada. En nuestro caso significa que una empresa que vende biodiesel hecho con aceite de soja y dice que disminuye sus emisiones de carbono puede vender esta reducción a empresas de países desarrollados que estén obligadas a bajar sus emisiones de GEI.

Sabemos ya muchísimo sobre los efectos negativos que generan los monocultivos de soja, pero todavía no hay mucho para discutir sobre los supuestos efectos benignos que tendría el uso del biodiesel que como combustible podría emitir hasta un 78% menos de dióxido de carbono que el fuel oil. Lo que no se cuenta en la ecuación, es que el inventario Argentino de emisiones de efecto invernadero, para el panel internacional de cambio climático (IPCC), no está contabilizando los gases producidos por:

-El cambio en el uso de la tierra

-Los incendios de montes y bosques con el fin de plantar soja

-La fertilización nitrogenada que ha comenzado en los últimos años como resultado de que el rendimiento de la soja por hectárea es más alto.

-Los 15 millones de hectáreas de residuos después de la cosecha.

Seguramente si estas emisiones fueran tenidas en cuenta y se le suman las energías convencionales necesarias para producir biodiesel, la reducción de emisiones seria mucho menor que de lo que se calcula. A todo estos factores les tenemos que sumar los que muchas agencias preocupadas con el calentamiento global no quieren ver: la pérdida de soberanía alimentaria, el éxodo rural, la degradación de la tierra, la perdida de biodiversidad, el abuso a los derechos humanos por parte de la autoridades, de los latifundistas y de los para militares cuando reprimen y asesinan campesinos para instalar los rentables monocultivos de ahora en más también dirigidos a abastecer al mercado energético.

A pesar de todo lo dicho, creemos que el uso de algunos biocombustibles deben promoverse, lo que no debemos permitir es que vastas extensiones de tierra sean dedicadas a la agro energía, de la misma forma que desde ya hace varios años nos oponemos a que los campos se dediquen a abastecer a los mercados internacionales con la producción de forrajes y demás commodities.

La situación crítica que se nos presenta con la demanda que están creando las nuevas legislaciones que promueven los biocombustibles, hace que más que nunca tengamos que buscar las formas para impedir estas políticas agroindustriales. Si perdemos esta batalla, lo que las generaciones que nos siguen heredarán de nosotros serán vastos desiertos infértiles que no se habrán de poder recuperar.

El GRR está a favor de una política de promoción en el uso de biocombustibles, solamente si:

· Partimos de considerar que el uso de la tierra es prioritariamente destinado a producir alimentos y que otras producciones tales como la de los biocombustibles se supeditan a que no haya hambre en las poblaciones.

· Está considerado como un elemento más dentro de una política energética general que indique claramente la necesidad de reducir los consumos de energía, específicamente en el sector del transporte.

· Se promueve en su totalidad las diversas fuentes formas de energía renovables y no tan sólo los biocombustibles.

· En ese contexto, una política de promoción a los biocombustibles determina cuales son las mejores fuentes de biocombustibles (aceites usados, biogas, tratamiento de basura) teniendo como prioridad que se garantice la soberanía y seguridad alimentaria, la salud humana y animal y el medio ambiente de todas las regiones del país.

FUENTE: Grupo de Reflexión Rural

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23.7.08

¿El "toma y daka" de Castells?



El más mediático de los piqueteros, Raúl Castells, aquel que le sirvió como la "pata humilde" a la movida campestre, ahora deja traslucir que no fue tan desinteresado ese apoyo explícito. Que la carpa que plantó en la Plaza de los dos Congresos y las tortas fritas que repartió a los transeúntes y manifestantes pro Sociedad Rural, CRA y asociados, tenía un fin concreto e iba más allá de lo que se resolviera en el Congreso respecto a la Resolución 125. Algo así como el tan meneado choripan y los $ 100 que se les adjudica a todo aquel que asistió a las concentraciones del "otro lado".
Parece que Castells, sin que se le moviera un sólo pelo de su barba, pidió al "campo" una compensación de algunas vaquitas y 50.000 kilos de harina.
Más allá (o más acá) del uso bueno o malo que le dé a la solicitada "donación", no parece muy ético que digamos.
Ojalá que si se concreta la entrega de las vacas y la harina, las utilice en beneficio de TODOS los que lo necesitan y que no haga diferencias entre los que, eventualmente, estuvieron de un lado o del otro.

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El hambre de los agronegocios (Por Silvia Ribeiro)

Por todo el mundo siguen aumentando los precios de los alimentos y en los países más vulnerables resultan en situaciones intolerables como hambrunas, a menudo combinadas con sequías o inundaciones, efectos perversos del cambio climático.


Ante la gravedad de la crisis, caen máscaras y se vacían discursos, como la receta de los agrocombustibles y los supuestos beneficios del libre comercio y la agricultura de exportación.

Robert Zoellick, ahora como presidente del Banco Mundial, anuncia que los precios seguirán altos por varios años, y que es necesario fortalecer la “ayuda alimentaria” para gestionar la crisis. Zoellick, que pasó a este cargo luego de ser jefe de negociaciones de Estados Unidos en la Organización Mundial de Comercio, sabe de lo que habla: desde su puesto anterior hizo todo lo que pudo para romper la soberanía alimentaria de los países, en función de favorecer los intereses de las grandes trasnacionales de los agronegocios.

Incluso ahora, la receta de la “ayuda alimentaria”, es otra vez un apoyo encubierto a las mismas transnacionales, que tradicionalmente son quienes venden al Programa Mundial de Alimentos los granos que “caritativamente” les entregan a los hambrientos, con la condición de que ellos mismos no produzcan los alimentos que necesitan.

Los grandes ganadores de la crisis alimentaria son también actores centrales y grandes ganadores en la promoción de los agrocombustibles: las trasnacionales que acaparan el comercio nacional e internacional de cereales, las empresas semilleras, los fabricantes de agrotóxicos.

En estos dos últimos rubros son en muchos casos las mismas empresas: a nivel global, Monsanto es la principal empresa de semillas comerciales y la quinta en agrotóxicos. Bayer es la primera en agrotóxicos y la séptima en semillas, Syngenta la segunda en agrotóxicos y la tercera en semillas, Dupont la segunda en semillas y la sexta en agrotóxicos. Junto a BASF y Dow (tercera y cuarta en agrotóxicos), estas seis empresas controlan el total de las semillas transgénicas en el mundo, que casualmente es también la solución que proponen a todos los nuevos problemas (que ellas mismas han sido parte fundamental en provocar).

Junto a los que dominan más del 80 por ciento del comercio mundial de cereales: Cargill, ADM, ConAgra, Bunge, Dreyfus; todas han tenido ganancias absolutamente impúdicas, gracias a la escasez de alimentos, la promoción y subsidios a los agrocombustibles y el alza de los precios del petróleo (los agrotóxicos son petroquímicos). Un excelente informe de Grain (El negocio de matar de hambre, http://alainet.org/active/23996), da cuenta de estas ganancias: para el 2007, Cargill aumentó sus ganancias 36 por ciento; ADM, 67 por ciento; ConAgra, 30 por ciento; Bunge, 49 por ciento; Dreyfus, 77 por ciento, en el último trimestre de 2007. Monsanto obtuvo 44 por ciento más que en 2006 y Dupont-Pioneer 19 por ciento.

A esta situación se suma el hecho de que los grandes fondos de inversión especulativa –frente a la crisis financiera e inmobiliaria– trasladaron millonarias sumas de dinero a controlar los productos agrícolas en el mercado internacional o commodities. Actualmente, se estima que estos fondos controlan 60 por ciento del trigo y altos porcentajes de otros granos básicos. La mayor parte de la cosecha de soya de los próximos años, ya está comprada como “futuro”. Estos alimentos se han convertido en un objeto más de especulación bursátil, cuyo precio se modifica (y aumenta) en función de los jaloneos especulativos, no de los mercados locales o las necesidades de la gente.

Pese a esta paliza global a toda la gente común, peor para los más desposeídos, las trasnacionales no se dan por satisfechas y van por más. Ahora preparan el próximo asalto, monopolizando a través de patentes, los caracteres genéticos que consideran útiles para hacer plantas resistentes a la sequía, salinidad y otros factores de estrés climático.

Los gobiernos a su servicio, como México, pretenden apagar el fuego con gasolina: en lugar de soberanía alimentaria y control campesino de las semillas e insumos, proponen transgénicos con aún más modificaciones y más riesgos, maíz transgénico para aumentar la contaminación y la dependencia, y que hasta los campesinos más pobres, con apoyos públicos, siembren agrocombustibles en lugar de comida.

Silvia Ribeiro
Investigadora del Grupo ETC.

FUENTE: VoltaireNet.Org

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Algunos aforismos de "Espacio Carta Abierta"

¿Te acordás, hermano, de las cacerolas chilenas del 73?





Los medios son las fuerzas de ocupación en las cabezas; hoy la batalla es en la mente

La batalla política es una batalla cultural



Lo destituyente es vaciar los hechos de su historia y la vida de sus memorias

¡Apagá la tele!; ¡prendé la cabeza!

Ayer golpearon las puertas de los cuarteles; hoy llaman a los gerentes periodísticos

Los milicos de ayer son los medios de comunicación de hoy




TOMADO DE "Espacio Carta Abierta"

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22.7.08

Aerolíneas Argentinas otra vez en manos del Estado: Para mi gusto, Marsans se retiró "demasiado sonriente"


Algo no me olía muy bien cuando se comenzó a hablar sobre la "argentinización" de Aerolíneas Argentinas. El 15 de mayo se planteaba una posible compra de acciones mayoritariamente por parte del dueño de Buquebus, Juan Carlos López Mena. Aparentemente, ahora la idea es que vuelva al Estado, revalorizarla y más adelante es muy probable que se vuelva a privatizar. En el título me preguntaba: Aerolíneas Argentinas: ¿"argentinización" de los gastos y las pérdidas?

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Se conoce ahora que la deuda de la aerolínea es de 890, contraída por sus dueños hasta ayer: el Grupo Marsans, de España. De esos 890 millones, 140 millones corresponden a pasajes vendidos con anticipación por la empresa. Es decir, una evidente sobreventa de pasajes cuando ya se sabía que el grupo español dejaría la empresa en poco tiempo. Se llegó a decir, como para atajarse ante probables críticas o preguntas difíciles de contestar, que esa deuda no es la más importante ya que se irá achicando a medida que esos pasajeros vayan viajando.
Claro que para que esos pasajeros viajen, se deberá invertir en personal, infraestructura, combustible, etc que deberemos pagar todos, como parte del Estado que somos. Y si nos ponemos a hacer cuentas, suponiendo un promedio de 300 dólares por pasaje (entre internacionales y de cabotaje), resultaría que esos 140 millones de dólares significan, nada más y nada menos que alrededor de... 500.000 pasajes...!!! Con los aviones que dejó en pie Marsans (32 solamente), ¿cuántos vuelos y cuánto tiempo llevará descontar ese monto?Lo que hizo Marsans (la sobreventa de pasajes sabiendo que se retiraba) es similar a lo que suelen hacer los bancos cuando ya dan por descontado que van a la quiebra: Ofrecen tasas de interés mucho más altas que el resto de los bancos para captar dinero en plazos fijos, etc... Juntan una masa muy importante de dinero y finalmente, declaran la quiebra quedándose con todos esos fondos.

Por supuesto, es una alegría ver de nuevo a AA en manos del Estado. De todas formas habrá que estar atentos para ver de qué manera se hará y, en definitiva, cuánto terminará costándonos a todos los ciudadanos el "viva la Pepa" de los españoles de Marsans, que lo que mejor hicieron fue vaciar la empresa para beneficiar a sus otros negocios aéreos. Desde luego, no me inspira mucha confianza el hecho de que, con semejantes datos a la vista, se hayan visto caras tan sonrientes de los dos lados (Estado y ex propietarios) en los noticieros.

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De los traidores (Por Juan Sasturain)


En esta época tan devaluada que nos toca vivir –y parafraseando al viejo y querido De Quincey– podemos decir que asistimos a una auténtica decadencia (también) en el arte de traicionar. No porque esta antigua disciplina, llevada a la perfección por Brutos romanos imperiales y algún selecto adocenado cristiano fundador, haya dejado de ejercitarse sino por lo contrario: es tanta la banalización de la traición que –confundida con la generalizada cobardía, el módico cálculo oportunista y la práctica del simple cagador– se ha ido desdibujando en su esencial naturaleza. Porque cagador es cualquiera, pero traidores que merezcan genuinamente el calificativo hay pocos.

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Para que nos entendamos con respecto a de qué estamos hablando, cabe recordar un diálogo ejemplar de El Siciliano, una penosa película del malogrado Michael Cimino –el mismo que hizo The Deer Hunter (rebautizada acá increíblemente El francotirador), obra maestra absoluta– basada en el libro homónimo de Mario Puzo sobre Salvatore Giuliano, el bandido siciliano. En memorable secuencia, un indigerible Christopher Lambert en el papel de Giuliano sostiene que Picciotta –su hombre más cercano, compañero de siempre, John Turturro en el film– lo traicionará. Los que están a su lado tratan de disuadirlo de esa sospecha o convicción argumentando, básicamente, que no puede ser porque Picciotta es su amigo. Y ahí está la perla: “Precisamente: sólo traicionan los amigos”, dice Giuliano-Lambert con una línea impecable que justifica la película entera.
Ahí está la cuestión: la traición no está al alcance de cualquiera. Para poder traicionar algo o a alguien, primero hay que haberlo querido, amado, valorado, hecho carne. Una traición no es un mero engaño (aparentar una cosa y ser otra) sino una mudanza violenta que implica rotura, desgarro (a veces) mutuo de las partes, cierto drama resultado de un conflicto interior. La traición rompe con algo que existía antes (un vínculo, un ideal, un pacto de convicciones) y para eso ni siquiera es necesario que haya otro de por medio para que se produzca, pues bien se puede hablar de alguien que traicionó sus (propios) sueños.

Así, según la brillante y acérrima definición de Giuliano, sólo aquellos que han construido vínculos genuinos, fuertes, de compromiso sincero como la amistad verdadera merecen –ante la inconsecuencia ajena– la afrenta de sentirse heridos, de ser traicionados. Y, a la inversa y desde Judas, sólo aquellos que han sentido el desgarrón interior y pese a ello han roto con lo que les fue más amado desde de motivaciones más oscuras que circunstanciales, merecen el nombre y el hondo destino dantesco de traidores.

Por lo cual, y volviendo al presente discepoleano de lodo y manoseo, sólo la entendible furia y la habitual ligereza calificativa que campea en nuestras discusiones pueden hablar de traición para calificar lo que no es sino un gesto más, un avatar más del devenir inconstante de votos y opiniones, del oportunismo político, en suma. Acá no se trata de un duelo entre totalitarios (sic) y traidores (sic), según las respectivas descalificaciones, sino de un juego lábil entre eventuales aliados y potenciales cagadores en el que las convicciones profundas no tienen intervención, ni relevancia. No están ahora porque no estaban antes.

Moraleja uno: si a la hora de acumular (votos, alianzas, porcentajes) no importaron las afinidades profundas sino las meras conveniencias mutuas, no se debe esperar consecuencia alguna a la hora de la crisis. Moraleja dos: si a la hora de tomar decisiones no se contemplaron las opiniones (o los intereses) del conjunto de los heterogéneos aliados, tampoco se puede esperar consecuencia alguna a la hora de la crisis.

Así entonces, en casos como éstos que nos toca ventilar, como no se trata de una amistad preexistente, de un vínculo (ideológico, político) genuino, no se puede decir que te traicionan. Simplemente, te cagan.



FUENTE: Página 12
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Santuario (Por Sandra Russo)


El “endiosamiento” de Cobos por parte de los grandes medios hace pensar en un Dios que no se cansa de desairar a Carrió.

Tengo que hablar con mi diariero, porque este sábado, sin que nadie se lo pidiera, tiró abajo de mi puerta La Nación y me amargó la mañana. De no haber sido por eso, me hubiese ahorrado leer, en la página 18, un título increíble: “La gente transformó la casa de Cobos en un virtual santuario”. La bajada decía: “Como a un ídolo, le dejan regalos, le tocan el timbre y lo acosan por teléfono”. Eso es lo que hace “la gente”. Abajo, pequeña, muy pequeña, otra nota: “Ruidosa protesta kirchnerista”, cuya bajada indicaba: “Un grupo oficialista hizo pintadas y le pidió que renunciara”. Los kirchneristas no son gente, sino parte, supongo, del zoológico al que hizo mención Llambías la semana pasada, sin que ningún analista de los diarios de mayor circulación ni de los programas periodísticos del cable considerara esa expresión racista, al menos, de poco feliz. Cobos tampoco. Su corazón parece que no le dictó nada al respecto.
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Esto de hablar de “santuario” es, además de exagerado, una muestra del destino que prevén para el mendocino esos medios que hoy articulan la política argentina de acuerdo a sus propios intereses. Si la libertad de prensa puede ser excusa para estas operaciones es una cuestión que merece un debate abierto que implique a toda la sociedad.

Mientras tanto, un par de consideraciones. Que el hombre haya complacido a los factores de poder pisando fuera del plato del gobierno con el que adquirió un compromiso, es una cosa. Pero eso es algo en todo caso más humano que divino, y eso que, como decía Bertrand Russell, en este caso “divino” puede asociarse con Dios pero también con Júpiter o Isis, cuya inexistencia es tan indemostrable como la existencia de otros dioses. Qué cosa, Dios. Dijo Carrió que Cobos fue Su Instrumento en la madrugada del último jueves, cuando la iniciativa del Gobierno fue derrotada en el Senado. Será un Dios que no echa a los fariseos del templo, sino algún Otro, que se complace en que los ricos pasen cómodamente por la cerradura y detenten el poder. Y qué pena para Carrió, que su Dios le impidió a ella congratularse en el escenario, junto a Miguens y Llambías, en su caso no por la vía abierta a la renta extraordinaria, sino por el debilitamiento de un Gobierno que le inspira un odio que, vaya, ¿aprobará Dios?

El punto es que Cobos está siendo endiosado por quienes a Cobos le importan.

La misma nota lo explicitaba: firmada por Juan Pablo Morales, decía que “Cobos vivió ayer el día de máximo esplendor mediático de su carrera política”. Qué ingenuo sería creer que dejándose llevar por su corazón su voto le deparara el estrellato que de otro modo nunca había experimentado. Sería una fenomenal coincidencia que un vicepresidente que sólo escucha a su corazón y vota contra su propio gobierno recogiera las mieles del aplauso y la consideración de los factores de poder así, sin haberlo previsto, sin haber especulado, sin hacer cálculos políticos, en fin, siendo sencillamente fiel a su conciencia, aunque infiel a otro buen número de cosas.

Cuando Cobos habló de pasar el problema al Congreso, y la presidenta lo escuchó, parecía todavía que el hombre quería aportar lo suyo bienintencionadamente. Pero cuando un par de días más tarde el vicepresidente convocó por su cuenta a los gobernadores sin consultar con su jefa política –que dicho sea de paso es quien ganó las elecciones–, pues bien, era el momento, entonces sí, de hablar de la intención de un “doble comando”. Qué extraño que a ningún periodista de los grandes medios esto se le pasara por la cabeza. Así, la crítica principal a la resolución 125 era que fue “inconsulta”. Pero qué bien le cayó a la derecha, política y periodística, un vicepresidente que actuó inconsultamente con la principal autoridad del Poder Ejecutivo.

Cobos, que imposta un bajo perfil pero desborda de ambición política, ya se puso a hablar de que se debe a su público, o más bien, a “sus votantes”. “Tuve los mismos votos que la Presidenta”, dijo textual para detener lo que el sentido común indicaba y el honor sugería, la renuncia. Nadie votó un cogobierno. Que haya dicho eso hace prever que Cobos tiene en mente un doble comando que esta vez sí sería perverso, imposible, degenerado e ilegítimo. No se vota a una presidenta y a un vicepresidente para que una y otro actúen “de acuerdo a sus corazones”, sino para poner en marcha un proyecto político. Si Cobos no entendió cuál era el modelo que país que impulsaría Cristina Fernández y que consecuentemente ha defendido, debería irse sin esperar que nadie se lo pida. Si espera a que se lo pidan, y nada hace pensar que el Gobierno caerá tan pronto en otra trampa cazabobos, lo que espera es una crisis que lo deje en el lugar que no le corresponde y para el que nadie lo votó. Nadie. Una fórmula con Cobos a la cabeza hubiese tenido menos votos que la de Vilma Ripoll.

Ya antes había sido celebrado y cebado, cuando declaró que había que buscar consenso y no votos. Los que lo celebraron y lo cebaron son hipócritas que dicen defender el “consenso” cuando en realidad defienden otras cosas. La política que se desmarca del “sí, bwana” ante cada uno de los factores de poder debe presuponer conflictos, porque no hay cambio importante sin conflicto, y esto lo sabe cualquier trabajador que pelea por su aumento de sueldo.

Pero como viene sucediendo, ahora el “doble comando” será celebrado, impulsado, festejado, porque no se critica lo que se dice criticar ni se defiende lo que se dice defender. Son eufemismos, máscaras. Nunca molestó realmente lo del “doble comando” entre la Presidenta y su marido, a la sazón presidente del partido de gobierno: lo que irritan son las ideas de ambos. Lo que irrita fue, es y seguirá siendo que el zoológico queda tan cerca de casa, ¿viste?

Las ideas de Cobos no irritarán a las señoras gordas porque Cobos tiene aptitud para dejar tranquilas a las señoras gordas. ¿Cuánto falta para que lo invite a comer Mirtha Legrand? Pero la gloria en estos términos no es gratis. Sobre esa conciencia límpida que dice exhibir Cobos pesará para siempre la herida abierta en el corazón y los sueños de muchos argentinos y argentinas que evalúan su conducta como una clara traición a la boleta que pusieron en las urnas de octubre.

FUENTE: Página 12
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21.7.08

Buzzi y De Angeli: Y ahora...¿de qué se van a disfrazar?


Uno siempre trata de anticipar futuros posibles con los elementos con que cuenta en el presente. A veces se acierta. La mayoría de las veces, no.
Hay ocasiones en que conseguimos tener "predicciones" correctas, aunque hubiéramos preferido errar.

Cuando comenzó todo éste despelote con "el campo" y viendo quiénes eran los protagonistas, los que hacían un impensado frente común... lo primero que se me vino a la cabeza fue pensar que, de una u otra manera (ganando o perdiendo la pulseada... o negociando) los que iban a sacar provecho serían los mismos de siempre

(en especial la Sociedad Rural y CRA) y los que iban a quedar "colgados del pincel" serían, también, los mismos de siempre (los pequeños y medianos productores... especialmente los pequeños, claro)

Hoy ya escuché a Buzzi pedir que se revean las retenciones a los pequeños y medianos, porque al no existir ahora la Resolución 125 y sus modificaciones de la Cámara de Diputados (se les otorgaban varias compensaciones), los pequeños y medianos productores (unos 49.300 en total) tendrán que pagar lo que pagaban antes de marzo: 35 % (es decir, lo mismo que los pooles de siembra, la Sociedad Rural y el resto de grandes productores y terratenientes que son aproximadamente unos 4.900).

También escuché que existe un posible primer cortocircuito entre Buzzi y el bocón de De Angeli. Buzzi parece que dijo que el que insistía más con la anulación de la 125 era De Angeli. Sin embargo, yo recuerdo la imágen de todos los del "campo" saltando de alegría cuando el de los huevos grandes (tómenlo como quieran), Cobos... dijo: "mi voto no es positivo".

Miguens y Llambías ya habían dicho antes de ayer que para ellos el tema ya estaba terminado. Es decir, están conformes con que se haya anulado la 125. Ahora, los que sirvieron de mano de obra para el reclamo, para los cortes... están jodidos. Y bien jodidos.
Me gustaría saber de qué se van a disfrazar Buzzi y De Angeli para explicarles a los pequeños y medianos productores que los usaron durante 4 meses y que ahora tendrán que pagar más que con la resolución que tanto combatieron.

En la Sociedad Rural de Buenos Aires la joda continúa. Muestran orgullosos sus toros de millones de dólares mientras los pequeñísimos productores de Santiago del Estero, Formosa, Chaco y del resto del país... siguen penando y pagando los platos rotos.

Buzzi, De Angeli... agárrense fuerte porque el piso va a empezar a moverse, eh...!!
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20.7.08

¿Hay un millón de terroristas en EE.UU.? (Por Juan Gelman)


Desde 2003 el Centro de Detección de Terroristas (TSC, por sus siglas en inglés), organismo dependiente del FBI alimentado además por la CIA y otros servicios, elabora listas de sospechados de preparar, o tener la intención de preparar, atentados en suelo estadounidense. Son gordas esas listas. En septiembre de 2007, el inspector general del Departamento de Justicia informó que el TSC tenía registrados 700.000 nombres en su base de datos y que ese número crecía a razón de más de 20.000 asientos cada mes. Dicho de otra manera: habría actualmente más de un millón de presuntos terroristas en suelo estadounidense o con la pretensión de entrar en él. Bastantes muchos.

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El Centro proporciona a las compañías aéreas los nombres de tales sospechosos, que pasan a integrar una llamada “No-Fly List” con ciertas consecuencias. En los vuelos internos no los dejan subir al avión o los bajan del avión y algo más: los agentes del FBI estacionados en el aeropuerto suelen detenerlos, interrogarlos durante horas, revisar su persona y su equipaje, someterlos a ninguneos varios. Al menos doce Robert Johnson han padecido y aún padecen esos problemas por mera portación de nombre: ése fue el alias de un afroamericano de 62 años condenado por planear la voladura de un templo hindú y de un teatro en Toronto, pero figura en la lista negra sin mayores especificaciones. El periodista Steve Kroft, de CBS News, entrevistó a los doce homónimos, entre otros un empresario, un político, un entrenador de fútbol, incluso un militar. A todos les espera lo mismo (www.cbsnews.com, 10-6-07).

“Casi siempre tengo dificultades para abordar un avión, me ha pasado por lo menos 15 o 20 veces”, contó uno de los Robert Johnson. Otro declaró que, para él, lo peor era la humillación sufrida: “Tuve que sacarme los pantalones, tuve que sacarme los zapatos, después tuve que sacarme las medias. Me trataron como a un criminal”. Nadie ofrece disculpas, la seguridad antiterrorista ante todo. Pero los Robert Johnson no están solos: los acompañan viajeros de prestigio nacional e internacional, como el senador Edward Kennedy. Su caso fue el primero en adquirir notoriedad.

No era para menos: el hermano del ex presidente asesinado, miembro de una familia de abolengo y senador desde 1962, fue detenido e interrogado cinco veces en aeropuertos de la costa este de EE.UU. en marzo del 2004. Le costó tres semanas que quitaran su nombre de la lista de sospechados de terrorismo merced a la intervención de la Casa Blanca. (The Washington Post, 21-8-04). Al más que famoso músico británico Cat Stevens le fue peor: convertido al islamismo, adoptó el nombre de Yusuf Islam y el vuelo a Washington que lo traía de Londres fue desviado a Maine. Seis robustos agentes federales lo esperaban y lo sometieron a un curioso interrogatorio. Viajaba con su hija para grabar un disco y finalmente fue expulsado (ABC News, 1-10-04).

No es la única figura extranjera de relieve que padece cuestiones semejantes. El ex presidente de Sudáfrica y Premio Nobel de la Paz Nelson Mandela figura en el padrón de presuntos terroristas y debe pedir un permiso especial para entrar a EE.UU. (USA Today, 30-4-08). Nahib Berri, vocero del Parlamento libanés y ex abogado de la General Motors, suele reunirse con Condoleezza Rice, pero eso no lo saca de la lista. También está incluido el presidente boliviano Evo Morales, al que han registrado con tres nombres: Evo Morales, Juan Evo Morales Aima y Evo Morales Ayma. Los tres nacieron el 26 de octubre de 1959 y tal abundancia –se supone– es por las dudas.

A la monja McPhee, que supervisa todos los niveles de la educación católica en el marco del Departamento de Educación estadounidense, le fue peor que a Ted Kennedy: tuvo que luchar nueve meses para que la borraran de la “No-fly list” y cesaran de apartarla de la fila de pasajeros para revisarla de arriba abajo. Nada diferente le ha sucedido al mayor general (R) Vernon Lewis, condecorado con la Medalla de Servicios Distinguidos, la más alta distinción que otorga el ejército de EE.UU., ni a Jim Robison, ex asistente del fiscal general de la nación (AP, 14-7-08). Pero no todas son celebridades: se estima que más de 30.000 pasajeros han presentado protestas por tratos semejantes.

La Casa Blanca afirma que esa lista negra es la herramienta más eficaz para la lucha “antiterrorista” en EE.UU. Quién sabe si lo mismo piensa Ingrid Sanders: iba a tomar un vuelo de Phoenix a Washington cuando le anunciaron que su hija de un año de edad estaba registrada como sospechosa de actividades terroristas. Es apenas una de los catorce infantes de menos de dos años que el TSC considera posibles terroristas (AP, 10-7-08). No está claro contra quién combate realmente W. Bush. ¿Contra los terroristas? ¿Contra los norteamericanos?

FUENTE: Página 12
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Con la soja al cuello (Por Eduardo Aliverti)


Lo que pasó el jueves a la madrugada en este país no pasa en ningún lugar de este mundo. Absolutamente en ninguno. Empecemos por ahí. Porque vale para tomarlo como referencia del análisis global que pretenden las siguientes líneas.

Que un vicepresidente vote en contra de su gobierno; que lo haga a seis meses de iniciado éste; que lo ejecute en una instancia crucial para la suerte de la fuerza que integra; que no sólo no haya tenido la ética de renunciar, sino que porte la amoralidad de decirle a su compañera de fórmula que aquí no ha pasado nada y que quiere seguir a su lado hasta el 2011; que el conjunto de los periodistas de la Patria Mediática, siempre horrorizados por la prostitución ideológica de “los políticos” y alucinados con Borocotó hasta ayer nomás, rescate casi sin eufemismos los huevos que tuvo Cobos; señoras y señores, todas y todos, como se dice ahora, Borges y Groucho Marx hubieran quedado boquiabiertos.
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Pero que se haya cruzado este límite surrealista es la pauta de la monumentalidad de los errores del Gobierno y de la magnitud del enemigo, más allá de que ese enemigo haya sido revivido y potenciado por esos errores. Dijo un funcionario kirchnerista, off the record, por supuesto: “La primera vez que tocamos intereses concretos del poder, del poder real, lo único que se nos ocurrió fue enfrentarlos con el bombo y la marcha peronista. Así que nos pasó lo que nos tenía que pasar”.

Esa primera persona del plural es un elemento muy interesante. De qué hablan algunos cuando hablan de nosotros, y de qué hablamos muchos de nosotros cuando nos referimos al ellos. Porque por ahí pasa el todo o una muy buena parte no ya del diagnóstico que cada quien encuentre frente a la situación, sino del modo en que se siente comprometido por ella. Cuando desde el oficialismo citan el nosotros, inclusive en las escasísimas oportunidades en que (siempre de forma reservada) ejercen autocrítica, lo hacen munidos de un sentido marcadamente excluyente, que se reserva la apropiación pero sobre todo las consecuencias de toda victoria, derrota, disposición o gesto político. Esa es en verdad la soberbia preocupante. El resto -los mohines de ella, el tipo de relación con la prensa, las actitudes sobradoras de él, las frases destempladas- son un aspecto secundario que le da letra a la Patria Mediática. Lo que cuenta es esa suerte de desprecio por el hecho de que las ulterioridades de las decisiones que toman, o de la forma de implementarlas, no los afecta solamente a ellos, sino al grueso de quienes ellos, el Gobierno, dicen representar con dirección progresista.

En analogía, tras el Waterloo del jueves se escucha a muchos progres que pasan la factura por el número de estropicios oficialistas. Todo lo que se reprocha es cierto. Que se jodan por aliarse con radicales, que tienen el invicto histórico de terminar, siempre, traicionando. Que se jodan por haber apostado a la estructura mafiosa de los barones del conurbano. Que se jodan por no haber abierto el juego por afuera del PJ. Que se jodan por la admirable ingenuidad de haber mandado el proyecto al Congreso. Que se jodan por apoyarse en la burocracia de la CGT y no darle personería a la CTA. Que se jodan por su estilo capanga de conducción. Que se jodan por no profundizar la afectación de otros bloques de la clase dominante y acabar sin pan y sin torta. Todo correcto. Pero resulta que a la par del kirchnerismo se jodió, precisamente, la muy tibia posibilidad de seguir avanzando en un modestísimo proceso de pequeños cambios que es, al fin y al cabo, el paso tolerable para esta sociedad. Sin ir más lejos, es muy probable que después del jueves haya entrado al freezer el proyecto de una nueva Ley de Radiodifusión, que reemplazara por fin a la vigente desde la dictadura y que abriera el espectro a nuevos actores comunicacionales. El Gobierno teme, con cierta razón, que pueda sucederle en el Congreso lo mismo que acaba de pasarle o, peor aún, que la ley salga como pretenden los grandes pulpos mediáticos. ¿Se jodió el Gobierno o se jodió la mayoría? En otras palabras, ahora la salida es muy posible o claramente por derecha, por lo peor de la derecha, y lo que se jodió está lejos de ser sólo el kirchnerismo. ¿Dónde ponemos el nosotros, entonces, y dónde el ellos?

Alguna parte de esa lógica de escupir para arriba, sin reparar o sin que importe que el salivazo caiga en un radio mucho más amplio que el de origen, tal vez le quepa o le vaya a caber a algunos de los que hoy creen, de buena fe, que el jueves ganó la democracia, o la moderación, o el consenso. O la buena fe, justamente. Alguien, pocos, varios de quienes no soportan a este Gobierno, o de quienes frente al conflicto puntual decidieron estar enfrente, deben haber dudado del sincero corazón de Cobos cuando a las pocas horas de votar se trepó al auto para recoger en los caminos y pueblos la adhesión chacarera. Debe ser un hallazgo o hecho psicológico de fuste que al rato de vivir el momento más difícil de la vida uno ande feliz por las rutas argentinas, con una sonrisa radiante y mostrándose para la foto. Alguien, pocos, varios tienen que haber sentido un cosquilleo cuando la vieron a Carrió advertir que su misticismo había acertado, por fin, el mes exacto en que llegaría el Mesías o el Apocalipsis, no importa. Tiene que haber generado algo en la gente de buena fe verlo al ruralista Llambías cantando la marcha peronista con Luis Barrionuevo (igual que verlo a Saadi votando el proyecto oficial, nadie dice lo contrario). Osvaldo Bayer se pregunta hoy si nadie le habrá tarareado a Cobos, durante el festejo palermitano, el “for he is jolly good fellow” (porque eres un buen camarada) que los estancieros ingleses le cantaron al teniente coronel Varela, en 1922, al cabo del fusilamiento de centenares de peones patagónicos. Alguno debe haber capaz de conmoverse un poquito por llamarle o haberle llamado “dictadura” al único oficialismo del mundo cuyo vicepresidente le vota en contra y lo hiere de muerte, quizás, porque terminó siendo que semejante dictadura es tan torpe que ni siquiera tenía información de lo que podría ocurrirle en el Congreso.

Cupo recordar por estos días una definición de Gramsci: es hegemonía cuando una clase, o fracción de una clase, logra convencer al resto de las clases, o fracciones de clase, de que sus intereses particulares son los intereses generales. Eso, exactamente eso, es lo que acaba de (volver a) consumarse en la Argentina. Pero no en la madrugada del jueves. Y ni siquiera desde marzo último, cuando en la conjunción de los desatinos gubernamentales, y el aprovechamiento de ellos por parte de la fracción gauchócrata-mediática, comenzó a tejerse el entramado que Julio Cobos coronó con la teatralización de su cinismo supremo. Esto viene y se repite desde hace más de 30 años. Es la victoria de las patronales de los milicos. Son los 30 mil desaparecidos, el Auschwitz argentino para que se haya logrado juzgar y encarcelar a los genocidas, pero no revertir la fenomenal derrota política que supone el terror de las clases medias y populares a cualquier vía de avances alterativos del humor de los privilegiados. Cobos, y junto a él los pusilánimes que priorizaron sus hectáreas, sus chacritas, la tranquilidad del vermucito y la siesta cuando vuelven al pago, la defensa falsa del funcionamiento institucional para que la coreografía periodística los ampare, traicionaron acuerdos políticos de circunstancia. Fueron infieles, pero no desleales. Debajo de la superficie -o bien arriba, en realidad- respetaron a rajatabla su cuadro de valores ideológico: no apartarse jamás de los que estarán siempre, de los que tienen la plata del poder verdadero. Los demás van y vienen, llámense Kirchner o como sea. Los Llambías y los Miguens no. Ellos están siempre. Ellos y el tilingaje que quiere ser como ellos y nunca lo será. Los pobres y el medio pelo que piensan con la cabeza de los ricos son el reaseguro de estos tipos.

Ganaron otra vez, aunque en esta oportunidad no corresponde felicitarlos porque la mayor y mejor parte del trabajo la hizo el Gobierno. El matrimonio presidencial, es decir, porque casi no hay más gobierno que ése. Les resta la rearticulación de sus fuerzas políticas y entronizar al Menem Blanco, que bien podría ser el propio Cobos ahora que es el héroe nacional de la gran familia argentina. Los rentistas agrarios, los periodistas del sentido común, la Sociedad Rural, Lilita, Monsanto, las patrullas troscas que les proveen cotillón, Duhalde, los radicales, Macri. Es eso. No hay comandos civiles, ni grupos de tareas ni ninguna de las afiebradas fantasías o recursos retóricos con los que Kirchner tiró sus últimos manotazos.

El golpe es la repetición de la derrota cultural. Ese sí. Terminan de concretarlo. Y que cada quien se haga cargo de la parte que le toca.

Tomado de MARCA DE RADIO, sábado 19 de julio de 2008.
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Barajar y dar de nuevo - La Gran Cobos (Por Mempo Giardinelli)


BARAJAR Y DAR DE NUEVO

La Gran Cobos
Por Mempo Giardinelli

Cuando el vicepresidente Julio Cobos definió el rechazo a la ley de retenciones tal como la había propuesto al Ejecutivo, apenas terminó una batalla, aunque no sin alivio circunstancial para toda la nación.

Quedará para otro debate establecer si es contradictorio que el segundo del Ejecutivo vote en contra de un envío presidencial, pero el hombre votó de acuerdo a su convicción y eso es irreprochable.

En todo caso, para extender la dignidad de su voto ahora es de esperar que renuncie, porque el argumento de que recibió los mismos votos que Cristina Fernández de Kirchner es un sofisma. La ciudadanía votó por ella. Cobos, ahí, estaba pintado.

Pero el panorama es mucho más complejo que una decisión personal. La votación en el Senado fue mucho más allá, incluso, de las retenciones. Y como fue una derrota política, al kirchnerismo le tocará ahora pagar los platos rotos. Fueron muchísimos los errores cometidos, todos señalados incluso por quienes apoyábamos el proyecto de ley de retenciones, en innumerables notas escritas en medios independientes como Debate.

Sin embargo, no parece que el kirchnerismo esté terminado como desean Joaquín Morales Solá y muchos aliados del agrarismo, aunque sí es cierto que dilapidaron gran parte del poder fenomenal que tuvieron.

El Gobierno no está terminado ni mucho menos, pero le va a costar mucho salir bien parado de este revolcón. Porque en política, cuando no se sabe dialogar y se juega siempre a todo o nada, inexorablemente se pierde. Y cuando encima se pierde ante corporaciones y empresarios rurales que proceden con la dureza típica de la necedad y la avaricia, cuidando su bolsillo por sobre todas las cosas, el costo es más alto.

Otra falencia enorme, que también deberán pagar los K, fue la absurda política comunicacional del Gobierno. Si es que la hubo, la información oficial fue tonta y anodina, y se amilanó en todo momento ante la manipulación astuta y pertinaz de la llamada opinión pública.

Lo que queda de bueno es que funcionaron las instituciones republicanas, y eso no es poco. Ambas cámaras del Congreso evitaron el desbarrancamiento de la crisis, una vez más. Con todo lo que muchas mentes simples le critican a los legisladores, y muchísimas veces con toda razón, ellos y ellas supieron trabajar arduamente y resolvieron la coyuntura.

DOLORES POR VENIR

Pero quedan muchas cosas dolorosas en el camino. En todo momento fue la convivencia democrática lo que se puso en juego y eso siempre es peligroso. Por eso en estos meses, en cada texto, quien firma no hizo más que alertar sobre, y rechazar la, desdichada polarización a que nos llevaron tanto el Gobierno con sus errores y necedades, como la radicalizada voracidad de los empresarios rurales con sus mentiras, clasismo, racismo y avaricia. Claro que la responsabilidad mayor era del Gobierno, porque todo gobierno es siempre el responsable último del diálogo republicano. Aunque en eso fallaron todos.

Los unos proclamaron una redistribución que no es tal y que en muchos casos oculta una corrupción intolerable en muchas áreas. Los otros cacarearon un federalismo al peor estilo secesionista boliviano, ocultando así lo que es más verdadero: que no quieren control alguno a sus desmedidas ganancias.

Así la inmensa mayoría de los argentinos asistimos, hastiados, y muchos íntimamente furiosos, a duros torneos de oratoria vacía, repetición de consignas y lugares comunes, ese vicio contemporáneo que alimenta un periodismo berreta lleno de opinionismo a sueldo.

El odio y el resentimiento son despreciables, desde luego, y también lo son muchísimos usos y costumbres de la política argentina. Pero lo peor de todo es el cinismo: el de los que dicen que van a redistribuir lo que cuando pudieron hacerlo no hicieron; el de los que evaden impuestos como se elude a Lucifer; el de los que sólo son rentistas del agro y nos les importa la destrucción de nuestros suelos; el de los que ganaron y siguen ganando fortunas pero se quejan como si vivieran en villas miseria.

Los que pagamos impuestos de veras; los que no evadimos ni un centavo y estamos al día en nuestras obligaciones, y encima vemos cómo el pobrerío nacional paga ese impuesto a la pobreza que es el 21 por ciento de IVA, estamos y seguiremos estando hartos de que nos sigan mintiendo.

DIRIGENCIAS

Ahora habrá que ver qué país vamos a tener. Y la verdad es que a la vista de las dirigencias vernáculas, acaso debiera primar el escepticismo.

La primera dirigencia que es todo gobierno ya demostró su ineptitud para pilotear una crisis de este tamaño, y es por lo menos dudoso que sepan maniobrar con la sabiduría que requerirán los otros grandes temas que están en fila: transportes, ferrocarriles, aduanas, organismos reguladores, política ambiental en serio y no al estilito actual, nueva coparticipación federal, la gran reforma tributaria que la Argentina necesita y cuyo primer paso será acabar con la desgravación de la renta financiera que nos legaron Menem y Cavallo. Y, ni se diga, retenciones móviles a la minería, el petróleo y otras rentas extraordinarias, además de la reorganización profunda del sistema mediático y el debate indispensable sobre el derecho a la información.

Todo eso. Por lo menos.

No hay otros caminos para que la Argentina recupere a los millones de marginados que hoy tiene. Para que los campesinos que son los verdaderos pequeños productores sean propietarios legalizados de las pocas hectáreas que hoy trabajan. Para que millones de seres humanos expulsados de sus provincias que hoy se hacinan en villas urbanas, puedan encontrar trabajo bien remunerado, educación de calidad y horizontes de vida dignos. Para terminar con el hambre, la violencia urbana, la impunidad, el racismo y la explotación que son absurdas marcas registradas de este país.

Puede ser muy dudoso que el gobierno K tenga muñeca y cintura para hacer todo eso, o algo de eso. Pero es seguro que no lo harán las dirigencias agrarias y de la oposición, que en este conflicto se han mostrado sólo capaces de juntar lo mejor con lo peor de este país, pero para rezar al aire libre y mentir cuidando el bolsillo de los ricos. Qué política es ésa. Qué visión social y distributiva se puede esperar de ellos.

De ahí que, a la vista de la torpeza del Gobierno y la variopinta composición del arco opositor, más la probada falta de control de las dirigencias agrarias sobre sus representados, no hay mucho espacio para el optimismo.

Aquí no se resolvió nada porque en el fondo de todo sigue estando la eterna cuestión argentina: si los más ricos, los que ganan siempre y ahora ganan más que nunca, van a ceder algo en favor del conjunto. Jamás lo han hecho.

No es dato menor destacar que el precio actual que recibe el productor argentino es mejor que el de octubre pasado, pese a los aumentos de retenciones que tanto resistieron, escupiendo hacia arriba de la gran mayoría de ellos mismos. Los valores de estos días son los mejores desde 2002. Y no es opinión de quien firma, sino que son datos de la Bolsa de Cereales de Rosario.

Ojalá nos equivoquemos los que así pensamos, pero después de la Gran Cobos días graves nos esperan.
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COBOS, "el heroico"... ¿Futuro candidato a presidente de Sojasiztán?


El jueves pasado, pocas horas después de que el senado volteara la Resolución 125 que presentó el Gobierno, con el voto decisivo del vicepresidente Julio César Cleto Cobos, yo dije "No voy a decir nada de Cobos. A pesar de todo, creo que actuó con sinceridad. Equivocado o no, creo que hizo lo que creyó mejor." Sin embargo, después de pasados un par de días escuchando diferentes opiniones, viendo las escenas de su exposición en el Senado y las posteriores en su casa y en Mendoza, creo que puedo decir algo diferente.

Del lado de los sojeros y su hinchada cacerolera se lo presenta como un héroe, un valiente, un patriota. Como la representación misma de la dignidad personificada.

Del otro lado se suele escuchar la palabra "traidor".

Creo que no es ni una cosa ni la otra.


Tal vez sí sea un traidor de sus propios conceptos.

Cuando era gobernador de Mendoza, su vicegobernador era del mismo partido pero de una fracción diferente, por lo que en algunos temas tenían diferencias. Preguntado al respecto, dijo que no tenían mayores problemas porque en los temas importantes, su vice actuaba como debe actuar un vice... en concordancia con la primera figura (el gobernador, en éste caso...)

A poco de asumir como vicepresidente, declaró que su deber era acompañar las políticas de la presidenta...

Evidentemente su memoria es algo frágil...

Sin embargo, creo que fue desleal y no traidor. Hubiera sido traidor si perteneciera al partido Justicialista o al Frente para la Victoria, se me ocurre. Pero sí fue desleal con quien confió en él para que lo acompañara en la fórmula que ganó las últimas elecciones presidenciales. Es decir, Cristina Fernández y el partido gobernante, los mismos a los que se los trata de "dictadores", aún cuando le dieron la posibilidad a un extrapartidario de ocupar el segundo cargo en importancia... y cuando, salvo algún empujón y unas pocas horas a la sombra de De Angeli y compañía, no produjo un sólo intento de represión durante los más de 3 meses de cortes de ruta y desabastecimiento...

También se me ocurre que, lejos de ser valiente, fue más bien lo contrario. Se lo notaba sumamente nervioso (con la respiración notoriamente entrecortada) y tratando de decir lo que dijo, pero como pidiendo perdón. Incluso un psicólogo tal vez podría explicar qué significa que no haya dicho que votaba por la negativa, y en cambio dijo "mi voto no es positivo". Agregó que la historia lo iba a juzgar, tirando la pelota hacia adelante (bien adelante) y como dejando entrever que no estaba actuando como su "conciencia" le dictaba...

Si es que votó como votó por miedo, significaría que ese miedo provenía de posibles apretadas de los sectores ruralistas, o de otro tipo de cuestiones que justificarían menos su actitud.

Ya en su casa de Ezeiza, más tranquilo y viendo que se acercaba gente a saludarlo desde la vereda, se asomó a la ventana agitando una bandera argentina como si hubiera ganado una medalla de oro en los Juegos Olímpicos, aún después de haber declarado que ese fue el momento más traumático de su vida. (esta imágen de Cobos saludando fue una de las cosas que más me hicieron dudar de mi primera afirmación del jueves). Después vino el largo viaje hasta Mendoza, parando en varios lugares para recibir la "ovación" de sus admiradores... al menos tuvo la decencia (o la inocencia) de admitir que se le había ofrecido el avión presidencial para las 15 horas, pero que él prefirió viajar en auto. Inmediatamente después de conocido el viaje en auto, aparecieron los resentidos y anónimos de siempre indicando que desde Presidencia se le había negado el avión como consecuencia de la bronca que dominaba al Gobierno.

Esta desmentida, más el hecho real de que no existió represión contra los piqueteros ruralistas, más la presencia de un extrapartidario en el segundo cargo en importancia, no sugieren para nada que estemos en presencia de una Dictadura. El Gobierno cometió innumerables y groserísimos errores en éste asunto y en muchos más y está rodeado de muchos indeseables, pero sin dudas que no es una Dictadura. Es más, es el único país en donde se dió la circunstancia que el vicepresidente vota en contra de su propio Gobierno, y que además, al día siguiente de su derrota en el Senado anuló la resolución tan cuestionada.

Para colmo, al mejor estilo de Macri en su etapa como presidente de Boca, aparecieron afiches ensalsando a Cobos (¿futuro candidato a presidente de los sectores más conservadores?)

Aquí, un par de ellos... (machistas y bien de derecha)



Yo creo que mucho más ajustada a la realidad es la tapa de la revista Barcelona, anterior a la famosa votación en el Senado de la Nación:


Para terminar, perdón por algún posible error o falta de claridad en mis conceptos. Es que ya son las 3 de la mañana y tengo sueño... LA HISTORIA ME JUZGARÁ..!!!!

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El "pescau" De Angeli por su boca muere...


"Tenemos que volver a una política agro-exportadora" dijo el esforzado campesino Alfredo De Angeli, el mismo que le alquila sus campos a los Yabrán y vive de la renta (que, dicho sea de paso, al tener menos retenciones será más suculenta aún).

Triste frase, realmente.
De volver a las políticas agro-exportadora nos estaríamos remitiendo a fines del siglo XIX, principios del XX, cuando la Argentina no tenía, ni pensaba en tener industria alguna y los grandes terratenientes hacían pingües negocios con la corona británica. O tal vez, a los negros años de Martínez de Hoz, cuando se destrozó a la industria nacional con la importación de cuanta porquería y baratija andaba dando vueltas por el mundo... y los argentinos de medio pelo para arriba invadían Miami repitiendo sin cesar el "deme dos".

Si a esta frasecita le agregamos la que dijo unos días antes (aquella de que quien quiera comer lomo que lo pague a $ 80 el kilo) podemos tener un perfil bastante certero de lo que significa éste personaje.

Alfredito, ¿no hubiera sido algo más racional y patriótico pedir políticas agro-industriales?. Digo, así el país diversificaría su economía y se crearían muchos más puestos de trabajo... y, por lo tanto, habría más clientes potenciales para su lomo a $ 80.

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19.7.08

El embrollo argentino (Por Osvaldo Bayer)



Desde Bonn, Alemania

Otra vez el mismo clima. Otra vez parece que marchamos por una calle sin salida. Hubo un hombre de mi tiempo, Aldo Ferrer, que dijo lo valedero, lo equitativo. Pero nadie lo escuchó. Hay que distribuir las ganancias para llevar adelante una sociedad integrada; si no, quedaremos cada vez más en el subdesarrollo. La sociedad tiene que ser integrada, regulada. Recordemos aquello de la economía social de mercado. Con la que la Alemania destruida de posguerra logró levantarse. Redistribuir las ganancias en la ciencia, en la técnica, en la paz social, en la educación, en la salud, en una industria que vaya eliminando las dependencias. Una sociedad con miserias es una sociedad injusta, corrupta, en sí, inmoral.
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Además se equivoca aquel que siempre quiere tener más, porque ese afán de dominar es el que crea violencia en la sociedad. Porque el que tiene más es casi siempre traicionado por los cuidadores de ese status.

Una sociedad moderna ya no puede vivir sin las regulaciones. Porque, si no, terminaremos en los grandes castillos de la Edad Media donde se refugiaban los autodenominados nobles para “gozar” de su poder: vestidos desopilantes, joyas, coronas, armas, minués, cuarteto de cuerdas en el almuerzo de los señores, caza del jabalí rodeados por una comitiva de uniformados bien remunerados.

Mientras, a su paso, los esclavos bajo el látigo o los eternos peones de la tierra, con sus harapos y sus ojos plenos de miedo y de hambre. Ahora las figuras han cambiado, todo es más disimulado. Pero las vallas morales y materiales son las mismas. Los dueños en sus countries de lujo con las mismas defensas –esta vez ya de empresas de vigilancia– y, a las pocas cuadras, las villas miseria con su increíble cuadro de las fantasías morbosas de la brutal realidad.

En la Argentina ha ocurrido otra vez un golpe, como ya alguien lo ha dicho. Y como todos los golpes se originó, por un lado, por la incapacidad de quienes gobiernan de convencer, y por el otro, los de la filosofía “no me toquen el bolsillo”.

Los autores del golpe sin armas pero con medios salieron a defender lo “suyo”, todos juntos, algunos de bolsillo flaco y los otros, los tradicionales dueños de la tierra, de los medios, de las empresas que compran y venden.

El error de quienes tienen que ser los administradores racionales y justos fue meterlos a todos en la misma bolsa. Los de poca tierra y los eternos señores de la tierra y del cielo. Y todo se convirtió en dos mitades. Y desempató Cobos, un político esencialmente argentino, que cuando le tocó hablar lo hizo a ritmo de tango, y votó con lágrimas en los ojos. Tal vez lo ayudó a decidirse la virgencita de Luján. Recemos. Cuando lo ético, si se forma parte de un gobierno y no se está de acuerdo con una resolución de ese gobierno, es renunciar y no votar en contra de los que justamente lo pusieron segundo en la lista. Se vuelve a la base y no se sigue aferrándose al poder, por si las moscas. Pasó a ser el héroe de la derecha con voz entrecortada. Primero borocoteó a su partido y puso cara sonriente al peronismo K. Ahora, una vez en el poder, vota emocionado en contra y dice que espera ser aceptado de nuevo por su antiguo partido. En letra argentina eso se llama ser radical. Qué curioso, diría un gramaticólogo estructural alemán observando el uso argentino de la palabra “radical”, y se deprimiría al no encontrar una explicación idiomática consensuada. Porque claro, en sí, radical es ser, como lo dice su raíz: revolucionario, avanzado, definitivo. Definitivo. ¿Ad infinitum? ¿Definitivo? De radical argentino pasó a radical K y de K –probablemente– a la fórmula Cobos-De Angeli, de la cual ya se habla.

Pero eso no es el problema fundamental. El patetismo está en las dos Argentinas actuales de las que, desde su nacimiento, nadie fue capaz de hacer una. Fue muy cómico ver al presidente de la Sociedad Rural, el señor Miguens, cantar el Himno Nacional, emocionado, después del voto de Cobos: “ved en trono a la noble igualdad”. Cuando lo vi en la pantalla recordé las orgullosas crónicas de los diarios patagónicos La Unión y El Orden, de 1922, describiendo el gran banquete de la Sociedad Rural a los oficiales del 10 de Caballería que acababan de fusilar a centenares de peones patagónicos. Fue para 120 comensales y se cantó también, con emoción, el Himno Nacional. “Ved en trono a la noble igualdad, libertad, libertad, libertad” (esto es necesario remarcarlo siempre). Se descorchó champagne y los estancieros ingleses presentes le cantaron al teniente coronel Varela –el fusilador– el “for he is a jolly good fellow” (sí, “porque eres un buen camarada”).

Cobos, cuando se emocionó en la madrugada del jueves, ya que votó por el “campo”, tendría que haber mencionado la tragedia de los peones patagónicos, ya que fue un gobierno radical, el de Yrigoyen, el que dio la orden de los fusilamientos. Cobos tendría que haber aprovechado esa oportunidad en que todos los ojos argentinos lo miraban, para pedir perdón –como radical– por tan trágica y tremenda injusticia. Señalar que fue un error garrafal y un crimen de lesa humanidad. ¿No les suscita ninguna culpa, a los radicales K y a los radicales J, tantos peones asesinados?

Cuando Cobos votó por el no, los manifestantes de Palermo todos en coro cantaron el Himno Nacional. (¿No hubo ninguno, que mirando a Cobos, le tararee el “for he is a jolly good fellow? Las crónicas no lo dicen, no seamos mal pensados.) Pero, eso sí, el diario La Nación describió gozoso y engolosinado cómo estaban vestidos los manifestantes de Palermo que vivaron a Cobos: “... un matrimonio con galeras abanderadas de las que colgaban cintas brillantes, con su bebé en cochecito... o looks más vanguardistas (sombreros tipo diseños de autor) realizados con el mismo motivo... Jeans y pantalones livianos con cintos de cuero, camisas y remeras, y uno que otro sombrero, más anteojos de sol, entre las mujeres, y la onda casual Friday entre los varones... un estilo relajado matizado por el traje y la corbata... Y como silencioso detalle anti-K, una suerte de gorro llevado por algunos con esa letra en círculo cruzado, a la manera de la dialéctica vehicular, más la aclaración ‘yo no lo voté’”. (Aquí hago una pausa y pienso: pero Cobos sí lo votó a K, o mejor dicho, a la K.) Y prosigue la crónica muy significativa: “Y como voto al campo, cintas colgantes en verde soja con la leyenda: ‘Apoyo el campo’”. (Aquí también pienso: claro, con el precio de la soja se explica todo.) Y sigue: “El respeto y la amabilidad fueron la constante... a eso de las 6 de la tarde emergieron, entre otros personajes vinculados con la moda, algunos diseñadores de renombre y también el peluquero más famoso, entusiasmado con la multitud. A un paso, chicos y grandes con mascotas. Así, como en familia”.

Qué idílico. Tendríamos que estar orgullosos de que haya argentinos tan finos y delicados. Somos una familia.

No tanto. Tenemos un país dividido, como en toda nuestra historia. Federales y unitarios, el progreso de Roca y los indios bárbaros y salvajes, los argentinos de bien y los anarquistas extranjerizantes; los cabecitas negras y los libertadores, los argentinos desaparecedores y los desaparecidos; perucas, paraguas, bolitas y argentinos rubios y de ojos celestes.

Celebro que un grupo grande de intelectuales argentinos haya escrito tres cartas sobre la temática del país y así hayan tomado posición en la discusión. Por fin los intelectuales salen a la palestra. Ojalá que esto prosiga y sean tomados en cuenta cuando opinan. Y sería bueno que los políticos de vez en cuando los convoquen para escuchar su opinión. Porque el principal deber del intelectual es ése: salir a la calle cuando en la sociedad hay injusticias o se reprimen las libertades.

El diario alemán Frankfurter Rundschau informó ayer en su página editorial sobre el conflicto que sacude a nuestras pampas. Y lo titula “El embrollo argentino”. ¡Qué delicado y fino el periodista! Hablando en lunfardo, más que un embrollo es un verdadero quilombo. De “el país de las espigas de oro”, cantado por Rubén Darío, al país de la soja de oro. Sí, pero con villas miseria y niños desnutridos.

Tomado de Página 12
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"Una pulga no puede picar a una locomotora, pero puede llenar de ronchas al maquinista" (Libertad, amiga de Mafalda)