31.1.10

De locos... Ahora EEUU quiere patotear a China...

Aumenta la tensión militar entre Estados Unidos y China



A pesar de que el presupuesto militar de Estados Unidos es casi diez veces el de China (que tiene una población más de cuatro veces mayor) y de que Washington planea un presupuesto de defensa récord de 708.000 millones de dólares para el próximo año en comparación con el de Rusia, que el año pasado gastó en el suyo menos de 40.000 millones, China y a Rusia son retratados como amenazas para Estados Unidos y sus aliados.

China no tiene tropas fuera de sus fronteras; Rusia tiene unas pocas en sus antiguos territorios de Abjazia, Armenia, Osetia del Sur y Transdniester. Estados Unidos tiene cientos de miles de soldados estacionados en seis continentes.

Cuando [Robert] Gates era el responsable de las guerras en Afganistán e Iraq, y de casi la mitad del gasto militar internacional, le pareció inadmisible que la nación más poblada del mundo aspirase a “negar a los demás países la capacidad de amenazarla”.

El 23 de diciembre del año pasado la Compañía Raytheon anunció que había recibido un contrato de 1.100 millones de dólares con Taiwán para la compra de 200 misiles antibalísticos Patriot. A principios de junio el Departamento de Defensa estadounidense autorizó la transacción “a pesar de la oposición de su rival China, donde un oficial militar propuso sancionar a las empresas estadounidenses que vendieran armas a la isla” [1].

La venta completa era un paquete por valor de 6.500 millones de dólares, aprobada por la anterior administración de George W. Bush a finales de 2008. En palabras de la agencia principal en Asia de Defense News, “ésta es la última pieza que Taiwán estaba esperando” [2].

Defense News era la primera en informar sobre el acuerdo y recordaba a sus lectores que “Raytheon ya había logrado contratos más pequeños con Taiwán en enero de 2009 y en 2008 para mejorar los sistemas Patriot que poseía el país. Estos contratos eran para mejorar los sistemas hasta llegar a la Configuración 3, la misma mejora que la compañía está llevando a cabo para el ejército estadounidense”.

La fuente también describía en qué consiste la capacidad mejorada Patriot: “Configuración 3 es el sistema Patriot de Raytheon más avanzado y permite el uso de misiles Patriot de Capacidad 3 Avanzada (PAC-3, en sus siglas en inglés, como las demás que vienen a continuación) de Lockheed [y] misiles de Táctica de Orientación de Misiles Mejorada [Patriot-2 mejorada] de Raytheon [...]” [3].

El PAC-3 es el último y más avanzado diseño de misiles Patriot y el primero capaz de derribar misiles balísticos tácticos. Es el primer nivel de sistema del escudo de misiles escalonado que incluye también el Área de Defensa Terminal de Gran Altitud (THAAD), el Interceptor de Base en Tierra (GBI), el Interceptor de Base en Tierra de Medio Curso (GMD), el Área de Defensa Terminal de Gran Altitud (THAAD), la Defensa de Misiles Balísticos Aegis basado en barcos equipados con interceptores de Missile Estandar-3 (SM-3), el Radar de Banda-X Delantero (FBXB) y componentes del Vehículo Asesino Exoatmosférico (EKV). Una red integrada que abarca desde el campo de batalla hasta los cielos.

El sistema es modular y altamente móvil, y de este modo sus baterías son capaces de evitar más fácilmente la detección y el ataque. También aumenta varias veces el alcance de las versiones anteriores de Patriot.

“Los interceptores PAC-3, mejorados con un radar avanzado y un comando central, son capaces de proteger una zona aproximadamente siete veces mayor que el sistema Patriot original” [4].

Si, como el resto del mundo, las autoridades chinas previeron una reducción, por no decir una detención, del ritmo de la expansión militar global estadounidense con la llegada de una nueva administración estadounidense hace un año, como todos los demás ellos también se han sentido bruscamente desengañados.

A principios de este mes, en la sexta advertencia oficial en una semana, el viceministro de Exteriores He Yafei urgió a Estados Unidos a reconsiderar el paquete de armas para Taiwán en una declaración a la agencia oficial de noticias Xinhua: “China ha protestado enérgicamente ante la reciente decisión del gobierno estadounidense de permitir que la Compañía Raytheon y a Lockheed Martin Corp. venda armas a Taiwán” y “la venta de armas de Estados Unidos a Taiwán mina la seguridad nacional de China” [5].

Una información posterior se sumó a lo que ya existía y a la ira de China cuando se reveló que “la administración Obama pronto anunciaría la venta a Taiwán de un paquete por valor de miles de millones de dolares, con helicópteros Black Hawk, sistemas antimisiles y planos de submarinos diesel, en una medida posiblemente tomada para enfurecer a China” [6].

Además, el China Times informó de que Taiwán iba a obtener de Estados Unidos fragatas de clase Oliver Hazard Perry de segunda mano, además de 200 misiles Patriot. Los barcos de guerra se diseñaron en la década de 1970 como alternativas comparativamente baratas a los destructores de la Segunda Guerra Mundial. El nuevo trato duplicará la cantidad de fragatas clase Perry estadounidenses que Taiwán ya posee hasta llegar a 16.

También incluirán una defensa de misiles de alto nivel, ya que “la isla espera armarlos con una versión del Sistema de Combate Aegis avanzado (véase más arriba), que utiliza ordenadores y radar para eliminar múltiples objetivos, así como una sofistica tecnología de lanzamiento de misiles [...]" [7].

Aunque Washington y Taipei presentarán las transacciones de armas como de una naturaleza estrictamente defensiva, merece la pena recordar que el pasado otoño Taiwán llevó a cabo sus “mayores pruebas realizadas hasta entonces de lanzamiento de misiles desde una base secreta y rigurosamente custodiada en el sur de Taiwán” con misiles “capaces de alcanzar a las principales ciudades chinas” [8].

El president Ma Ying-jeou asistió al lanzamiento de misiles que “incluía la prueba de lanzamiento de un misil tierra-tierra top secret y desarrollado recientemente, con un alcance de 3.000 kilómetros, capaz de atacar las ciudades principales en el centro, norte y sur de China” [9].

El PAC y el interceptor de misiles SM-3 que Estados Unidos está proporcionado a Taiwán se podría utilizar perfectamente para un contraataque desde China continental o al menos para proteger los lugares de lanzamiento de misiles de Taiwán de medio alcance que, como se ha señalado antes, son capaces de atacar la mayoría de las principales ciudades chinas.

El 11 de enero Beijing respondió llevando a cabo una prueba de intercepción de misiles de tierra de curso medio en su territorio.

El professor Tan Kaijia, de la Universidad de Defensa Nacional del Ejército de Liberación del Pueblo (PLA), declaró a Xinhua: “Si se considera el misil balístico una lanza, ahora hemos logrado construir un escudo para defendernos” [10].

La revista Time describió la importancia de la prueba al escribir: “No hay posibilidad de que la táctica de China disuada a Estados Unidos de respaldar a Taiwán [...]. Pero la prueba indica un paso más en las tensiones entre Beijing y Washington [...]" [11].

Tanto China como Estados Unidos destruyeron satélites en órbita, el primero en 2007 y el segundo al año siguiente, con un Misil-3 Estándar lanzado desde una fragata Aegis situada en el océano Pacífico en el caso estadounidense. Había empezado el alba de la guerra del espacio.

Un artículo del 15 de enero, publicado en una página web rusa, titulado “Posible guerra del espacio en un futuro próximo”, proporcionaba los siguientes antecedentes: “Es difícil sobrestimar el papel desempeñado por los sistemas de satélites militares. Desde la década de 1970 una cantidad cada vez mayor de procesos de control de tropas, telecomunicaciones, adquisición de objetivos, navegación y otros procesos depende de naves espaciales que desde entonces se están volviendo más importantes [...]. El papel del escalón espacial es directamente proporcional al nivel de desarrollo de cualquier nación y de sus fuerzas armadas” [12].

Durante años China y Rusia han defendido la prohibición del uso del espacio para propósitos militares y plantean anualmente el problema en las Naciones Unidas. Estados Unidos simplemente se ha opuesto con la misma persistencia a las iniciativas.

Para entender el contexto en el que han ocurrido los acontecimientos recientes, durante tres años Washington ha incluido cada vez más y de forma tendenciosa a China y Rusia, con Irán y Corea del Norte, como [países] agresivos en posibles conflictos futuros

La campaña empezó a principios de febrero de 2007, cuando el todavía jefe del Pentágono Robert Gates testificó ante el Comité de Servicios Armados Estadounidense sobre la Solicitud de Presupuesto del Departamento de Defensa para el año fiscal y dijo entre otras cosas: “Además de luchar la guerra global contra el terrorismo nos enfrentamos también al peligro planteado por las ambiciones nucleares de Irán y Corea del Norte, y a la amenaza que plantean no sólo a sus vecinos sino también globalmente debido a su historial de proliferación; a los inciertos caminos de China y Rusia, que siguen ambos con sofisticados programas de modernización militar; y a toda una serie de otros puntos álgidos y de desafíos [...]. Nosotros mismos necesitamos capacidad para conflictos fuerza a fuerza regulares porque no sabemos qué se va a desarrollar en lugares como Rusia y China, en Corea del Norte, en Irán y en cualquier otro lugar” [13].

Si se objetara que Gates sólo estaba aludiendo a unos planes de eventualidades generales que se podrían aplicar a cualquier nación importante, desde entonces ni sus comentaristas ni ninguno de los altos cargos estadounidenses de defensa han mencionado a potencias nucleares amigas como Gran Bretaña, Francia, India e Israel, pero han reiterado su preocupación por Rusia y China con una regularidad alarmante. De hecho, China y Rusia han sustituido a Iraq en la antigua categoría del eje del mal.

A pesar de que el presupuesto militar de Estados Unidos es casi diez veces el de China (que tiene una población más de cuatro veces mayor) y de que Washington planea un presupuesto de defensa récord de 708.000 millones de dólares para el próximo año en comparación con el de Rusia que el año pasado gastó en el suyo menos de 40.000 millones, China y a Rusia son retratados como amenazas para Estados Unidos y sus aliados.

Tanto Rusia como China reaccionaron severamente ante las declaraciones de Gates en febrero de 2007 y sólo tres días después el presidente ruso Vladímir Putin pronunció un discurso, con Gates en la audiencia, en la Conferencia anual de Seguridad de Munich, en el que advirtió:

“¿Qué es un mundo unipolar? Se embellezca como se embellezca el término, a fin de cuentas se refiere a un tipo de situación, a saber, un centro de autoridad, un centro de fuerza, un centro de toma de decisiones.

Es un mundo en el que hay un amo, un soberano. Y a fin de cuentas esto es pernicioso no sólo para aquellos que están dentro del sistema, sino también para el propio soberano, porque se destruye a sí mismo desde dentro.

Las acciones unilaterales y con frecuencia ilegítimas no han resuelto ningún problema. Es más, han causado nuevas tragedias humanas y creado nuevos centros de tensión. Juzguen ustedes mismos: no han disminuido las guerras ni los conflictos locales y regionales [...]. Y no muere menos gente en estos conflictos, sino que mueren incluso más que antes, ¡considerablemente más, considerablemente más!

Hoy somos testigos de un uso desmedido de la fuerza (de la fuerza militar) casi incontrolado en las relaciones internacionales, fuerza que está sumiendo al mundo en un abismo de conflictos permanentes.

Un Estado y, por supuesto, el primero y más importante, Estados Unidos, ha sobrepasado sus límites nacionales en todos los sentidos. Esto es visible en las políticas económicas, políticas, culturales y educativas que impone a otras naciones [...]” [14].

En Washington no se tuvo en cuenta la advertencia.

Tres meses después el jefe del Pentágono reanudó sus anteriores acusaciones. En mayo de 2007 el Departamento de Defensa publicó su informe anual sobre la capacidad militar de China que citaba “los continuos esfuerzos de proyectar poder chino más allá de su región inmediata y de desarrollar sistemas de alta tecnología que pueden desafiar a lo mejor de mundo. El Secretario de Defensa estadounidense Robert Gates afirma que le preocupan algunos de los esfuerzos de China”.

El informe afirmaba: “China está llevando a cabo una transformación a largo plazo y total de sus fuerzas militares” para “permitirle proyectar poder y negar a otros países la posibilidad de amenazarla” [15]. Cuando Gates era el responsable de las guerras en Afganistán e Iraq, y de casi la mitad del gasto militar internacional, le pareció inadmisible que la nación más poblada del mundo aspirase a “negar a los demás países la capacidad de amenazarla”.

Un año después de que Gates vinculara a China y Rusia con los países sospechosos supervivientes del “eje del mal” Irán y Corea del Norte, el Director Nacional de Inteligencia Michael McConnell señaló a China, Rusia y la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEC) como las mayores amenazas para Estados Unidos, más incluso que al-Qaeda.

Voice of Russia respondió a las acusaciones de McDonnell en un comentario en el que se incluían los siguientes extractos:

“Rusia ha exigido una explicación a Estados Unidos por un informe del Director de la Inteligencia estadounidense en el que se mencionaba a Rusia, China, Iraq, Irán, Corea del Norte y al-Qaeda como fuentes de amenazas estratégicas para Estados Unidos [...]. Muy posiblemente, el informe de la comunidad de inteligencia estadounidense equivale a dar cuentas por la increíble cantidad de dinero que cada año se asigna a su mantenimiento. Podría haber otras razones que explicaran por qué se ha incluido a Rusia entre los Estados que plantean una amenaza para Estados Unidos” [16].

Gates ha permanecido como Secretario de Defensa de la nueva administración estadounidense y lo mismo su retórica antichina y antirrusa.

El pasado 1 de mayo la Secretaria de Estado Hillary Clinton afirmó que “la administración Obama está trabajando para mejorar las deterioradas relaciones con varias naciones de América Latina para contrarrestar la creciente influencia iraní, china y rusa en el hemisferio occidental [...]” [17]. El mes después de pronunciar estas palabras se dio un golpe de Estado en Honduras, dos semanas después de que Estados Unidos se asegurara el uso de siete bases militares en Colombia.

En septiembre el Director de la Inteligencia Nacional Dennis Blair dio a conocer el informe de Estrategia de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, publicado cada cuatro años, en el que se afirmaba que “Rusia, China, Irán y Corea de Norte plantean los mayores desafíos para los intereses nacionales de Estados Unidos” [18].

La agencia France-Presse afirmó que “el 15 de septiembre Estados Unidos situó a la emergente superpotencia China y al enemigo de la Guerra Fría, Rusia, al lado de Irán y Corea del Norte en la lista de las cuatro principales naciones que desafían los intereses estadounidenses” y citaba del informe de Blair: se señalaba a China por su “ diplomacia cada vez más centrada en las fuentes naturales y su modernización militar. Rusia es un socio de Estados Unidos en importantes iniciativas, como garantizar material físil y luchar contra el terrorismo nuclear, pero puede que continúe buscando vías para reafirmar poder e influencia de una manera que complica los intereses estadounidense” [19].

A China no se le permite negar a otras naciones la posibilidad de amenazarla y a Rusia no se le permite complicar los intereses estadounidenses.

Esta tendencia, cuya persistencia no presagia nada bueno, ha continuado este año.

El vicepresidente del Sistema de Defensa de Misiles de Lockheed Martin, John Holly, promocionó el papel de su compañía en el Sistema de Defensa de Misiles Balísticos Aegis (cuyos componentes se están entregando a Taiwán) como “la estrella resplandeciente” de la cartera de interceptores de misiles de Lockheed, y según un periódico de la ciudad que alberga la Agencia de Defensa de Misiles del Pentágono, “al señalar a los programas de misiles de Corea del Norte, Irán, Rusia y China, Holly dijo: 'el mundo no es un mundo muy seguro [...] y nos incumbe a nosotros en la industria proporcionar [al Pentágono] las mejores capacidades'" [20].

Tres días después del Asesor del Pentágono del Secretario de Defensa para Cuestiones de Seguridad para Asia y el Pacífico, Wallace Gregson, “expresó sus dudas acerca de la insistencia de China en que su uso del espacio es para medios pacíficos” y afirmó que “los chinos han afirmado que se oponen a la militarización del espacio. Sus acciones parecen indicar la intención contraria” [21].

Al día siguiente el almirante Robert Willard, jefe del Comando Estadounidense del Pacífico, declaró en un testimonio ante el Comité de los Servicios Armados que “la poderosa maquinaria económica de China también está financiando el programa de modernización militar que ha suscitado preocupación en la zona, una preocupación también compartida por el Comando Estadounidense del Pacífico” [22].

La Armada estadounidense tienen seis flotas y once grupos de ataque con portaaviones repartidos en todo el mundo o preparados para el despliegue, pero China con sólo una armada de “aguas marrones”* en sus propias costas es causa de preocupación para Estados Unidos.

Como escribió el pasado mes de septiembre Alan Mackinnon, presidente de la Campaña Escocesa por el Desarme Nuclear:

“El mundo de la guerra hoy está dominado por una única superpotencia. En términos militares Estados Unidos se asienta en el mundo como un coloso. Un país con sólo el 5% de la población mundial es responsable de casi el 50% del gasto global en armamento.

Sus once flotas navales con portaaviones patrullan cada océano y sus 909 bases militares están repartidas estratégicamente por todos los continentes. Ningún otro país tiene bases recíprocas en el territorio estadounidense, sería impensable e inconstitucional. Hace veinte años que acabó la Guerra Fría y Estados Unidos y sus aliados no se enfrentan hoy a ninguna amenaza militar significativa. Entonces, ¿por qué no hemos tenido el esperado dividendo de paz? ¿Por que la nación más poderosa de la tierra sigue aumentando su presupuesto militar, que supera ahora los 1,2 trillones de dólares en un año en términos reales? ¿Qué amenaza se supone que va a contrarrestar todo eso?

La respuesta estadounidense ha sido en gran parte militar, la expansión de la OTAN y encerrar a Rusia y China dentro de un anillo de bases y alianzas hostiles. Y sigue presionando para aislar y debilitar Irán” [23].

Unas observaciones que la gente tendrá que tener muy presentes mientras China es presentada cada vez más como un desafío para la seguridad (y una amenaza estratégica) de la única superpotencia militar del mundo.

Por Rick Rozoff

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Notas:

1) Reuters, 7 de enero de 2010.

2) Ibid.

3) Defense News, 23 de diciembre de 2009.

4) http://www.missilethreat.com/missiledefensesystems/id.41/system_detail.asp

5) Agencia Rusa de Información Novosti, 9 de enero de 2010.

6) Taiwan News, 4 de enero de 2010.

7) Agencia France-Presse, 11 de enero de 2010.

8) Radio Taiwan Internacional, 14 de octubre de 2009.

9) Deutsche Presse-Agentur, 14 de octubre de 2009.

10) Asian Times, 20 de enero de 2010.

11) Time, 13 de enero de 2010.

12) Russian Information Agency Novosti, 15 de enero de 2010.

13) http://www.sras.org/news2.phtml?m=908

14) http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2007/02/12/AR2007021200555.html

15) Voice of America News, 26 de mayo de 2007.

16) Voice of Russia, 8 de febrero de 2008.

17) Associated Press, 1 de mayo de 2009.

18) Radio Free Europe/Radio Liberty, 16 de septiembre de 2009.

19) Agencia France-Presse, 15 de septiembre de 2009.

20) Huntsville Times, 10 de enero de 2010.

21) Agencia France-Presse, 13 de enero de 2010.

22) Washington Post, 14 de enero de 2010.

* El término “armada de aguas marrones” [a "brown water" navy] lo creó la armada estadounidense para designar a los barcos pequeños usados en ríos y por extensión a aquellas armadas que sólo tienen capacidad para llevar a cabo operaciones militares en ríos, lagos o cerca del litoral [n. de la t.].

23) Scottish Left Review, 17 de noviembre de 2009.



Fuente: Global Research
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Infierno en Haití: niños detenidos por buscar comida mientras EEUU niega la atención médica

EEUU no piensa pagar los gastos médicos de los haitianos afectados por el terremoto

La situación se va complicando cada vez más en Haití: los muertos alcanzan ya los 180.000, la ayuda no ha llegado a la mayoría de los afectados los niños están siendo detenidos por buscar alimento y las enfermedades comienzan a propagarse.

El anuncio de los EEUU por el que se ha hecho saber que no van a evacuar a más haitianos hacia sus hospitales para no pagar los gastos derivados de sus cuidados -hasta ahora menos de 1000 haitianos han sido trasladados a hospitales estadounidenses- ha sorprendido en todo el mundo debido a los 100 millones de dólares que el gobierno que lidera Barack Obama iba a dar a Haití como ayuda para el restablecimiento de la normalidad.

La mayoría de la población afectada por el brutal terremoto que asoló Haití hace más de dos semanas no está recibiendo la ayuda humanitaria que ha enviado la Comunidad Internacional por la mala gestión que los EEUU han realizado en el aeropuerto de Puerto Príncipe. Debido a ello la gente se ve obligada a saquear comercios para conseguir comida para que sus familiares no mueran de hambre.

La desesperación es tal que hasta los niños participan en estos saqueos . La represión no se queda atrás ya que estos niños, aterrados, son detenidos por las fuerzas de seguridad acusados de saqueo, en una realidad donde hace días que no pueden acceder a los alimentos de otro modo.

Esta situación se suma al incremento de las denuncias por parte de la ONU y del Gobierno haitiano del tráfico de menores y de sus órganos, perpetradas por mafias que se aprovechan del caos que se produce en este tipo de catástrofes.

Mientras tanto la Organización Mundial de la Salud ha avisado del rápido aumento del contagio de enfermedades como el sarampión, el tétanos y diarrea. La ONU ha anunciando que para evitar una epidemia las vacunaciones masivas comenzarán dentro de una semana.

Médicos Sin Fronteras confirmó que las reservas de sangre para las transfusiones empiezan a escasear.

El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, está en Haití representando a la Unión de Naciones del SUR (UNASUR) y ha criticado la tutela estadounidense en la catástrofe, declarando conjuntamente con el presidente Haitiano René Preval, que el gobierno de éste es quién debe coordinar y dirigir la reconstrucción de la isla antillana.

Correa también ha criticado duramente el "imperialismo" de los países donantes porque piensan recuperar el dinero "donado" mediante gastos oficiales o sus Organizaciones No Gubernamentales, lo que incrementará la deuda externa del país.

Mientras tanto los países del ALBA siguen enviado más ayuda, duplicando el combustible gratuito que Venezuela después de condonar la deuda a Haití, está enviando

Fuente: Tercera Información
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29.1.10

Geólogo suizo a juicio por "causar terremotos"

El martes puse un artículo que habla de las sospechas de que el terremoto de Haití podría haber sido producido artificialmente con un "armamento sísimico de Estados Unidos"...

Tal vez haya muchas personas que nunca escucharon hablar del proyecto HAARP. Otros que sí están enterados y creen que es un invento de un grupo de "conspiranoicos". Lo cierto es que producir terremotos es algo posible de hacer y esta noticia que apareció en la página BBC News así lo confirma...

Esta es la traducción:

El jefe de una empresa de energía geotérmica ha ido a juicio en Suiza acusado de daños a la propiedad mediante la activación de terremotos.

La compañía Markus Haering había estado trabajando con las autoridades de Basilea para tratar de convertir el calor en las rocas profundas en electricidad.

Pero el proyecto fue suspendido en 2006, cuando la perforación disparó los sismos.

No causó heridos, pero sí daños por 9 millones de euros. El señor Haering niega que se hayan porvocado los daños intencionalmente.

El proyecto fue cerrado definitivamente la semana pasada después de que un estudio gubernamental encontró que otros temblores similares causados por el proyecto daría lugar a millones de dólares de pérdidas cada año.

Gran falla

Al comparecer ante el tribunal en Basilea el martes, el Sr. Haering rechazó las acusaciones de que él deliberadamente haya dañado las propiedades y declaró que las personas del lugar eran conscientes de los riesgos.

Dijo que que quienes estuvieron implicados en los trabajos tenían "muy poco conocimiento de la sismicidad" antes de que se iniciara la perforación en la zona de Petit-Huningue.

Pero los líderes del proyecto tenían un plan de emergencia y a "cada minuto, sabíamos lo que estaba pasando y se pudo actuar de inmediato".

Uno de los terremotos generados tuvo una magnitud de 3,4.

El informe del gobierno suizo llegó a la conclusión de que si el proyecto había sido autorizado a seguir, exisitía una posibilidad del 15% de que pudiera provocarse un terremoto lo suficientemente poderoso como para causar daños de hasta 500 millones de dólares.

Sin embargo, es poco probable que activara la gran falla que corre por debajo de Basilea, que condujo a un gran terremoto que devastó la ciudad en 1356.

El sr. Haering enfrenta una posible condena a cinco años de cárcel si el juez encuentra que hubo daño intencional a la propiedad. Se espera un veredicto la semana próxima.
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Obama inicia la guerra fría contra China y América Latina (Por Heinz Dieterich)

El fracaso interno de Obama ante el poder de la plutocracia estadounidense le ha motivado a retornar a la clásica política imperial de Estados Unidos. Para China y los gobiernos progresistas de América Latina, este viraje significa la aplicación de las violentas políticas agresivas de la Guerra Fría, basadas en el mayor presupuesto militar y de espionaje de la historia de Estados Unidos.



La caída de Chávez está planeada para 2010


La agresión a China

La cabeza visible de esta nueva política es el New York Times (NYT), el diario más importante de la elite estadounidense que llevó Obama al poder. Paul Krugman, premio nobel de economía, encabezó la campaña pública anti-China en octubre del 2009, con varios artículos sobre su “escandalosa (outrageous) política monetaria”. La “política mercantilista“ de China, instrumentada a través de una “moneda nacional (renminbi/Yuan) subvaluada”, basada en una “combinación de controles de capital e intervencionismo” genera desempleo en otros países. Ese “mal comportamiento” de Beijing, es “una creciente amenaza para el resto de la economía mundial. La única pregunta es qué hará el mundo, y en particular, Estados Unidos, para cambiar esto”.

El tema de la agresión pasó después a la “libertad de expresión” en el internet, cuando la transnacional estadounidense Google ---que ha perdido la batalla por el mercado de internet más grande del mundo ante la empresa china Baidu, y que ha violado los derechos de autor a escala global, incluso China, digitalizando obras sin permiso--- amenazó con retirarse de China ante “la censura” del gobierno chino.

Después de una semana de ataques diarios en el New York Times, la dama de hierro deObama, Hillary Clinton, contestó la pregunta del Laureado Krugman el 21 de enero, con la declaración pública de la Nueva Guerra Fría contra China: citando el discurso de las Cuatro Libertades de Franklin D. Roosevelt que justificó la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial (Four Freedoms Speech, 1941); el discurso de la Cortina de Hierro de Winston Churchill (Iron Curtain Speech, 1946), que justificó el inicio de la Guerra Fría contra la Unión Soviética; y los veinte años de la caída del Muro de Berlin, declaró que una “nueva cortina informacional” estaba descendiendo en el mundo y que Washington iba a enfrentar a los Estados que actuaban de esa forma, a nivel cibernético, comercial y económico. Reveló en este contexto que Washington ayuda en cuarenta países a gente que trata de evadir las censuras gubernamentales y que está gastando 15 millones de dólares en esas ayudas.

El 19 de enero, Gideon Rachman, comentarista principal de política exterior del diario más importante del gran capital europeo, Financial Times, reforzó la posición de Krugman-Google-Clinton, arguyendo que el conflicto entre Estados Unidos y China es inevitable; por que China no se ha convertido, después de la represión en Tian An Men (1989), en una democracia liberal-capitalista, tal como los gobiernos de Bush, Clinton y Obama habían esperado como resultado del libre comercio y del crecimiento económico. Por lo tanto, patrocinar “el ascenso de un estado unipartidista leninista, que es el único rival geopolítico plausible de EEUU”, no le conviene a Washington. De esta forma se obtiene “la fórmula de una reacción violenta contra China”. La culpa la tiene Beijing, porque ha actuado “de forma provocadora en lo relativo a la divisa y los derechos humanos. Si quiere evitar un conflicto perjudicial con EEUU, sería adecuado que cambie su política.”

Las vedaderas razones de esta Guerra Fría contra China son esencialmente: 1. La defensa de la soberanía nacional de China ante las corporaciones transnacionales y las potencias imperialistas de Occidente; 2. La extraordinaria capacidad gerencial del Partido Comunista de China (PCCh) y su Estado, que explica en gran medida el fabuloso crecimiento económico del país, frente a la incapacidad de reformas estructurales en Estados Unidos, donde el dominio parasitario del Complejo militar-industrial y de la plutocracia hacen prácticamente imposible las reformas que requiere en forma vital, su sistema económico y político. 3. El gran potencial militar chino mostrado el 1. de octubre, 2009, en un claro mensaje a Washington y la OTAN, que lo hace inatacable y que pone en tela de juicio (vía misiles) el dominio naval estadounidense en el Pacífico. 4. La reactivación del marxismo como Proyecto Histórico del PCCh y del Estado, bajo el gobierno del Presidente Hu Jintao.

La agresión a América Latina

El planteamiento pentagonista de la Nueva Guerra Fría para América Latina parte del hecho de que hay tres grupos de Estados en el sur del hemisferio occidental. 1. Los desarrollistas-nacionalistas de centroizquierda, como Bolivia y Ecuador, encabezados por Hugo Chávez, junto con Cuba; 2. los monroeistas-neoliberales, como Colombia, Perú y Chile; 3. Brasil, como fiel de la balanza del poder en América Latina. Ante esta correlación de fuerzas, la Casa Blanca persigue dos objetivos estratégicos inmediatos: a) destruir este año, pero a más tardar en el 2012, al gobierno de Hugo Chávez y, b) forzar a Brasil a separarse del grupo bolivariano y aceptar el rol privilegiado de gendarme general, bajo la hegemonía de Washington.

La oferta-chantaje a Brasil es la siguiente. Hemos recuperado el control monroeista-neoliberal con Micheletti en Honduras, Martinelli en Panamá, y el Pinochetista Piñero en Chile. El gobierno de Cristina Kirchner caerá probablemente este año y, si queremos, también el de Lugo en el Paraguay.

En cuanto a los gobiernos bolivarianos, estamos logrando la destrucción del gobierno de Chávez (falta de electricidad y agua, inseguridad, corrupción, inflación, mercado negro; constante cambio de ministros aumenta ingobernabilidad; élite política chavista aturdida; nuestra logística militar para la guerra terminada, etc.), y cuando caiga Chávez, Ecuador, Bolivia y Nicaragua se someterán a la Doctrina Monroe. Cuba quedará en una situación muy débil. Es decir, el fenómeno del bolivarianismo es una cosa del pasado. La fuerza en ascenso somos nosotros. Ustedes, Brasil, pueden subirse al tren de los perdedores o se alejan del grupo de centroizquierda y aceptan un trato privilegiado como gendarme regional del patio trasero. Escojan.

La batalla decisiva por América Latina se da en Venezuela. Lamentablemente, el Presidente Chávez juega exactamente el papel que la estrategia de Washington le asigna: en lugar de ampliar las alianzas internas mediante un viraje incluyente de su política, la radicaliza, aislando y debilitándose cada vez más. Reaccionar ante la crisis de gobernabilidad, cada vez más palpable en Venezuela, con la proclama: "Exijo lealtad absoluta a mi liderazgo. No soy un individuo, soy un pueblo”, ha causado escalofríos en la clase media venezolana y los brindis de champán en el Departamento de Estado, la CIA y la Casa Blanca.

Es trágico ver como el Presidente, pese a sus grandes talentos individuales, carece totalmente de la dialéctica política y la capacidad gerencial que destacan el rumbo del gobierno chino. La ausencia de esas virtudes lo condenan a perder la Nueva Guerra Fría del imperialismo.
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La fosa más grande de Colombia


En el pueblo de La Macarena habrían hallado más de 2000 cadáveres

Pobladores, ONG y la prensa denunciaron esta semana que, detrás del cementerio, hay unos 2000 cuerpos sin identificar que habrían sido asesinados por paramilitares y enterrados por miembros del ejército. El gobierno lo niega.

Katalina Vásquez Guzmán (Desde Medellín)

En las tierras ardientes de La Macarena estaría la fosa común más grande de Colombia. Pobladores, ONG y prensa internacional denunciaron esta semana que, detrás del cementerio, hay unos 2000 cuerpos sin identificar que habrían sido enterrados por miembros del ejército. El alcalde de esa localidad, Eliécer Vargas, negó a Página/12 la existencia de esta fosa. “Eso es pura mentira”, afirmó el gobernante desde Bogotá. “En La Macarena no hay ninguna fosa común”, afirmó enérgicamente.

La Macarena es un pequeño pueblo 200 kilómetros al sur de Bogotá. Se lo conoce como caliente por, además de que la temperatura alcanza los 28 grados centígrados, la marcada presencia de grupos ilegales, primero, insurgentes; más tarde paramilitares de ultraderecha. Estos últimos serían, según las denuncias, los responsables de asesinar, desmembrar y enterrar los civiles sin nombres en esa localidad. Algunos de ellos podrían ser “la multitud de líderes sociales, campesinos y defensores comunitarios que desaparecieron sin dejar rastro”, según le contaron los pobladores a Jairo Ramírez, del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos en Colombia.

Hace algunas semanas Ramírez viajó hasta el lugar de los hechos con una delegación de parlamentarios ingleses. “Lo que vimos fue escalofriante”, declaró al periódico español Público. Describió que vio “infinidad de cuerpos, y en la superficie cientos de placas de madera de color blanco con la inscripción NN y con fechas desde 2005 hasta hoy”. Sin embargo, el alcalde de La Macarena le dijo a este diario que, como en todo pueblo, hay un cementerio y que es allí donde “hay 2000 cuerpos de muertos de los últimos cincuenta años. Por supuesto, hay algunos que están sin identificar”.

También la Fiscalía General dijo que ya conoce la denuncia pero dijo no tener confirmada la existencia de la fosa. Al periódico Nuevo Herald de Estados Unidos declararon que en La Macarena solo inhumaron algunos cuerpos y que desconocen el número real actual. “El gobierno no quiere investigar”, le dijo el sociólogo Alfredo Molano al medio de comunicación español, señalando que “ni en los años cincuenta hubo en Colombia tanta brutalidad como la que muestran estas acciones de los paramilitares”. Para Molano el gobierno sólo permitirá que aparezcan algunas tumbas. “Esas son afirmaciones amarillistas de los periodistas que quieren dañar la imagen de La Macarena”, sentenció Eliécer Vargas a Página/12 antes de colgar el teléfono.

La denuncia del macabro hallazgo, el más grande del país de confirmarse, puso en la agenda el tema de las desapariciones en Colombia. Según la Fiscalía, serían 25 mil los ciudadanos que están desaparecidos en este país. Las pocas decenas de estos que han podido ser encontrados en los últimos años estaban en fosas comunes como las que, en febrero de 2009, se encontraron en La Macarena. En otras regiones como El Putumayo (sur) y Antioquia (centro) también se han encontrado enterramientos de hombres, mujeres y niños, incluso desmembrados, en zonas despobladas y alejadas de los cascos urbanos.

En parte, los descubrimientos de fosas comunes han sido posibles gracias a las declaraciones de ex paramilitares, también conocidas como versiones libres, en las que los hombres confiesan sus crímenes para alcanzar los beneficios de la Ley de Justicia y Paz. Recientemente, alias Betún, John Jairo Rentería, reveló a un fiscal que desmembró y enterró “al menos a 800 personas” en la finca Villa Sandra, en Putumayo. En La Macarena se anuncian investigaciones desde hace un año, cuando la Unidad de Exhumaciones de la Fiscalía en la ciudad de Villavicencio avisó que desplazaría equipos a la localidad para investigar las denuncias de los ciudadanos, incluso del sepulturero que habría visto enterrar los miles de NN entre 2002 y 2005.


Fuente: Pagina 12
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26.1.10

Proyecto HAARP: Haití y el armamento sísmico de Estados Unidos

La polémica se ha desatado a consecuencia de la publicación en nuestro sitio de un artículo evocando la posibilidad de que el origen del terremoto en Haití haya sido engendrado artificialmente, pero antes de abordar el tema, necesitamos hacer algunas precisiones. Efectivamente, el armamento sísmico existe y los EEUU, entre otros países, lo posee. Sí, las fuerzas estadounidenses estaban listas y pre-posicionadas para desplegarse sobre la isla. Todo esto es insuficiente para sacar una conclusión, pero vale la pena de comenzar el debate y la reflexión.



Publicando el artículo «¿Han los Estados Unidos provocado el terremoto en Haití?», nuestro objetivo no era de difundir una interrogante que agita e inquieta a los medios militares y mediáticos en algunos países, pero que curiosamente es ignorado en muchos otros más por su gran prensa comercial [1]. Tomar una posición al respecto no es lo primordial. Simplemente, lo que queremos demostrar, siguiendo nuestro viejo y fiel método, -incluso si a veces es mal comprendido-, que consideramos que sólo se pueden comprender las relaciones internacionales estudiando aquello que piensan en sus cabezas los dirigentes del planeta.

El conformismo actual ha hecho posible hoy, que mientras se haga una cobertura mediática acerca de los debates [políticos] en curso en Washington, nadie se molesta de esto, pero cuando nosotros damos cobertura y difundimos los debates u otras informaciones [políticas] de los países no-alineados, asistimos a una especie de ajusticiamiento informático en Europa [los grupos de poder] gritan al escándalo y levantan sus escudos y se ponen a la defensiva [acusandonos de cualquier cosa]. Todo se pasa como si los Europeos juzgaran a priori que las únicas problemáticas «occidentales» son pertinentes y que las otras son pura locura.

Uno de nuestros colaboradores intentó ubicar la raíz de la imputación según la cual el terremoto en Haití podría ser [de origen] artificial. Él se preocupó sobre todo por saber si esta información no era más que una simple intoxicación [desinformación] introducida por un tal David Booth (alias Sorcha Faal) y que se habría propagado en los círculos gubernamentales en el mundo. En definitiva, nosotros no sabemos con certitud quien es la fuente inicial [de esta información], pero si sabemos que este asunto y cuestión, se debate actualmente al más alto nivel en varios países de América Latina, de Europa Oriental y en Asia.

En tanto que responsable de publicación de la Red Voltaire, tomé la decisión de buscar y de publicar el cable informativo de la [televisión venezolana] VivéTV, que había sido publicado bajo la forma de un comunicado de prensa en el sitio internet del Ministerio de Información de Venezuela y de publicarla junto con el video documental [de la televisión rusa] Russia Today, precisando claramente: «Curiosamente, la televisión venezolana cita como fuentes de sus informaciones designando al ejército ruso, mientras que la televisión rusa cita sus fuentes designando al presidente Chávez.»

Si estas informaciones han sido retomadas con fidelidad por numerosos diarios, sobre todo en el Medio Oriente, en cambio, estas mismas informaciones han sido deformadas por la prensa atlantista [«Occidente»], apoyándose en el artículo de Sorcha Faal. Este personaje ha tomado algunas líneas [frases] del texto de VivéTV y las ha colocado entre comillas como si fuesen [frases] salidas de la boca del presidente Hugo Chávez. Lo que era una hipótesis de trabajo se transforma en una posición [afirmación] gubernamental. Algunos de estos diarios [atlantistas] han ido más lejos aún, inventando cualquier cosa y sacando fuera de contexto la manera como el presidente venezolano se había expresado, para concluir que el presidente y su auditorio están tocados de un delirio anti-norteamericano agudo, y que la Red Voltaire sufre de la misma patología.

No nos dejemos intimidar por esta manipulación e investiguemos esta hipótesis.

¿Qué sabemos nosotros del armamento sísmico hoy en día?

Durante la Segunda Guerra Mundial investigadores neo-zelandeses intentaron elaborar una máquina para provocar tsunamis [artificialmente] tsunamis que podrían ser utilizados contra el Japón. Los trabajos fueron dirigidos por el australiano Thomas Leech de la universidad de Auckland [en Nueva Zelandia], el proyecto llevaba el nombre código de «Projet Seal». Numerosas experiencias a pequeña escala fueron llevados a cabo entre 1944-1945 en Whangaparaoa. Estas experiencias fueron de un gran éxito.

Los Estados Unidos consideraban este programa prometía mucho, tanto como el «proyecto Manhattan» de fabricación de una bomba atómica. En ese sentido nombraron al doctor Karl T. Compton para que haga la conexión entre las dos unidades de investigación. Compton era el presidente del MIT. Él ya había reclutado anteriormente a numerosos sabios y científicos en el esfuerzo de guerra emprendido y él era además uno de las ocho personas encargadas de aconsejar al presidente Truman [2] sobre la utilización de la bomba atómica. Él pensaba que esta [la bomba], podría dar la energía necesaria al equipo investigativo de Leech para provocar tsunamis más poderosos.

Los trabajos de Thomas Leech fueron continuados durante la Guerra Fría. En 1947, [el rey] George VI elevó el rango del sabio a la dignidad, nombrándolo Caballero del Imperio Británico para recompensarlo de haber elaborado una nueva arma. El «Proyecto Seal» continuaba siendo un secreto militar, lo que no se dijo en esa época fue que él [Thomas Leech] era recompensado por haber creado la bomba a tsunami.
Posteriormente, los servicios de EEUU se encargaron de hacer creer que estas investigaciones nunca existieron y que todo esto no era más que un señuelo para impresionar a los soviéticos. Sin embargo, la veracidad de los ensayos de Leech ha sido comprobada y establecida en 1999, cuando una parte de la documentación fue desclasificada por el ministerio de Nueva Zelandia de Relaciones Exteriores. Oficialmente los estudios han sido retomados hoy por la universidad de Waikato [3]

Se ignora si las investigaciones anglo-sajonas prosiguieron durante los años 60, pero se volvieron a ellas por las circunstancias, cuando se decidió de proceder al abandono de las pruebas nucleares en la atmósfera, en adelante, las pruebas nucleares serían submarinas.
Los Estados Unidos temían de provocar involuntariamente terremotos y tsunamis. Por tal razón ellos querían saber ahora como hacerlo voluntariamente.



Oficialmente, al final de la guerra de Vietnam, los Estados Unidos y la Unión Soviética renunciaron a las guerras que implicaban al Medio Ambiente o lo afectaban (terremotos, tsunamis, trastornos del equilibrio ecológico de una región, modificación de las condiciones atmosféricas -nubes, precipitaciones, ciclones y tornados-, modificaciones de las condiciones climáticas, de las corrientes oceánicas, del estado de la capa de ozono o de la ionósfera) firmando para ello la «Convención sobre la prohibición de utilizar técnicas para modificar el medio ambiente a fines militares u otros fines hóstiles» (1976).

Sin embargo, a partir de 1975, la URSS inició nuevas investigaciones de Magnetohidrodinámica (MHD). Se trataba de estudiar la corteza terrestre y de pronosticar los sismos. Los soviéticos estudiaron la posibilidad de provocar pequeños sismos para evitar uno grande. Estas investigaciones fueron rápidamente militarizadas. El resultado fue la construcción en el Pamir [4] de la máquina a [hacer] terremotos.

Cuando la Unión Soviética se derrumba y el sistema comunista se desmantela, los responsables de este programa deciden de pasar a los Estados Unidos por fines de lucro, pero como sus investigaciones no estaba concluidas ni acabadas, el Pentágono rehusó de pagar. En 1995, mientras que Rusia estaba gobernada por Boris Yelsin y el oligarca Viktor Chernomyrdin, la US Air Force recrutó a los investigadores rusos y su laboratorio en la ciudad de Nizhni Nóvgorod. Allí construyen una máquina mucho más poderosa, la Pamir 3, que fue probada con éxito. El Pentágono compró entonces a los hombres y el material y lo transporto a los Estados Unidos, en donde fueron integrados al programa HAARP.



La posibilidad de haber empleado la arma sísmica ha sido evocado en varias ocasiones en el transcurso de estos últimos años, sobre todo respecto a Argelia y Turquía. Sin embargo el caso más discutido es el terremoto de Sichuan (China) el 12 de mayo 2008 [poco antes que se inauguren los Juegos Olímpicos en este país]. Durante los 30 minutos que precedieron el terremoto, los habitantes de la región observaron inhabituales colores en el cielo. Si algunos ven en estos acontecimientos como «mensajes del cielo» retirando su confianza al Partido Comunista, otros los interpretan de manera más racional. La energía utilizada para provocar el terremoto habría provocado las perturbaciones en la ionósfera. En los meses que siguieron [a esta tragedia], el internet y los medios de comunicación chinos difundieron y discutieron esta hipótesis, hoy considerada como cierta por la opinión pública china.




Video tomado en Sichuan 30 minutos antes del terremoto

Regreso a Haití

Nada se distingue de un terremoto provocado de un terremoto natural, sin embargo hay que precisar una cosa, solamente se sabe provocar terremotos superficiales, como aquel que ha ocurrido en Haití.

Lo que ha llamado mucho la atención y sembrado la duda ha sido la reacción de los Estados Unidos. Mientras que los medios informativos atlantistas se contentan de citar brevemente la polémica sobre la violación de la soberanía de Haití [por la invasión humanitaria de EEUU], los medios de información latinoaméricanos se preguntan e interrogan sobre la rapidez del despliegue de los soldados estadounidenses: desde el primer día, más de 10,000 marines y contratistas llegaron a Haití de inmediato. Esta hazaña logística se puede explicar simplemente de la siguiente manera: estos soldados ya estaban pre-posicionados en el marco de un entrenamiento militar. Bajo la autoridad del comandante segundo del SouthCom, el general P. K. Keen, estos soldados participaban [por casualidad y curiosamente] al simulacro de una operación humanitaria en Haití, después de un supuesto huracán. El comandante segundo Keen y su equipo habían llegado solamente algunos días antes. En el momento preciso del terremoto, estos se encontraban todos en el refugio [de protección] de la embajada de EEUU [en Puerto Príncipe ], embajada que ha sido construida según las normas antisísmicas, a la excepción de dos de sus soldados que se encontraban en el hotel Montana y que habrían sido heridos.

El general Keen ha dado numerosas entrevistas a la prensa estadounidense, la cual ha multiplicado los reportajes y emisiones al respecto de las operaciones de socorro y ayuda [en Haití]. Él ha frecuentemente recalcado su presencia en Puerto Príncipe durante el terremoto pero jamás el motivo de su presencia.

Entre los objetivos del ejercicio militar figuraba el test de un nuevo programa informático permitiendo de coordinar los esfuerzos humanitarios de las ONGs [Organizaciones No Gubernamentales] y de los ejércitos estadounidenses. Minutos después de la catástrofe, este computer software [programa informático] fue puesto en línea y 280 ONGs se inscribieron.

Es legítimo preguntarse si estas coincidencias son o no fruto del azar.

Thierry Meyssan

Analista político francés. Fundador y presidente de la Red Voltaire y de la conferencia Axis for Peace. Última obra publicada en español: La gran impostura II. Manipulación y desinformación en los medios de comunicación (Monte Ávila Editores, 2008).

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[1] « ¿Han los Estados Unidos provocado el terremoto en Haití?», Red Voltaire, 23 enero de 2010.

[2] Harry S. Truman (8 de mayo de 1884 – 26 de diciembre de 1972) fue el trigésimo tercer Presidente de los Estados Unidos. Fue él quien dio la orden los días 6 - 14 de agosto 1945 para que los Estados Unidos lanzaran dos bombas atómicas sobre Japón, el 6 en Hiroshima y el 9 en Nagasaki, matando a casi 300.000 japoneses.

[3] « Tsunami bomb NZ’s devastating war secret » et « Devastating tsunami bomb viable, say experts », por Eugene Bingham, New Zealand Herald, 25 et 28 septiembre 1999. « Experimental bomb to create huge tidal wave was tested in 1944 » por Kathy Marks, The Independent, 27 septiembre 1999.

[4] La Cordillera Pamir está entre las más altas del mundo, situada entre los límites del Asia Central con el Asia meridional, está formada por la unión de las cordilleras Tian Shan, Karakórum, Kunlun y el Hindu Kush, y al este está relacionada con el Himalaya, por ser un punto de reunión de varias cordilleras es también conocido como Nudo del Pamir, juntamente con el Tíbet eran conocidas en tiempos victorianos como "el Techo del Mundo" (Roof of the World). Es conocida también por el nombre chino Congling.(Fuente Wikipedia)

Fuente: Red Voltaire
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25.1.10

Haití: ¿Donaciones para pagar una deuda odiosa?

Mientras que los EEUU aprovechan del caos en Haití a consecuencia del terremoto para invadir y ocupar militarmente el país, como lo hicieron ya de 1915 a 1934, la prensa internacional compara su pobreza como una fatalidad más al igual que el terremoto que ha golpeado a sus habitantes. Los investigadores Sophie Perchellet y Eric Toussaint nos recuerdan que no es así. Desde el siglo XIX, los esclavos tuvieron que indemnizar a sus colonizadores, pasando por los abusos del Fondo Monetario Internacional, la pobreza es el fruto de la explotación.



Una de las más grandes operaciones de ayuda de la historia podría resultar muy similar a la realizada después del tsunami de 2004, salvo que el modelo de reconstrucción adoptado sea radicalmente diferente. Haití ha quedado en parte destruido a consecuencia de un violento terremoto de magnitud 7. Todo el mundo gimotea y los medios de comunicación, ofreciéndonos imágenes apocalípticas, repiten los anuncios de ayuda financiera que los generosos Estados aportarán.

Escuchamos que hay que reconstruir Haití, ese país abatido por la pobreza y «el infortunio». Los comentarios no van más allá del terrible cataclismo. Nos recuerdan precipitadamente que es uno de los países más pobres del planeta pero sin explicar las causas de esa pobreza. Nos dejan creer que esa pobreza se abatió sobre Haití porque sí, que es un hecho irremediable: «Es la desgracia que los golpea.»

Es indiscutible que esta nueva catástrofe natural ha causado daños materiales y humanos tan enormes como imprevistos. Una ayuda de urgencia es por lo tanto necesaria y todo el mundo está de acuerdo con eso. Sin embargo, la pobreza y la miseria de Haití no provienen de ese terrible temblor de tierra. Es necesario reconstruir el país porque éste ya había sido despojado de los medios para construirse. Haití no es un país libre ni siquiera soberano. Durante los últimos años, la política interior es realizada por un gobierno que está constantemente bajo la presión de las órdenes llegadas del exterior y de las maniobras de los grupos de poder locales.

Haití ha sido tradicionalmente denigrado y a menudo descrito como un país violento, pobre y represivo en el mejor de los casos. Casi no hay comentarios que nos recuerden la independencia conquistada en 1804 tras una cruenta lucha contra las tropas francesas de Napoleón. En vez de subrayar la gestión humanitaria y el combate por los Derechos Humanos, serán el salvajismo y la violencia las características asignadas a los haitianos. Eduardo Galeano habla de la «maldición blanca»: «En la frontera donde termina la República Dominicana y empieza Haití, hay un gran cartel que advierte: El mal paso. Al otro lado está el infierno negro. Sangre y hambre, miseria, pestes. [1]»

Es indispensable recordar la lucha de emancipación llevada a cabo por el pueblo haitiano, porque en represalia a esa doble revolución, a la vez antiesclavista y anticolonial, el país heredó «el rescate francés de la independencia», correspondiente a 150 millones de francos oro (o sea, el presupuesto anual de Francia en esa época). En 1825, Francia decidió que «los habitantes actuales de la parte francesa de Santo Domingo pagarán a la caja federal de depósitos y consignas de Francia, en cinco plazos iguales, año a año, el primero expirando el 31 de diciembre de 1825, la suma de ciento cincuenta millones de francos, destinada a indemnizar a los antiguos colonos que reclamaron una indemnización. [2]»

Esto equivaldría a cerca de 21.000 millones de dólares actuales. Desde el comienzo, Haití tiene que pagar un alto precio, la deuda sería el instrumento neocolonial para facilitar el acceso a los múltiples recursos naturales de este país.

El pago de este rescate fue por lo tanto un elemento fundador del Estado haitiano. En términos jurídicos, esto significa que fue contraído por un régimen despótico y utilizado contra el interés de la población. Francia y después Estados Unidos, cuya zona de influencia se va ampliando en Haití desde 1915, son totalmente responsables. Mientras que habría sido posible enfrentarse a las dolorosas responsabilidades del pasado en 2004, la comisión Régis Debray [3] prefirió descartar la idea de una restitución de esta suma, con el pretexto de que no tenía «fundamento jurídico» y que eso podría abrir la «caja de Pandora».

Las demandas del gobierno haitiano vigente fueron rechazadas por Francia: no ha lugar a reparaciones. Francia no reconoció tampoco su papel en el ignominioso regalo que hizo al dictador «Baby Doc» Duvalier en su exilio, ofreciéndole el estatuto de refugiado político y la inmunidad.

El reino de los Duvalier comenzó con la ayuda de Estados Unidos en 1957 y duró hasta 1986, fecha en que el hijo, «Baby Doc», fue derrocado por una rebelión popular. La violenta dictadura, ampliamente respaldada por los países occidentales, reinó durante cerca de 30 años. Estuvo marcada por un crecimiento exponencial de la deuda. Entre 1957 y 1986, la deuda externa se multiplicó por 17,5. En el momento de la fuga de Duvalier, representaba 750 millones de dólares. Posteriormente, aumentó, con los intereses y penalidades a más de 1.884 millones de dólares.

Esta deuda, lejos de servir a la población, que siguió empobreciéndose, estaba destinada a enriquecer al régimen. Por lo tanto es una deuda odiosa. Una investigación reciente demostró que la fortuna personal de la familia Duvalier (bien resguardada en cuentas de bancos occidentales) representaba unos 900 millones de dólares, o sea, una suma mayor que la deuda total del país en el momento de la fuga de «Baby Doc».

Existe un proceso en curso ante la justicia suiza para la restitución al Estado haitiano de haberes y bienes mal adquiridos durante la dictadura de los Duvalier. Esos haberes están por el momento congelados por el banco suizo UBS, [4] que impone unas condiciones intolerables en cuanto a la restitución de esos fondos. Jean Baptiste Aristide, inicialmente elegido con un gran entusiasmo popular, fue posteriormente acusado de corrupcion y depuesto.

A costa de convertirse en una marioneta de los Estados Unidos fue restablecido en el poder, solo para ser finalmente capturado y expulsado por las tropas de dicho pais. Aristide, desgraciadamente, tampoco fue innmune a la tragica malversacion de fondos y al endeudamiento establecidos por los Duvalier. Por otro lado, según el Banco Mundial, entre 1995 y 2001, el servicio de la deuda, es decir los intereses más la amortización de capital, alcanzó el considerable monto de 321 millones de dólares.

Toda la ayuda financiera anunciada en este momento debido al terremoto ya está comprometida en el pago de la deuda

Según las últimas estimaciones, más del 80 % de la deuda externa de Haití está en propiedad del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), cada uno con un 40 %. Bajo su férula, el gobierno aplica los «planes de ajuste estructural», maquillados como «Documentos Estratégicos para la Reducción de la Pobreza» (DSRP). A cambio del recomienzo de los préstamos, se le concedió a Haití algunas anulaciones o alivios de la deuda, insignificantes pero que dan una imagen de buena voluntad de los acreedores.

La Iniciativa Países Pobres Muy Endeudados (PPME), en la que Haití fue admitido es una maniobra típica de blanqueo de la deuda odiosa, como fue el caso con la República Democrática del Congo. Así se reemplaza la deuda odiosa por nuevos préstamos, que se suponen legítimos. El CADTM considera estos nuevos préstamos como parte de la deuda odiosa, ya que sirven para pagar esa antigua deuda. Existe, por lo tanto, una continuidad del delito.

En 2006, cuando el FMI, el Banco Mundial y el Club de París aceptaron que Haití entrara en la iniciativa PPME, el stock de la deuda externa pública total era de 1.337 millones de dólares. En el punto de culminación de la iniciativa (en junio de 2009), la deuda era de 1.884 millones de dólares. Se decidió una anulación de la deuda de un monto de 1.200 millones de dólares para que «ésta fuera sostenible». Mientras tanto, los planes de ajuste estructural arrasaban el país, especialmente en el sector agrícola, cuyos efectos culminaron con la crisis alimentaria de 2008.

La agricultura campesina haitiana sufrió el dumping de los productos agrícolas estadounidenses. «Las políticas macroeconómicas apoyadas por Washington, la ONU, el FMI y el Banco Mundial no se preocupan en absoluto de la necesidad de desarrollo y de la protección del mercado nacional. La única preocupación de estas políticas es la producción a bajo coste para la exportación hacia el mercado mundial». Por consiguiente, es escandaloso oír que FMI diga que «está listo para ejercer su función con el apoyo apropiado en los dominios de su competencia».

Como se expresa en el reciente llamamiento internacional, «Haití nos llama a la solidaridad y al respeto de la soberanía popular»: «A lo largo de los últimos años y junto con muchas organizaciones haitianas, hemos denunciado la ocupación militar por parte de las tropas de la ONU y los impactos de la dominación impuesta por medio de la deuda, el libre comercio, el saqueo de su naturaleza y la invasión de intereses transnacionales. La condición de vulnerabilidad del país a las tragedias naturales –provocada en gran medida por la devastación del medio ambiente, por la inexistencia de infraestructura básica, por el debilitamiento de la capacidad de acción del estado- no está desconectada de esas acciones, que atentan históricamente contra la soberanía del pueblo.

«Es momento de que los gobiernos que forman parte de la MINUSTAH, las Naciones Unidas y especialmente Francia y Estados Unidos, los gobiernos hermanos de América Latina, revean esas políticas a contramano de las necesidades básicas de la población haitiana. Exigimos a esos gobiernos y organizaciones internacionales sustituir la ocupación militar por una verdadera misión de solidaridad, así como la urgente anulación de la ilegítima deuda que hasta el día de hoy se cobra a Haití.»

Independientemente de la cuestión de la deuda, se teme que la ayuda tome la misma forma que la que acompañó al tsunami que devastó, a fines de diciembre de 2004, varios países de Asia (Sri Lanka, Indonesia, India y Bangladesh), o incluso la ayuda después del ciclón Jeanne en Haití en 2004. Las promesas no se cumplieron y una gran parte de los fondos sirvieron para enriquecer a las compañías extranjeras o a las cúpulas locales. Esas «generosas donaciones» provienen mayoritariamente de los acreedores del país.

En lugar de hacer donaciones, sería preferible que anularan las deudas que tiene Haití con ellos: totalmente, sin condiciones e inmediatamente. ¿Podemos realmente hablar de donaciones cuando sabemos que la mayor parte de ese dinero servirá para el pago de la deuda externa o para el desarrollo de «proyectos de desarrollo nacional», decididos de acuerdo con los intereses de esos mismos acreedores y de las oligarquías locales?

Es evidente que sin esas donaciones inmediatas sería imposible pedir el reembolso de una deuda cuya mitad, por lo menos, corresponde a una deuda odiosa. Las grandes conferencias internacionales de cualquier G8 o G20, ampliado a las IFIS, no harán avanzar en nada el desarrollo de Haití sino que reconstruirán los instrumentos que les sirven para establecer sólidamente el control neocolonial del país. Tratarán de garantizar la continuidad en el reembolso de la deuda, base de la sumisión, al igual que en recientes iniciativas de alivio de la deuda.

Por el contrario, para que Haití pueda construirse dignamente, la soberanía nacional es el desafío fundamental. Una anulación total e incondicional de la deuda reclamada a Haití debe ser el primer paso de una política más general. Un nuevo modelo de desarrollo alternativo a las políticas de las IFIs y a los acuerdos de partenariado económico (APE firmado en diciembre de 2008, Acuerdo Hope II, etc.) es necesario y urgente. Los países más industrializados que sistemáticamente explotaron Haití, comenzando por Francia y Estados Unidos, deben pagar reparaciones con un fondo de financiación para la reconstrucción controlada por las organizaciones populares haitianas.

Éric Toussaint

Presidente del CADTM-Bélgica (Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo). Último libro publicado: Banque du Sud et nouvelle crise internationale, CADTM/Syllepse, 2008

Sophie Perchellet

Investigadora del CADTM Bélgica.

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[1] Eduardo Galeano, «La maldición blanca», Página 12, Buenos Aires, 4 de abril de 2004.

[2] La orden de Charles X que obligaba a los haitianos a pagar su libertad.

[3] Jean-Bertrand Aristide, un año después del Golpe de Estado.

[4] El banco suizo propone increíbles condiciones para la restitución del dinero espoliado por Duvalier.


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20.1.10

Haití: Estrategia del caos para una invasión

Antes del artículo quería comentar que hace unos días, por radio, dijeron que era notable cómo en la televisión de Estados Unidos (especialmente, como siempre, la CNN) sólo se pasaban imágenes de los soldados norteamericanos en Haití, supuestamente en tareas de ayuda por el terremoto. Los demás países pareciera que no existen, que sólo ellos son los que están haciendo todo por el pueblo haitiano.
¿Será, tal vez, para hacer que el pueblo norteamericano llegue a tomar como natural la imágen de los militares en territorio haitiano?

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ALAI AMLATINA, 18/01/2010.-

El terremoto que arrasó Puerto Príncipe el 12 de enero pasado ofrece una pretexto inmejorable para justificar la enésima invasión y ocupación militar del Haití, ya ocupado desde 2004, pero ahora directamente por los principales promotores de esa ocupación, sin intermediarios. Motivos, políticos y estratégicos, no faltan. De paso, serviría para escarmentar al principal intermediario de la actual ocupación, Brasil, que a pesar de los buenos servicios prestados en Haití no se ha portado de la misma forma en relación al reciente golpe de Estado en Honduras.

Lo que hemos observado hasta el momento parece corroborar la tesis de que se está preparando una nueva ocupación militar, no humanitaria. Varios elementos lo indican como: fricciones con los actuales ocupantes, la Misión de Paz (MINUSTAH) de la ONU, especialmente con Brasil, que tiene el mando militar; entorpecimiento de la ayuda humanitaria y fomento de una situación de caos; y una campaña mediática consistente en la creación de una imagen de caos y violencia, que justificaría una ocupación ante la opinión pública. Como veremos abajo, todos esos componentes parecen estar presentes.

Hay motivos para sospechar que se está permitiendo deliberadamente el deterioro de la situación humanitaria en Haití. Por ejemplo la reconocida descoordinación en las tareas de rescate, ampliamente difundida por los medios. En teoría, correspondería a la ONU dirigir tales tareas, pero al parecer ésta ha sido desautorizada por los Estados Unidos, que ocupó desde primera hora uno de los puntos claves para la coordinación de las tareas de rescate, el aeropuerto. Sin el liderazgo de la ONU, y con un Estado haitiano “fallido” o, en lenguaje menos Orwelliano, quebrado de forma premeditada, no queda nadie que pueda dirigir las tareas de rescate eficientemente. Ciertamente tampoco las ONGs, que han venido recibiendo fondos internacionales para ejercer muchas de las funciones que deberían corresponder al gobierno haitiano. A las ONGs no se les puede exigir las mismas responsabilidades que a un gobierno, un hecho tal vez muy conveniente en estos momentos.

Otro elemento es la escasa prisa en el envío de ayudas por parte de EEUU, en contraste con la rapidez demostrada en a movilización militar. Incluso la distante China parece haberse adelantado a los Estados Unidos en el envío de auxilio. Así, el teniente general retirado del ejército estadounidense, Russell Honoré, que participó en las tareas de rescate tras el huracán Katrina en 2005, declaraba acerca de la situación de Haití tras el terremoto: “pienso que eso ya hemos aprendido durante el Katrina, llevemos agua y alimentos y comencemos a evacuar a la gente… Pienso que deberíamos haber comenzado con más premura” Por ejemplo, mientras las fuerzas armadas de EEUU parecen haber sido movilizadas con bastante rapidez, un buque hospital de la marina se está preparando con más parsimonia: “es un buque lento, algo viejo, tardará una semana en llegar una vez que lo hayamos puesto a punto”, aclara un portavoz del Pentágono. Quizá no puedan hacer nada mejor con el viejo buque, pero deberían existir otros medios para acelerar las ayudas. Por ejemplo, se podría seguir la sugerencia algo herética de Lawrence Korb, ex secretario asistente de Defensa de EEUU, de aprovechar los conocimientos de los cubanos en las tareas de rescate: “debemos pararnos y pensar que nuestro vecino Cuba cuenta con algunos de los mejores médicos del mundo… Deberíamos tratar de trasladarlos allí en en nuestros vuelos “.

Todo eso nos deja la impresión que, en el mejor de los casos, las tareas de rescate no son una prioridad para el gobierno de EEUU, al contrario de las puramente militares, como el envío de “3500 soldados de la 82 División Aerotransportada de Fort Bragg”, cuya misión “no está clara”, según el Christian Science Monitor. Pero quizá quede más clara con esta explicación del portavoz del Departamento de Estado de EEUU Philip Crowley: “Nosotros no estamos adueñándonos de Haití. Estamos ayudando a estabilizar el país. Estamos ayudando en el suministro de material y socorro para salvar vidas, y vamos a permanecer allí a largo plazo para ayudar a reconstruir Haití.” Y también las palabras posteriores de la secretaria de Estado Hillary Clinton, asegurando que las fuerzas norteamericanas se quedarían en Haití “hoy, mañana, y previsiblemente en el futuro”.

Las fricciones diplomáticas con otros países, especialmente Brasil, que está al mando de las tropas de la ONU en Haití, no tardaron en manifestarse, lo que parece indicar también que la “misión” norteamericana en Haití va mucho más allá de lo puramente humanitario. Hasta hoy Brasil había cumplido diligentemente con el papel que le fue designado en Haití. Sus tropas se dedicaban a controlar y, en ocasiones, aterrorizar a la población haitiana, especialmente a los más pobres, de una forma que ya habían perfeccionado en las favelas de Brasil. Como informa en una entrevista el periodista Kim Ives, de Haiti Liberté, la presunta misión de la paz de la ONU en Haití, liderada por brasileños, “es extremadamente mal vista [por la población haitiana]. La gente está harta y cansada de que se estén gastando millones en ella, de observar como los muchachos se la pasan dando vueltas por todas partes dentro de tanques gigantescos y apuntándoles con los fusiles. Y es que, como sabes, esta es una fuerza cuya misión es la de someter al país”.

Cabe esperar que los EEUU entrarían en conflicto con Brasil si la intención del primero es la de asumir un papel militar en Haití. El conflicto no tardó en producirse. En palabras del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, el 14 de enero, “sería absolutamente deseable que todas esas fuerzas estuvieran coordinadas por el comandante de la MINUSTAH allí” (3). Pero los EEUU no aceptaron esta propuesta. Funcionarios del gobierno de EEUU han indicado que sus fuerzas “coordinarán” sus acciones con la dirección de la MINUSTAH, y nada más: “Vamos a actuar bajo comando de los EEUU en apoyo a una misión de la ONU en nombre del gobierno y del pueblo haitiano”, declara Crowley .

Como esa “coordinación” está funcionando se puede deducir de la reacción del ministro de defensa de Brasil, Nelson Jobim, criticando el control “unilateral” de EEUU sobre el aeropuerto de Puerto Príncipe, que según él se tomó sin que otros países fueran consultados, y que estaría entorpeciendo el aterrizaje de aviones de la FAB (Fuerza Aérea Brasileña) cargados de personal y mantenimientos. Como indica el diario brasileño Folha de São Paulo, esa situación “ha causado un pequeño problema diplomático entre Brasil y EEUU. Además de entorpecer el aterrizaje de los aviones de la FAB, los brasileños se quejan de que el control norteamericano habría impedido el acceso de la MINUSTAH (Misión de paz de la ONU en el Haití, liderada por brasileños) al local [el aeropuerto]”

A pesar de declaraciones posteriores de Hillary Clinton a Jobim, asegurando que “las fuerzas norteamericanas van a cumplir funciones esencialmente humanitarias, sin interferir en la seguridad pública del país”, el hecho es que tales funciones “humanitarias” estarán comandados “no por agencias civiles del gobierno… sino por el Pentágono” , a través de SOUTHCOM (Comando Sur de los Estados Unidos), cuya misión es la de “conducir operaciones militares y promocionar la cooperación en seguridad para lograr los objetivos estratégicos de los Estados Unidos”, como señala Michel Chossudovsky, del Global Research,.

Otro elemento importante es la aparente instrumentalización de un supuesto estado de caos en Haití, al que también podría contribuir la quizás premeditada descoordinación en la distribución de la ayuda humanitaria. El objetivo aquí sería el de crear una imagen de caos y violencia que justifique la invasión ante la opinión pública, y para eso hay que contar con la colaboración estrecha de los grandes medios de información. Al menos los medios más afines al gobierno norteamericano parecen no haber perdido tiempo en este sentido. Desde el primer momento han tratado de dramatizar la situación, por ejemplo a través de la difusión de rumores de ráfagas de supuestos tiroteos, que nadie más en Puerto Príncipe parece haber oído, o de la formación de nuevas bandas criminales. Así, ya un par de días después del terremoto podíamos leer, en un artículo intitulado “¿Tomarán las bandas criminales el control del caos haitiano?”, las siguientes ominosas palabras: “cuando la oscuridad cubrió la ciudad de Puerto Príncipe, asolada por el terremoto, moradores informaron que habían oído tiros. Eso difícilmente constituía una sorpresa: en Haití, durante las emergencias – naturales o políticas – tiros pueden ser tan omnipresentes por la noche como el ladrido de los perros, con bandas armadas adueñándose de las calles”. El hecho de que nadie parece haber oído esos tiros ni visto tales pandillas adueñándose de las calles, puede indicar que la intención aquí es la de crear una falsa imagen de caos que haga más aceptable para la opinión pública una eventual invasión y ocupación del país.

La mayor parte de los medios machacan ahora con imágenes de caos y violencia. Pero hay excepciones. Así, como explica el coordinador del Canadian Haiti Action Network, Roger Annis, refiriéndose a un reportaje de la BBC que no muestra nada de esa supuesta violencia, este “contrasta fuertemente con las advertencias de saqueo y violencia que llena las ondas de canales de noticias tales como la CNN”, y que “están siendo reproducidas por el secretario de Defensa de EEUU Robert Gates”. Indagado por los medios acerca del motivo por el cual no se estaban lanzando provisiones desde el aire, Gates contesta que “me parece que lanzamientos desde el aire simplemente van a provocar disturbios”, que por lo visto Gates considera peor que la falta de provisiones.

Lo más macabro de todo esto es que las ayudas podrían no estar llegando a los damnificados debido a una intención deliberada de provocar ese mismo estado de caos y violencia que parece no existir hasta el momento. Según Roger Annis “está creciendo la evidencia acerca de una negligencia monstruosa hacia el pueblo haitiano tras el catastrófico terremoto de 3 días atrás. A medida que provisiones médicas vitales, alimentos, substancias químicas para purificación del agua y vehículos se están amontonando en el aeropuerto de Puerto Príncipe, y que los medios están informando de un esfuerzo internacional masivo para suministrar ayuda de emergencia, los moradores de la ciudad destrozada se preguntan cuándo podrán ver algún tipo de ayuda”.

El reportero de la BBC Andy Gallaguer declara también que anduvo por todas las partes de la capital durante el viernes, 15 de enero, y que “no observó nada más que cortesía de parte de los haitianos que encontró. En todas partes fue llevado por los moradores a ver lo que había sucedido en sus vecindarios, sus casas y sus vidas. Y entonces preguntaban: ¿dónde están las ayudas?” A la declaración del secretario de defensa norteamericano que motivos de “seguridad” estarían impidiendo la distribución de ayuda, Gallaguer contesta que “yo no estoy viendo nada de eso”. Sobre la situación en el aeropuerto, informa que “hay una gran cantidad de material en el suelo y mucha gente allí. Yo no sé qué problemas hay con la entrega”. Igualmente, según palabras de un observador local, “los agentes de los medios están buscando historias de haitianos desesperados que estén actuando de forma histérica. Cuando en realidad lo más común es verlos actuar de forma sosegada, mientras que la comunidad internacional, la élite y los políticos están desquiciados con ese tema, y ninguno parece tener la mínima idea de lo que está pasando”

No solamente no hay planes de transportar a médicos cubanos a la isla, sino que la ocupación del aeropuerto se dio inmediatamente después de la llegada de 30 médicos cubanos para reunirse con los cerca de 300 que ya estaban en la isla desde hace más de un año. Y muchos sospechan que algo podría tener que ver con la ocupación del aeropuerto. Trinidad & Tobago Express, por ejemplo, informa que “una misión de ayuda emergencia de la Comunidad Caribeña [Caricom] a Haití, incluyendo a jefes de gobierno y funcionarios técnicos de relieve, no pudo obtener permiso este viernes para aterrizar en el aeropuerto de ese país devastado, ahora bajo control de los Estados Unidos.” Además, “indagado acerca de si las dificultades encontradas por la misión de Caricom podrían estar relacionadas con informes de que las autoridades norteamericanas no estarían ansiosas en facilitar el aterrizaje de naves procedentes de Cuba y Venezuela, el primer ministro Golding [de Jamaica] contestó que ‘solamente espero que no haya ninguna verdad en ese tipo de pensamiento inmaduro, a luz de la espantosa extensión de la tragedia de Haití’…”.

El siguiente testimonio del director del Ciné Institute de Jacmel, David Belle, también contradice radicalmente la imagen de caos y violencia difundida por los medios. “Me han contado que muchos medios informativos norteamericanos pintan Haití como un polvorín a punto de explotar. Me han dicho que los reportajes principales de los grandes medios solo hablan de violencia y caos. Nada hay más lejos de la realidad… Ni una sola vez he sido testigo de un solo acto de agresión o violencia. Al contrario, hemos visto a vecinos ayudando a vecinos y amigos ayudando a amigos y extraños. Hemos visto a vecinos excavando en los escombros con las manos desnudas para encontrar a supervivientes. Hemos visto a curanderos tradicionales tratando a los heridos; hemos visto ceremonias solemnes ante entierros colectivos, y a moradores esperando pacientemente, bajo un sol abrasador, con nada más que unas pocas pertenencias que les quedaron. Una ciudad mutilada de dos millones de seres esperando ayuda, medicina, alimento y agua. La mayoría no ha recibido nada. Haití puede enorgullecerse de sus sobrevivientes. Su dignidad y decencia frente a esta tragedia son en sí mismas asombrosas”.

Todos esos elementos justifican la sospecha de que está en marcha una macabra estrategia del caos para justificar una invasión y ocupación que por lo visto nada tendrá de humanitaria.
José Luis Vivas

Fuente: Militarización No
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18.1.10

Los ejércitos secretos de la OTAN (1)

Cuando el juez Felice Casson reveló la existencia de Gladio…

La Red Voltaire emprende la publicación seriada de la obra de referencia sobre la actividad de los servicios secretos de la OTAN desde la creación de la alianza atlántica hasta los años 1990. A pesar de ser un trabajo de historiador, esta investigación sobre Gladio es mucho más que un simple tema histórico ya que está íntimamente ligada a nuestra vida diaria. Esa estructura secreta sigue estando activa y los Estados europeos se mantienen aún bajo el tutelaje anglosajón, como lo demuestran las investigaciones parlamentarias sobre los secuestros perpetrados por la CIA desde el año 2001. La comprensión de la política en Europa se hace imposible sin un conocimiento preciso de las redes «Stay-Behind». Esta primera entrega relata el descubrimiento de Gladio por parte de los magistrados italianos a finales de los años 80.



Las ruinas de la estación ferroviaria de Bolonia después del atentado perpetrado por los terroristas de la OTAN (1980).

El 31 de mayo de 1972, un auto-bomba estalló en un bosque cercano al pueblo llamado Peteano, en Italia, dejando un herido grave y un muerto entre los carabineros, la policía uniformada italiana. Los carabineros habían llegado al lugar después de recibir una llamada telefónica anónima. Al inspeccionar un auto Fiat 500 allí abandonado, uno de los carabineros levantó el capó, provocando así la explosión.

Dos días después, una nueva llamada telefónica anónima reclamaba la autoría del atentado en nombre de las Brigadas Rojas, grupúsculo terrorista que trataba en aquel entonces de romper el equilibrio del poder en Italia mediante la realización de tomas de rehenes y de asesinatos de altos personajes del Estado. La policía se volvió inmediatamente hacia la izquierda italiana y encarceló a cerca de 200 comunistas. Durante más de 10 años, los italianos vivieron convencidos de que el acto terrorista de Peteano había sido obra de las Brigadas Rojas.

Posteriormente, en 1984, Felice Casson, un juez italiano, decidió reabrir el caso ya que le intrigaban toda una serie de irregularidades y falsificaciones cometidas alrededor del drama de Peteano. El juez Felice Casson descubrió que la policía no había investigado el lugar de los hechos. También notó que el informe que había concluido en aquel entonces que los explosivos utilizados eran los mismos que utilizaban tradicionalmente las Brigadas Rojas era en realidad una falsificación.

Marco Morin, un experto en explosivos de la policía italiana, había proporcionado deliberadamente conclusiones falsas. Morin era miembro de la organización italiana de extrema derecha «Ordine Nuovo» y, en el contexto de guerra fría, había aportado así su contribución a lo que él consideraba una lucha legítima contra la influencia de los comunistas italianos. El juez Casson logró probar que, al contrario de lo que había concluido Morin, el explosivo utilizado en Peteano era el C4, la sustancia explosiva más poderosa de aquel entonces y que también formaba parte del arsenal de las fuerzas de la OTAN.

«Simplemente quise arrojar una nueva luz sobre años de mentiras y secretos. Eso es todo», declaró posteriormente el juez Casson a los periodistas que lo interrogaban en su minúscula oficina del palacio de justicia, junto a la laguna de Venecia. «Quería que, por una vez, los italianos supieran la verdad.» [1]

El 24 de febrero de 1972, cerca de Trieste, un grupo de carabineros descubre por casualidad un escondite de armas lleno de municiones, armas y explosivo del tipo C4, idéntico al utilizado en Peteano. Los policías estaban convencidos de haber descubierto una red criminal. Años más tarde, la investigación del juez Casson permitió determinar que se trataba en realidad de uno de los cientos de escondites subterráneos creados por el ejército secreto del llamado stay-behind, estructura que responde a las órdenes de la OTAN y que se conoce en Italia por la apelación codificada de Gladio (del latín Gladius, denominación de la espada corta en uso en la Roma de la antigüedad). Casson notó que los servicios secretos del ejército italiano y el gobierno de aquella época se habían esforzado considerablemente por mantener en secreto el descubrimiento de Trieste así como su contexto estratégico.

Al proseguir su investigación sobre los extraños casos de Peteano y Trieste, el magistrado descubrió con asombro, no la mano de la izquierda italiana sino la de los grupúsculos de extrema derecha y de los servicios secretos del ejército tras el atentado de 1972. La investigación del juez reveló la existencia de una estrecha colaboración entre la organización de extrema derecha Ordine Nuovo y el SID (Servizio Informazioni Difusa), o sea los servicios secretos del ejército italiano. Ordine Nuovo y el SID habían preparado juntos el atentado de Peteano, y luego habían acusado a los militantes de la extrema izquierda italiana, las Brigadas Rojas.

Casson logró identificar al hombre que había puesto la bomba, un tal Vincenzo Vinciguerra, miembro de Ordine Nuovo. Como era el eslabón final de una larga cadena de mando, Vinciguerra sólo fue arrestado varios años después del momento de los hechos. Confesó y declaró que había gozado de la protección de toda una red de simpatizantes, tanto en Italia como en el extranjero, que habían hecho posible su huida después del atentado. «Es todo un mecanismo que se puso en marcha», contó Vinciguerra. «Lo cual quiere decir que desde los carabineros hasta el ministro del Interior, pasando por la aduana y los servicios de inteligencia civiles y militares, todos habían aceptado el razonamiento ideológico justificaba al atentado.» [2]

Vinciguerra subrayaba, con toda razón, el agitado contexto histórico en que se había producido el atentado de Peteano. A fines de los años 1960, con el surgimiento de la revolución pacifista y los movimientos estudiantiles de protesta contra la violencia y contra la guerra de Vietnam en particular, el enfrentamiento ideológico entre la derecha y la izquierda se había intensificado, tanto en Europa Occidental como en Estados Unidos.

La inmensa mayoría de los ciudadanos comprometidos con los movimientos sociales de izquierda recurrían a formas de protesta no violentas, como manifestaciones, actos de desobediencia civil y, sobre todo, debates con moderadores. En el seno del parlamento italiano, el poderoso Partido Comunista (Partito Communisto Italiano, PCI) y en menor medida el Partido Socialista (Partito Socialisto Italiano, PSI) simpatizaban con ese movimiento.

Los movimientos sociales de izquierda se oponían a la política de los Estados Unidos, a la guerra de Vietnam y sobre todo a la repartición del poder en Italia ya que, a pesar de disponer de una importante mayoría en el parlamento, el PCI no había recibido ningún ministerio y se le mantenía así al margen del gobierno. La derecha italiana estaba perfectamente conciente de que aquello constituía una injusticia flagrante y una violación de los principios básicos de la democracia.

Fue en aquel contexto de guerra fría y de lucha por el poder que los extremistas recurrieron al terrorismo en Europa Occidental. A la extrema izquierda, los grupos terroristas más notorios fueron los comunistas italianos de las Brigadas Rojas así como la Rote Armee Fraktion alemana o RAF (Fracción Ejército Rojo). Fundadas por varios estudiantes de la universidad de Trento que no tenían ningún conocimiento en cuanto a técnicas de combate, las Brigadas Rojas contaban entre sus miembros a Margherita Cagol, Alberto Franceschini y Alberto Curcio.

Al igual que los miembros de la RAF, éstos estaban convencidos de la necesidad de recurrir a la violencia para cambiar la estructura del poder vigente, que les parecía injusto y corrupto. Al igual que las acciones de la RAF, las de las Brigadas Rojas no tenían como blanco a la población civil sino a determinados individuos que consideraban representantes del «aparato del Estado», como banqueros, generales y ministros, a los que secuestraban y a menudo asesinaban. Las acciones de las Brigadas Rojas, que tuvieron lugar principalmente en la Italia de los años 1970, dejaron 75 muertos.

Debido a su poca capacidad estratégica y militar y a su inexperiencia, los miembros de las Brigadas Rojas acabaron siendo arrestados mediante redadas, y posteriormente juzgados y encarcelados.
Al otro extremo del tablero político de la guerra fría, la extrema derecha también recurrió a la violencia. En Italia, su red incluía a los soldados clandestinos del Gladio, los servicios secretos militares y organizaciones fascistas como Ordine Nuovo. Al contrario del que practicaba la izquierda, el objetivo del terrorismo de derecha era sembrar el terror en todas las capas de la sociedad mediante atentados dirigidos contra grandes multitudes y destinados a provocar la mayor cantidad posible de muertos para acusar posteriormente a los comunistas.

El juez Casson logró determinar que el drama de Peteano formaba parte de ese esquema y entraba en el marco de una serie de crímenes que había comenzado en 1969. Durante aquel año 4 bombas habían estallado poco antes de la Navidad en varios lugares públicos de Roma y Milán. El saldo había sido de 16 muertos y 80 heridos, en su mayoría campesinos que iban a depositar en el Banco Agrícola de la Piazza Fontana de Milán lo que habían recaudado en el día a través de sus ventas en el mercado. Conforme a una estrategia maquiavélica, la responsabilidad de aquella masacre fue atribuida a los comunistas y a la extrema izquierda, se escamotearon las pistas y se realizó inmediatamente una ola de arrestos.

La población en su conjunto tenía muy pocas posibilidades de descubrir la verdad ya que los servicios secretos militares se esforzaron por enmascarar el crimen. En Milán, una de las bombas no había llegado a estallar, debido al mal funcionamiento del mecanismo de relojería, pero en los primeros actos de disimulación, los servicios secretos la hicieron estallar en el lugar de los hechos y varios componentes de artefactos explosivos fueron depositados en la casa de Giangiacomo Feltrinelli, célebre editor conocido por sus opiniones de izquierda. [3]

«Según las estadísticas oficiales, entre el 1º de enero de 1969 y el 31 de diciembre de 1987 se registraron 14 591 actos de violencia con motivos políticos», afirma el senador Giovanni Pellegrino, presidente de la Comisión Investigadora Parlamentaria sobre Gladio y el terrorismo, al recordar la violencia del contexto político de aquel periodo de la historia reciente de Italia. «Quizás no resulta inútil recordar que aquellas “acciones” causaron la muerte a 491 personas así como heridas y mutilaciones a otras 1 181.

Cifras dignas de una guerra, sin parangón en Europa.» [4] Después de los atentados de la Piazza Fontana, en 1969, y de Peteano, en 1972, otros actos de terrorismo volvieron a ensangrentar el país. El 28 de mayo de 1974, en Brescia, una bomba dejó 8 muertos y 102 heridos entre los participantes en una manifestación antifascista. El 4 de agosto de 1974, un atentado a bordo del tren «Italicus Express», que enlaza Roma con Munich, mató a 12 personas e hirió a 48. El punto culminante de aquella ola de violencia se produjo en una soleada tarde, el 2 de agosto de 1980, en el día de la fiesta nacional de Italia, cuando una explosión de gran potencia devastó el salón de espera de los pasajeros de segunda clase en la estación de trenes de Bolonia, matando a 85 personas e hiriendo o mutilando a otras 200. La masacre de Bolonia es uno de los mayores atentados terroristas que haya sufrido Europa en todo el siglo 20 [5].

Contrariamente a los miembros de las Brigadas Rojas, que acabaron todos en la cárcel, los terroristas de extrema derecha lograron escapar después de cada atentado ya que, como señala Vinciguerra con toda razón, todos gozaron de la protección del aparato de seguridad y de los servicios secretos del ejército italiano. Años más tarde, cuando al fin se estableció el vínculo entre el atentado de la Piazza Fontana y la derecha italiana, se le preguntó a Franco Freda, miembro de Ordine Nuovo, si al cabo del tiempo creía haber sido manipulado por personajes que ocupaban altos cargos, generales o ministros.

Freda, admirador declarado de Hitler, que había publicado Mein Kampf en italiano gracias a su pequeña estructura personal de edición, respondió que, según sus conceptos, todo el mundo es más o menos manipulado: «Todos somos manipulados por otros más poderosos que nosotros», declaró el terrorista. «En lo que me concierne, admito haber sido una marioneta movida por ideas pero en ningún caso por los hombres de los servicios secretos, ni aquí [en Italia] ni en el extranjero. En otros términos, yo mismo escogí mi lucha y la desarrollé según mis ideas. Eso es todo.» [6]

En marzo de 2001, el general Giandelio Maletti, ex jefe del contraespionaje italiano, dejó entrever que además de la de la red clandestina Gladio, de los servicios secretos militares italianos y de un grupúsculo de terroristas de extrema derecha, las matanzas que desacreditaron a los comunistas italianos recibieron también la aprobación de la Casa Blanca y de la CIA. Al comparecer como testigo en el juicio contra los terroristas de extrema derecha acusados de estar implicados en los atentados de la Piazza Fontana, Maletti declaró: «La CIA, siguiendo las directivas de su gobierno, quería crear un nacionalismo italiano capaz de obstaculizar lo que consideraba un deslizamiento hacia la izquierda y, con ese objetivo, pudo utilizar el terrorismo de extrema derecha.» (…) «Uno tenía la impresión de que los americanos estaban dispuestos a todo para impedir que Italia se inclinara hacia la izquierda», explicó el general, antes de agregar: «No olviden que era Nixon quien estaba a la cabeza del gobierno y Nixon no era un tipo cualquiera, [era] un político muy hábil pero un hombre de métodos poco ortodoxos.» Retrospectivamente, el general de 79 años expresó críticas y amargura: «Italia fue tratada como una especie de protectorado. Me avergüenza que todavía estemos siendo objeto de un control especial.» [7]

Durante las décadas de 1970 y 1980, el parlamento italiano, en cuyo seno los partidos comunista y socialista ostentaban una parte importante del poder, manifestó creciente inquietud ante aquella ola visiblemente interminable de crímenes que ensangrentaban el país sin que se lograra identificar a los autores ni a quienes los ordenaban.

Aunque ya en aquel entonces circulaban entre la izquierda italiana los rumores de que aquellos misteriosos actos de violencia eran una forma de guerra secreta que Estados Unidos había desencadenado contra los comunistas italianos, no existían pruebas que permitiesen probar aquella teoría que parecía traída por los pelos. Sin embargo, en 1988 el Senado italiano creo una comisión parlamentaria especial de investigación presidida por el senador Libero Gualteri, comisión cuyo nombre era más que elocuente: «Comisión parlamentaria del Senado italiano encargada de investigar sobre el terrorismo en Italia y las razones por las cuales los individuos responsables de las matanzas no han podido ser identificados: El terrorismo, los atentados y el contexto político-histórico.» [8]

El trabajo de la comisión resultó extremadamente difícil. Los testigos se negaban a declarar. Hubo documentos destruidos. La propia comisión, que se componía de representantes de los partidos de izquierda y de derecha, se dividió al abordar la cuestión de la verdad histórica en Italia y en lo tocante a las conclusiones que debían ser o no reveladas al público.



El juez Felice Casson revela la existencia de una red clandestina creada por la OTAN. Oficialmente creada para proteger a los Estados miembros, la OTAN es en realidad un protectorado anglosajón. Washington y Londres no vacilaron en ordenar atentados terroristas en Italia para falsear el juego de la democracia.

Al mismo tiempo, basándose en el testimonio de Vincenzo Vinciguerra –el terrorista de Peteano– y en los documentos que había descubierto, el juez Casson comienza a entrever la naturaleza de la compleja estrategia militar que se había utilizado. Comprende poco a poco que no se trataba simplemente de terrorismo sino de terrorismo de Estado, financiado con el dinero de los contribuyentes. Obedeciendo a una «estrategia de la tensión», el objetivo de los atentados era instaurar un clima de tensión en el seno de la población.

La extrema derecha y sus partidarios en el seno de la OTAN temían que los comunistas italianos adquiriesen demasiado poder y es por ello que, en un intento de «desestabilizar para estabilizar», los soldados clandestinos de los ejércitos del Gladio perpetraban aquellos atentados, que atribuían después a la izquierda. «Para los servicios secretos, el atentado de Peteano era parte de lo que se llamó “la estrategia de la tensión” », explicó públicamente el juez Casson en un reportaje de la BBC dedicado al Gladio. «O sea, crear un clima de tensión para estimular en el país las tendencias socio-políticas conservadoras y reaccionarias.

A medida que se aplicaba esta estrategia en el terreno, se hacía necesario proteger a los instigadores ya que comenzaban a aparecer pruebas de su implicación. Los testigos ocultaban ciertas informaciones para proteger a los extremistas de derecha.» [9] Vinciguerra, un terrorista que, al igual que otros que habían estado en contacto con la rama Gladio de los servicios secretos militares italianos, fue muerto por causa de sus convicciones políticas, declaró: «Había que actuar contra los civiles, contra la gente del pueblo, contra las mujeres, los inocentes, los anónimos desvinculados de todo juego político. La razón era muy simple. Se suponía que tenían que forzar a aquella gente, al pueblo italiano, a recurrir al Estado para pedir más seguridad. A esa lógica política obedecían todos esos asesinatos y todos esos atentados que siguen sin castigo porque el Estado no puede inculparse a sí mismo ni confesar su responsabilidad en lo sucedido.» [10]

El horror de ese diabólico plan sólo va apareciendo, sin embargo, de forma progresiva y quedan aún muchos secretos por revelar hoy en día. Además, el paradero de todos los documentos originales sigue siendo desconocido. «Después del atentado de Peteano y de todos los demás que siguieron», declaró Vinciguerra en el juicio que se hizo en su contra, en 1984, «nadie debiera dudar ya de la existencia de una estructura activa y clandestina, capaz de elaborar en la sombra ese tipo de estrategia de matanzas». Una estructura que, según el propio Vinciguerra, «está imbricada en los propios órganos del poder.

Existe en Italia una organización paralela a las fuerzas armadas, que se compone de civiles y de militares y de vocación antisoviética, o sea destinada a organizar la resistencia contra una eventual ocupación del suelo italiano por parte del Ejército Rojo.» Sin mencionarlo por su nombre, ese testimonio confirmó la existencia del Gladio, el ejército secreto y stay-behind creado por orden de la OTAN. Vinciguerra lo describió como «una organización secreta, una superorganización que dispone de su propia red de comunicaciones, de explosivos y de hombres entrenados para utilizarlos». El terrorista reveló que esa «superorganización, a falta de invasión soviética, recibió de la OTAN la orden de luchar contra un deslizamiento del poder hacia la izquierda en el país. Y eso fue lo que hicieron, con el apoyo de los servicios secretos del Estado, del poder político y del ejército.» [11]

Más de 20 años han transcurrido desde el revelador testimonio del terrorista arrepentido que, por vez primera en la historia italiana, estableció un vínculo entre la red stay-behind Gladio, la OTAN y los atentados con bombas que enlutaron el país. Y sólo ahora, al cabo de todos estos años, después de la confirmación de la existencia del ejército secreto y del descubrimiento de los escondites de armas y de explosivos, los investigadores e historiadores logran interpretar por fin el sentido de las palabras de Vinciguerra.

Pero, ¿son dignas de crédito las palabras de ese hombre? Los hechos que se produjeron después del juicio parecen indicar que sí. El ejército secreto fue descubierto en 1990 y, como para confirmar indirectamente que Vinciguerra había dicho la verdad, el apoyo del que había gozado hasta aquel entonces por parte de las altas esferas le fue bruscamente retirado. Contrariamente a lo sucedido con otros terroristas de extrema derecha, que habían sido puestos en libertad después de haber colaborado con los servicios secretos italianos, Vinciguerra fue condenado a cadena perpetua. Pero Vinciguerra no fue el primero en revelar la vinculación entre el Gladio, la OTAN y los atentados.

Tampoco fue el primero en hablar de la conspiración del Gladio en Italia. En 1974, durante una investigación sobre el terrorismo de extrema derecha, el juez de instrucción Giovanni Tamburino había sentado un precedente al inculpar al general Vito Miceli, el jefe del SID, los servicios secretos militares italianos, por haber «promovido, instaurado y organizado, con la ayuda de otros cómplices, una asociación secreta que agrupaba civiles y militares y cuyo objetivo era provocar una insurrección armada para modificar ilegalmente la Constitución y la composición del gobierno». [12]

El 17 de noviembre de 1974, durante su propio juicio, el general Miceli, ex responsable del Buró de Seguridad de la OTAN, reveló, furioso, la existencia del ejército Gladio y lo describió como una rama especial del SID: «¿Disponía yo de un superSID a mis órdenes? ¡Por supuesto! Pero no lo monté yo mismo para tratar de dar un golpe de Estado. ¡No hice más que obedecer las órdenes de Estados Unidos y la OTAN!» [13]

Gracias a los sólidos contactos que tenía del otro lado del Atlántico, Miceli no salió malparado. Fue liberado bajo fianza y pasó 6 meses en un hospital militar. Hubo que esperar 16 años más hasta que, bajo la presión de los descubrimientos del juez Casson, el primer ministro italiano Andreotti revelara ante el parlamento italiano la existencia de la red Gladio. Al enterarse, Miceli montó en cólera. Poco antes de su muerte, en octubre de 1990, Miceli no pudo seguir conteniéndose: «¡Yo fui a la cárcel porque me negaba a revelar la existencia de esta superorganización secreta y ahora Andreotti se para delante del parlamento y lo cuenta todo!» [14]

En la cárcel, Vinciguerra, el que había puesto la bomba de Peteano, explicó al juez Casson que, en su misión de debilitamiento de la izquierda italiana, los servicios secretos militares y la red Gladio habían contado con la ayuda no sólo de Ordine Nuovo sino también de otras organizaciones de extrema derecha muy conocidas, como Avanguardia Nazionale: «Detrás de los terroristas había mucha gente que actuaba en la sombra, gente que pertenecía o colaboraba con el aparato de seguridad.

Yo afirmo que todos los atentados perpetrados después de 1969 eran parte de una misma estrategia.» Vinciguerra, miembro de Ordine Nuovo, contó como él mismo y sus camaradas de extrema derecha habían sido reclutados para ejecutar las acciones más sangrientas con el ejército secreto Gladio: «Avanguardia Nazionale, al igual que Ordine Nuovo, eran movilizados en el marco de una estrategia anticomunista que no emanaban de grupúsculos que gravitaban en las esferas del poder sino del poder mismo y que formaba parte de las relaciones de Italia con la alianza atlántica.» [15]

El juez Casson se alarmó ante aquellas revelaciones. Para erradicar la gangrena que carcomía el Estado siguió la pista del misterioso ejército clandestino Gladio que había manipulado la clase política durante la guerra fría y, en enero de 1990, pidió permiso a las más altas autoridades del país para extender sus investigaciones a los archivos de los servicios secretos militares, le Servizio Informazioni Sicurezza Militare (SISMI), nuevo nombre del SID desde 1978.

En julio de aquel mismo año, el primer ministro Giulio Andreotti lo autorizó a consultar los archivos del Palazzo Braschi, sede del SISMI en Roma. El magistrado descubrió allí, por vez primera, documentos que demostraban la existencia en Italia de un ejército secreto cuyo nombre de código era Gladio, que estaba a las órdenes de los servicios secretos militares y cuyo objetivo era la realización de operaciones de guerra clandestina.

Casson encontró también documentos que demostraban la implicación de la alianza militar más grande del mundo, la OTAN, y de la última superpotencia existente, Estados Unidos, en los actos de subversión así como sus vínculos con la red Gladio y con grupúsculos terroristas de extrema derecha en Italia y en toda Europa occidental. Para el juez Casson, el hecho de disponer de tales informaciones representaba un peligro, cosa de la cual él estaba enteramente conciente ya que en el pasado otros magistrados italianos que sabían demasiado habían sido asesinados en plena calle: «Desde julio hasta octubre de 1990, yo fui el único que sabía [de la Operación Gladio], lo cual podía acarrearme una desgracia.» [16]

Pero la temida desgracia no tuvo lugar y Casson logró resolver el misterio. Basándose en los datos que había descubierto se puso en contacto con la comisión parlamentaria que presidía el senador Libero Gualteri, encargada de investigar sobre los atentados terroristas. Gualteri y sus pares se inquietaron ante los descubrimientos que les comunicó el magistrado y reconocieron que había que agregarlos al trabajo de la comisión ya que explicaban el origen de los atentados y las razones por las cuales se habían mantenido impunes durante tantos años. El 2 de agosto de 1990, los senadores ordenaron al jefe del ejecutivo italiano, el primer ministro Giulio Andreotti, «informar en 60 días al parlamento sobre la existencia, la naturaleza y el objetivo de una estructura clandestina y paralela sospechosa de haber operado en el seno de los servicios secretos militares con el fin de influir en la vida política del país». [17]

Al día siguiente, el 3 de agosto, el primer ministro Andreotti se presentó ante la comisión parlamentaria y, por primera vez desde 1945, confirmó, como miembro en funciones del gobierno italiano, que una organización de seguridad que actuaba bajo las órdenes de la OTAN había existido en Italia. Andreotti se comprometió ante los senadores a entregarles un informe escrito sobre aquella organización en un plazo de 60 días: «Presentaré a esta comisión un informe muy detallado que he pedido al ministerio de Defensa. [El informe] tiene que ver con las operaciones preparadas por iniciativa de la OTAN ante la hipótesis de una ofensiva contra Italia y la ocupación de la totalidad del territorio italiano o de una parte del mismo. Según lo que me han indicado los servicios secretos, esas operaciones se desarrollaron hasta 1972. Se decidió entonces que ya no eran indispensables. Proporcionaré a la comisión toda la documentación necesaria, tanto sobre el tema en general como sobre los descubrimientos del juez Casson en el marco de las investigaciones sobre el atentado de Peteano.» [18]

Giulio Andreotti, que tenía 71 años en el momento de la audiencia, no era un testigo cualquiera. Su comparencia ante la comisión le dio la oportunidad de sumergirse nuevamente en su larguísima carrera política, probablemente sin equivalente en Europa occidental. A la cabeza del partido demócrata-cristiano (Democrazia Cristiana Italiana o DCI), que actuó durante toda la guerra fría como baluarte contra el PCI, Andreotti gozaba del apoyo de Estados Unidos. Conoció personalmente a todos los presidentes estadounidenses y, a los ojos de muchos observadores italianos y extranjeros, fue el político más influyente de la Primera República Italiana (1945-1993).



Al cabo de décadas de manipulación de la democracia, Giulio Andreotti recupera la memoria.

A pesar de la poca duración que caracterizó a los gobiernos de la frágil Primera República italiana, la habilidad de Andreotti le permitió mantenerse en el poder gracias a numerosas coaliciones convirtiéndose así en un personaje inevitable en el Palazzo Chigi, la sede del gobierno italiano. Nacido en Roma en 1919, Andreotti se convirtió en ministro del Interior a los 35 años antes de imponer un verdadero record al ocupar 7 veces el sillón de primer ministro y obtener sucesivamente no menos de 21 carteras ministeriales, entre ellas la de ministro de de Relaciones Exteriores, que le fue confiada 7 veces. Sus partidarios lo comparaban con Julio Cesar y lo llamaban el «Divino Giulio» mientras que sus detractores lo veían como el arquetipo del tramposo y lo llamaban «el Tío». Se cuenta que su película de gángsters preferida era Goodfellas, por la frase de Robert De Niro: «No delates nunca a tus socios y evita hablar de más». La mayoría de los observadores están de acuerdo en que fue su talento como estratega lo que permitió que el Divino Giulio lograra sobrevivir a las numerosas fechorías e intrigas del poder en las que muy a menudo estuvo directamente implicado. [19]

Al revelar la existencia de la Operación Gladio y de los ejércitos secretos de la OTAN, «El Tío» había decidido finalmente romper la ley del silencio. Al derrumbarse la Primera República, al final de la guerra fría, el poderoso Andreotti, que no era ya más que un anciano, fue arrastrado ante numerosos tribunales acusado de haber manipulado las instituciones políticas, de haber colaborado con la mafia y de haber ordenado en secreto el asesinato de opositores políticos. «La justicia italiana se ha vuelto loca», exclamó en noviembre de 2002 el primer ministro Silvio Berlusconi cuando la Corte de Apelación de Perugia condenó a Andreotti a 24 años de cárcel.

Mientras que los jueces recibían amenazas de muerte y había que ponerlos bajo protección policial, los canales de televisión interrumpían la transmisión del fútbol para anunciar que Andreotti había sido encontrado culpable de haber encargado al padrino de la mafia Gaetano Badalamenti el asesinato, en 1979, del periodista de investigación Mino Pirelli para evitar que se supiera la verdad sobre el asesinato del presidente de la República Italiana, el demócrata-cristiano Aldo Moro. La iglesia católica trató de salvar la reputación del Divino Giulio. Ante la gravedad de los hechos, el cardenal Fiorenzo Angelini declaró: «Jesucristo también fue crucificado antes de resucitar». A pesar de todo, Andreotti no acabó sus días tras las rejas. Los veredictos en su contra fueron anulados en octubre de 2003 y «El Tío» fue puesto nuevamente en libertad.

Durante sus primeras revelaciones sobre la Operación Gladio ante los senadores italianos, el 3 de agosto de 1990, Andreotti puso especial énfasis en precisar que «esas operaciones prosiguieron hasta 1972» para protegerse a sí mismo de posibles repercusiones. En efecto, en 1974, cuando era ministro de Defensa, el propio Andreotti había declarado oficialmente en el marco de una investigación sobre varios atentados cometidos por la extrema derecha: «Yo afirmo que el jefe de los servicios secretos descartó varias veces de forma explícita la existencia de una organización secreta de cualquier naturaleza o envergadura». [20] En 1978, Andreotti también había prestado testimonio en el mismo sentido ante los jueces que investigaban el atentado perpetrado en Milán por la extrema derecha.

Cuando la prensa italiana reveló que el ejército secreto Gladio, lejos de haber sido disuelto en 1972, seguía estando activo, la mentira de Andreotti no pudo seguir sosteniéndose. Durante las semanas siguientes, en agosto y septiembre de 1990, contrariamente a lo que acostumbraba a hacer, el primer ministro se comunicó profusamente con el extranjero, trató de ponerse en contacto con numerosos embajadores y se entrevistó con ellos. [21] Como el apoyo internacional tardaba en llegar, Andreotti, que temía por su cargo, pasó a la ofensiva y trató de subrayar la importancia del papel de la Casa Blanca y de otros muchos gobiernos de Europa occidental que no sólo habían conspirado en la guerra secreta contra los comunistas sino que habían participado en ella activamente. Al tratar de dirigir la atención hacia la implicación de otros países, Andreotti recurrió a una estrategia eficaz aunque bastante arriesgada.

El 18 de octubre de 1990, Andreotti envió urgentemente un mensajero del Palazzo Chigi a la Piazza San Macuto, donde sesionaba la comisión parlamentaria. El mensajero entregó al secretario de recepción del Palazzo Chigi el informe titulado «Un SID paralelo – El caso Gladio». Un miembro de la comisión parlamentaria, el senador Roberto Ciciomessere, supo por casualidad que el informe de Andreotti había sido entregado y que estaba en manos del secretario del Palazzo Chigi. Al echar un vistazo al texto, el senador quedó grandemente sorprendido al comprobar que Andreotti no se limitaba a proporcionar una descripción de la Operación Gladio sino que, en contradicción con su propia declaración del 3 de agosto, reconocía que la organización seguía estando activa.

El senador Ciciomessere pidió una fotocopia del informe, que le fue denegada con el pretexto que, según el procedimiento en vigor, el presidente de la comisión, el senador Gualtieri, tenía que ser el primero en conocer el contenido del informe. Pero el senador Gualtieri nunca llegó a leer aquella primera versión del informe de Andreotti sobre la red Gladio. Tres días después, cuando iba a guardarlo en su portadocumentos para llevarlo a su casa y leerlo allí durante el fin de semana, Gualtieri recibió una llamada del primer ministro informándole que éste necesitaba inmediatamente el informe «para volver a trabajar algunos pasajes».

Gualtieri sintió cierta incomodidad, pero finalmente aceptó de mala gana devolver el documento al Palazzo Chigi, luego de hacer varias fotocopias del mismo. [22] Los métodos poco habituales a los que recurrió Andreotti provocaron un escándalo en toda Italia y no hicieron más que agravar las sospechas. Los periódicos publicaron titulares como «Operación Giulio», en referencia a la Operación Gladio, y entre 50 000 y 400 000 ciudadanos indignados, inquietos y furiosos participaron, respondiendo al llamado del PCI, en una marcha por el centro de Roma, una de las manifestaciones más importantes de aquel periodo, bajo la consigna «Queremos la verdad». Algunos desfilaron disfrazados de gladiadores. En la Piazza del Popolo, el líder del PCI, Achille Occhetto, anunció a la multitud que aquella marcha obligaría al gobierno a revelar las tenebrosas verdades que había mantenido en secreto durante tantos años: «Estamos aquí para obtener la verdad y transparencia». [23]

El 24 de octubre, el senador Gualteri tuvo de nuevo en su poder el informe de Andreotti sobre el «SID paralelo». Dos páginas habían desaparecido y esta versión final ya no tenía más que 10. El parlamentario la comparó con las fotocopias de la primera versión y notó inmediatamente que varios fragmentos sensibles sobre las conexiones internacionales y la existencia de organizaciones similares en el extranjero habían sido suprimidos. Además, todas las menciones relativas a la organización secreta, que anteriormente aparecían en presente, lo cual sugería que seguían existiendo, aparecían ahora en pasado. Estaba claro que la estrategia de Andreotti consistente en enviar un documento y recuperarlo después para modificarlo antes de reenviarlo de nuevo no podía engañar a nadie.

Los observadores coincidieron en que aquella manobra atraería obligatoriamente la atención hacia los fragmentos eliminados, o sea sobre la dimensión internacional del caso, lo cual tendría como resultado que se disminuyera la culpabilidad del primer ministro. Sin embargo, la ayuda del extranjero no llegó.

En la versión final de su informe, Andreotti explicaba que Gladio había sido concebido en los países miembros de la OTAN como una red clandestina de resistencia destinada a luchar contra una posible invasión soviética. Al terminar la guerra, los servicios secretos del ejército italiano, el Servizio di Informazioni delle Forze Armate (SIFAR), predecesor del SID, había firmado con la CIA «un acuerdo sobre “la organización de la actividad de una red clandestina postinvasión”, acuerdo designado con el nombre de Stay Behind, en el que se renovaban todos los compromisos anteriores que implicaban a Italia y Estados Unidos».

La cooperación entre la CIA y los servicios secretos militares italianos, como precisaba Andreotti en su informe, se encontraba bajo la supervisión y la coordinación de los centros encargados de las operaciones de guerra clandestina de la OTAN: «Una vez que se constituyó esa organización secreta de resistencia, Italia estaba llamada a participar (…) en las tareas del CPC (Clandestine Planning Committee), fundado en 1959, que operaba en el seno del [Supreme Headquarters Allied Powers Europe (SHAPE), el cuartel general de las potencias europeas de la OTAN (...); en 1964, los servicios secretos italianos se integraron también al ACC (Allied Clandestine Committee).» [24]

El ejército secreto Gladio, como reveló Andreotti, disponía de considerable armamento. El equipamiento proporcionado por la CIA había sido enterrado en 139 escondites distribuidos en bosques, campos e incluso en iglesias y cementerios. Según las explicaciones del primer ministro italiano, esos arsenales contenían «armas portátiles, municiones, explosivos, granadas de mano, cuchillos, dagas, morteros de 60 mm., fusiles sin retroceso calibre 57, fusiles con mirillas telescópicas, transmisores de radio, prismáticos y otros tipos de equipamiento diverso» [25] Además de las protestas de la prensa y de la población contra las acciones de la CIA y la corrupción del gobierno, las escandalosas revelaciones de Andreotti también dieron lugar a una verdadera fiebre en la búsqueda de escondites de armas.

El padre Giuciano recuerda el día en que los periodistas invadieron su iglesia en busca de los secretos enterrados del Gladio, movidos por intenciones ambiguas: «Me avisaron después del mediodía cuando dos periodistas de Il Gazzettino vinieron a preguntarme si yo sabía algo sobre depósitos de municiones aquí, en la iglesia. Empezaron a cavar en este lugar y rápidamente encontraron dos cajas. Pero el texto indicaba buscar también a unos 30 centímetros de la ventana. Así que retomaron sus excavaciones por allí. Apartaron una de las cajas ya que contenía una bomba de fósforo. Los carabineros salieron mientras que dos expertos abrían la caja. Todavía había otra más, que contenía dos metralletas. Todas las armas estaban nuevas, en perfecto estado. Nunca habían sido utilizadas.» [26]

En contradicción con lo que el terrorista Vinciguerra había indicado en los años 1980, Andreotti afirmaba insistentemente que los servicios secretos militares italianos y los miembros de Gladio no tenían absolutamente nada que ver con la ola de atentados que se había producido en Italia. Según Andreotti, antes de ser reclutado, cada miembro de Gladio era sometido a exámenes intensivos y tenía que «ajustarse rigurosamente» a la ley que regía el funcionamiento de los servicios secretos con el fin de probar su «fidelidad absoluta a los valores de la Constitución republicana antifascista».

El procedimiento tenía también como objetivo garantizar la exclusión de todo aquel que ocupara alguna función administrativa o política. Además, según afirmaba también Andreotti, la ley estipulaba que «los elementos preseleccionados no tuviesen antecedentes penales, no tuviesen ningún compromiso de tipo político y no participaran en ningún tipo de movimiento extremista». Al mismo tiempo, Andreotti señalaba que los miembros de la red no podían declarar ante la justicia y que sus identidades así como otros detalles sobre el ejército secreto eran secreto militar. «La Operación, debido a sus modalidades concretas de organización y de acción –tal y como estaban previstas por las directivas de la OTAN e integradas en su estructura específica– debe prepararse y ejecutarse en el más absoluto secreto.» [27]

Las revelaciones de Andreotti sobre el «SID paralelo» sacudieron Italia. A muchos les costaba aceptar la idea de un ejército secreto dirigido por la CIA y la OTAN en Italia y en el extranjero. ¿Podía ser legal una estructura de ese tipo? El diario italiano La Stampa fue particularmente duro: «Ninguna razón de Estado puede justificar que se mantenga, que se cubra o se defienda una estructura militar secreta compuesta de elementos reclutados en base a criterios ideológicos –dependiente o, como mínimo, bajo la influencia de una potencia extranjera– y que sirva de instrumento para un combate político. No existen, para calificar eso, palabras que no sean alta traición o crimen contra la Constitución.» [28]

En el senado italiano, representantes del Partido Verde, del Partido Comunista y del Partido de los Independientes de Izquierda acusaron al gobierno de haber utilizado las unidades de Gladio para practicar una vigilancia territorial y perpetrar atentados terroristas con el objetivo de condicionar el clima político. Pero el PCI estaba sobre todo convencido de que, desde el comienzo de la guerra fría, el verdadero blanco de la red Gladio no había sido un ejército extranjero sino los propios comunistas italianos. Los observadores subrayaban que «con ese misterioso SID paralelo, fomentado para contrarrestar un imposible golpe de Estado de la izquierda, estuvimos corriendo sobre todo el peligro de vernos expuestos a un golpe de Estado de la derecha (…) No podemos creer eso (…), que ese superSID haya sido aceptado como una herramienta militar destinada a operar “en caso de una ocupación enemiga”. El único verdadero enemigo fue y ha sido siempre el partido comunista italiano, o sea un enemigo interno.» [29]

Decidido a no asumir sólo aquella responsabilidad, el primer ministro Andreotti se presentó ante el parlamento italiano, el mismo día que entregó su informe final sobre Gladio, y declaró: «A cada jefe de gobierno se le informaba la existencia de Gladio». [30] Sumamente embarazosa, esa declaración comprometió entre otros a los ex primeros ministros, como el socialista Bettino Craxi (1983-1987); Giovanni Spadolini del Partido Republicano (1981-1982), entonces presidente del senado; Arnaldo Forlani (1980-1981), quien era en 1990 secretario de la DCI; y Francesco Cossiga (1978-1979), en aquel entonces presidente de la República.

Al verse de pronto en el ojo de la tormenta, debido a las revelaciones de Andreotti, las reacciones de estos altos dignatarios fueron confusas. Craxi afirmaba que nunca se le había informado la existencia de Gladio, hasta que le pusieron delante un documento sobre Gladio firmado de su puño y letra en la época en que él era primer ministro. Spadolini y Forlani sufrieron similares ataques de amnesia, pero también tuvieron que retractarse de sus declaraciones iniciales. Spadolini provocó la hilaridad de todo el mundo al precisar que había que distinguir entre lo que él sabía como ministro de Defensa y lo que le informaban como primer ministro. Francesco Cossiga, presidente de la República desde 1985, fue el único que reconoció plenamente su papel en la conspiración.

Durante una visita oficial en Escocia, anunció que estaba incluso «feliz y orgulloso» de haber contribuido a la creación del ejército secreto como encargado de asuntos de Defensa en el seno de la DCI, en los años 1950. [31] Declaró que todos los miembros de Gladio eran buenos patriotas y se expresó en los siguientes términos: «Yo considero como un gran privilegio y una prueba de confianza (…) el haber sido escogido para esa delicada tarea (…) Tengo que decir que estoy orgulloso de que hayamos podido guardar ese secreto durante 45 años.» [32] Al abrazar así la causa de la organización implicada en actos de terrorismo, el presidente tuvo que enfrentar, a su regreso a Italia, una tempestad política y exigencias de renuncia y de destitución por alta traición provenientes de todos los partidos. El juez Casson tuvo la audacia de llamarlo a comparecer como testigo ante la comisión investigadora del senado.

Pero el presidente, que visiblemente ya no estaba tan «feliz», se negó de forma colérica y amenazó con cerrar toda la investigación parlamentaria sobre Gladio: «Reenviaré al parlamento el acta que extiende sus poderes y, si [el parlamento] la aprueba de nuevo, reexaminaré el texto para determinar si reúne las condiciones para presentar un rechazo [presidencial] definitivo de su promulgación». [33] Como aquella amenaza no tenía ninguna justificación constitucional, los críticos empezaron a cuestionar la salud mental del presidente. Cossiga renunció a la presidencia en abril de 1992, 3 meses antes del término legal de su mandato. [34]

En una alocución pública pronunciada ante el senado italiano el 9 de noviembre de 1990, Andreotti subrayó nuevamente que la OTAN, Estados Unidos y numerosos países de Europa occidental, como Alemania, Grecia, Dinamarca y Bélgica, estaban implicados en la conspiración stay-behind. Como prueba de sus alegaciones, reveladores datos confidenciales fueron entregados a la prensa, la publicación política italiana Panorama divulgó íntegramente el documento El SID paralelo – El caso Gladio, que Andreotti había entregado a la comisión parlamentaria.

Cuando las autoridades francesas trataron de negar su propia implicación en la red internacional Gladio, Andreotti contestó implacablemente que Francia también había participado secretamente en la última reunión del comité director de Gladio, el ACC, que se había desarrollado en Bruselas sólo unas pocas semanas antes, los días 23 y 24 de octubre de 1990, ante lo cual, un poco incómoda, Francia tuvo que reconocer su participación en la operación. A partir de entonces, se hacía imposible desmentir la dimensión internacional de la guerra secreta y el escándalo no tardó en extenderse por toda Europa occidental.

Después, siguiendo las fronteras de los Estados miembros de la OTAN, se propagó rápidamente por Estados Unidos. La comisión del parlamento italiano encargada de investigar sobre Gladio y sobre los atentados perpetrados en su país concluyó: «Aquellas matanzas, aquellas bombas, aquellas operaciones militares fueron organizadas, instigadas o apoyadas por personas que trabajan para las instituciones italianas y, como se descubrió más recientemente, por individuos vinculados a las estructuras de la inteligencia estadounidense». [35]

Daniele Ganser

Historiador suizo, especialista en relaciones internacionales contemporáneas. Se dedica a la enseñanza en la universidad de Basilea, Suiza.

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[1] Diario británico The Observer del día 18 de noviembre de 1990.

[2] Hugh O’Shaughnessy, «Gladio: Europe’s best kept secret». Se suponía que, en caso de que el Ejército Rojo invadiese Europa occidental, aquellos agentes debían permanecer tras las líneas enemigas. Pero en algunos países aquella red, creada con las mejores intenciones, se convirtió en instrumento del terrorismo y de la agitación política de extrema derecha. Diario británico The Observer, 7 de junio de 1992.

[3] Los investigadores Fabrizio Calvi y Frederic Laurent, especializados en servicios secretos, realizaron lo que constituye probablemente el mejor documental sobre el atentado de la Piazza Fontana. Piazza Fontana: Storia di un Complotto se transmitió el 11 de diciembre de 1997, a las 20h50, a través del canal público de televisión Rai Due. Una adaptación al francés, titulada L’Orchestre Noir: La Stratégie de la tension, se transmitió en 2 partes a través del canal de televisión franco-alemán Arte el martes 13 y el miércoles 14 de enero de 1998 a las 20h45. En ese documental, Fabrizio Calvi y Frederic Laurent interrogan a numerosos testigos, incluso a jueces que investigaron el caso durante años, a Guido Salvini y Gerardo D’Ambrosio, a activistas fascistas como Stefano Delle Chiaie, Amos Spiazzi, Guido Giannettini, Vincenzo Vinciguerra y el capitán Labruna, al ex primer ministro italiano Giulio Andreotti así como a Victor Marchetti y Marc Wyatt de la CIA. Este documental puede verse en DailyMotion.

[4] Fragmento del libro de Giovanni Fasanella y Claudio Sestieri con Giovanni Pellegrino: Segreto di Stato. La verità da Gladio al caso Moro (Einaudi Editore, Turin, 2000), introducción.

[5] Sobre este tema, ver: «1980: carnage à Bologne, 85 morts», Réseau Voltaire, 12 de marzo de 2004. Ndlr.

[6] Allan Francovich, Gladio: The Puppeteers. Se trata del segundo documental de una serie de 3 dedicados a Gladio por el realizador Francovich consacrés au Gladio. Transmitido en BBC2 el 17 de junio de 1992. Este documental puede verse en YouTube.

[7] Philip Willan, «Terrorists ‘helped by CIA’ to stop rise of left in Italy», publicado en el diario británico The Guardian el 26 de marzo de 2001. Willan es un especialista en materia de intervenciones secretas de Estados Unidos en Italia. Autor del libro de referencia Puppetmasters. The Political Use of Terrorism in Italy (Constable, Londres, 1991).

[8] Senato della Repubblica Italiana. Commissione parlamentare d’inchiesta sul terrorismo in Italia e sulle cause della mancata individuazione dei responsabili delle stragi: Il terrorismo, le stragi ed il contesto storico-politico. El informe final fue publicado bajo ese título en 1995.

[9] Programa informativo cotidiano británico Newsnight transmitido por BBC1 el 4 de abril de 1991.

[10] Diario británico The Observer del 7 de junio de 1992.

[11] Ed. Vulliamy, «Secret agents, freemasons, fascists… and a top-level campaign of political ‘destabilisation’: ‘Strategy of tension’ that brought carnage and cover-up» publicado en el diario The Guardian el 5 de diciembre de 1990.

[12] Publicación política británica Statewatch, enero de 1991.

[13] Jean-Francois Brozzu-Gentile, L’Affaire Gladio (Editions Albin Michel, París, 1994), p.105.

[14] Publicación política italiana Europeo del 16 de noviembre de 1990.

[15] Ed. Vulliamy, «Secret agents, freemasons, fascists... and a top-level campaign of political ‘destabilisation’: ‘Strategy of tension’ that brought carnage and cover-up», publicado en el diario británico The Guardian el 5 de diciembre de 1990.

[16] «Spinne unterm Schafsfell. In Südeuropa war die Guerillatruppe besonders aktiv – auch bei den Militärputschen in Griechenland und der Türkei?», publicado sin que se especificara un autor en la revista informativa alemana Der Spiegel, N°48, 26 de noviembre de 1990.

[17] Mario Coglitore (ed.), La Notte dei Gladiatori. Omissioni e silenzi della Repubblica (Calcusca Edizioni, Padua, 1992), p.131.

[18] Fragmento de Coglitore, Gladiatori, p.132.

[19] Ver la notable biografía de Andreotti por Regine Igel, Andreotti. Politik zwischen Geheimdienst und Mafia (Herbig Verlag, Munich,1997).

[20] Diario británico The Guardian, 5 de diciembre de 1990.

[21] Leo Muller, Gladio – das Erbe des Kalten Krieges. Der Nato-Geheimbund und sein deutscher Vorläufer (Rowohlt, Hamburgo, 1991), p.26.

[22] Para un recuento detallado de los hechos, ver los diarios italianos La Repubblica, Corriere della Sera y La Stampa del 24 de octubre de 1990.

[23] «50 000 seek truth about secret team», publicado sin autor específico en el diario canadiense The Toronto Star, 18 de noviembre de 1990.

[24] Franco Ferraresi, «A secret structure codenamed Gladio» en Italian Politics. A Review, 1992, p.30. Ferraresi cita directamente el documento que Andreotti envió a la comisión parlamentaria. El diario italiano L’Unita publicó la primera y la segunda versión del documento de Andreotti en una edición especial el 14 de noviembre de 1990. La traducción íntegra esta disponible en el sitio de la Red Voltaire.

[25] Ferraresi, Gladio, p.30, citas del documento de Andreotti.

[26] El padre Giuciano da su testimonio frente a la iglesia en el documental de Allan Francovich, Gladio: The Puppeteers. Segundo documental de una serie de tres que Francovich dedicó a Gladio, transmitido por BBC2 el 17 de junio de 1992.

[27] Ferraresi, Gladio, p.31, citas del documento de Andreotti.

[28] Citado por Ferraresi, Gladio, p.31.

[29] Norberto Bobbio citado por Ferraresi, Gladio, p.32.

[30] Muller, Gladio, p.27.

[31] Diario británico The Observer, 18 de noviembre de 1990.

[32] Agencia de prensa Reuters, 12 de noviembre de 1990.

[33] Ferraresi, Gladio, p.32.

[34] The Economist, 30 de marzo de 1991.

[35] «Senato della Repubblica. Commissione parlamentare d’inchiesta sul terrorismo in Italia e sulle cause della mancata individuazione dei responsabiliy delle stragi: Stragi e terrorismo in Italia dal dopoguerra al 1974. Relazione del Gruppo Democratici di Sinistra l’Ulivo. Roma junio de 2000». Philip Willan: «US ‘supported anti-left terror in Italy’. Report claims Washington used a strategy of tension in the cold war to stabilise the centre-right», publicado en el diario británico The Guardian, 24 de junio de 2000.

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