20.9.12

Cacerola de teflón (Ignacio Copani)




Cacerola de teflón 

No te oí... En los días del silencio atronador.
No te oí junto a las madres del dolor,
no sonaste ni de lejos, por los
chicos, por los viejos olvidados.

No te oí... Puede ser que ya no estoy oyendo bien,
pero al borde de las rutas de Neuquén,
no te oí mientras mataban por la espalda a mi maestro.
Y entre nuestros cantos desaparecidos
yo jamás oí el sonido de tu tapa resistente,
que resiste comprender que hay
tanta gente
que en sus pobres recipientes sólo guarda una ilusión.

Cacerola de teflón, volvé al estante,
que la calle es de las ollas militantes,
con valiente aroma de olla popular.

Cacerola de teflón, a los bazares
o a sonar con los tambores militares
como tantas veces te escuché sonar.

No te oí... cuando el ruido de las fábricas paró,
cuando abril su mar de lágrimas llenó.
No te oí con los parientes del diciembre adolescente, asfixiado.

No te oí. Puede ser que mis oídos oigan mal,
pero no escuché en la exposición rural,
reclamar por el jornal de los peones yerbateros,
por la rentabilidad de los obreros,
por el tiempo venidero, porque venga para todos.

No te oí ni te oiré porque no hay modo
de juntar tu avaro codo con mi abierto corazón.

Cacerola de teflón, volvé al estante
de los muebles de las casas elegantes
que las cocineras te van a extrañar.

Cacerola de teflón, a los bazares
o a sonar en los conciertos liberales
como tantas veces te escuché sonar.

No te oí en el puente de Kosteki y Santillán
No te oí por el ingenio en Tucumán.
No te oí en los desalojos ni en los barrios inundados de este lado.

No te oí, en la esquina de Rosario que estalló
Cuando el ángel de la bici se calló
y sus ángeles pequeños se quedaron sin comida.

Y jamás te oí en la vida repicar desde acá abajo
por un joven sin trabajo, a la deriva.
Debe ser que desde arriba,
desde los pisos más altos
no se ve nunca el espanto y las heridas.

Cacerola de teflón, volvé al estante.
Yo me quedo en una marcha de estudiantes
donde vos nunca supiste resonar.

Cacerola de teflón, a los bazares
o a llenarte de los más ricos manjares
que en la calle no se suelen encontrar.

Cacerola de teflón, andá a c... ocinar.

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18.9.12

Cacerolas y oposición

Análisis de Eduardo R. Di Cola Diputado Nacional (MC) publicado en Ramble Tamble y con el que coincido totalmente...


Más allá de las diferentes lecturas que se hagan, no caben dudas que la del jueves fue una dura advertencia para la oposición.
Estamos en un país donde el oficialismo hace lo que le corresponde.
Garantiza gobernabilidad. Conducción detrás de un modelo plebiscitado por la inmensa mayoría.
Un oficialismo que representa (diría sobre-representa) a la mayoría democráticamente expresada en la urnas desde hace más de una década
Efectuando un análisis con la mirada puesta en el gobierno, sin temor a equivocarnos podemos afirmar que estamos en un país normal.
Un país donde el oficialismo hace lo que le corresponde respetando todas las garantías constitucionales.

Lamentablemente los que no hacen lo que les compete es la oposición.

Es lógico, bueno y habitual en el mundo que una porción de la sociedad tenga una visión diferente a la que interpreta el oficialismo. Lo anormal es que esa porción de la sociedad esté carente de representación.
Es penoso ver a dirigentes de la oposición que hablan de debilidad institucional, cuando son ellos mismos los que debilitan a las instituciones por no hacer los que les corresponde como tal.

La oposición ha fracasado estrepitosamente, exhibiendo una llamativa incapacidad para mostrarse como una alternativa superadora. Como una alternativa sólida en las propuestas y con capacidad organizativa para constituirse en un polo de poder confiable en su capacidad para garantizar gobernabilidad.

Es llamativo que esos dirigentes opositores no se pregunten seria y sinceramente como es que frente a esa porción social que pretende un cambio, no logren conformar una estructura que de cara a una elección, expresen en forma continua, sólida y consolidada cuanto menos un 35 % del electorado, como sucede en innumerables sociedades democráticas

Como es que frente a la diversidad cultural de un país extenso como el nuestro los “dirigentes” que dicen tener “representación nacional”, no pueden hacer pié sólidamente como estructura política ni como candidato presidencial en ningún distrito.

Preguntémonos los argentinos, sin distinción de oficialismo ni oposición, ¿qué nos estaría pasando como país si no tuviéramos un gobierno que reconstituyó y continúa garantizando el principio de autoridad detrás de un proyecto político que se lleva adelante?

¿Qué estaría pasando en el país si esa mayoría que hoy nos sentimos representados en el oficialismo, estuviéramos sin representación, desorganizados y sin contención?

¿Quién garantizaría la gobernabilidad si el oficialismo se comportara con la misma actitud individualista y disociadora de la oposición?

Hace poco más de una década la consigna fue “que se vayan todos”.
El jueves pasado, lamentablemente algunos volvieron a expresarla.

En todo caso para esos sectores sub-representados la consigna debería ser “que se vayan todos los dirigentes opositores”, que den paso a nueva dirigencia. Que dejen de estar planteando falsas unidades que duran hasta que se arman las listas para luego cada uno y antes de las elecciones tome su propio camino. Incluso haciendo campañas separadas y con críticas a sus “propios aliados” con quienes comparten la boleta electoral.

Que dejen de estar saltando por diferentes partidos para ver como siguen siendo legisladores, y que abran el camino para los que estén dispuestos a reconstituir las estructuras partidarias a partir de propuestas serias y responsables.

Hoy quienes están sin representación deben castigar a los que diciendo que los representan solo lo hacen para ver como continúan usufructuando un espacio como diputado o senador.
Se equivocan los manifestantes de ayer en cargar sus enojos en contra del oficialismo. Estamos en una sociedad democrática donde el oficialismo tiene suficiente legalidad y legitimidad de origen y de gestión.
Deben enojarse con los dirigentes que tienen la obligación de representarlos, y que para ello deberían hacer lo que les corresponde en cuanto a generación de propuestas y construcción de poder político.
Si no lo hacen, no es porque no haya sectores de la sociedad que estén predispuestos a escucharlos y acompañarlos.

No lo hacen por su propia incapacidad y falta de voluntad.
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17.9.12

No quiero (Por Eduardo Aliverti)

Unos por poco. Otros, por demasiado. Y una ¿menudencia?, con tanto de hipocresía como de ingenuidad. Esas podrían ser algunas de las definiciones que caben a lo sucedido el jueves a la noche.

El “poco” atañe a quienes, desde el Gobierno y sus alrededores, minimizaron por completo la magnitud de la protesta. Al margen de discusiones bizantinas sobre el número aproximado de manifestantes, fue mucha gente. Mucha. No provino con exclusividad de los barrios acaudalados. No fue sólo en Buenos Aires. Vamos: con ese mismo volumen de muchedumbre, si es del palo decimos que fue imponente. Y también es veraz que el origen estuvo en las redes sociales, porque no podría haber sido de otra forma a partir de que la oposición dirigencial no existe. Este último dato, en gran medida, es lo que llevó a desmerecer la convocatoria porque su proyección sería nula, al carecer de quienes la articulen. Pero eso no significa que deje de prestársele atención. Si es verdad que “siempre volveremos”, como dijo la Presidenta, también lo es que siempre amenaza la existencia de un núcleo de derecha, activo en más o en menos según las épocas, y conformado por factores de poder que se nutren del privilegio propio, junto con la tilinguería que les hace el coro. Eso está y que sea un paquidermo medio dormido, o espontaneísta, no quiere decir que deje de ser un elefante. Tienen recursos, ya lo demostraron en 2008 y, precisamente por no habérselos atendido, se sufrió una derrota que pudo haberse evitado. De esa pérdida se salió fugando para adelante, cuando nadie lo apostaba. Y es eso lo que vuelve a imponerse: a más reacción, más acción. Lo de la re-re es una estrategia equivocada que les proporciona gimnasia aglutinante. Es lo único de que pueden valerse y por eso lo amplifican.

Del “demasiado” no parece que haga falta agregar mucho. Colegas de la oposición llegaron a permitirse la extravagancia insultante de comparar el jueves a la noche con 2001. Más de veinte muertos por la represión, cincuenta por ciento de pobres e indigentes, un país incendiado, fueron entusiastamente asimilados a un montón de miles que salieron a pedir “libertad”. La libertad que estaban ejerciendo sin ningún problema. Se les confirió a los ruidosos la categoría del total de la sociedad, o de un grueso relevante. Quizá baste y sobre con lo que se le escuchó a un salame televisado, en rol de conductor, al momento de la desconcentración. Alertó que debía chequearse cómo andaba el Roca, porque los protestadores tenían que volver al sur del conurbano y esa línea de tren había sufrido inconvenientes durante el día. El tipo se pegó un viaje hasta el 17 de octubre del ’45. Se creyó que andaba viendo las patas en la fuente de Plaza de Mayo, con las masas indignadas cruzando el Riachuelo. Emblematizó la visión de los agentes de prensa que compraron o vendieron estar ante una gesta épica, inolvidable, determinante.

El tercer aspecto se cuela entre esos extremos de los que ningunean lo ocurrido y quienes le otorgan un valor histórico. Se da hace cierto tiempo, estimulado por el discurso de los medios opositores. El cacerolazo lo potenció. Los reaccionarios orgánicos se valen de él porque es una fachada que les permite predicar sus intereses sin retruque probable, al ser un argumento cuyo mentís es de altísima incorrección política. Pero también habrá los preocupados legítimos. Por ejemplo, gente agotada o inquieta frente al hecho de espaciar relaciones, o directamente perder amistades, porque cada vez que salta lo político –y no hay forma de que no salte, por un lado o por otro y más temprano o más tarde– los choques son irreconciliables. Este tercer elemento es eso de la división de los argentinos. De los riesgos de profundizar las diferencias, de fijarnos en lo que separa antes que en lo unificador, de no promover el consenso. Eso de que la confrontación es buscada adrede y no como producto del intercambio de ideas. Eso de que pueblo dividido es sinónimo de sociedad que no avanzará nunca. Eso de que en una democracia no hay enemigos sino adversarios. Pues bien: uno ya está harto de estas boludeces monumentales y cree que es hora de salirles al cruce, porque de lo contrario se asienta un embuste que impide debates serios. ¿Desde cuándo resulta que la política no es conflicto invariable y progresivo, si es que realmente hay pugna ideológica y no una escenografía institucional de cartón? ¿O es tan difícil darse cuenta de que estos sectores afiebrados por la necesidad de diálogo –para concederles candor– son el árbol genealógico de la oligarquía, de las masacres de toda nuestra historia, de las dos toneladas de bombas sobre civiles indefensos en junio del ’55, del genocidio del ’76, del sultán riojano que añoran, de la deuda externa que socializaron, de la propiedad agropecuaria nacida en cada oreja de indio entregada a las huestes de Roca? ¿De qué diálogo y de qué dictadura hablan? ¿Así que el pueblo fue y es su enemigo, pero para el pueblo deben ser sus adversarios democráticos?

Este diario publicó anteayer una columna del sacerdote quilmeño Eduardo de la Serna, coordinador del Grupo de Curas en Opción por los Pobres Argentinos. El texto es de una sencillez y precisión arrolladoras, en esencia sobre los cánticos, consignas y cuestionamientos vertidos el jueves. En su mayoría, aunque lícitos de expresar, eran totalmente individuales. “Quiero salir a la calle sin que me roben”, era el planteo acerca de la “inseguridad” en reemplazo de la seguridad como bienestar social. “Quiero poder viajar”, como si los millones de pobres hubieran podido ir al extranjero sin que nadie levantara la voz a favor de ese derecho. “La multitudinaria ‘marcha del yo’, preocupada por ‘mis’ derechos, se manifestó coherentemente en que cada ‘yo’ tenía su propia consigna; no había un ‘nosotros’, un ‘Pueblo’, salvo en el extraño momento en que se cantó aquello de ‘si éste no es el pueblo...’ (que dicho sea de paso, al igual que respecto de haber coreado que el pueblo unido jamás será vencido: dejen de robar emblemas de izquierda para aplicarlos a que no pueden conseguir dólares) (...) Pocas cosas me parecen tan clásicas de la ‘clase media’ argentina (no es toda) como su ‘amor al yo’, el mismo de Sri Sri, el mismo del ‘yo, argentino’, del ‘no te metás’, del ‘por algo será’, del ‘en algo andaría’. Multitudinarios ‘yoes’ que pareciera que nunca pueden mirar un ‘nosotros’. Hace ya 200 años que estamos habituados a convivir (?) unos y otros, puerto y pueblos, civilización y barbarie, blancos y negros... De Proyectos se trata. Pero mientras unos insinúan siempre el deseo del voto calificado, otros proponen ampliación de derechos aunque los calificados (o clarinificados) no tomen nota. Total, se han copiado siempre.” Puede agregarse que cuando hay muchas consignas termina no habiendo ninguna, como no sea una expresión de malhumor. De odio de clase. Finalmente, de impotencia.

Esta columna termina en primera persona, como es de estilo y pertinente aclarar cuando un periodista –más aún en rol opinativo– se dispone a violar una regla básica de la profesión. Me importa una infinita cantidad de carajos tener el más mínimo grado de consenso con esta gente. Casi desde que el mundo es mundo, el mundo se divide en clases. Y en las más postergadas, por obra de las dominantes de la pirámide y sobre todo en las medias, que son el jamón del sandwich, hay franjas asemejadas que hasta salen a la calle para defender intereses que no les son propios sino de quienes las sojuzgan. Se puede creer que vale convencer a los privilegiados y a sus loritos por vía del “diálogo”, siempre desparejo gracias a los medios de comunicación que pertenecen a la clase de punta. O practicar el “centralismo democrático” de dar la batalla a través de los hechos, tal y como toda la vida hicieron ellos. No quiero saber absolutamente nada de pacificar relaciones con esta gente. No quiero ni diálogo ni consenso con quienes vociferan “yegua, puta y montonera”. No quiero sentarme a soportar, ni por un solo segundo, a los que quieren para Cristina el final de De la Rúa. Me repugna que salgan a manifestar muchos de los que hace poco más de diez años canturreaban que entre piquetes y cacerola la lucha era una sola, porque les habían pasado la cuenta de la fiesta de la rata. No quiero saber nada con esa gente que a la primera de cambio apoyaría el golpe militar del que ya no disponen. Quiero tener con ellos una profunda división. Y concentrarme en de cuál manera se garantizaría mejor que se hundan en el fondo de su historia antropológico-nacional, consistente en que el negro de al lado no porte ni siquiera el derecho de mejorar un poquito.

Quiero a esa gente cada vez más lejos. Y cuanto más los veo, más seguro estoy.



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30.8.12

El rapto de Europa

Que la capital de Europa esté en Bruselas no deja de tener su gracia. En un continente cuya historia reciente se resume en una greña casi perpetua entre Francia y Alemania, lo lógico hubiera sido colocarla en Berlín o en París. Pero Bélgica está bien, mejor que bien incluso, porque de un modo inconsciente, casi de pura chiripa, los analfabetos y codiciosos arquitectos del euro han venido a reconocer el papel que este pequeño país ha jugado en la historia europea en los dos últimos siglos: un ensangrentado y casi continuo campo de batalla. De Napoleón a Hitler, de Waterloo a Las Ardenas, pasando por las carnicerías inconcebibles de Ypres, Bélgica ha sido el cementerio de todos los sueños y pesadillas de la unificación europea.

También fue, y digno es reconocerlo, la patria del primer gran genocida del siglo XX, el rey Leopoldo II de Bélgica, aquel filántropo barbudo cuya infatigable labor de rapiña en el Congo provocó una masacre que se calcula en nueve o diez millones de víctimas. Un monumento perenne a la esclavitud, un Holocausto de piel negra a machetazo limpio en pleno corazón de África: eso también es Europa. Sí, la verdad es lógico que Bruselas sea la capital de este horrendo matadero del que tan orgullosos estamos y al que bautizamos con el nombre de un mito griego.

Para intentar resucitar el espectro de la Roma imperial, los chicos listos de la banca europea inventaron el euro, un sestercio de mierda, una imitación del dólar, una patente de corso para millonarios que a los pobres sólo nos supuso un ancla al cuello. Diez años después, la jugada ha resultado todo un éxito financiero y una absoluta catástrofe económica, con varios países al borde de la quiebra, millones de parados husmeando en la basura y familias enteras desahuciadas mientras piaras de indecentes gobernantes se dedican a facilitar el expolio a los banqueros.

De cualquier modo, podemos dar gracias porque, para haber caído tan bajo, no hayamos necesitado otra guerra de trincheras. Ni siquiera dictaduras ni golpes de estado: dos países democráticos (Grecia e Italia, las dos cunas simbólicas del continente) perdieron a sus líderes electos en cuanto el dinero movió sus hilos desde Bruselas. En España todavía no ha hecho falta porque contamos con un monigote con gafas que pierde el culo en cuanto le chiflan sus titiriteros.

El mito lo dice todo: Zeus, aquel obsceno dios del Olimpo, se disfrazó de toro para forzar a una muchacha llamada Europa. Engaño, rapto y violación: he ahí nuestro origen y nuestro destino cifrados en una antigua fábula. Para que la analogía fuese perfecta, sólo faltaba una metamorfosis en lluvia de oro.

David Torres


Fuente: Punto de Fisión
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30.7.12

La sensibilidad gorila (Por Eduardo Aliverti)

Esta es una columna (muy) reiterativa sobre cierto aspecto de los tratamientos periodísticos y su incidencia social. La repetición no se refiere tanto a los hechos puntuales como al tipo de operatoria mediática en que se inscriben. Al autor, aunque sepa o crea entender de qué se trata, no deja de llamarle la atención que maniobras tan elementales continúen siendo un dispositivo enormemente confiable para los medios denominados “hegemónicos”. ¿Tendrán razón esos medios? Puede ser. ¿Será que, en vez de confianza, los guía el carácter de única movida a disposición de sus intereses? Puede ser.

En los últimos días sobresale la reaparición del show de la inseguridad. Debiera suceder que sólo un retrasado mental pueda no darse cuenta de que el subibaja, en torno de ese asunto, responde al grado de ebullición de la temática política propiamente dicha. Mientras el pico de interés lo atravesaba el enfrentamiento oficial con Scioli y la expectativa frente al poder de fuego de Moyano, y un poco antes por las restricciones del acceso al dólar, fue virtualmente imposible encontrar en los grandes medios de la oposición referencias a episodios delictuales. “Sube” la política y la violencia urbana desaparece ipso facto de diarios, sumarios, boletines, flashes informativos. Es más: cuando sube la política –significando tal cosa que el Gobierno podría estar apremiado por adversarios físicos o factores económicos temporales– hasta se esfuma la recurrencia de machacar con la multiplicidad de piquetes. Es irrefutable que hay una vía estipulada para inducir al (buen o mal) humor popular. Y es más tarde cuando aparece el debate de si eso quiere decir que se pauta cómo piensa la gente o sólo de qué tiene que hablar. Una amplia encuesta nacional de circulación reservada, efectuada a mediados de este mes, señala que inflación, pobreza-miseria y salarios bajos son resaltados, como factor de preocupación, por casi el 50 por ciento de los argentinos. Sin embargo, la “economía” –esto es, la confianza final en cómo o quiénes conducen, sea por convicción o por default de las alternativas– es mencionada, con rango de inquietud, en menos del 8 por ciento de los consultados en todo el país. La ecuación permite trazar una analogía con la turbación por la inseguridad, y así también lo explica la muestra: con una oposición político-profesional inmóvil, quedan expuestos más fuertemente los conflictos internos del kirchnerismo/peronismo. Dicho en otras palabras y simplísimo concepto, se habla nada más que del oficialismo porque el resto no existe. Los medios opositores reman contra esa corriente, con artimañas que son igualmente lamentables y que alcanzan su cúspide en la protección al procesado Mauricio Macri.

El jefe de Gobierno capitalino es un portento de inutilidad, como pocas veces se ha visto. El colega Luis Bruschtein lo estampó con precisión en su columna de este diario, hace un par de sábados. “Un político como Fernando de la Rúa hacía la plancha, se dejaba llevar por el plano inclinado, pero tenía buena prensa que le hacía fama de buen administrador. No hacía casi nada mientras la situación de los que tenían menos era cada vez peor. A De la Rúa le hicieron fama durante su desempeño en la Ciudad de Buenos Aires. Esa aureola de buen administrador le sirvió de plataforma para llegar a la Presidencia y, ya en ella, se dejó llevar por ese plano inclinado, como lo había hecho antes. Siempre fue el mismo, tanto el de la supuesta eficiencia en el gobierno porteño como el que después no encontraba la puerta para salir del estudio de Tinelli. El mismo que no pudo encontrar la puerta para salir de la crisis.” Macri está en eso, aunque los medios de comunicación que le son adictos, bien antes por necesidad de apostar a lo que sea, contra los K, que por la seducción ejercida por un vago, se empeñen en lo contrario. Rechaza hacerse cargo de los subtes si Nación no se los da con todas las refacciones concluidas. Rechaza pagar la cuenta de la luz porque la quiere con subsidio. Rechaza hacerse cargo de la basura que le manda al conurbano. Lindo liberal, Macri. Con esa estela de que papá me pague todo, para que yo después administre.

Se supone que –a la hora, entre otras, de elegir cargos ejecutivos– la gente, o mucha gente, hace cuentas más totales que parciales. De hecho, Cristina, o este modelo, o esta forma de ejercer el poder a contramano de las recetas neoliberales, vienen de sacar más del 55 por ciento de los votos. Antes de que eso ocurriera, y antes de que en las primarias de hace apenas un año conquistara un porcentaje menor, las operaciones y manipulaciones de prensa en contra del Gobierno eran tanto o más furibundas que en el presente. Muchas, precisamente, se basaron en ese drama de la “inseguridad” que la prensa hace aparecer y extinguir, de sus grandes letreros, como si durante un período pudiéramos ser México, al siguiente Suiza, después algún bajo fondo del Este europeo y al rato Noruega. Otros manejos, a falta de candidato opositor destacado en quien depositar la dirección del efectismo, trabajaron –igual que ahora– lo que podría definirse como torsión de desgaste por el desgaste mismo. Es decir, perforemos y después veamos con qué y quiénes se sigue, mientras lo que siga no sea la yegua, sus montoneros reciclados y, sobre todo, la corrupción gubernamental. Esto, la corrupción, es particularmente interesante de abordar como capital simbólico de la oposición mediática y de la sensibilidad gorila. Si la cuestión pasa por lo concreto del perjuicio a los bolsillos pudientes y clasemedieros, no hay avería alguna. Durante el kirchnerismo los ricos son, por lo menos, tan igual de ricos como en cualquier parámetro epocal que quiera tomarse. Los bolsones de clase media que expresan el sentimiento más antiperonista, históricamente, tampoco pueden quejarse de su andar económico. ¿Qué es, entonces, lo que tanto los agobia? ¿De dónde procede semejante furia? Esos sectores, que fueron culo y calzón con los milicos, con el menemato, con la tablita cambiaria, con el uno a uno; esos especímenes a los que nunca les va mal, “salvo” si pierden de ganar demasiado o cuando quedan encerrados en corralones y corralitos que son el producto de las fiestas promovidas o aceptadas por ellos, ¿de qué corrupción se indignan? Así fuera que el kirchnerismo deja muchos flancos sospechosos en el mando de los fondos públicos, ¿con cuál autoridad moral vienen a escandalizarse? Debe decirse, ya para cansarse, que la cólera de esos tilingos se debe mucho más a la amenaza percibida, en torno de sus fortunas patéticas, que a las acechanzas reales. No debería poder creerse que procesistas, menemistas, macristas y habitantes por el estilo del zoológico de la salvación individual vengan a gemir por el autoritarismo de Guillermo Moreno, las dudas sobre Boudou-Ciccone o el uso de la plata de los jubilados para hacer caja distributiva. Los gangsters ideológicos y operativos del curro monumental de las AFJP llaman a conmoverse por el uso de los fondos previsionales. Los apropiadores de Papel Prensa se plantan en atalayas moralistas. Los traficantes corporativos, que se valieron de las prebendas del Estado para concretar negocios descomunales, acusan al Gobierno de practicar capitalismo de amigotes. Quienes compran ese discurso de los pretendientes a periodismo franciscano, ¿se lo creen? El firmante piensa que sí. No está seguro de que en el fondo de los fondos no se dejen lugar para dudas; pero sí que, en caso de habérseles suscitado alguna, la apartan y subsumen en convencerse de que están verdaderamente jodidos. El síndrome de vanidad podría ser una explicación. Sectores medios, imbuidos de odio de clase y temor por la pérdida de sus privilegios, se construyen una amenaza que la prensa retroalimenta. En consecuencia, y según lo demuestra, entre tantos signos, la pavura por el control cambiario entre quienes se relacionan con el dólar a partir de espectáculos ajenos (para no hablar directamente de los que no vieron un dólar en toda su vida), hay una obra de ficción en la que se regodean sus fantasmas.

La política y las relaciones sociales se desarrollan con hechos específicos. Pero también con imaginaciones.

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17.7.12

Rajoy: la "destrucción creativa" del neoliberalismo.

Lean el interesantísimo artículo de Xavier Sala i Martín sobre la crisis española. Lo publicó y, poco después, su nota fue retirada de la versión digital del periódico La Vanguardia (Barcelona). Recordar que para el economista Joseph Schumpeter la dinámica del capitalismo se basaba en las supuestas virtudes de la "destrucción creativa." Lo que nunca imaginó este autor es que en esa ecuación la parte destructiva superó con creces a lo creativo. Y no sólo en España, sino en todo el mundo.


COMO DESTRUIR LA ECONOMÍA
DE UN PAÍS LLAMADO "ESPAÑA Y OLÉ"

AUTO SUICIDIO, de Xavier Sala i Martín en La Vanguardia 17-06-2.012
ARTÍCULO CENSURADO Y RETIRADO DE LA VERSIÓN DIGITAL DE LA VANGUARDIA.

A ver. Pensemos...

Si el peor enemigo de un país diseñara un plan para destruir su economía, ¿qué haría?

Pues supongo que intentaría desacreditar sus instituciones más importantes para sembrar la desconfianza entre los ciudadanos y que estos dejaran de consumir e invertir.

La estrategia podría empezar por desprestigiar a la primera autoridad (sea rey o presidente de la república) llevándole a cazar elefantes con una señorita alemana.

En medio de la cacería le obligaría a resbalar y a romperse la cadera para que tuviera que volver urgentemente a su país.
Así todo el mundo vería cómo se gasta decenas de miles de euros en un momento en que sus conciudadanos se hunden en la miseria.

Para rematar la faena, forzaría a un familiar próximo (por ejemplo, un yerno) a apropiarse de millones de euros explotando su influencia y luego expondría sus travesuras a la luz pública.
Es importante empezar sembrando dudas sobre la conveniencia de mantener en el poder a la primera familia del país.

A continuación exigiría a los miembros del Parlamento que siguieran una regla simple:

“Vota siempre lo contrario de tu adversario incluso cuando tiene razón e incluso cuando propone lo mismo que proponías tu en la anterior legislatura”.

Es crucial que la ciudadanía pierda la confianza en su clase política.

Seguiría con los más altos órganos del poder judicial.

Por ejemplo, haría que el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial se gastara dinero público para pasar fines de semana románticos en la Costa del Sol con su chófer (masculino).

Una vez malversado el dinero filtraría las facturas para desatar el escándalo y, acto seguido, haría que los jueces compañeros pusieran trabas a la investigación para proteger a su amigo.

Intentaría que eso pasara justo en el momento en que alcaldes, presidentes de comunidades y parlamentos y altos cargos de las administraciones del Estado están siendo juzgados por corrupción… ¡por esos mismos tribunales!

La desconfianza en la justicia es el mecanismo más seguro para hundir a un país.

Una vez desacreditado el jefe del Estado, las altas esferas de la política y la justicia, iría a por las élites económicas.

Aquí se podría lanzar un ataque contra uno de los empresarios más prestigiosos del país, posiblemente un banquero, destapando unas cuentas con miles de millones de euros en Suiza y, una vez destapado, haría que el Gobierno no le castigara.

Además, indultaría a uno de sus altos ejecutivos previamente condenado por sentencia firme (SANTANDER).

El siguiente paso consistiría en dilapidar miles de millones de euros de dinero público para evitar la quiebra de unos bancos y cajas por amigos, parientes y correligionarios políticos.

Y lo haría justo en el momento de pedir sacrificios y recortes de miles de millones a los ciudadanos.

Es esencial que la gente confunda libre mercado con amiguismo incestuoso entre poder empresarial y político.

Sin abandonar el terreno económico, obligaría al Banco Central y a la Comisión Nacional del Mercado de Valores a autorizar la salida a bolsa de uno de los mayores Bankios del país, a sabiendas de que estaba arruinado.

Eso haría que miles de ciudadanos perdieran sus ahorros comprando acciones de una empresa que ya estaba muerta antes de nacer.
Para hundir a un país, hay que conseguir que la gente de a pie pierda sus ahorros y que las entidades supervisoras que (en teoría) les protegen, contribuyan a su ruina.

Y finalmente, pondría a un gobierno incompetente a la hora de gestionar problemas económicos.
De hecho, lo haría durante dos legislaturas seguidas y con partido distinto en cada una de ellas.

Eso demostraría que la incompetencia no es de un solo partido sino de la clase política en su conjunto.

Los sucesivos gobiernos negarían las crisis económicas y echarían la culpa de todo a los extranjeros malignos.

Como traca final, haría que las autoridades europeas rescataran al sistema bancario del país y obligaría al presidente del Gobierno a negar repetidamente que se trata de un rescate.

También le forzaría a mentir argumentando que el rescate no tiene condiciones (o sólo “condiciones favorables”), cosa que los mismos europeos negarían unas horas más tarde.

Eso refrescaría la memoria de todos, recordándoles que quienes mandan son los mismos que mintieron con los “hilillos de plastelina” y las “dos vías de investigación”.

Es más, cuando la sociedad pidiera la comparecencia del presidente ante el Parlamento para dar explicaciones, le obligaría a decir (sin que se le escapara la risa) que su agenda internacional está tan llena que no hay tiempo para ir al Parlamento… y acto seguido cogería una avión oficial y me lo llevaría a ver un partido de fútbol con cargo al contribuyente.

La mofa y el escarnio llegarían a todos los rincones del planeta: “You say tomato, I say bailout”.

Esa sería la puya final ya que, unida al desprestigio de todas las grandes instituciones del país, eliminaría toda esperanza de salir del profundo agujero.

Los ánimos de la ciudadanía se hundirían, por fin, en la más profunda depresión.

Y ese sería el plan que diseñaría el peor enemigo de uno.

¡Sí! Ya sé que es tan retorcido, maquiavélico y exagerado que parece improbable que nadie nunca lo pueda llevar a cabo…

Pero nunca digas nunca porque siempre puede aparecer un país de pandereta cuyo peor enemigo sea él mismo y cuyas instituciones, todas y cada una de ellas, estén dispuestas a desprestigiarse a sí mismas ante el asombro del mundo entero, para conseguir el objetivo común: ¡el autosuicidio!



Xavier Sala i Martín,
Universidad de Columbia, UPF i Fundació Umbele.
(http://www.salaimartin.com)



Fuente: Atilio Borón.com.ar
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10.7.12

Se ríen de España y de los españoles

Como hace algo más de 10 años se reían de Argentina y de los argentinos... ¿recuerdan?

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Por Juan Torres López

Leer las páginas económicas, o incluso solo las portadas, de los medios se está convirtiendo en un ejercicio de puro masoquismo: no hay manera de disimular el ridículo que está haciendo España.

Hace un mes que se aprobó el rescate de la banca española que según Rajoy resolvía el problema de nuestra economía y que mereció una surrealista felicitación del rey Juan Carlos. En este tiempo ha habido cumbres y varias reuniones de los ministros de Economía pero hasta el momento no se han fijado ni las condiciones concretas, ni qué cantidad exacta se precisa, ni cuándo comenzará a ser efectivo. Se hacen declaraciones contradictorias diciendo un día blanco y otro negro pero siempre se insiste en lo mismo: hay que seguir rebajando gastos y derechos y reduciendo los ingresos de los trabajadores. Lo que era la solución resulta que lo ha empeorado todo y nadie, sin embargo da cuentas de ello.

Se han reído de nosotros. El objetivo es salvar a la banca alemana, que es lo que de verdad les interesa, pero quieren hacerlo con las máximas garantías y eso obliga a que el rescate sea uno definitivo, directamente sobre la economía española y con la garantía directa del Estado. El de los 100.000 millones para los bancos no era sino una salva porque resulta infumable: nadie puede entender que si es a los bancos a quien hay que rescatar se haga responsable de ello a los ciudadanos en su conjunto. Por eso, para provocar el grande, están dejando que nos precipitemos al abismo, no porque la cuantía de nuestra deuda pública sea excesiva, como dicen, sino porque nos atan de pies y manos y nos empujan ante los inversores. Simplemente haciendo lo que está haciendo el Banco Central Europeo, nada de lo que haría un banco central auténtico, bastará para que seamos intervenidos en poco tiempo y para que nuestra economía sea puesta bajo control directo y permanente de los acreedores alemanes. Queda muy poco tiempo para que las comunidades autónomas se declaren sin liquidez y para que el propio Estado, con tipos en los mercados superiores al 7% u 8% se reconozca incapaz de hacer frente a sus compromisos de pago. Esa es la secuencia inevitable que producen las medidas que se están tomando.

Si lo que quisieran de verdad fuese salvar a nuestra economía y al euro no harían lo que están haciendo ni nos seguirían obligando a tomar medidas que van a hundir más la demanda, la generación de ingresos, o incluso la posibilidad de que paguemos la deuda que dicen querer que paguemos. Si desearan realmente frenar la presión de los mercados bastaría que el Banco Central Europeo fuese lo que no es, y que se adoptara una estrategia de creación de actividad y empleo para toda Europa en el marco de un pacto global de rentas, pero es que no buscan eso. Quieren que la prima de riesgo siga subiendo para extorsionar más fácilmente y acelerar lo que revestirán como una situación de emergencia que no admita retóricas. Se ríen de nosotros porque lo que van buscando es someter a nuestra economía y no a salvarla en un marco de cooperación y unión europeas.

La última tomadura de pelo de quienes se pasan todo el día diciendo que hay que respetar a los mercados y dejarlos que actúen con plena libertad ha sido salvar una vez más la cara de los bancos permitiendo valorar sus activos a precios “razonables” en el marco de una agencia inmobiliaria sui generis, como ya adelantamos que harían en nuestro libro Lo que España necesita. Es decir, que una vez más se pasan por el forro lo que establecen libremente los mercados que tanto dicen respetar: si el precio razonable no es el que fijan los mercados ¿para qué puñetas sirven? Se ríen de nosotros porque una vez más nos están robando delante de nuestra mismos ojos.

En España es nuestro propio gobierno quien se ríe de nosotros engañándonos sin piedad.

El ministro de Economía alaba sin descanso a las autoridades europeas, agradece sus propuestas razonables y jura y perjura que haremos todo lo que sea necesario para contentar a los mercados, porque es lo que más nos conviene. Pero, justo al mismo tiempo, el de Asuntos Exteriores suplica al Banco Central Europeo (donde hemos perdido la influencia que teníamos, aunque tampoco podamos decir que la hayamos utilizado precisamente a nuestro favor) para que intervenga contra los mercados y ponga formes a los especuladores. Un alarde de discurso coherente y de sincera estrategia compartida. El ministro de Hacienda, que ya ocupa la cartera por segunda vez, reconoce que ha de subir el IVA porque es un incompetente que no sabe hacer que todos paguen lo que tiene que pagar y Cospedal se consolida como la mayor y más desvergonzada demagoga del reino. Ahora carga contra la función pública sin caer en lo que ella tendría que ser la primera en recordar: que en España hay menos trabajadores públicos en relación con la población activa total que en la media de los Quince, que se gasta menos en retribuirlos, que nuestro sector público es bastante más reducido que el de los países más avanzados y competitivos de nuestro entorno, y que esos seres despreciables a los que se refiere y a los que ya está poniendo en la calle son los maestros o los médicos de los hijos de familias que no pueden pagarse servicios privados, por cierto, casi siempre de peor calidad que los públicos a pesar de que disponen de más recursos y de que no asumen todas sus cargas. Y olvidando, sobre todo, que la función pública con la que quieren acabar fue la mejor e imprescindible solución para evitar que las oligarquías de los partidos (de las que ella forma parte) se hicieran dueñas del Estado en perjuicio de la mayoría de la población.

Pobre España y pobre pueblo español, tan silencioso y obediente. Vibra de patriotismo cuando gana La Roja pero enmudece cuando le roba una potencia extranjera o cuando su gobierno le miente y le traiciona.

Fuente: Blogs Publico.es
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13.6.12

Obama es dueño de tu vida (Por Pascual Serrano)

Por si alguien tenía dudas, los propios asesores de Obama lo han reconocido con absoluto desparpajo. El presidente estadounidense tiene una reunión “antiterrorista” todos los martes con dos docenas de funcionarios de alto rango de seguridad en la denominada Situation Room de la Casa Blanca, estudian sus biografías y designan las personas que deben ser asesinadas en nombre de la lucha antiterrorista, el presidente da el visto bueno de forma individual, se da la orden al dron correspondiente -los aviones Predator y Reaper no tripulados que van armados con misiles Hellfire- y el individuo elegido -junto con cualquiera que se encuentre alrededor- será eliminado. Lo explicaban con todo lujo de detalles los periodistas Jo Becker y Scott Shane en The New York Times el pasado 29 de mayo, con las declaraciones de los asesores de seguridad de la Casa Blanca. Obama lleva aprobados 268 ataques de ese tipo con miles de muertos, sólo en Pakistan, según The Guardian, los drones, desde 2004, han asesinado entre 2.464 y 3.145 personas, de los cuales hasta 828 eran civiles (535 con Obama) y 175 niños. Nada de todo eso ha sido primera página en la prensa. El diario El País necesitó cinco días para recogerlo de forma aséptica el 3 de junio en sus páginas interiores de Internacional desde su redacción en Madrid. En Italia, Il Manifesto, lo denunciaba con indignación mediante el titular “La 'kill list' de Obama”.

Ya lo señaló hace unos días Noam Chomsky en una entrevista con Amy Goodman en la televisón alternativa estadounidense Democracy Now: “Bush secuestraba y torturaba, Obama asesina”.

Al gobierno estadounidense no le hacen falta ni jueces ni tribunales. El presidente de los EE.UU., como un rey absolutista o un señor feudal planetario, se arroga el derecho sobre la vida o la muerte de cualquier ser humano. Sus asesores lo reconocen a la gran prensa estadounidense y no sucede nada.

El pasado mes de marzo se hizo público el informe del Relator Especial del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Christof Heyns, sobre las ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias. En ese documento pide al Gobierno estadounidense que aclare las normas del derecho internacional que considera le dan cobertura para sus asesinatos selectivos puesto que, hasta entonces, se habían limitado a justificarlo jurídicamente con las declaraciones de un funcionario del Departamento de Estado, algo que el relator consideró, como es lógico, insuficiente. El alto cargo de la ONU insiste en que el Gobierno estadounidense especifique las bases para la decisión de matar en lugar de capturar "objetivos humanos" y si el Estado en el que la muerte se lleva a cabo ha dado su consentimiento. Se debe, dice el relator, especificar las garantías procesales establecidas para asegurar que se respete el derecho internacional.

Por su parte, la Asociación Internacional de Juristas Demócratas (IADL) emitió un comunicado recientemente coincidiendo con el relator en que la práctica de asesinatos selectivos [justificada por los Estados Unidos] podría sentar un precedente peligroso, ya que cualquier gobierno podría, bajo la cobertura de la lucha contra el terrorismo, decidir matar a una persona en el territorio de cualquier Estado, si considera que dicho individuo es una amenaza. Esta asociación añade que esto supone que un país como los Estados Unidos, con su abrumador poder militar para asesinar a una persona bajo la sospecha de terrorismo en cualquier lugar, socava el derecho internacional, en concreto el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), ratificado por Estados Unidos, en el que se plantea que “todo ser humano tiene el derecho intrínseco a la vida” y que “los acusados de un delito disponen de la presunción de inocencia y el derecho a un juicio justo por un tribunal imparcial”. Los asesinatos selectivos de Estados Unidos violan ambos derechos.

La Asociación de Juristas considera que los argumentos de autodefensa de Estados Unidos “no puede ser tolerados por la comunidad internacional, independientemente de las atroces acciones de las que sean sospechosas las víctimas. (…) En la medida en Estados Unidos se arroga el derecho de matar a los sospechosos de terrorismo o de sus aliados, se sienta un precedente peligroso para que lo haga cualquier país puesto que el jefe del ejecutivo estadounidense se arroga el papel de jurado, juez y verdugo de las personas sospechosas de pertenecer a Al-Qaeda o ser talibanes”.

Concluye afirmando que “si la comunidad internacional no presta atención a la advertencia del Relator Especial sobre este peligroso precedente y no exigen el final del asesinato selectivo, el respeto de los tratados internacionales y el derecho se verán todavía más perjudicados. El mundo necesita el imperio de las normas del derecho internacional y saber que puede contar con su aplicación y regulación sobre la conducta de las personas en las naciones grandes y pequeñas, ricas y pobres. Los Estados Unidos no está exentos ni por encima de la ley”.

Ninguna de estas voces han sido recogidas en los grandes medios de comunicación. Como afirma el periodista italiano de Il Manifesto Marco D'Eramo, “el más grande horror es aquel del que nadie se horroriza. Y es el que ha llegado a los 'mass media' mundiales sobre la 'kill list' de Obama”. Sin duda, el aplauso de los miserables gobernantes europeos -y de gran parte de la población- al asesinato de Bin Laden en mayo de 2011 mediante un comando que actuó con igual impunidad, le confirmó al presidente estadounidense que podía seguir operando con la misma tranquilidad. Al fin y al cabo, si no necesitó capturar y llevar a juicio al saudí y pudo matarlo y tirar su cuerpo al mar sin que la comunidad internacional se indignara, ¿por qué no lo puede hacer con otras personas?

Pocos imaginaban que cuando Obama anunció el cierre de Guantánamo era porque ya no necesitaba encerrar a los sospechosos de terrorismo, había encontrado un sistema más eficaz y menos polémico. Había unido en un mismo formato los GAL españoles, los escuadrones de la muerte salvadoreños y la Operación Cóndor del Cono Sur latinoamericano. Y, mientras tanto, le estaban dando el Premio Nobel de la Paz. Qué más se puede pedir.


Fuente: Pascual Serrano.net
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Wikileaks, crímenes de guerra y el principio Pinochet

Por Amy Goodman

Esta semana, los esfuerzos realizados por el fundador de Wikileaks, Julian Assange, para evitar su extradición a Suecia recibieron un duro revés. La Corte Suprema de Gran Bretaña ratificó la orden de detención que había sido dictada en su contra en diciembre de 2010. Tras anunciar una decisión dividida de 5 contra 2, los magistrados sorprendieron a muchos especialistas en cuestiones jurídicas al otorgar a Assange la posibilidad de apelar su fallo. Es la primera vez que la Corte Suprema de Gran Bretaña otorga la posibilidad de reconsiderar un fallo en más de diez años. El último precedente es el famoso juicio de extradición del ex-dictador chileno, Augusto Pinochet. El fallo contra Assange fue dictado a pocos días de que se cumplan dos años del arresto del soldado Bradley Manning en Irak, por haber presuntamente filtrado a Wikileaks miles de documentos confidenciales del gobierno estadounidense. Ambos casos nos sirven para recordar que, en la mayoría de los casos, mientras los denunciantes sufren, los criminales de guerra se salen con la suya.

Assange no ha sido formalmente acusado de cometer ningún delito, y, sin embargo, ha permanecido en arresto domiciliario desde que hace casi dos años Suecia emitiera una “Orden de Detención Europea”. Es importante resaltar que la orden de detención por cargos de violación, coerción ilegal y acoso sexual no fue emitida por un juez sino por un fiscal que busca interrogar a Assange en Suecia. Por su parte, Assange ofreció reunirse con las autoridades suecas en su embajada de Londres o en Scotland Yard, pero la propuesta fue rechazada.

Assange y sus simpatizantes sostienen que la orden de detención forma parte de un intento del gobierno estadounidense para encarcelarlo, o incluso ejecutarlo, y dar de baja su sitio de denuncias. En abril de 2010, Wikileaks difundió un video del ejército estadounidense con el nombre de “Asesinato colateral” (Ver Videos debajo de este post), en el que se muestra cómo un helicóptero Apache mata a por lo menos 12 civiles iraquíes, entre los que se encontraban un camarógrafo de Reuters y su chofer.

En julio de 2010, Wikileaks difundió los llamados Diarios de la Guerra de Afganistán: miles y miles de comunicaciones secretas del ejército estadounidense que exponen el registro oficial de la violenta ocupación de Afganistán, la cantidad de víctimas civiles y hechos que podrían ser catalogados como crímenes de guerra. Pocas semanas después, las autoridades suecas emitieron la orden de detención.

Hay tantas personalidades públicas estadounidenses que han llamado a asesinar a Assange que se creó un sitio web para catalogar las amenazas. El ex gobernador del estado de Arkansas, candidato a la presidencia y comentador de Fox News, Mike Huckabee, afirmó: “Me parece que cualquier castigo inferior a la ejecución sería una pena muy ligera.” Asimismo, el prominente conservador Bill Kristol declaró: “¿Por qué no hacer uso de nuestros diversos recursos para hostigar, secuestrar o neutralizar a Julian Assange y a sus colaboradores, donde sea que estén?”

Las amenazas de muerte proferidas por ideólogos de la derecha son una cosa. Sin embargo, lo que más preocupa a Assange de su extradición a Suecia es que ello pueda derivar en una extradición a Estados Unidos. Wikileaks también difundió lo que denominó los “Archivos de inteligencia global”, un paquete de cinco millones de correos electrónicos de una empresa privada de inteligencia a nivel mundial llamada Stratfor, cuyas oficinas se encuentran en Austin, Texas. El 26 de enero de 2011, el vice-presidente de inteligencia de la empresa, Fred Burton, escribió en un correo electrónico: “No publicar. Tenemos un auto de procesamiento secreto contra Assange. Por favor, proteger.” Si se ha dictado una orden de procesamiento en secreto, es posible que Assange sea puesto en custodia de Estados Unidos poco después de aterrizar en Suecia. En ese caso, se podrían presentar cargos contra él por espionaje (el gobierno de Obama ha invocado la ley en más ocasiones que todos los demás gobiernos anteriores juntos), lo cual podría conducir a una cadena perpetua o a la pena de muerte.

En el Reino Unido siempre se evalúan cuidadosamente las solicitudes de extradición. Prueba de ello fue la celebre cruzada del juez Baltasar Garzón con miras a procesar al ex-dictador chileno, Augusto Pinochet, por los casos de tortura cometidos durante su gobierno, entre 1973 y 1990. En base a la orden de procesamiento de Garzón, Pinochet fue arrestado durante un viaje a Londres, en 1998. Después de 16 meses de audiencias, los tribunales británicos finalmente decidieron que Pinochet podría ser extraditado a España. Tras la resolución, el gobierno británico intervino y anuló la sentencia, permitiendo a Pinochet que volviera a Chile.

Garzón es famoso por defender casos relacionados a los derechos humanos en todo el mundo siguiendo el principio de jurisdicción universal, lo cual lo llevó a procesar a Osama bin Laden por los ataques del 11 de septiembre y a investigar las denuncias de abusos contra los prisioneros de la prisión estadounidense de la Bahía de Guantánamo. Cuando Garzón inició sus investigaciones sobre los abusos cometidos durante el gobierno fascista del General Francisco Franco, quien mantuvo el poder en España durante 40 años, la derecha española inició una ofensiva en contra del juez. A principios de 2012, Garzón fue inhabilitado, hecho que puso fin a su carrera en la magistratura.

Tanto el juez Garzón como Julian Assange se enfrentaron a poderes bien afianzados, ya sea que se trate del gobierno, del ejército o de las empresas. Bradley Manning está siendo acusado por las mismas razones. Sus vidas han cambiado, en diferentes grados, para siempre. Su libertad, sus carreras y sus reputaciones han sido amenazadas o destruidas. Esta semana, Hillary Clinton hará la primera visita oficial estadounidense a Suecia en años. ¿Por qué? ¿Qué papel está jugando el gobierno estadounidense en el caso Assange? Los acontecimientos de esta semana están relacionados de manera crucial con el derecho de la población a la información y dan cuenta clara de por qué los que denuncian las prácticas ilegítimas deben ser protegidos por la ley.

Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.


© 2012 Amy Goodman


Texto en inglés traducido por Diego Guzmán. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org


Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 550 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 350 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.

Fuente: DemocracyNow!

Video 1: Versión corta (18 minutos)





Video 2: Versión completa (39 minutos)





Video 3: Testimonio del soldado Ethan McCord, testigo ocular del asesinato...





Fuente: Collateral Murder
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7.6.12

El deseo verde... (Por Hugo Presman)


La propensión en ahorrar en dólares es un culto en los sectores argentinos medios y altos y que culturalmente atraviesa a algunas de las franjas populares. Este es un dato de la realidad que hace a una idiosincrasia forjada en largos períodos inflacionarios, en las heridas profundísimas que en la conciencia colectiva dejaron los brotes hiperinflacionarios, y en la ilusión devastadora de la convertibilidad con una paridad cambiaria que igualaba pesos con dólares. La pesificación de la economía actualmente puesta en el tapete, era mucho más factible de acometer cuando el dólar era una variable poco relevante en las preocupaciones diarias, como sucedió en el período 2003-2008. Un gobierno acostumbrado a los simbolismos debiera dar un ejemplo en ese aspecto y sus funcionarios, empezando por la Presidenta, desprenderse públicamente de los dólares que han declarado en sus declaraciones juradas. Obviamente que dicho gesto es el árbol y no el bosque y no implica en si misma ninguna solución. Pero visto en perspectiva uno no se lo imagina a Belgrano encabezando el éxodo jujeño donde el pueblo abandonaba todo, llevándose lo poco que podía transportar en sus mulas, carros y caballos, mientras el creador de la bandera permaneciera conservando todas sus pertenencias. El exabrupto de Aníbal Fernández es precisamente el ejemplo contrario, aferrándose a sus inversiones, expresando impúdicamente que de hacerlo, se sentiría un tonto.
Hay una compartimentación de las decisiones económicas al lado de la tradición kirchnerista de una fuerte concentración política. En ese aspecto y en otros, la ausencia de Néstor Kirchner marca una diferencia significativa, porque en aquella etapa, el real Ministro de Economía era el ex presidente muerto. Del diseño de este escenario emergen las miserias de las internas que dificultan o retardan la implementación de las medidas que se adoptan.
La desvalorización del dólar a nivel mundial y la revalorización del real en nuestra relación comercial con Brasil, permitió sobrellevar las posibles dificultades de la pérdida de la eficacia competitiva de la gigantesca devaluación que sectores del mercado impusieron en el 2001. El aumento significativo de los costos internos, fruto de una inflación acumulada que se alejó considerablemente de la actualización del tipo de cambio, ha llevado a argentinos obsesionados por el dólar a la convicción que su cotización se ha abaratado y que es un “producto” barato.
Las medidas tendientes a proteger el nivel de reservas son elogiables, correctas y necesarias teniendo en cuenta que Europa se derrumba en sus eslabones más débiles, como Grecia, España, Irlanda y Portugal y que la estampida sacude a Italia. Los efectos y consecuencias de esta implosión entran dentro de la dimensión desconocida y tiñen un horizonte mundial sobre el cual, lo más prudente y elemental es estar prevenido adoptando medidas que pueden resultar ingratas en algunos aspectos restrictivos pero mucho menos costosas que asumir las consecuencias de obviarlas.
El gobierno acierta en la decisión política pero se equivoca en su implementación y en la ausencia de explicación de las mismas.
La restricción de las importaciones debe realizarse con la pericia de un cirujano y no con la torpeza de un carnicero. Ahí sí que la sintonía fina exige una meticulosidad y ejecutividad que un Estado demolido durante décadas y reconstruido parcialmente tropieza con dificultades. Imposible no cometer arbitrariedades ante miles y miles de circunstancias diversas. Lo que se debe habilitar son canales de reconsideración rápido donde los afectados puedan encontrar soluciones perentorias.
Estamos hablando de sectores productivos que necesitan imperiosamente de insumos importados de los que dependen el nivel de actividad económica, el mantenimiento de la ocupación y por lo tanto el sostenimiento de las cifras de la recaudación impositiva.

Las reglas deben ser claras y públicas. No en la forma alambicada y oscura de algunas decisiones de la AFIP y del Banco Central. Se debe facilitar el ingreso de bienes de capital relevándolos de la decisión que exporten en la misma proporción de divisas que sus inversiones productivas. A lo sumo eso es un compromiso a habilitar, en los casos posibles, en un término adecuado de años. El remolino cambiario y las dificultades originadas en la política de restricción de importaciones es fruto de la impericia y de la falta de explicaciones adecuadas; de allí la necesidad de instrumentar soluciones rápidas a las situaciones confusas o de los posibles errores en el discernimiento de miles y miles de casos de importación.
Existe una crisis internacional de final abierto, y la Argentina debe afrontar en el año en curso fuertes compromisos de amortización de la deuda externa; resulta imprescindible, pues, acotar la salida de divisas en función de prever consecuencias mucho más graves. A las medidas de restricción de importaciones, en materia cambiaria se debería concentrar el accionar exclusivamente sobre los grandes compradores de dólares, y al igual que en corridas anteriores, bien vale inundar la plaza con una cifra importante de la moneda norteamericana destinado al mercado ilegal, pero insignificante en relación al monto de las reservas. De actuar así, los torbellinos cambiarios hábilmente potenciados por los medios dominantes y los gurúes económicos, nunca hubieran sucedido. Tampoco el retiro de los depósitos en dólares de los bancos que era otro de los objetivos a evitar.
Algunos pocos datos aclararán lo comentado: diariamente se negocian entre 600 y 800 millones de dólares en el mercado legal. En el ilegal un 2% de esa cifra entre 12 y 16 millones de dólares. Por el otro mercado (“contado con liqui”), instrumentado con bonos argentinos en dólares que se compran en nuestro país y que se venden en el exterior, otro 2%. Si en un par de días se inyectan al mercado ilegal un importe superior a los dólares demandados, la cotización en ese mercado reducido se derrumba. Eso es lo que hizo el gobierno en casos parecidos y acotó el problema.
Además, la concentración de las empresas que demandan dólares en el mercado legal, permite un control efectivo y mucho menos urticante que el actual. Es el mismo Guillermo Moreno, el Secretario de Comercio, funcionario polifacético y presentado como la “bestia negra” del gobierno, quien proporciona datos muy ilustrativos: “El 50% del movimiento cambiario lo realizan 19 empresas. Y el 80% de las operaciones corresponden a 120 empresas” (Tiempo Argentino 2-06-2012 página 14).
En síntesis: el gobierno acierta en las medidas generales en la materia y falla en su instrumentación y explicación clara de las mismas. Eso en términos tenísticos se denomina “errores no forzados”.
Hay que circunscribirlos porque muchas veces las equivocaciones menos justificadas, son las que terminan llevando a perder partidos en óptimas condiciones de ganarlos.
Sin omitir, posiblemente, una actualización más intensa del tipo de cambio, siempre en forma progresiva, actuando simultáneamente sobre los fijadores de precios en cada una de las ramas de la producción oligopolizadas, para que no trasladen la devaluación y la neutralicen con un incremento potenciado de los precios, procedimiento habitual para el mantenimiento de su tasa de ganancias.
El dólar ha pasado a ser el caballo de Troya de grupos económicos que al tiempo que quieren obtener pingues negocios con una megadevaluación, buscan en las consecuencias negativas posteriores, erosionar la base de sustentación del gobierno.

Sectores de clase media, por el momento ultraminoritarios, sacan sus cacerolas a la calle coincidiendo con los agropiqueteros irritados por el aumento del impuesto inmobiliario. El rostro de los manifestantes, sus actitudes agresivas, sus expresiones de enorme violencia, exteriorizan el odio ancestral de los colonizados ideológicos que siempre son funcionales a los poderosos con relación a los cuales cumplen el penoso papel de preservativos. Como bien sostenía Arturo Jauretche:
“Los pueblos no odian, odian las minorías. Porque conquistar derechos provoca alegría, mientras perder privilegios provoca rencor”.

Fuente: Hugo Presman
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6.6.12

Quiénes organizan los cacerolazos y protestas anti K en las redes sociales


El mismo grupo de usuarios se repite en el reciente llamado a concentrarse frente a Tribunales y en las dos convocatorias a golpear ollas en los barrios más caros de la ciudad. Se detectaron unas 100 cuentas falsas.


Tweets y retweets: ¿qué sale de la cruza de un pájaro y un estanciero? Una convocatoria. Desde el jueves 31 de mayo de 2012 se intenta instalar, mediante las redes sociales, algunos medios alternativos y blogs, la convocatoria a un cacerolazo masivo en distintos puntos de la Ciudad y del interior, incluida la Plaza de Mayo. La convocatoria intenta disfrazarse de espontánea y autoconvocada, pero está fogoneada desde el sector político del PRO, quien ya tuvo el antecedente hace algunas semanas de organizar la marcha a Tribunales donde fuera agredido el cronista de 6,7,8.
Si está bien relacionado con periodistas que llenan de contenido los espacios digitales y, además, cuenta con cierto apoyo parlamentario, se acrecienta el evento en forma geométrica. Como resultado, se obtiene un dispositivo de retroalimentación recíproca entre las redes sociales Twitter y Facebook.
Se calcula que en la Argentina un millón de personas utiliza Twitter y que, aproximadamente 16 millones tienen Facebook. Al área metropolitana corresponden 5 millones de usuarios. De acuerdo con un estudio estadístico, publicado el 14 de abril de 2011 por Natalia Biase, son reveladoras las subcategorías “Iniciativa Propia” y “Promovido por la Actualidad”. Ambas registran que sólo el 25% de los activos en las redes sociales actúa de motu propio; es decir, la mayoría son pasivos, simples observadores.
El primer desafío, para quienes usan esa red, es lograr el Trending Topic, o sea el podio de las tendencias en Twitter. En esa red se han detectado al menos 100 cuentas falsas cuyo objetivo es enviar algún tipo de información de forma continua. Por ejemplo, un Trending Topic es #Cacerolazo, a partir del que fácilmente es posible detectar cuentas con patrones de trabajo conjunto: @nohaymordazas, @matutecabrero, @libarenajc, @mynameis_dita son algunas de ellas. Todas esas cuentas se siguen entre sí y se retwitean periódicamente; generando contenidos en una, que son viralizados por las restantes. A su vez, retwitean a medios y periodistas opositores al gobierno. Actúan de manera diaria y tienen vinculación con cuentas relacionadas a personalidades del mayor multimedios: @Nikgaturro, Cesanz1 (Christian Sanz), @GuilleLobo, Lanataenel13 (cuenta no reconocida como propia, pero que editorializa contenidos tanto del programa televisivo como del radial).
Conseguido el objetivo de despertar la atención, en forma conjunta y en la misma dirección, inciden directamente en el acontecer cotidiano: así, lo virtual crea lo real. De ese modo, la operación termina con el cacelorazo del 31 de mayo y el del 1 de junio. Pero no finaliza, porque ese potencial no es desechado sino que se aprovecha. Los ciber rastrojos sirven de abono para una acción ulterior.
Paralelamente, para ir calentando la audiencia, la acción pasa a la red Facebook. Entonces, se seduce a los amigos, conocidos y suscriptores con posteos de opinión jocosos, plenos de complicidad tácita. Una vez alcanzado el clima adecuado, disparan a repetición especies infundadas o malintencionadas. La finalidad es despertar malestar con cada “compartir”. Cuando logran una masa crítica de malhumor, pasan a la aplicación “crear evento”. Entonces, se fija una fecha, un nuevo objetivo a ganar. El próximo es el 7 de junio de 2012, 18:30, en Plaza de Mayo, cuando se supone que tendrá lugar un nuevo cacerolazo. Puede leerse en los muros de Indignados antikorrupción!, con cerca de 10 mil participantes y 157 mil invitados. La lista no está cerrada y crece a razón de 2000 por hora; a causa del video “Cristina esto es por los dólares”; ya visitado por 100 mil personas en dos días, entre Vimeo y Youtube. Y La cita es propagada también por Política Argentina, de Martín Urdaníz, y Argentina Contrak, de Luciano Bugallo.
Algunos usuarios tienen múltiples intereses. Por ejemplo, desde el blog ElCipayoArgentino arengaron #AbrazoalaJusticia, #Cacerolazo y promovieron #ElCampo. El 20 de mayo MakiAsg invitó “Entrá y sumate al abrazo a tribunales Facebook.com/cuenta/3467846, CC @FacuCarrillo, @rftommasi, @AteneoFedCRA, @LuchoBugallo, @Maria.elisa gg. En AteneoFed CRA twitearon el 15 de mayo, cuando se produjeron los incidentes en la Legislatura Bonaerense: “Miércoles #elcampo en La Plata, 10hs. con CC@Sociedad Rural, @CARBAP_ARG,@LuchoBugallo, @radioMitre, @clarincom, @LaCorrienteAgrocom ,#campo y #Cacerolazo.
Otros políticos utilizan el Twitter como un localizador. De hecho, durante el primer cacerolazo, la diputada Patricia Bullrich pasó lista con un simple tweet: “En la cena de Conciencia! Treinta años de trabajo cívico? Che, alguno escuchó cacerolazo”. Uno a uno, fueron pasando el santo desde los barrios porteños afectados. Antes, el 28 de mayo, intercambió curiosos tweets con @LibLibertario, @MarcoFarinati, @SofiFionda y @totyflores: “Y cómo les fue?”, preguntó ella. La respuesta fue “Gracias por estar alerta, x suerte la AFIP desapareció cuando llegaron las cámaras.” Se referían a un operativo de compra-venta de dólares, realizado en Lavalle y Florida por el grupo de militantes, en repudio a las medidas para desalentar las transacciones.
En cuanto al origen, la convocatoria no es ni tan espontánea ni tan auténtica. Es activamente promovida por un joven estanciero. Devenido militante campero en 2008, actúa como arriero en la red tweetsitter, llevando ganado humano hacia las recientes manifestaciones. En tanto, observa los acontecimientos a resguardo, desde la octogenaria estancia familiar. Se trata de @LuchoBugallo, el mismo que llegó al Trending Topic el 25 de mayo pasado con tweets tales como “En 1810, un grupo de negros eran esclavos. En 2012 somos esclavos de un grupo de negros!!!, con los hashtag #CadenaNacional y #25 de Mayo. Una semana antes se jactaba de haber alcanzado en Twitter “la módica cifra de 1.000 followers. Gracias totales!”. Luciano Bugallo no está sólo; Martín Urdaníz, un conocido administrador de comunidades en redes sociales está con él. Se trata de dos figuras ligadas al PRO, a través de los funcionarios Max Gulmanelli (director general de Educación de Gestión Estatal del GCBA) y el Rabino Sergio Bergman, legislador del PRO. El vínculo se da a través de las ONG que comandan respectivamente: Fundación Fragua y Argentina Ciudadana. Han organizado actividades en conjunto (cursos, filmación de comerciales institucionales) auspiciadas por Boldt. Gulmanelli es un funcionario cercano a Gabriela Michetti (ocupó la jefatura del despacho) y al Arzobispado: conduce junto a Guillermo Marcó (vocero del Episcopado) un programa por Radio Rivadavia llamado Entre el Cielo y la Tierra. Bugallo, asimismo, se reconoce como parte de la agrupación G-25, que integra la juventud del PRO y tiene una fluida relación con la Sociedad Rural Argentina.
Gran parte de la población sospechó que muchas de las revueltas recientes tenían –al menos- un común denominador. Muchos se preguntaban cuál era el factor aglutinante, cómo se logró la simultaneidad de los cacerolazos. Y más aun, por qué ese nivel de agresión verbal, y física ejercida sobre los móviles de 6,7,8. Había sido preparado con semanas de anticipación y salieron a la calle ensillados; narcotizados con arengas twiteras. El abuso de la alta tecnología está creando plataformas motivacionales alternativas. Allí surgen codificadas incitaciones a la violencia y crípticas alianzas virtuales. Bienvenidos a DigitalWar, la batalla donde los misiles son tweets y el poder destructivo se mide en “me gusta” y “etiquetar”.

Por: Virginia Marquez

Fuente: Tiempo Argentino
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22.5.12

Otro tipo de preguntas (Por Eduardo Aliverti)

Qué atractiva semana, como tantas otras, para confundirse entre lo presuntamente urgente y lo importante.

La infinita y comprensible bronca citadina por el paro de subtes, los Schoklender presos, Macri llegando al juicio oral por espionaje, los algunos o muchos que no pueden comprar dólares. Se sumó, para indignación del señoragordismo y al menos según las pretensiones mediáticas de la ultraoposición (pero sin que deba negarse el impacto), la payasada de repartir medias entre chicos africanos con la inscripción “Clarín Miente”. Jugada patética, porque no se entiende para qué le regalan esas actitudes adolescentadas a las fieras de la contra. Contestar, cirqueramente, al circo que se vio el domingo anterior por televisión abierta, pone en igual altura a los unos y los otros. No se niega que las chicanas son necesarias para hacer política, pero en algún momento es igual de necesario dejarlas con exclusividad en manos del adversario; al que, como se sabe, no hay que llamar “enemigo” porque suena violento. Digresiones aparte, ¿cuál de los temas mediáticos en los últimos días merece ser incluido en una lista de asuntos primordiales, para las necesidades e intereses de las mayorías? Desde ya que el paro en el subte. Pero la cuestión que más pintó para eso -y volverá a pintar- es el enésimo choque del kirchernismo con Scioli, porque en eso se juega si una salida a derecha de este modelo puede engendrarse dentro del mismo kirchnerismo. La propia derecha descartó seguir con eso para dedicarse a si una ex novia de Boudou le gestó pasajes al hermano del vicepresidente en viajes pagados por Ciccone, y a los vericuetos de una justicia federal amainada que en tiempos de la rata les importó un pito. Y a lo imperioso de que Cristina dé conferencias de prensa, para que por vía de los cruzados impecables nos enteremos de todo los que nos oculta “el régimen”. Si es por noticias podrían haberse centrado en que el amigo Pedro Blaquier, presidente del Ingenio Ledesma, no se presentó a declarar en la causa de la Noche del Apagón, el 27 de julio de 1976, cuando las camionetas de su empresa sirvieron al objetivo de chupar 400 trabajadores. Blaquier, que se fue del país hace un mes, no se presentó a declarar por razones de salud. Los cruzados no escogen preguntar acerca de eso.

Si es profundidades antes que superficies y como para sumar a Paul Krugman, premio Nobel de Economía, que para desgracia de los cantos de sirena de nuestra derecha arremete cada vez más con el ejemplo de lo bien que hizo las cosas el gobierno argentino, tómese nota del artículo de Mark Weisbrot publicado en el diario inglés The Guardian. Miembro del Centro de Economía e Investigación Política, se refiere a uno de los grandes mitos sobre la economía argentina: que su crecimiento rápido, durante la década pasada, se debió al auge de las exportaciones de materias primas. Weisbrot, previo a refutar esa tontería, recuerda que no vio a ningún economista afirmar que ese crecimiento extraordinario del país fue generado por la soja o los commodities en general. Una apreciación nada menor porque, en cada oportunidad que los sesudos dirigentes y periodistas de la oposición aprovechan para hablar de que crecemos por descansar en un paraíso de soja, pareciera que representan al pensamiento del establishment analítico mundial. Más luego, Weisbrot tira un dato casi tan público como relevante. Sólo un 12 por ciento del crecimiento real de la riqueza argentina se debió a exportaciones. Y encima, sólo una fracción de ese porcentaje se relaciona con exportar materias primas. Soja incluida. Es el mismo articulista quien cita a Krugman, para descubrir cómo es posible que se mienta tanto a la hora de explicar nuestro crecimiento: los comentarios sobre la Argentina tienen un tono más que negativo; somos un país irresponsable, estamos renacionalizando las industrias y tenemos un discurso populista, de modo que nos debe ir muy mal sin importar lo que los estudios indiquen. Weisbrot retoma que usar el mito del boom de los commodities, verbigracia por cómo Argentina necesita del “campo”, es la manera de los detractores del país para atribuir su crecimiento a la pura casualidad. Para seguro
horror de los chantas y operadores que todo el tiempo machacan con nuestro aislamiento del mundo, subraya que la expansión económica argentina es producto del consumo interno, la inversión doméstica, el impago de la deuda y la devaluación de la moneda, que dejaron libre al Gobierno para cambiar sus políticas macroeconómicas. El remate de la nota del economista norteamericano, cuyas opiniones son publicadas no precisamente en los ejes del mal sino en los diarios más importantes de Estados Unidos, es, también, tan previsible e irrefutable como no asimilado por las viudas del neoliberalismo. “Se les dice a los habitantes de Grecia, España, Portugal, Irlanda, y otros países, que se tienen que tragar (…) medicina amarga; y que no hay alternativa al sufrimiento prolongado, ni al alto desempleo (…) Sin embargo, la experiencia argentina indica que esto no es verdad. Sin duda, hay alternativas mejores. Y no tienen que ver con la soja ni (con) los booms de exportaciones (…)”.

¿Cómo no relacionar una estructuralidad de este tamaño con el hecho de que hay dificultades, y enconos gauchócratas, para corregir lo obsceno de un impuesto agroinmobiliario por el que los campestres tributan unos miles de pesos, por año, por tierras que valen millones de dólares? ¿Cómo no conectar eso con que nos hablan de rojos fiscales, desfinanciamientos provinciales, cepos contra la compra de dólares, mientras el garcaje que la levanta en pala sigue diciendo, como toda la vida salvo en dictadura, que lo ahogan impositivamente y no lo dejan producir? Uno supone que, si de algo sirvió y sirve esta intentona kirchnerista a fin de equiparar un poco el reparto de la torta, debería ser para que, por lo menos, haya disminuido la cantidad de colgados de una palmera capaces de creer que la razón la tiene el de más guita.

Si no se creyera en eso, debería concluirse en que terminarán ganando los periodistas corporativos que tienen ganas de preguntar lo que después no preguntan nunca. Y los que nos desayunan con que el país se viene inevitablemente abajo. Y los que aceptan hacerse los graciosos rifando su prestigio, a cambio de parecer críticos independientes. Y los gurús que supieron pronosticar al dólar a diez pesos, y los tarados que se lo creyeron. Y los que juegan a investigadores. Y los que ubican en el centro del universo las sospechas de corrupción que nunca hacen recaer en los empresarios que les pagan. Y los comentaristas radiofónicos de los diarios. Y el tipo que dice que no le corresponde administrar al subte cuando no hay más subtes que los que pasan por el ejido que admnistra. Y los tilingos que atacan con que a los propagandistas oficiales los pagamos todos los ciudadanos, como si no fuéramos igualmente todos los que pagamos los sobres, en blanco o en negro, que cobran los moralistas impolutos. Esa gente, la que cobra y la que les hace el coro desde la pretensión de “independencia” dirigencial-periodística, ¿tiene claro que el precio de cada producto que compramos y consumimos los “ciudadanos”, cada yogur que nos aligera el intestino, cada auto, cada champú, cada banco privado que nos promete a crédito el reino de los cielos, cada paquete de yerba, cada panacea de siembra directa, cada lubricante peneano o vaginal, cada maquinaria agrícola que producirá rindes estratosféricos, tienen cargado el costo de publicidad con que después los medios le pagan a los periodistas independientes que nos dicen que son vírgenes?

¿Usted quiere que la alternativa a lo que representa la yegua sea lo que esa gente representa?


Fuente: MARCA DE RADIO
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20.5.12

La nueva estrategia de EEUU amenaza América Latina

Por Raúl Zibechi

El gobierno de Estados Unidos (EU) lanzó en abril una potente contraofensiva para recuperar el terreno perdido en una región que sigue siendo vital para su dominación global. Nadie en su sano juicio podía imaginar que el imperio dejaría disolver su influencia en América Latina sin jugar todas sus cartas. En el nuevo escenario mundial, pautado por la crisis económica y financiera, y cuando el Pentágono necesita volcarse hacia el Pacífico, su presencia en este continente no puede asumir un perfil solamente militar.

El general Martin Dempsey, jefe del Estado Mayor conjunto, debatió el primero de mayo la nueva Estrategia de Defensa en el Carnegie Endowment for International Peace, señalando que no sólo consiste en rebalancear las fuerzas armadas hacia la región Asia- Pacífico, como señaló Barack Obama en enero. Definió la necesidad de construir una red de alianzas alrededor del globo para lo que será necesario resolver los desafíos pendientes, tales como las cuestiones relacionadas con transferencia de tecnología, intercambio de inteligencia y ventas militares al extranjero (Carnegieendowment.org).

En abril el secretario de Defensa, León Panetta, realizó una gira sudamericana que lo llevó a Colombia, su principal aliado militar, luego a Brasil y finalmente a Chile, donde se acaba de inaugurar la base militar de Concón. El propósito de este viaje es participar en consultas con varios de nuestros socios en esta parte del mundo e intentar fomentar alianzas de seguridad innovadoras en la región (http://spanish.chile.usembassy.gov).

La base de Concón, en la provincia de Valparaíso, forma parte de esa política de innovación. Fue construida en 60 días por el Comando Sur y la armada de Chile como campo de entrenamiento para la guerra urbana, las llamadas Operaciones Militares en Territorios Urbanos (MOUT) contempladas en las misiones humanitarias y preventivas. En septiembre de 2011 el ministro de Defensa chileno, Andrés Allamand, había firmado un acuerdo de cooperación que permite el despliegue de tropas estadunidenses en suelo chileno, ante la eventualidad de que el ejército nacional se vea sobrepasado por alguna situación de emergencia (El Ciudadano, 3/5/12).

Pero el clímax de la minigira de Panetta sucedió en Brasil, al día siguiente de la entrevista con el ministro de Defensa, Celso Amorim, en la que ofreció amplia transferencia de tecnología si opta por la compra de cazas F-18 Super Hornet de Boeing, en vez de los Rafale de la francesa Dassault. El 25 de abril Panetta ofreció una conferencia en la Escuela Superior de Guerra, en Río de Janeiro, en la que detalló su propuesta de amplia cooperación estratégica entre EU y Brasil.

Se dirigió a las elites militares, empresariales y políticas de Brasil, no al gran público. Comenzó diciendo que ambos países se encuentran en un punto crítico de la historia común (Defesanet, 25/4/12). Es el momento de esforzarnos en el nacimiento de un nuevo acuerdo, simultáneamente fuerte e innovador, basado en los intereses mutuos de los dos países, como potencias occidentales. Insinuó que Brasil podría llegar a ocupar su ansiado asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, pero no fue claro.

Llamó a establecer un nuevo diálogo para transformar la relación Brasil-EU en el área de la defensa, involucrando a la nación emergente en las cuestiones militares internacionales y aseguró que las relaciones bilaterales están en su mejor momento desde 1945.

En un párrafo crucial abordó el aspecto más espinoso de la relación bilateral: Brasil es una potencia económica y la cooperación en alta tecnología, que necesita fluir en ambas direcciones, parece limitada por los controles a la exportación existentes actualmente. Respondiendo a esto, tomamos la decisión de librar 4 mil licencias de exportación para Brasil, un nivel similar al que tenemos con nuestros mejores aliados globales.

Panetta agregó que la compra de los 36 cazas F-18 puede transformar radicalmente la relación entre ambas industrias de defensa y concluyó asegurando que Amorim es esperado en Washington en breve para continuar el diálogo.

¿Cómo debe interpretarse este discurso? Sin duda, se produce en un momento clave y delicado. El triunfo de François Hollande es analizado en Brasil como oportunidad para potenciar la alianza con Francia, mientras la presencia de China en la región no deja de crecer. Amorim aseguró meses atrás que la decisión de la compra de los cazas se tomará antes de mitad de año, pero lógicamente después de las elecciones francesas. Este es el momento. Sin embargo, el imperio no suele ofertar una amplia transferencia de tecnología por la compra de tres docenas de aviones. El objetivo parece más ambicioso: el Pentágono realiza su generosa oferta tecnológica y diplomática (el asiento en el Consejo de Seguridad) a cambio de una sumisión militar y estratégica. A mi modo de ver, es un chantaje.

Los cables revelados por Wikileaks señalan que en 2009 EU buscó sabotear la transferencia de tecnología espacial y nuclear de Ucrania a Brasil (Defesanet, 13/5/12), dos aspectos decisivos para la autonomía estratégica del país emergente. Pero Brasil ya está desarrollando tecnología espacial con China y tiene su propio y avanzado programa nuclear. El mensaje es claro: si Brasilia no se subordina, el cerco militar será cada vez más estrecho, como lo demuestra la nueva base militar en Chile.

No es sencillo anticipar el camino que tomarán las elites brasileñas. Por mucho menos, Getulio Vargas fue acorralado hasta empujarlo al suicidio. Las próximas semanas develarán buena parte del enigma: la demorada decisión de la compra de los cazas mostrará el estado de ánimo imperante en el país que se propone unir a la región para hablar con voz propia en el mundo.

Fuente: La Jornada
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3.5.12

Juan y Estela, y el Premio Nobel de la Paz (Por Mempo Giardinelli)

Desde hace un tiempo se sabe de la candidatura de Juan Carr y la Red Solidaria al Premio Nobel de la Paz. Algunos diarios, incluso, patrocinan la campaña con anuncios y cadenas de adhesión, parecidas a otras que circulan en la web.
Sin dudas, la extraordinaria labor desplegada por Juan, a quien conozco y aprecio, así como de la Red misma, con la cual he colaborado modestamente en alguna ocasión, me parece incuestionable y por eso mismo yo apoyaría gustoso su candidatura, cuyos merecimientos nadie discute, si no fuera que la Argentina ya tiene, desde hace años, otra candidatura que me parece más poderosa, más trascendente y sobre todo más necesaria.
Me refiero a la candidatura de Estela de Carlotto, esa inquebrantable mujer argentina que es la cara visible de las Abuelas de Plaza de Mayo, seguramente la organización más representativa de nuestra sociedad civil ante todo el mundo.
Lanzada, si mal no recuerdo, en 2004 o 2005, la candidatura de las Abuelas se ha sostenido en el tiempo y esto puede comprobarse cada vez que se viaja al exterior. Es cierto que algunos promotores y quienes la apoyaron parecen haber disminuido últimamente su entusiasmo. Pero es sencillo repotenciar una campaña que ha logrado importantísimas adhesiones en muchos países y por parte de innumerables organizaciones y personalidades. Un Nobel no siempre se otorga a quien es propuesto un año, sino más bien a quienes tienen largas y macizas trayectorias.
Y los méritos de las Abuelas de Plaza de Mayo –a las que Estela preside y representa– son definitivamente colosales: han recuperado ya a más de un centenar de hijos y nietos, y continúan en la incesante búsqueda de otros cuatrocientos argentinos y argentinas que fueron arrancados de sus padres durante el plan de exterminio de la pasada dictadura, esa misma que hoy anda confesando –y era hora– ese infame sujeto apellidado Videla que alguna vez dictó reglas en esta tierra.
Si el plan de apropiación de bebés mediante tormentos a sus madres fue, como en efecto fue, el más horroroso proyecto político que se pudo parir en la Argentina, consecutivamente el accionar pacífico y amoroso de las Abuelas de Plaza de Mayo fue la más perfecta respuesta humanista, moral y amorosa que se pudo dar al espanto.
Durante más de treinta años, tres largas décadas, ellas han venido dando un ejemplo ético superior, constituidas en el gran modelo moral que este país nuestro jamás había tenido antes.
No hay, entonces, mejores cartas para aspirar a un Premio Nobel de la Paz. Lo otorguen en Oslo a la Argentina o no, esa candidatura es inigualable y debe ser sostenida por la inmensa mayoría de nuestra nación. Por eso considero, más allá de los muchos méritos del amigo Juan Carr y de la infatigable Red Solidaria, que el sostenimiento de su candidatura no es bueno para ninguna de las dos.
Es verdad que somos un país que casi siempre se divide en sectores irreconciliables, pero sería bueno que esta vez, en este asunto, no se fortaleciera neciamente una candidatura incuestionable, sí, pero inoportuna porque ya está instalada otra, mejor, y desde hace años.
En el lugar de Juan, yo me bajaría como candidato. Y no les haría el juego a esos unos cuantos que aviesa, pícaramente sólo buscan neutralizar el posible Nobel a Estela. No es bueno que el resentimiento de unos pocos manipule a un excelente candidato en el intento de debilitar a una candidata inmejorable.
Y lo mismo vale decir de quienes más recientemente, y no dudo de que también con las mejores intenciones, impulsan la candidatura de Susana Trimarco, esa admirable madre tucumana cuya tragedia y cuya lucha tanto han hecho para destapar esa cloaca nacional que es la trata de mujeres.
Es como si la Argentina de la democracia estuviera plagada de meritorios y honorables candidatos al Nobel de la Paz, lo cual habla bien de nosotros como sociedad. Podemos sentirnos orgullosos de ello. Pero no debemos perder de vista que hay una candidatura indiscutiblemente superior.
Fuente: Pagina 12
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"Una pulga no puede picar a una locomotora, pero puede llenar de ronchas al maquinista" (Libertad, amiga de Mafalda)