Cuando el ex ministro de economía Martín Lousteau hizo el anuncio de la resolución 125 el 11 de marzo, acerca del nuevo sistema de retenciones móviles para el agro, uno de los puntos que mencionó fue el que implicaba una política de Estado para tratar de desalentar el cultivo desenfrenado de la soja en detrimento de otros cultivos tradicionales (como el trigo, el maíz, etc).
Como ya sabemos, en el país se está dando un proceso de "sojización" desmesurado. Se deja de cultivar los diferentes tipos de cereales para dedicar más tierras a la soja. Se talan bosques, también. Como también se sabe, el monocultivo es sumamente perjudicial para cualquier país. Para sus tierras (que se agotan y terminan transformándose en desiertos) y para la economía, porque se depende de ese cultivo. Mientras en el mundo se la siga requiriendo, perfecto... pero en cuanto la realidad indique que la soja ya no es negocio, el país quedaría con una superficie enorme cultivada con soja y no se la podría vender a nadie. Con tierras inservibles para otros cultivos o de muy difícil y costosa recuperación.
Esto es lo que yo creo y digo... pero lo cierto es que en estos 4 meses de tiras y aflojes, no escuché a nadie hablar del impacto ambiental del masivo cultivo de la soja, de los productos manipulados genéticamente y del monocultivo. ¿Por qué será? Se me ocurren algunos nombres interesados en ocultarlo y que, aparentemente, cuentan con la complicidad de unos y de otros (del Gobierno y de las entidades ruralistas): Monsanto, Cargill, etc...
Bien... según lo que se dijo aquel 11 de marzo, esto es algo de lo que se quería cambiar.
Resulta que, después de todas las modificaciones que hubo que hacer al texto original de la resolución 125, los productores de soja se ven en mejores condiciones que antes para seguir cultivándola y extendiendo la superficie dedicada a ella. Y como vemos, "el campo" sigue sin conformarse y va por más.
En definitiva, pareciera que después de todo, lo que se creía una medida acertada en su intención puede terminar siendo todo lo contrario. Es decir, otorgándole más beneficios a "la patria sojera" y perjudicando a los demás cultivos... con todo lo que esto conlleva.
Habrá que esperar a que se de a conocer el texto definitivo de lo que tratará el Senado, si es que lo llegamos a conocer alguna vez. Y cuando finalmente todo concluya, habrá que ver quién gana y quién pierde la pulseada. Puede ocurrir que, si se da esto que sospecho y se aprueba en el Senado, el Gobierno lo presente como un éxito. Sí, habría ganado la votación... pero hay que ver qué es lo que se termina votando.
¿Será acaso una victoria "a lo Pirro"?