Es necesario comenzar a hablar de este libro haciendo una advertencia a los potenciales lectores: ya sea por atracción o repulsión, no se guíen ni por la tapa ni por su título. El autor no es ningún neonazi que alucina con una imagen triunfante del Fuhrer, ni nada que se le parezca.
Es más, el libro se ocupa de Hitler y el nazismo apenas en algunos parágrafos. Esta obra es en realidad una exhaustiva y documentada investigación sobre la elite oligárquica que controla el poder en los Estados Unidos desde sus orígenes como Estado. Pero no es un libro de historia, aunque muchos de los problemas de los que se ocupa tengan su origen en el siglo XIX.
El libro se ocupa de la situación actual de la estructura de poder mundial que lidera Estados Unidos, y por lo tanto el actual presidente Bush y su familia se convierten en el eje de la investigación de Graziano. Desde la importancia que Bush padre tuvo para la CIA, hasta el peso del oligopolio petrolero en las decisiones políticas, los Bush son personajes nefastamente recurrentes en esta historia. El sujeto central de este libro es la “elite angloamericana”, y se muestra como el establishment norteamericano proviene de las oligarquías inglesas que conquistaron esa tierra siglos atrás.
Como economista que es, Graziano se centra en el poder económico, y como este se transforma en elitismo político. No hay nada de foucaultiano en su concepción del poder; no está ni disperso ni difuminado en los distintos estamentos sociales. El poder del que habla Graziano tiene nombre y apellido, lugares y fechas, montos y números. Es un poder monolítico, conspirador y omnipotente. De ahí la analogía con el tipo de poder que ejerció Hitler, y que el autor sugiera que la sociedad norteamericana de hoy sea una versión triunfante del derrotado modelo nazi; siempre en lo referente a la organización del Estado y las relaciones de connivencia entre las corporaciones económicas con los gobernantes.
También hay algunas relaciones puntuales entre el nazismo y la elite angloamericana de Estados Unidos, sobre todo en cuanto a inversiones de empresarios norteamericanos en el Tercer Reich (petróleo e industria), puntos ideológicos en común (sobre todo el racismo) o el refugio que se dio a prestigiosos nazis luego de la guerra. Pero no mucho más hay sobre el nazismo, en un libro donde la estrecha relación entre las oligarquías norteamericanas e inglesas ofrece muchos más puntos de apoyo para comprender el conflicto que se estudia.
Al especializarse en economía, los dos primeros capítulos del libro de Graziano son de corte casi técnicos. Quizás el primer capítulo dedique demasiado espacio a una sutileza macroeconómica que en realidad es ya una evidencia –que la búsqueda del puro beneficio individual en los sujetos lleva a la destrucción de la sociedad a la que pertenecen–, y ahuyente a lectores que no están especializados en la materia; pero que bien podrían interesarse en las cuestiones que se abordan más adelante. Ese primer capítulo es una barrera bastante importante para el lector medio, no universitario, que quizás no tenga ganas de seguir leyendo luego de tanta teoría macroeconómica; aunque el resto del libro sea muy atrayente para un público bastante más amplio.
Puede ser que el título y la tapa del libro, de corte más marketineros, sean una forma de compensar esto, y alentar a los lectores a seguir adelante. Quienes lo hagan, tendrán la suerte de encontrar datos reveladores sobre los atentados del 11 de septiembre, sobre la dinastía Bush y el consorcio que maneja el poder a nivel mundial y sus mecanismos (como el FMI o el Banco Mundial). El último capítulo, sobre las sociedades secretas que desde las universidades norteamericanas sustentan este perverso mecanismo, deja un amargo gusto conspirativo. Al final del libro, si alguien se siente un poquito paranoico, está en todo su derecho. La asfixiante red de poder opresivo que dibuja Graziano se compone de clanes familiares millonarios que tienen bajo su control el petróleo, la banca, los laboratorios farmacéuticos, las empresas de armas, las universidades y los medios de comunicación más importantes del mundo.
Pero el libro tiene el mérito de abordar temas complejos desde una óptica global y abarcativa. Se ocupa de la estructura, a pesar de la cantidad de nombres que desfilan, y la historia se impone sobre la coyuntura de este año electoral en EE.UU. Como se resume en la contratapa, “quien piense que muchos de los enormes problemas del mundo comenzarían a solucionarse si cambiara el presidente de los Estados Unidos, se equivoca gravemente”.
Por Mariano García
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WalterGraziano.Hitler gano la Guerra