Muchas veces polémico; discutido otras tantas. Con  aciertos y errores, con posturas ideológicas discutidas en ocasiones por derecha  y por izquierda, Alfonsín fue, sin dudas, el hombre necesario en el momento  preciso. No creo que cualquier otro en aquellos momentos históricos de 1983  hubiera podido hacer que la democracia (débil, distorcionada, manoseada y  bastardeada desde aquel año hasta hoy) se mantuviera en pie y alejada del  peligro de las botas militares. 
El punto más sobresaliente del gobierno de Alfonsín  fue, por lejos, la decisión política de juzgar a los genocidas de la  recientemente desplazada dictadura militar. Fueron juzgadas las cúpulas  militares, con Videla, Massera y Agosti a la cabeza. Se le cuestionó más  tarde que no se hiciera lo mismo con los mandos medios. Por el contrario, por la  presión de los militares que se alzaron en varias oportunidades  (los "carapintadas" al mando de Aldo Rico, entre otros) promulgó unos años más  tarde las horribles leyes de Obediencia debida y de Punto final, que dejaron  impunes a esos militares, policías, gendarmes, etc... que estaban acusados de  torturas, secuestros, asesinatos, desaparición forzada de personas, etc... etc.  Eso hizo que la figura de Alfonsín se deteriorara frente a los sectores  "progresistas". 
Sin embargo, el logro de haber juzgado y condenado  a los mayores responsables de tantos y tan inmensos crímenes de Lesa Humanidad  es algo que nadie puede discutir. Es el único país del mundo que juzgó y condenó  a sus dictadores. Se lo llegó a comparar con el juicio de Nüremberg. Sin  embargo, ese juicio a los jerarcas nazis fue realizado por los países vencedores  de la segunda Guerra Mundial.
El juicio a las juntas militares argentinas fue llevado a cabo por la misma sociedad que los había sufrido, dándole todas las garantías constitucionales que ellos habían pisoteado sistemáticamente para cometer sus crímenes.
El juicio a las juntas militares argentinas fue llevado a cabo por la misma sociedad que los había sufrido, dándole todas las garantías constitucionales que ellos habían pisoteado sistemáticamente para cometer sus crímenes.
Sufrió el embate de la "Patria Financiera" que hizo  de la economía nacional una pesadilla constante, con una hiperinflación  desenfrenada. Hubo saqueos de supermercados, amenazas de bombas en las escuelas,  etc, etc... 
La situación económica lo llevó a entregar el  gobierno a Carlos Menem 6 meses antes de lo que indicaba la Constitución.  Después se sabría que en todos esos movimientos especulativos y en los saqueos a  supermercados estuvo involucrado el mismo Menem, entre otros...
El paso del tiempo hizo que se pudiera ver ese  período con algo más de comprensión y hoy creo que se puede decir que Alfonsín  pudo equivocarse en muchas cosas, pero fue un presidente honesto y valioso. Creo  que fue, como dije al principio, el hombre necesario en el momento preciso y  fue, sin ninguna duda, el mejor estadista que tuvo la Argentina de 1983 hasta  ese momento. 
Pienso que es justo que hoy la gran mayoría de los  argentinos estén dolidos por su muerte. Creo que merece el cariño y el respeto  que se está demostrando hoy mismo. 
Las diferencias seguirán existiendo, pero  se debe valorar a Alfonsín como un todo.
Murió Raúl Alfonsín y duele.








