Contaba un publicista especializado en desarrollar campañas políticas que en una oportunidad se presentó en la agencia publicitaria donde estaba trabajando, un político necesitado de levantar un poco su imagen con vistas a las elecciones que se avecinaban.
Se hizo el estudio de situación, se buscaron las características positivas que se podían resaltar del cliente y aquellas que no eran tan "mostrables", para poder disimularlas lo mejor posible.
El hombre era alguien evidentemente preparado, con buena cultura y preocupado por estar actualizado en cuestiones políticas y sociales. Era una persona "leída", como suele decirse.
Comenzaron a trabajar los publicistas buscando ideas para encarar la campaña.
Uno de los aspectos que consideraron que se debía destacar era, precisamente, esa faceta de su personalidad. Pensaron que uno de los spots publicitarios debería mostrarlo en una oficina con una importante biblioteca detrás.
Lo hablaron con el cliente y éste aceptó.
El problema surgió cuando comenzaron a buscar el tipo de biblioteca que iría mejor como fondo.
Ninguna de las que vieron los conformaba y no terminaban de ponerse de acuerdo. Finalmente, el político en cuestión dijo que por qué no se filmaba la publicidad en su propia escritorio, en su casa, donde tenía una biblioteca hermosa y colmada de libros. Además sería perfecta porque lo mostraría en su verdadero lugar de trabajo.
Los publicistas fueron hasta la casa del cliente, estudiaron la sala y la biblioteca durante un rato y, finalmente, el jefe de la agencia sentenció que esa biblioteca no servía.
_ No es creíble- argumentó
El político, extrañado, preguntó la razón por la que opinaba eso si la biblioteca era perfecta... No era una biblioteca de utilería, sino real...
_ Sí, es real... Pero lo real no siempre es creíble_ sentenció el publicista.
Esta es una anécdota verdadera que escuché por radio, contada por un publicista.
Me causó gracia al principio. Pero poco a poco me fue indignando.
Como están las cosas en los últimos tiempos, jamás podremos tener siquiera una idea aproximada de lo que verdaderamente estamos votando. En su mayor porcentaje, cada candidato es más ficticio que real. Son un producto más que se ofrece en las góndolas para el consumo masivo.
Siempre ha sido así, aunque nunca tanto como en (al menos) los últimos 15 o 20 años.
No importa si el candidato cambió diez veces de partido político, yendo como saeta de izquierda a derecha, o viceversa.
No importa si tiene incontables causas judiciales en curso.
No interesa si es un "caído del cielo" que no tiene ninguna experiencia política. Si fue deportista, actor o actriz, vedette o payaso de circo. Importa que "mida", que los números de las encuestas de popularidad den bien.
¿Alguien se acuerda de las internas partidarias?
¿Cuánto tiempo hace que eso no se ve por acá? Mucho tiempo, sin dudas.
Las internas eran un filtro importante y, si se hacían a conciencia, era una oportunidad para ver previamente a las elecciones, quiénes eran los más capacitados para intentar ser electo.
Se discutían algo las ideas, se exponían algunos planes de gobierno. Nosotros, el vulgo, algo podíamos saber y hasta modificar durante las "internas". Pero, sobre todo, la gente se movilizaba, se involucraba, participaba...
Me acuerdo cuando siempre se criticaba el famoso "dedo de Perón" para designar a los postulantes. Sin dudas que "el Pocho" fue un precursor.
Hoy todos los candidatos están elegidos "a dedo" por un mínimo grupete de dirigentes en cada partido (puede haber excepciones, aunque no llegaron hasta mí noticias en contrario), no importa si son potables o impresentables. Total, una buena capa de maquillaje y un par de frases ambiguas y hasta cursis obrarán el milagro de construir un candidato que mida más o menos bien en las encuestas que ellos mismos pagan. Y si eso no es suficiente, invertirán unos cuántos dolarcitos para conseguir que en algún programa de televisión hagan una buena caricatura y el público vote para que siga en pantalla... ¿no es cierto? (Hablando de esto: ¿No les resulta patético y hasta trágico para la verdadera idea de Democracia que en programas que se autocalifican de "periodismo político" comenten unánimente sobre las caricaturas de los políticos en el programa de Tinelli? ¿Y no les resulta insultante que en los propios partidos políticos estén absolutamente preocupados de lo que un libretista de cuarta categoría les haga decir a esos mismos personajes que los parodian? Y no les quepa duda de que los políticos que no merecieron la suerte de que Marcelito los incluyera en su circo estén muy tristes y desilucionados. Después de todo, siempre es preferible que los hagan quedar como mequetrefes y aparecer en la tele... que ser ignorados por la diosa pantalla y que nadie se acuerde de ellos.
Como dije: PATÉTICO...!!!
Y así nos va...!!!
Elegimos según el maquillaje, la voz, las pilchas o la cara. A pura intuición y... manipulación. Y absolutamente nada más. ? ¿O alguien recuerda, en los últimos 20 años, haber escuchado explicar y desarrollar en público algún plan de gobierno? O, por lo menos, una idea que no esté incluída en el "cassette" tan gastado de las obviedades...
Sólo nos queda hacer el esfuerzo por no comprar "espejitos de colores" dejándonos llevar por las apariencias inventadas por los gurúes del marketing... Pero si no se cae una sola idea por ningún lado, se hace extremadamente difícil acertar. Todo queda librado casi exclusivamente a la intuición, la suerte o la casualidad de que votemos a alguno mínimamente próximo a nuestro pensamiento.
Casi que lo único que tenemos son un par de herramientas para poder actuar "por descarte": Bucear en el pasado de los candidatos buscando datos que hayan podido quedar registrados en algún lado de la memoria personal o colectiva.... y tener en cuenta con quienes hace alianzas ("dime con quién andas y te diré quién eres...")
Pero claro, hay otro problemita. Algo que los políticos agradecen y hasta promueven...
LA FALTA DE MEMORIA CRÓNICA Y EL DESINTERÉS DE LA SOCIEDAD...