13.12.09

Glifosato en Santa Fé: fumigar, pero lejos de las viviendas...


Algunos, como es mi caso, entendemos que la soja, más que una solución, es un gran problema.
Ya nos fuimos enterando de los estragos que produce la soja (o, mejor dicho, los sojeros) cuando la tendencia es hacia el monocultivo.
La tierra que queda agotada; la deforestación salvaje para extender los cultivos; el cambio en la producción ganadera, también para proveer más campo a la soja, criando al ganado (feedlot) como se hace con los pollos y cerdos, lo que produce consecuencias muy serias para la salud humana, además de ser una forma de cria muy cruel para los animales. Y ya vimos el poder que adquieren los productores y exportadores de soja y el consiguiente conflicto entre ellos y el gobierno cuando se intenta gravar las ganancias extraordinarias. Por otro lado, también pudimos ver, gracias al conflicto con "el campo", las condiciones laborales de los peones, la cantidad de ellos que están trabajando en condiciones precarias y en "negro" y la consecuente evasión de obligaciones patronales y de impuestos (algo histórico entre los grandes terratenientes).
A su vez, fuimos conociendo el daño ambiental y humano que provoca la soja transgénica y el uso de agrotóxicos que no están permitidos en varias partes del mundo, pero que aquí sí lo están. En concreto, el "Roundup", producto de la multinacional Monsanto (empresa que cuenta con una enorme cantidad de juicios en todo el mundo). El Roundup contiene Glifosato, un poderosísimo tóxico que es arrastrado por el viento hacia zonas pobladas luego de ser rociado sobre los cultivos. Además la inhumana forma de hacerlo, usando chicos como "banderilleros" que indican a los aviones fumigadores "desde dónde hasta dónde" deben rociar. Es decir, que esos chicos son literalmente "bañados" con el producto con el consecuente deterioro de su salud, que va desde alergias graves hasta diferentes tipos de cánceres. Lo mismo ocurre con las poblaciones vecinas, donde, a lo anterior, deben agregarse malformaciones congénitas y abortos espontáneos...
Justamente, respecto a las poblaciones, acaba de salir un fallo de la justicia de la provincia de Santa Fé prohibiendo que los aviones fumiguen a menos de 1.500 metros de las zonas pobladas... y si la fumigación se hace desde tierra, esa distancia mínima debe ser de 800 metros.
El juez Tristán Martínez considera que la fumigación a menor distancia tiene “consecuencias severas para la salud”.
La acción de la justicia se debe a que los vecinos de la localidad de San Jorge presentaron un Recurso de Amparo para que se prohíba la fumigación en las proximidades de las viviendas.

Pero, mientras tanto (según informa Argenpress), "en la Legislatura santafesina la diputada provincial Claudia Saldaña presentó un proyecto para prohibir el uso y aspersión de glifosato" que sin embargo "quedó cajoneado en la Comisión de Medio Ambiente y aún no fue tratado."

Monsanto sigue cosechando denuncias por doquier, pero también sigue levantando cosechas increíbles de miles de millones de dólares a costa de la vida y de la salud de los pueblos... de la destrucción de tierras y ecosistemas... y de la estabilidad de gran cantidad de gobiernos.

Algo se consiguió en Santa Fé, pero es poco... demasiado poco como para alegrarse.
"Una pulga no puede picar a una locomotora, pero puede llenar de ronchas al maquinista" (Libertad, amiga de Mafalda)