3.4.10
Roberto Marquevich: “Felipe y Marcela Noble son hijos de desaparecidos”
En su casa de San Isidro, el ex juez Roberto Marquevich corrió una silla y se sentó en la mesa redonda que tiene en el comedor. Es un hombre de pelo blanco que estaba vestido de elegante sport. Si se dirigía la mirada a la ventana se veía el jardín bañado por el sol otoñal. La imagen contrastaba con la oscuridad del tema que Marquevich conversó con Miradas al Sur durante casi dos horas: la apropiación de bebes durante la última dictadura militar. Una breve reseña antes de seguir: el 17 de diciembre de 2002 Marquevich ordenó la detención de Ernestina Herrera de Noble por la suma de irregularidades en los expedientes de adopción de Felipe y Marcela Noble Herrera, sumado a la sospecha de que podrían ser hijos de desaparecidos. Dos años después fue destituido por el Consejo de la Magistratura y, según él, pagó el costo de haberse metido con la directora y accionista mayoritaria del Grupo Clarín. A partir de allí la causa pasó a manos del juez de San Isidro Conrado Bergesio. Son conocidas las denuncias contra Bergesio por las dilaciones e irregularidades en todo el proceso de la causa Noble.
En la entrevista brindada a este diario Marquevich dijo que Bergesio juega a favor de la directora de Clarín por su afinidad con la dictadura militar y, con reservas, dijo que prefiere confiar en que la justicia argentina encontrará la verdad. Marquevich empezó con la siguiente frase: “Yo afirmó que Felipe y Marcela son hijos de desaparecidos”.
-¿En qué se basa para afirmarlo con tanta contundencia?
-En los elementos que manejé en la causa y en todo lo que no se hizo después. Pasaron ocho años desde que yo pedí la muestra de sangre a Felipe y Marcela. En ese momento ellos dos se negaron y pedí la extracción compulsiva. Los abogados de la señora de Noble apelaron y empezó la campaña mediática para mi destitución. Ahora Bergesio cumplió una orden de la cámara de San Martín. Pero lo hace con un procedimiento lleno de irregularidades que embarran la cancha. Yo conozco el poder judicial y cuando veo el modo en que se está manejando todo esto, no tengo dudas de que es para tapar que las adopciones son ilegales y de que son hijos de desaparecidos.
-¿Cuáles son los elementos que usted encontró cuando tenía la causa?
-Los chicos fueron adoptados en los primeros años de la dictadura. Tenían certificado de adopción pero no de nacimiento. Eso era algo muy distinto a otros casos de adopción de aquellos años, donde uno puede sospechar que sean hijos de desaparecidos pero la documentación no brinda suficientes elementos como para avanzar en la investigación.
Cuando llamé a declarar a los jueces (los que estaban vivos) y a los empleados del juzgado, que habían hecho los trámites de adopción, las declaraciones eran totalmente contradictorias. Los trámites se habían hecho en San Isidro y el domicilio de Ernestina Herrera de Noble en ese momento era en Capital. También me llamó la atención la declaración de que a la bebe, que después se llamaría Marcela, la había encontrado la señora de Noble en la puerta de su casa en una canasta.
-¿Le sonó a ficción?
-Por supuesto. Llamé a declarar al testigo que en su momento aseguró haber dejado al bebe en la canasta, Roberto García. Me dijo que en aquel tiempo no vivía en una casa vecina a la señora de Noble y que no la conocía. Después, cuando se fue de mi despacho, le pedí a un secretario que hiciera una averiguación en Clarín. Dos días después me contestaron diciendo que García era chofer del diario.
Yo investigué varias adopciones que se hicieron en aquellos años. A veces uno podía tener la sospecha de que eran hijos de desaparecidos. Pero los expedientes de adopción estaban muy bien armados, sin fisuras, y era imposible usarlos como prueba. En el caso de la señora de Noble, el expediente de adopción es tan burdo que se transformó en la prueba principal.
-La señora de Noble es una persona que pasó casi toda su vida en las esferas del poder y debe conocer los vericuetos legales, ¿a qué atribuye el modo en que manejo la adopción?
- La única respuesta que encuentro es la sensación de impunidad con la que vivió cierta gente durante la época de la dictadura. Jamás pensaron que podía haber una investigación a fondo del tema.
-Usted dijo que durante la investigación del caso recibió muchas presiones, ¿eran sólo mediáticas?
-No. Pasaban otras cosas que son muy anormales. El abogado de la señora de Noble, Eduardo Padilla Fox, venía a verme dos veces por semana. Y lo hizo durante meses, mientras se hacía la investigación.
- ¿En que consistían las visitas?
-Me hablaba de las cosas que había hecho la señora de Noble, de los títulos que tenía, de las empresas que manejaba. Venía a mostrarme que se trataba de alguien muy poderoso. Yo lo interpretaba como una intimidación.
¿Lo visitaba alguien más?
Marquevich se quedó unos segundos en silencio. Miró hacia un mueble con estantes en el que había adornos de vidrio y un teléfono inalámbrico. Levantó la vista, miró a los ojos al cronista y contestó:
-Jorge Rendo también vino a verme varias veces. Era para lo mismo, describirme el prestigio o el poder, según se interprete, de la señora de Noble.
-¿Durante la investigación notó alguna diferencia entre Felipe y Marcela, con respecto al deseo de conocer la verdad?
-En el expediente hay una carta pública en la que Felipe expresa su deseo de conocer su identidad. Yo no conozco más que eso.
-¿Cómo ve el manejo de la causa que hace Bergesio y la posición de la Cámara Casación Penal que interrumpió el proceso de análisis de las muestras de ADN?
-El manejo lo juzgo por los integrantes de estas cámaras. Bergesio perteneció a la cafepe (Cámara Federal, fuero antisubversivo, creada por el dictador Agustín Lanusse en 1971). Creo que con eso no hay nada más para decir de Bergesio. Todos sus vínculos, las personas que nombra como conjueces, son afines a la dictadura. Lo que es increíble es que alguien proclive a los militares, como Bergesio, sea el juez de esta causa. Él pidió la muestra de sangre al cuerpo médico forense, algo que no se había hecho en ningún caso de este tipo. No mandó la muestra al banco de datos genéticos de inmediato, con lo cual demoró los análisis. Cuando se hizo el allanamiento para retirar las prendas de Felipe y Marcela con ADN, la policía esperó una hora y media en la puerta antes de entrar. ¿Cómo es posible? En un allanamiento la policía entra por las buenas o por la fuerza. Sobre los jueces de la Cámara de Casación tengo entendido que el juez Guillermo Yacobucci era columnista de las revista Cabildo.
-Se deduce que a su criterio estos jueces toman las decisiones en esta causa por afinidad con la dictadura militar y no por temor al poder Clarín.
-En el caso de Bergesio no tengo dudas. Él está involucrado ideológicamente en esta causa. Estoy seguro que jamás recibió un peso de coima ni nada que se le parezca. De todos modos le tienen temor a Clarín, a mí me destituyeron por Clarín. Los jueces no son sonsos, ellos ven mi situación y se dan cuenta de los riesgos.
-Hay opiniones que dicen que Felipe y Marcela tienen que elegir si quieren buscar su identidad, ¿qué piensa de eso?
-Ellos no tienen que decidir sobre eso. Es una obligación de la Justicia porque lo que se está buscando es la identidad de estos chicos y se investiga un crimen. El tema de la edad también es ridículo: tengan 90 años o 30 hay que averiguar su origen. Una vez que esté el resultado, ellos podrán elegir con quién vivir. Yo tuve varios casos de chicos apropiados, algunos se fueron a vivir con sus familias biológicas y otros se quedaron con los apropiadores.
-Hay indicios de que la causa puede llegar a la Corte Suprema, ¿cómo se imagina la resolución con el Supremo Tribunal actual?
-Hasta ahora me parece una Corte poco jugada. Tengo la sensación de que le temen demasiado a salir criticados en un diario, pero de todos tengo que confiar en la Corte. Ojalá que tomen un criterio objetivo sobre esta causa
-¿Es viable, como planteó la Presidenta, llevar esta causa a tribunales internacionales?
-Los tratados y tribunales internacionales están por encima de la Constitución nacional y los tribunales argentinos. Lo dice nuestra Carta Magna reformada en el ’94. Si una persona pasó todas las instancias de la justicia argentina y tuvo privación de justicia puede recurrir a los tribunales internacionales, como la Corte Interamericana o la Iberoamericana.
De todos modos prefiero confiar en la justicia argentina. Sospecho que si las muestras todavía sirven y se hace el cruce con el Banco Nacional de Datos Genéticos, la verdad podrá salir a la luz. No es casual que Clarín haya comenzado a sacar notas críticas sobre el banco. Como dije, creo firmemente que son hijos de desaparecidos y espero que no haya que llegar a los tribunales internacionales. Los abogados de la señora de Noble seguramente llevarán la causa hasta la Corte y allí habrá que ver cómo están los tiempos políticos. Legalmente la Corte Suprema no tiene un tiempo para pronunciarse, puede tomarse 40 años si quiere, pero prefiero confiar que no será así.
Por Demián Verduga
Fuente: Miradas al Sur