17.7.12

Rajoy: la "destrucción creativa" del neoliberalismo.

Lean el interesantísimo artículo de Xavier Sala i Martín sobre la crisis española. Lo publicó y, poco después, su nota fue retirada de la versión digital del periódico La Vanguardia (Barcelona). Recordar que para el economista Joseph Schumpeter la dinámica del capitalismo se basaba en las supuestas virtudes de la "destrucción creativa." Lo que nunca imaginó este autor es que en esa ecuación la parte destructiva superó con creces a lo creativo. Y no sólo en España, sino en todo el mundo.


COMO DESTRUIR LA ECONOMÍA
DE UN PAÍS LLAMADO "ESPAÑA Y OLÉ"

AUTO SUICIDIO, de Xavier Sala i Martín en La Vanguardia 17-06-2.012
ARTÍCULO CENSURADO Y RETIRADO DE LA VERSIÓN DIGITAL DE LA VANGUARDIA.

A ver. Pensemos...

Si el peor enemigo de un país diseñara un plan para destruir su economía, ¿qué haría?

Pues supongo que intentaría desacreditar sus instituciones más importantes para sembrar la desconfianza entre los ciudadanos y que estos dejaran de consumir e invertir.

La estrategia podría empezar por desprestigiar a la primera autoridad (sea rey o presidente de la república) llevándole a cazar elefantes con una señorita alemana.

En medio de la cacería le obligaría a resbalar y a romperse la cadera para que tuviera que volver urgentemente a su país.
Así todo el mundo vería cómo se gasta decenas de miles de euros en un momento en que sus conciudadanos se hunden en la miseria.

Para rematar la faena, forzaría a un familiar próximo (por ejemplo, un yerno) a apropiarse de millones de euros explotando su influencia y luego expondría sus travesuras a la luz pública.
Es importante empezar sembrando dudas sobre la conveniencia de mantener en el poder a la primera familia del país.

A continuación exigiría a los miembros del Parlamento que siguieran una regla simple:

“Vota siempre lo contrario de tu adversario incluso cuando tiene razón e incluso cuando propone lo mismo que proponías tu en la anterior legislatura”.

Es crucial que la ciudadanía pierda la confianza en su clase política.

Seguiría con los más altos órganos del poder judicial.

Por ejemplo, haría que el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial se gastara dinero público para pasar fines de semana románticos en la Costa del Sol con su chófer (masculino).

Una vez malversado el dinero filtraría las facturas para desatar el escándalo y, acto seguido, haría que los jueces compañeros pusieran trabas a la investigación para proteger a su amigo.

Intentaría que eso pasara justo en el momento en que alcaldes, presidentes de comunidades y parlamentos y altos cargos de las administraciones del Estado están siendo juzgados por corrupción… ¡por esos mismos tribunales!

La desconfianza en la justicia es el mecanismo más seguro para hundir a un país.

Una vez desacreditado el jefe del Estado, las altas esferas de la política y la justicia, iría a por las élites económicas.

Aquí se podría lanzar un ataque contra uno de los empresarios más prestigiosos del país, posiblemente un banquero, destapando unas cuentas con miles de millones de euros en Suiza y, una vez destapado, haría que el Gobierno no le castigara.

Además, indultaría a uno de sus altos ejecutivos previamente condenado por sentencia firme (SANTANDER).

El siguiente paso consistiría en dilapidar miles de millones de euros de dinero público para evitar la quiebra de unos bancos y cajas por amigos, parientes y correligionarios políticos.

Y lo haría justo en el momento de pedir sacrificios y recortes de miles de millones a los ciudadanos.

Es esencial que la gente confunda libre mercado con amiguismo incestuoso entre poder empresarial y político.

Sin abandonar el terreno económico, obligaría al Banco Central y a la Comisión Nacional del Mercado de Valores a autorizar la salida a bolsa de uno de los mayores Bankios del país, a sabiendas de que estaba arruinado.

Eso haría que miles de ciudadanos perdieran sus ahorros comprando acciones de una empresa que ya estaba muerta antes de nacer.
Para hundir a un país, hay que conseguir que la gente de a pie pierda sus ahorros y que las entidades supervisoras que (en teoría) les protegen, contribuyan a su ruina.

Y finalmente, pondría a un gobierno incompetente a la hora de gestionar problemas económicos.
De hecho, lo haría durante dos legislaturas seguidas y con partido distinto en cada una de ellas.

Eso demostraría que la incompetencia no es de un solo partido sino de la clase política en su conjunto.

Los sucesivos gobiernos negarían las crisis económicas y echarían la culpa de todo a los extranjeros malignos.

Como traca final, haría que las autoridades europeas rescataran al sistema bancario del país y obligaría al presidente del Gobierno a negar repetidamente que se trata de un rescate.

También le forzaría a mentir argumentando que el rescate no tiene condiciones (o sólo “condiciones favorables”), cosa que los mismos europeos negarían unas horas más tarde.

Eso refrescaría la memoria de todos, recordándoles que quienes mandan son los mismos que mintieron con los “hilillos de plastelina” y las “dos vías de investigación”.

Es más, cuando la sociedad pidiera la comparecencia del presidente ante el Parlamento para dar explicaciones, le obligaría a decir (sin que se le escapara la risa) que su agenda internacional está tan llena que no hay tiempo para ir al Parlamento… y acto seguido cogería una avión oficial y me lo llevaría a ver un partido de fútbol con cargo al contribuyente.

La mofa y el escarnio llegarían a todos los rincones del planeta: “You say tomato, I say bailout”.

Esa sería la puya final ya que, unida al desprestigio de todas las grandes instituciones del país, eliminaría toda esperanza de salir del profundo agujero.

Los ánimos de la ciudadanía se hundirían, por fin, en la más profunda depresión.

Y ese sería el plan que diseñaría el peor enemigo de uno.

¡Sí! Ya sé que es tan retorcido, maquiavélico y exagerado que parece improbable que nadie nunca lo pueda llevar a cabo…

Pero nunca digas nunca porque siempre puede aparecer un país de pandereta cuyo peor enemigo sea él mismo y cuyas instituciones, todas y cada una de ellas, estén dispuestas a desprestigiarse a sí mismas ante el asombro del mundo entero, para conseguir el objetivo común: ¡el autosuicidio!



Xavier Sala i Martín,
Universidad de Columbia, UPF i Fundació Umbele.
(http://www.salaimartin.com)



Fuente: Atilio Borón.com.ar
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10.7.12

Se ríen de España y de los españoles

Como hace algo más de 10 años se reían de Argentina y de los argentinos... ¿recuerdan?

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Por Juan Torres López

Leer las páginas económicas, o incluso solo las portadas, de los medios se está convirtiendo en un ejercicio de puro masoquismo: no hay manera de disimular el ridículo que está haciendo España.

Hace un mes que se aprobó el rescate de la banca española que según Rajoy resolvía el problema de nuestra economía y que mereció una surrealista felicitación del rey Juan Carlos. En este tiempo ha habido cumbres y varias reuniones de los ministros de Economía pero hasta el momento no se han fijado ni las condiciones concretas, ni qué cantidad exacta se precisa, ni cuándo comenzará a ser efectivo. Se hacen declaraciones contradictorias diciendo un día blanco y otro negro pero siempre se insiste en lo mismo: hay que seguir rebajando gastos y derechos y reduciendo los ingresos de los trabajadores. Lo que era la solución resulta que lo ha empeorado todo y nadie, sin embargo da cuentas de ello.

Se han reído de nosotros. El objetivo es salvar a la banca alemana, que es lo que de verdad les interesa, pero quieren hacerlo con las máximas garantías y eso obliga a que el rescate sea uno definitivo, directamente sobre la economía española y con la garantía directa del Estado. El de los 100.000 millones para los bancos no era sino una salva porque resulta infumable: nadie puede entender que si es a los bancos a quien hay que rescatar se haga responsable de ello a los ciudadanos en su conjunto. Por eso, para provocar el grande, están dejando que nos precipitemos al abismo, no porque la cuantía de nuestra deuda pública sea excesiva, como dicen, sino porque nos atan de pies y manos y nos empujan ante los inversores. Simplemente haciendo lo que está haciendo el Banco Central Europeo, nada de lo que haría un banco central auténtico, bastará para que seamos intervenidos en poco tiempo y para que nuestra economía sea puesta bajo control directo y permanente de los acreedores alemanes. Queda muy poco tiempo para que las comunidades autónomas se declaren sin liquidez y para que el propio Estado, con tipos en los mercados superiores al 7% u 8% se reconozca incapaz de hacer frente a sus compromisos de pago. Esa es la secuencia inevitable que producen las medidas que se están tomando.

Si lo que quisieran de verdad fuese salvar a nuestra economía y al euro no harían lo que están haciendo ni nos seguirían obligando a tomar medidas que van a hundir más la demanda, la generación de ingresos, o incluso la posibilidad de que paguemos la deuda que dicen querer que paguemos. Si desearan realmente frenar la presión de los mercados bastaría que el Banco Central Europeo fuese lo que no es, y que se adoptara una estrategia de creación de actividad y empleo para toda Europa en el marco de un pacto global de rentas, pero es que no buscan eso. Quieren que la prima de riesgo siga subiendo para extorsionar más fácilmente y acelerar lo que revestirán como una situación de emergencia que no admita retóricas. Se ríen de nosotros porque lo que van buscando es someter a nuestra economía y no a salvarla en un marco de cooperación y unión europeas.

La última tomadura de pelo de quienes se pasan todo el día diciendo que hay que respetar a los mercados y dejarlos que actúen con plena libertad ha sido salvar una vez más la cara de los bancos permitiendo valorar sus activos a precios “razonables” en el marco de una agencia inmobiliaria sui generis, como ya adelantamos que harían en nuestro libro Lo que España necesita. Es decir, que una vez más se pasan por el forro lo que establecen libremente los mercados que tanto dicen respetar: si el precio razonable no es el que fijan los mercados ¿para qué puñetas sirven? Se ríen de nosotros porque una vez más nos están robando delante de nuestra mismos ojos.

En España es nuestro propio gobierno quien se ríe de nosotros engañándonos sin piedad.

El ministro de Economía alaba sin descanso a las autoridades europeas, agradece sus propuestas razonables y jura y perjura que haremos todo lo que sea necesario para contentar a los mercados, porque es lo que más nos conviene. Pero, justo al mismo tiempo, el de Asuntos Exteriores suplica al Banco Central Europeo (donde hemos perdido la influencia que teníamos, aunque tampoco podamos decir que la hayamos utilizado precisamente a nuestro favor) para que intervenga contra los mercados y ponga formes a los especuladores. Un alarde de discurso coherente y de sincera estrategia compartida. El ministro de Hacienda, que ya ocupa la cartera por segunda vez, reconoce que ha de subir el IVA porque es un incompetente que no sabe hacer que todos paguen lo que tiene que pagar y Cospedal se consolida como la mayor y más desvergonzada demagoga del reino. Ahora carga contra la función pública sin caer en lo que ella tendría que ser la primera en recordar: que en España hay menos trabajadores públicos en relación con la población activa total que en la media de los Quince, que se gasta menos en retribuirlos, que nuestro sector público es bastante más reducido que el de los países más avanzados y competitivos de nuestro entorno, y que esos seres despreciables a los que se refiere y a los que ya está poniendo en la calle son los maestros o los médicos de los hijos de familias que no pueden pagarse servicios privados, por cierto, casi siempre de peor calidad que los públicos a pesar de que disponen de más recursos y de que no asumen todas sus cargas. Y olvidando, sobre todo, que la función pública con la que quieren acabar fue la mejor e imprescindible solución para evitar que las oligarquías de los partidos (de las que ella forma parte) se hicieran dueñas del Estado en perjuicio de la mayoría de la población.

Pobre España y pobre pueblo español, tan silencioso y obediente. Vibra de patriotismo cuando gana La Roja pero enmudece cuando le roba una potencia extranjera o cuando su gobierno le miente y le traiciona.

Fuente: Blogs Publico.es
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27.11.11

“¿Qué pasará cuando los sacrificios no acaben con la crisis?”

Entrevista a Ignacio Ramonet director de la edición española de  ‘Le Monde Diplomatique’. 

Alerta del “golpe de estado financiero” que vive Europa.




La mundialización financiera ha creado su propio Estado. Un poder sin sociedad. Este rol es ejercido por los mercados (…). Las sociedades realmente existentes son sociedades sin poder. Y todo esto no deja de agravarse”. Este texto tiene 14 años. En diciembre de 1997, Le Monde Diplomatiquepublicaba el editoral del director de su versión en español, Ignacio Ramonet, Desarmad los mercados financieros. Una alerta que sería germen del movimiento Attac, hoy presente en 40 países, que lucha por la creación de una tasa a las transac-ciones financieras mundiales (inspirada en la Tasa Tobin) para ir echando “granos de arena” en el engranaje de la especulación.
14 años después, dos países del Viejo Continente han visto cómo sus gobiernos elegidos en las urnas eran sustituidos por unos gestores de quiebras mientras el resto atribuye al mercado decisiones y recortes. Podría decirse que Ramonet, que participó esta semana en el ForoBurgos organizado por Banca Cívica, acertó.
¿Se cae Europa?
Es un momento extremadamente delicado. Da la sensación de que no hay a la cabeza una generación política a la altura de la crisis apocalíptica que estamos viviendo. Y no nos hemos sorprendido lo suficiente de que, en los últimos meses, Alemania y Francia hayan asumido un poder que nadie les ha dado. Hemos leído: Rajoy habla con Merkel’. ¿Lo primero que hace el vencedor de unas elecciones con un resultado abrumador es llamar al jefe? No estamos en un Estado federal. España no es Dakota ni Berlín, Washington. Pero manda Merkel con Sarkozy de coartada.
Hay quien dice que Merkel asume el liderazgo porque no hay otro poder fuerte.
Si Merkel es quien está pilotando la crisis, el resultado es muy malo. Grecia va cada vez peor. Su PIB es el 3% de la zona del euro. Cuando estalló la crisis, se podía haber solucionado con un pequeño esfuerzo económico. Ahora, la gangrena ha subido. Austria y Francia tienen triple A (máxima calificación en su deuda) y las atacan. No se sabe si el euro será capaz de resistir. A Portugal se le ha impuesto una cura de caballo, se le ha impuesto la recesión y como resultado, le acaban de volver a bajar el rating. Esto no funciona.
¿Tampoco para Alemania?
Los alemanes se van a despertar dentro de poco constatando que la mayoría de los países europeos no compran. Y que ellos no exportan.
¿Por qué no lo ven?
No están a la altura. Están aplicando recortes de manual a situaciones que no se corresponden. Están alentando a los mercados a seguir ejerciendo presión. Los mercados están desbocados porque durante años ha habido una desregulación que les dejó hacer lo que querían. Los políticos prometieron cambiarla en el G-20. Sarkozy prometió la tasa a las transacciones. Pero los mercados no quieren y no se adopta.
¿A qué nos enfrentamos?
Si seguimos así, la primera amenaza es que no estamos seguros de que el euro vaya a resistir. Nadie puede afirmar que seguirá siendo lo que es dentro de tres meses o de un año. Mucha gente apuesta por que desaparecerá o quedará restringido al área de influencia de Alemania.
¿Europa se ha convertido en la primera ficha de un nuevo dominó?
La crisis de la deuda europea puede tener incidencia a escala global. Muchos se han olvidado, entre ellos Alemania, de que la globalización es la articulación de todos los mercados. Si la zona euro entra en congelación por la austeridad, no se potenciará el consumo. Ya hay en Europa 23 millones de desempleados cinco millones en España y 80 millones de pobres, personas que no consumen. El mundo funciona con dos motores, dos grandes centros de consumo: EEUU y la Unión Europea, ambos amenazados por la recesión. Si se paran, China va a fabricar menos. De hecho, el ritmo de crecimiento chino ya ha bajado. Si China deja de importar, dejará de comprar también materias primas, los minerales que compra a Perú y Chile y los productos agrícolas que compra a Brasil y Argentina. Esos países dejarán de crecer. Y en 2013 o 2014 podemos encontrarnos con una recesión internacional.
¿Puede el mundo soportarlo?
La pregunta es, si la recesión se prolonga en Europa, hasta dónde soportarán las sociedades europeas la purga a la que se está sometiendo a la población. Cuánto va a crecer la extrema derecha, cuánto la protesta social. La historia no se detiene y esto es un golpe de Estado financiero. Los mercados han decidido tomar el poder. En Grecia e Italia, la evidencia es total. Se han colocado personas que han trabajado de uno u otro modo con Goldman Sachs, especialista en colocar a su gente en puestos de poder, pero ahora al frente de países.
¿Qué se puede hacer?
La sociedad debe reflexionar para seguir defendiendo que otras soluciones son posibles. Hay que volver a planteamientos keynesianos (estimular el crecimiento económico inyectando dinero público). No lo digo yo. Lo dicen (Paul) Krugman y (Joseph) Stiglitz. Hay que hacer políticas anticíclicas, encontrar soluciones para salir de la situación. Veo difícil que se adopten en el contexto actual pero, si los gobiernos no se deciden, vamos a la catástrofe. Quizás si Francia pierde la triple A, Alemania verá que se hunde la última barrera que los protege. Los eurobonos podrían ser una solución a la crisis de la deuda, pero por otro lado habría que prohibir los hedge funds (fondos de alto riesgo), implantar la tasa a las transacciones, no operar con bancos que utilicen paraísos fiscales. Quién lo va a hacer si no hay autoridad. El euro es la única moneda que no está respaldada por una autoridad política, no tiene Gobierno y los mercados se han dado cuenta, han visto que se podían enriquecer fácilmente.
¿Por qué arrasa la derecha en Europa si trae recortes aún mayores que los que se han visto?
Es posible que una parte de la sociedad, teniendo en cuenta que muchos medios de comunicación dominantes insisten en que la línea de la ortodoxia es la única, acepten la idea de los recortes. El pánico a que el euro desaparezca genera mucha disciplina. Se ha visto en Catalunya en estas elecciones. Una parte del electorado piensa que es o recortes o caos, y votan recortes. El problema es qué pasará cuando no pase nada. Cuando los sacrificios no hayan puesto fin a la situación de crisis. Esa es la preocu-pación.
¿Piden realmente los mercados ajustes y reformas, teniendo en cuenta que no funcionan?
Los mercados no saben lo que quieren. No hay un objetivo concreto. Buscan ganar dinero. Pero es posible que la especulación acabe por destruir el sistema.

Fuente: Attac - Madrid
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8.11.11

José Nun: “Los indignados también son un asunto nuestro”

En diálogo con Miradas al Sur, el ex secretario de Cultura subrayó la necesidad de cambiar las reglas a nivel internacional y advirtió sobre los efectos políticos de la crisis global.

"Ha habido un cambio muy profundo en el mundo y particularmente en el caso de Estados Unidos, que es el timonel del mundo capitalista. La tasa de inversión en los sectores productores de bienes y servicios de su economía ha caído en forma sistemática durante las últimas tres décadas. Hoy, sólo el 10% de su población económicamente activa trabaja en la industria”, subraya José Nun. El ex secretario de Cultura de la Nación afirma que una de la causa de la situación hay que buscarla en “la apertura internacional de sus empresas, que buscan mayores utilidades en países con mano de obra prácticamente esclava o con salarios irrisorios”. Su análisis también hace hincapié en voracidad del capital financiero: “Es por definición un capital impaciente que invierte en activos financieros para hacer utilidades rápidas. Además, la situación ha mantenido estancado el salario real y esto ha minado dos de los soportes fundamentales del credo norteamericano”, agrega Nun.

–¿A qué soporte se refiere?

–Primer pilar: el capitalismo se encarga de dar trabajo y, por lo tanto, el bienestar colectivo depende del empleo. Esto establece una diferencia entre lo que se llama el modelo norteamericano y el europeo, que le dio primacía, desde la Segunda Guerra mundial, a los llamados Estados de Bienestar. En Estados Unidos, en cambio, se le dio primacía al empleo, por eso la tasa de desocupación fue más baja y la protección social increíblemente menor que en Europa. Ahora bien, la economía norteamericana en los últimos treinta años casi no ha creado nuevos puestos de trabajo. Aquí hay un truco…

–¿Qué truco…?

–En 1994, Estados Unidos introdujo un cambio en el cálculo de la desocupación que consistió en eliminar de la medición a las personas que llevan más de un año desocupadas. Esto hace que en la actualidad se hable de una desocupación de entre el nueve y 10%, cuando en realidad supera el veinte, una tasa similar a la que registra España.

–¿Cómo saber si una persona busca trabajo o si no lo hace porque quedó encerrada en una matriz de exclusión?

–Es lo que se llama técnicamente el trabajador desalentado. Es la persona que se da cuenta de que gasta más en transporte para buscar un trabajo que sabe que no conseguirá que quedándose en su casa haciendo algunas changas. La gente que hace más de un año que busca trabajo está peor que el resto; sin embargo, no se la considera desocupada. Primer baluarte de la ideología norteamericana más común: al trabajo se llega a través del esfuerzo personal. Segundo baluarte: darle poca importancia a la desigualdad porque se consideraba que si el capitalismo daba trabajo y uno se esforzaba había iguales oportunidades para todos. Era lógico, entonces, que según sus capacidades o talentos, unos se enriquecieran más que otros. Es lo que se llamó el mito de los harapos a la riqueza y que tantas películas de Hollywood se encargaron de mostrar.

–La realidad es muy diferente…

–Ahora, lo que se ha venido a descubrir, cuando se pusieron en evidencia los escándalos vergonzosos ejercidos con protección política, es que muchos de los ricos de ninguna manera hicieron sus fortunas esforzándose, sino que la hicieron robando sistemáticamente, embarcados en esquemas tramposos de fraude. Entonces, la desigualdad se volvió insoportable. Esto es lo que precipitó la ocupación de Wall Street; un sitio simbólico del capitalismo que en la actualidad ha trocado en símbolo del desbarajuste que generaron los accionistas codiciosos, egoístas y que, después, trataron de solucionar de una manera muy peculiar.

–Un panorama sumamente complicado…

–La ocupación no crece. Por el contrario, lo que crece es el desempleo. Si le agregamos que el salario real ha estado estancado, si le añadimos que desde 1973 hasta 2007 el 1% de las familias más ricas americanas se apropió del 60% del crecimiento de la riqueza y el 90% de los norteamericanos consiguió el 9%, la resultante es que el mercado interno tiene que estrecharse mucho; es decir: que baja la demanda porque la gente no tiene cómo comprar. Ahí es donde vino una orgía desregulatoria fenomenal, permitiéndole a los bancos algo que no se le permitía desde 1933: que aun teniendo depósitos asegurados pudieran hacer inversiones de riesgo. Entonces, se lanzaron alegremente a ofrecer créditos y, sobre todo, créditos hipotecarios baratos, a pesar de que las propiedades que los respaldaran valiesen muy poco. En estas condiciones, efectivamente, la gente se endeudó mucho y se generó demanda. Argentina tiene una deuda externa que equivale a menos del 50% de nuestro producto bruto interno. En Estados Unidos equivale al 390%. ¿Gracias a qué…? A que Estados Unidos fabrica dólares y nosotros no.

–Me viene a la memoria una fotografía que ganó un premio hace dos años. En ella se ve a dos policías estadounidenses que con una orden judicial entran, empuñando las armas como si estuvieran buscando terroristas, a la casa de una familia que no podía pagar la hipoteca. Años atrás, la foto que ganaba un premio era una de Sudán, con un cuervo cerca de una niña desnutrida…

–Es el doble movimiento que alimenta tan fuertemente la indignación. Por un lado, cuando se desata la crisis en 2008, los bancos comienzan las ejecuciones. A la vez, los trabajadores son echados a las calles por millones, y los propietarios medianos y pequeños se quedan sin sus casas… A los de abajo les va peor que nunca, pero sus victimarios logran cuantiosos rescates del gobierno que son usados, en una medida muy significativa, para darles a los ejecutivos las bonificaciones más altas de la historia. American International Group era la aseguradora más grande del mundo, entró en crisis y obtuvo 160 mil millones de dólares de dineros públicos como rescate.

–Quebró lo mismo...

–Así es. Sin embargo, antes de quebrar, sus directivos tuvieron la precaución de repartirse 450 millones en bonificaciones. Otro caso es el de Merrill Lynch, que llevaba perdidos 15 mil millones de dólares. El banco Bank of America se hizo cargo a cambio de que el Estado le diera 20 mil millones para enjugar las pérdidas. Acto seguido, repartió casi mil millones entre sus ejecutivos como premio por sus talentos. Y esto la gente lo ve, lo lee y explota, estalla... ¿Qué dice Obama…? “Los entiendo perfectamente”. ¿Qué dice el Premio Nobel de economía, Paul Krugman..? “Wall Street es culpable del peor desastre económico y político de la historia americana”. ¿Pero qué dice uno de los principales precandidatos republicanos a la presidencia como Mitt Romney…? “Ha comenzado la lucha de clases”.

–Lo que uno podría llamar en términos antiguos conciencia de clase de los poderosos.

–Exactamente. Rommey dice “empezó la lucha de clases”. No lo dijo la gente que está acampando frente a Wall Street. Giovanni Agnelli lo dice en 1919 en Turín, donde estaba la fábrica principal de la Fiat. ¿Por qué? Porque ha comenzado el movimiento de los consejos de fábrica que se reúnen para discutir las condiciones de trabajo, el salario... Agnelli dice “comenzó la lucha de clases” en el mismo año en que un señor que se llamó Benito Mussolini comienza a crear los fascios italianos. El desemboque no fue el socialismo, el desemboque fue el fascismo.

–Sin embargo, el Tea Party no es exactamente asimilable al fascismo…

–No lo es. Ni siquiera tiene la consistencia ideológica relativa que tuvo el fascismo. Pero, sin duda, es la ultraderecha y lo que preconiza es la liquidación del Estado, la eliminación de toda protección social. Además, viene creciendo fuertemente. Entonces, con sus mutaciones de lugar, de tiempo, parece que es una historia que se repite y sería bueno que intentáramos aprender las lecciones que se desprenden de lo que pasó en Europa.

–¿Qué lectura hace de la reunión entre Barack Obama y Cristina Kirchner?

–Creo que acaba de quedar en evidencia una puja interna entre dos sectores. Los que quieren que volvamos a la situación anterior; es decir: que nos amiguemos con el Fondo Monetario y con los bancos para que tengamos, por un lado, condicionalidades y, por el otro, pagándole al Club de París, acceso al crédito internacional. Frente a eso está la otra posición que quiere “vivir con lo nuestro”. Creo que de lo conversado con Obama dependerá un poco el rumbo que se adopte. No obstante, lo que me interesa plantear es una pregunta…

–¿Qué pregunta?

–¿Hasta qué punto nos interesa lo que pase en Estados Unidos? Porque los indignados son también un asunto nuestro. Hay que cambiar las reglas del juego y para cambiarlas se necesita que prospere el movimiento de los indignados. De lo contrario, la amenaza del ascenso al poder de los republicanos y los demócratas de derecha se traducirá en un ajuste terrible. Esto haría que Estados Unidos ingresara en un largo período de estancamiento. Lo que está sucediendo en Estados Unidos ocurrió, a otra escala, cuando estalló la burbuja en Japón en 1990, un país que veintiún años después no se repuso. Estados Unidos corre ese riesgo. Si eso ocurre, China sufrirá un duro impacto porque tiene el 10% de una deuda nacional estadounidense que podría transformarse en impagable. Además, China exporta muchos bienes industriales a Estados Unidos y un tercio de su mano de obra está ocupada en el sector de exportaciones industriales. Pero no sólo sufrirá China, también Brasil sufrirá, porque está muy ligado a Estados Unidos, ya que el 20% de sus exportaciones tiene como destino ese país. A su vez, el 40% de nuestras exportaciones industriales van a Brasil. No es cierto que la Argentina esté blindada.

Reportaje de Eduardo Anguita al politólogo José Nun, para Miradas al Sur
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21.10.11

Goldman Sachs, o el lucro obsceno del Poder Financiero internacional...



El mundo está atravezando la peor crisis económica y financiera de la historia, con millones de desocupados, industrias destruídas, más de mil millones de personas en la indigencia... Sin embargo, a los cuervos de las finanzas les importa menos que pisar una hormiga. Ya lo había demostrado uno de estos "brockers" ingleses que decía por poco que amaba esta crisis porque le permitiría ganar muchos millones en muy poco tiempo. Ahora es el turno del sinceramiento cínico de un monstruo de esos que hace décadas pisan muy fuerte las cabezas de los pueblos: Goldman Sachs (que por otra parte, hace 2 o 3 años recibió miles de millones de dólares del Estado norteamericano para salvarlo de la quiebra)

La siguiente es una carta publicada el lunes 17 de octubre por Lloyd Blankfein, el presidente del gigante bancario Goldman Sachs, a sus inversionistas:

Estimado Inversionista:

Hasta ahora, Goldman Sachs ha guardado silencio sobre el tema del movimiento de protesta conocido como Ocupar Wall Street (Occupy Wall Street). Eso no significa, sin embargo, que no ha estado en gran medida en nuestras mentes. Mientras miles de personas se han reunido en el Bajo Manhattan (Lower Manhattan), para expresar apasionadamente su profundo descontento con el status quo, hemos tomado nota de estas protestas. Y nos hemos hecho esta pregunta:

¿Cómo se puede hacer dinero de esto?

La respuesta es el recién lanzado Goldman Global Rage Fund, cuyo objetivo de inversión es obtener beneficios económicos del Ocupar Wall Street y de las protestas callejeras que se extienden por todo el mundo. En Goldman, reconocemos que el sistema capitalista como lo conocemos se está yendo al desagüe - pero hay un montón de dinero que se hará en el camino descendente.

Los Rage Fund buscarán oportunidades para invertir en productos que estén listos para obtener benficios de la generalización de las protestas, desde los bastones de la policía y las barricadas, hasta las pistolas paralizantes y los vendajes para la cabeza. Además, como los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes serán cada vez más violentos, estamos haciendo apuestas importantes en las empresas que fabrican repuestos para las ventanas rotas y los coches volcados, así como las materias primas necesarias para la construcción y la incineración de las estatuas.

Sería tentador, en un momento como este, decir "Que coman pastel." (En inglés: “Let them eat cake.”) Pero en Goldman, estamos buscando activamente acaparar el mercado de futuros de las tortas. Proyectamos que a través de nuestra manipulación agresiva del mercado, el precio de un pedazo de la torta se cuadruplicará a finales de 2011.

Por favor, póngase en contacto con su representante de Goldman para obtener un folleto completo. Mientras el mundo cae en una darwiniana "Sálvese quien pueda", el Goldman Sachs Rage Fund es una gran manera de decirle a los manifestantes, "Ocupá esta" (En inglés: “Occupy this.”, o lo que conocemos mejor: "Fuck you"). No nos hemos sentido tan bien sobre algo que hemos vendido desde nuestras almas. (Esta última frase la interpreto como que quieren decir que "desde lo profundo de su alma(?)" creen que es lo mejor que le pueden ofrecer a sus inversores)

Sinceramente,

Lloyd Blankfein

Presidente, Goldman Sachs



Traducido de:Borowitz Report
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8.10.11

Los "Defaults" en el Capitalismo: No son una excepción, más bien son la norma...

Defaults

En una muestra de 66 países de los cinco continentes, que representan el 90 por ciento del PBI mundial, se relevó que en el período 1800-1945 se registraron 127 episodios de default, con una duración promedio de 6 años. En los años que van de 1946 a 2006, la interrupción en el pago de deudas se repitió 169 veces, de lapso medio de 3 años. Ese inventario también abarcó de 1300 a 1799, cuando países europeos considerados hoy muy ricos (Alemania, Francia) contabilizaron varios acontecimientos de cesación de pago, al igual que Austria, España y Portugal. Estados Unidos no declaró formalmente un default pero alteró en dos oportunidades la paridad del dólar con el oro (1933 y 1971), lo que implicó pagar su deuda con una moneda depreciada, que en los hechos significó una quita de capital a los acreedores. Este recorrido histórico forma parte de una investigación apabullante de cifras e indicadores de los economistas Kenneth Rogoff (ex economista jefe del FMI) y Carmen Reinhart (ex vicepresidente del banco de inversión Bear Stearns) en “Ocho siglos de crisis financieras. Historia mundial de los defaults”. Es un libro oportuno en momentos donde el temor al default de deuda de economías europeas provoca fuertes oscilaciones en las cotizaciones de activos financieros y puede sumergir a las potencias en una nueva recesión. La perspectiva histórica ofrece un análisis más sereno en un escenario de incertidumbre y desmorona afirmaciones ligeras vinculadas con lo que representa un default, en particular con la cercana experiencia argentina.

Rogoff advierte que “los inversores, como los funcionarios y líderes políticos, generalmente ignoran las muchísimas experiencias históricas de crisis financieras. Y los pocos que tienen una mínima noción de lo sucedido en otras épocas muy a menudo dicen: ‘esta vez es diferente...’”. Junto a Reinhart han registrado los defaults de deudas externas de 66 países: 13 africanos, 18 latinoamericanos, 12 asiáticos, 19 europeos, además de Norteamérica y Oceanía. En una de sus conclusiones afirman que “los defaults en serie siguen siendo la norma” a lo largo de la historia, destacando que entre 2003 y 2007 no hubo esos episodios pero que no es motivo para alegrarse porque fue “un típico respiro, una típica tregua, luego de una larga crisis”, y que desde entonces se ha iniciado una nueva ola.

En esa investigación se observa como factor distintivo que los defaults recorren toda la historia del capitalismo. Ocurrieron en diferentes etapas, desde la formación de los Estados nacionales, el mercantilismo, el capitalismo moderno hasta la globalización financiera. Una de las características que destacan es que “el fenómeno de los defaults más bien pareciera un rito de pasaje universal para casi todos los países mientras transitan el camino desde la condición de emergente a la de Estados desarrollados”. Ponen como ejemplo a Francia, que defaulteó los pagos de su deuda externa 8 veces entre 1558 y 1788, mientras que España lo hizo 6 veces entre 1557 y 1647. En esa época los defaults eran tan usuales que los reyes franceses ejecutaban a sus acreedores (bloodletting) como estrategia para “reestructurar deudas”. El ministro de Finanzas francés Abbe Terray entre 1768-1774 reivindicó que los gobiernos deberían defaultear una vez cada cien años, a fin restaurar el equilibrio. Con esos antecedentes, afirman que “no sería justo calificar a ninguno de los mercados emergentes de hoy con el título de defaulteador serial”.

Desde 1800 los datos son más completos, lo que les permitió agrupar los episodios de cesación de pago en cinco ciclos:

- El primero es durante las Guerras Napoleónicas, período que fue muy importante puesto que solo en el peor momento de la crisis de la deuda de 1980 se aproxima a los niveles de defaults de comienzos de 1800.

- El segundo va de 1820 hasta finales de 1840, cuando cerca de la mitad de todos los países del mundo estaban en default, incluyendo a todos los de América latina.

- El tercer capítulo arrancó a principios de la década de 1870 y duró aproximadamente dos décadas.

- El cuarto comenzó con la Gran Depresión de los años ’30 del siglo pasado y se extendió hasta principios de la década del ’50. En estos años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial se produjo el pico más grande en la historia moderna, cuando los países que no pagaban o estaban reestructurando sus deudas representaron el 40 por ciento del Producto mundial. Esto se explica por la guerra pero también por el arrastre de la crisis económica del ’30.

- La etapa más reciente fue entre los años ’80 y ’90 en los países en desarrollo, con el caso argentino como el más notable.

Si bien es el incumplimiento de deuda más reciente y estruendoso por su magnitud, en el estudio de Rogoff y Reinhart se revela que Argentina no se encuentra al tope de los países defaulteadores de la región. Desde su independencia al 2006, Argentina defaulteó 7 veces; Brasil lo hizo en 9 oportunidades; México en 8; y Venezuela en 10. También se precisa que Ecuador, México, Perú, Venezuela y Nicaragua estuvieron en cesación de pagos o reestructurando deudas más del 40 por ciento de los años transcurridos desde que lograron la independencia. Argentina, 32 por ciento. En Europa, España defaulteó el record de 13 veces; Alemania y Francia lo hicieron 8 veces cada uno. Grecia, 5 desde 1829, pero más del 50 por ciento de los años estuvo en default o reestructurando.

Pocos países no han defaulteado formalmente: Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Nueva Zelanda, Australia, Bélgica, Suecia, Noruega, Dinamarca, Finlandia, Corea del Sur, Singapur. De todas formas, algunos de ellos defaultearon de hecho, como Estados Unidos. Lo hizo cuando rebajó el contenido de oro de la moneda en 1933 o cuando suspendió la convertibilidad en el siglo XIX durante la Guerra Civil y luego otra vez más y definitiva en agosto de 1971.

Una de las enseñanzas más contundentes que Rogoff y Reinhart extraen de su monumental investigación es “la impresionante correlación entre la libre movilidad del capital y la ocurrencia de crisis bancarias”. “Los defaults son altamente sensibles a los vaivenes de los flujos de capitales”, indican, lo que revaloriza una estrategia de desendeudamiento y marginación del mercado financiero internacional, conducta que transita a contramano de la evolución histórica de los países en un contexto de abundancia de capitales que induce a un sobreendeudamiento. Este proceso desembocó en crisis por algún shock externo (suba de la tasa de interés, baja de las materias primas o crisis de deuda en las potencias) y pone en evidencia la vulnerabilidad de esas economías.

En esta instancia resulta un valioso complemento el análisis del economista de formación marxista Rolando Astarita, que explica en su blog que “los defaults han permitido restablecer el curso de la acumulación a lo largo de prácticamente toda la historia del capitalismo”. Agrega que ésta “está marcada por períodos de intensa acumulación, que llevan a la sobreexpansión, empujada por el crecimiento del crédito y el aumento de los flujos de capitales”. Las crisis bancarias se deben a que las fases alcistas son seguidas por crisis de sobreproducción, con violentas caídas de los precios y los valores. “La acumulación de deudas por parte de los gobiernos, y su posterior liquidación violenta, no es ajena a esta dinámica”, apunta, puesto que “los defaults de las deudas externas de los gobiernos forman parte de las desvalorizaciones de capitales, que acompañan toda crisis”. El repudio de las deudas o su pago con moneda depreciada son las vías por medio de las cuales se realizan esas desvalorizaciones. Por esto también, en determinado punto, se acuerda que la única salida para restablecer la acumulación del capital pasa por el default y la reestructuración de las deudas. Sucedió en Argentina en 2001 y es lo que se vislumbra hoy para Grecia.

Como dicen Rogoff y Reinhart en el último párrafo de la investigación, pensar que Grecia u otro país europeo “nunca más defaultearán porque ‘esta vez es diferente’ debido a que ‘esta vez está de por medio la Unión Europea’ podría revelarse en cualquier momento, no necesariamente en el largo plazo, como una inferencia poco feliz. Como tantas otras de la historia financiera mundial”.

Por Alfredo Zaiat

Fuente: Pagina 12
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21.9.11

Representación gráfica de la deuda de los EEUU: De terror...

Todo el mundo sabe ya la elefantiásica deuda que tienen los Estados Unidos. Son números que difícilmente podamos leer a primera vista. Debemos pensar bien la cantidad de ceros que lleva para representar el número en nuestra cabeza. Pero es infinitamente más impresionante si se compara el volúmen de billetes de 100 dólares necesarios para alcanzar la cifra total y, a su vez, si esa representación volumétrica se la ubica junto a artefactos y construcciones bien conocidas por todos, lo que vemos es algo que nos dejará con la boca abierta.

Vean lo que debe la supuesta "Potencia Nº 1" del planeta y pensemos: ¿cómo pretenden saldar esa deuda? ¿A qué costo para el resto del mundo? ¿Cuántas guerras más inventarán para poder financiarse con la venta de armas y la expoliación de riquezas ajenas?

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Cien Dólares ($ 100) El billete más falsificado en el mundo.
Mantiene al mundo en movimiento.


Diez Mil Dólares ($ 10.000) Suficiente para unas buenas vacaciones o para comprar un auto usado.
Aproximadamente un año de trabajo para el ser humano medio en la tierra.



Un Millón de Dólares ($ 1,000,000) No es tan grande cómo lo pensaba, ¿no?
Sin embargo este paquete significa 92 años de trabajo para el ser humano medio en la tierra.


Cien millones de dólares ($ 100 millones) suficiente para todos.
Encaja perfectamente en un palets tamaño estándar (Norma ISO / Militar)



Mil millones de dólares ($ 1000 millones) Si se pretende robar esta suma de un banco se necesita algo de ayuda. La comparación comienza a preocupar.
Un billón de dólares ($ 1.000.000.000.000) Si usted gasta 1 millón de dólares al día desde el nacimiento de Jesús, no habría gastado US $ 1 billón. Sin embargo ahora 700 mil millones de dólares es la cantidad que la banca de EE UU. tiene de rescate.

Cuando el gobierno de EE.UU. habla de un déficit del 1,7 billones de dólares es este el volumen de dinero prestado al Gobierno de los EE.UU. en 2010 para funcionar por sí mismo.

Tenga en cuenta que es el doble de palets apilados de 100 millones de dólares cada uno, lleno de billetes de 100 dólares. Usted va a necesitar un montón de camiones de carga para todo esto.


Un billón de dólares ($ 1.000.000.000.000) La comparación de $ 1.000.000.000.000 de dólares es con el tamaño de un campo de fútbol americano o una cancha de fútbol europeo.

Da la bienvenida a la aeronave Boeing 747-400 transcontinental que se oculta a la derecha. Esto fue hasta hace poco tiempo el avión de pasajeros más grande del mundo.


15 billones de dólares ($ 15.000.000.000.000) La Estatua de la Libertad parece bastante preocupada, como los Estados Unidos, ya que la deuda nacional es más del 20% del PIB sumado de todo el mundo (Producto Interno Bruto).

En 2011 la deuda pública superará el 100% del PIB (de EEUU), y adentrarse en el 100% + de la deuda respecto al PIB que el PIIGS europeos (quiebra de las naciones).


Dar clic sobre la imagen para ver detalles



114,5 billones de dólares ($ 114.500.000.000.000) EE.UU. pasivo no financiado.

A la derecha se puede ver la columna de paquetes de 100 dólares comparada con (los enanos) edificios WTC y el Empire State Building que son considerados los edificios más altos del mundo. Si se fijan bien se puede ver la Estatua de la Libertad.

Los 114,5 billones de dólares de super-rascacielos es la cantidad de dinero que el Gobierno de los EE.UU. sabe que no tiene para financiar en su totalidad el Medicare, programa de recetas médicas de drogas.













 


Fuente: Reserva Federal y www.USdebtclock.org (visitar para ver la deuda en tiempo real y obtener una mejor comprensión de este número increíble)

El pasivo flotante se calcula por el impuesto corriente y entradas de fondos y futuros cambios demográficos en la población de EE.UU.

Nota: En la imagen 114.5T por encima del tamaño de la base de la pila de dinero es la mitad de un trillón, no 1T como en la imagen 15T. La altura es el doble. Esto se hizo para reflejar la base del Empire State y el WTC más de cerca.

Todo el mundo tiene que ver esto.

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Publicado en Diario Registrado
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9.9.11

La represión que viene

Nuestras democracias siempre han alardeado del respeto a las libertades. No garantizaban trabajo, ni alimentación como pretendían los sistemas socialistas, pero se nos decía que disfrutábamos de unas libertades reprimidas en los países comunistas. Un ejemplo del que se sentían muy orgullosos era de la libertad en internet. Sin embargo estamos comprobando que las libertades sólo se nos permiten si no hace peligrar el control de los poderosos. En el Reino Unido el gobierno estudía impedir que la gente se comunique a través de las redes sociales cuando haya disturbios, decretar toques de queda o prohibir el uso de máscaras, capuchas o gorras que oculten el rostro (El País, 11-8-2011). Fueron detenidas decenas de personas por el uso de estas redes. Un tuit de la comisaría del condado del Gran Manchester rezaba así: "Si has estado usando las redes para incitar al desorden, muy pronto llamaremos a tu puerta". Después de los disturbios las autoridades británicas prohíbieron todas las protestas en las calles de Londres durante 30 días. Entre los detenidos se encontraron menores por robar trece paquetes de chicles y 21 chocolatinas (El País, 12-8-2011). otro dato de importancia que es bueno saber es que en el Reino Unido han muerto desde 1998 333 personas mientras estaban bajo custodia policial (Público, 14-8-2011). En ese país es más fácil morir cuando estás en manos de la policia que por un atentado terrorista.

En la ciudad estadounidense de San Francisco las autoridades ordenaron a las empresas de telecomunicaciones cortar el servicio de telefonía celular dentro de sus instalaciones de transporte, debido a que se llevaría a cabo una protesta por el asesinato un ciudadano a manos de la policía (Rebelion.org, 17-8-2011). De esta forma impedían la coordinación de los manifestantes.
En Berlín siete personas fueron detenidas (Diagonal, 28-8-2011) al tratar de acampar en una de sus céntricas plazas en la línea de protesta del 15-M español.
En Madrid, la red informática municipal instaló en las bibliotecas públicas un filttro que impedía acceder a las páginas de "activismo" político relacionado con el 15-M como tomalaplaza.net o democraciarealya.es (El País, 10-8-2011). En cuanto a la televisión, el Partido Popular ya ha insinuado que destituirá a la periodista Ana Pastor del programa 'Los desayunos de TVE' (Público, 12-8-2011) tras haber tenido algunas diferencias con políticos de ese partido. A todo ello podemos añadir esas imágenes de represión y violencia policial que algunos creían que sólo correspondían al franquismo.
Llevaban años denunciando que China bloqueaba páginas de internet, que Venezuela sustituía periodistas de sus televisiones, que Cuba impedía concentraciones en las calles y ahora resulta que es nuestros propios países donde sucede todo eso. Ni en Venezuela prohiben las redes sociales, ni en Cuba disuelven manifestaciones a porrazos, ni en China prohiben las gorras para poder identificar a los ciudadanos.
El mercado necesita un estado debil para poder imponer su política económica, pero fuerte para recurrir a la represión y la violencia cuando los ciudadanos se rebelan. O sea, el regimen de Pinochet que cada vez se parece más al nuestro.

Fuente: Pascual Serrano
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23.12.10

La Unión Europea y los «hedge funds»: ¿regulación o abandono del territorio europeo?

La Unión Europea acaba de adoptar, a bombo y platillo, una reglamentación des hedge funds destinada a limitar el riesgo sistémico que representan para la economía. En realidad, según observa Jean-Claude Paye, la nueva directiva está llena de huecos y tendrá un efecto inverso al anunciado. Su verdadero objetivo no es otro que garantizar el control de los fondos europeos mientras que abre la puerta a los fondos estadounidenses, que son los que tendrán la posibilidad de especular sin límites, en detrimento de los europeos.

La City de Londres, caballo de Troya de los depredadores capitalistas estadounidenses dentro de la Unión Europea.
 Al contrario de lo que sucede con las instituciones financieras, como bancos, compañías de seguros y grupos de inversiones que recurren públicamente a los fondos de ahorro, no existen sistemas específicos de control para los hedge funds. Estos últimos pueden utilizar absolutamente todas las dispensas y excepciones previstas en los textos reglamentarios.
Sin embargo, si los fondos especulativos no son la causa de la actual crisis, causa que se encuentra más bien en el relajamiento de las condiciones del crédito bancario y la creación de moneda a la que da lugar, el riesgo sistémico que los hedge funds implican para el sistema financiero en su conjunto ha salido a la luz. En efecto, para importantes resultados recurren a un efecto de palanca. Piden préstamos masivos a los bancos para compensar la debilidad de su propia apuesta lo cual, en caso de producirse algún problema, multiplica los desequilibrios.
Al no establecer un marco que limite la posibilidad de endeudarse y de crear burbujas financieras, la Unión Europea evita abordar el principal problema. La directiva sobre los hedge funds designa formalmente un chivo expiatorio: los fondos especulativos. Sin embargo, la directiva no mejora la vigilancia sino que, por el contrario, elimina de hecho las posibilidades de control por parte de las autoridades nacionales.

Una regulación engañosa

Este proyecto simplemente aparente ejercer un control sobre los hedge funds [1] y no establece ningún tipo de vigilancia a nivel comunitario. Por el contrario, la directiva extiende el nivel nacional de acreditación de dichos fondos al permitir que los organismos domiciliados en un Estado miembro tengan acceso, sin autorización de cada autoridad nacional, al conjunto de territorios nacionales que componen la Unión Europea. Contrariamente al efecto anunciado, el texto refuerza a la nación dominante en el plano financiero y, por consiguiente, la posición de la City londinense, que administra la mayor parte de los fondos especulativos ubicados en suelo europeo.
También se presenta esta directiva como un instrumento de la lucha contra los paraísos fiscales cuando, en realidad, a través de la City, lo que hace es abrirles la puerta de la Unión Europea sin ningún control por parte de los Estados miembros, fuera de las complacientes regulaciones de las autoridades inglesas.
Después de su aceptación, el 26 de octubre [2], la proposición sobre la directiva AIFM (Alternative Investment Fund Manager) [3] fue finalmente aprobada en el Parlamento Europeo el 11 de noviembre de 2010.
Se pide a esa asamblea que legitime un texto marco que extiende poderes discrecionales a la Comisión. La directiva deja un gran margen de maniobra a la Comisión en cuanto a determinar o no precisar los puntos clave de la legislación, como la determinación de los niveles máximos de palanca, los procedimientos de evaluación, las restricciones en las operaciones de ventas al descubierto y todo ello en el momento de la entrada en aplicación de la directiva así como después de su instalación [4]. Se trata, para el Parlamento, de extender un cheque en blanco a la Comisión, así como a la «autorregulación» del sistema financiero.
El texto impone formalmente un marco europeo a los hedge funds, al instaurar un «pasaporte» que permite la comercialización de los fondos en toda la Unión Europea, sin tener que obtener una autorización en cada país.
Los administradores europeos podrán comercializar libremente sus fondos a partir de 2013. Se concederá el pasaporte a los organismos offshore (fuera de fronteras) en 2015. Sólo se le concederá a los vinculados a países firmantes de acuerdos de cooperación fiscal y de lucha contra el lavado de dinero.
La cuestión del «pasaporte» era el tema central de las negociaciones sobre la directiva AIFM. Esas negociaciones comenzaron hace año y medio entre la Comisión Europea, el Consejo y el Parlamento Europeo. El conflicto enfrento formalmente al Reino Unido, reticente a toda forma de regulación de los hedge funds, a Francia y el Parlamento de la Unión Europea.

Una llave que da acceso a todo el conjunto del mercado europeo

El pasaporte da acceso a todo el territorio europeo en su conjunto, pero dependerá única y exclusivamente de autoridades nacionales de supervisión. Lo entregará la Autoridad de Supervisión del país de origen, cuando esta última esté acreditada por la futura Autoridad de Regulación Comunitaria de los Mercados Financieros (ESMA), que a su vez entrará en funciones a principios de 2011. La ESMA manejará además el registro de administradores de fondos autorizados a operar en la Unión Europea, dispondrá de autoridad para servir de árbitro en los conflictos entre autoridades nacionales sobre la naturaleza de un fondo y las garantías que proporciona.
Como toda plaza financiera situada en un Estado miembro de la Unión Europea, la City de Londres, donde están domiciliados entre un 70 y un 80% de los hedge funds, dependerá únicamente de la estructura británica de control.
De esa manera, en vez de conformar un marco regulador europeo, la directiva favorece la competencia entre los Estados miembros de la Unión Europea. Nada impide a los administradores escoger el país donde van a registrarse en función del grado de tolerancia que les ofrecen las autoridades nacionales.
Los administradores de fondos están ahora obligados a definir una palanca de endeudamiento máximo. Esa información se transmite a las autoridades nacionales del país europeo donde está registrado el administrador. Pero no hay nada en la directiva que obligue a la autoridad nacional a actuar cuando se considera que la palanca es excesiva. Y la ESMA, el regulador europeo de los mercados financieros, tampoco dispone de autoridad para obligar a la autoridad nacional a tomar medidas.
La directiva no establece los medios que permitirían controlar realmente el nivel de endeudamiento, aunque es precisamente el nivel de endeudamiento lo que da origen al riesgo sistémico que crean los fondos especulativos. Estos últimos poseen, en efecto, muy pocos capitales propios y recurren a los bancos para obtener préstamos masivos. La resultante es una acción cuya repercusión sobre los mercados, en comparación con la [modesta] envergadura de sus capitales, es realemente excesiva.
En realidad, la directiva no modifica el mecanismo de endeudamiento. Simplemente obliga a los fondos especulativos a comunicarlo a sus autoridades de control, sin obligar a estas últimas a intervenir en caso de que surja algún problema. Se trata, sobre todo, de mantener la independencia del conjunto del sistema financiero. Como señala Guido Bolliger, chief Investment Officer de Olympia Capital Management [5]: «en vez de recurrir a una directiva, hubiese sido más sencillo limitar el efecto de palanca que los bancos de inversiones pueden imprimir a los hedge funds aumentando la carga de capital en la palanca acordada para las operaciones de prime brokerage

Un predominio de las finanzas anglosajona

Una disposición del acuerdo está siendo presentada como un medio de lucha contra los paraísos fiscales. Los fondos especulativos situados en países que no garanticen un intercambio activo de información, específicamente de información fiscal, no podrán comercializarse en la Unión Europea. Se trata de una cuestión importante cuando se sabe que el 80% de los hedge funds están situados en centros fuera de fronteras.
Sin embargo, debido a las presiones de Londres, el texto final limita el campo de la directiva a la llamada comercialización «activa». Eso significa concretamente que nada impedirá a un inversionista europeo, un banco, una compañía de seguros o un organismo colectivo de inversiones comprar porciones de fondos situados fuera de la Unión Europea que no hayan obtenido el pasaporte europeo por no respetar algún criterio de la directiva. Esa disposición abre por lo tanto el acceso al territorio europeo a los capitales depositados en paraísos fiscales relacionados con la City, como los territorios anglonormandos y las Islas Caimán o, por ejemplo, los que se encuentran bajo la administración directa de Estados Unidos, como el Estado de Delaware en los EEUU.
Se trata de una violación del espíritu de la legislación ya que, en ese caso, no se transmitirá ningún tipo de información a los reguladores, que no podrán por lo tanto evaluar el riesgo al que se exponen los «inversionistas» europeos. Pero se trata, sobre todo, de un nuevo abandono de los países miembros de la Unión Europea frente al poderío de las finanzas anglosajonas. Y no será la posibilidad, puramente formal, que se reconoce a cada Estado de la Unión Europea de presentar un recurso ante la ESMA, en caso de que surjan diferencias entre la autoridad y un tercer país, lo que logre modificar la correlación de fuerzas.
Esta directiva se inscribe también en la estructuración de los mercados financieros, revelada por el G20 fe abril de 2009 sobre «la lucha contra la defraudación fiscal» [6], o sea en la legitimación del control anglosajón sobre el sector financiero europeo. Sin embargo, si la supremacía de la City en la Unión Europea, en lo tocante a la administración de los fondos especulativos, resulta abrumadora (el 80% de la industria de esos fondos es británica cuando Francia dispone sólo de un 5%), hay que relativizar ese poderío.
Los fondos ingleses representan 212 millardos [1 millardo = mil millones. NdT.] de dólares, relativamente a un monto de 1 000 millardos para los situados en Estados Unidos. Por lo tanto, la plaza londinense parece ser ante todo el caballo de Troya de los Hedges funds estadounidenses.

Jean-Claude Paye

Sociólogo. Últimas obras publicadas: Global War on Liberty, Telos Press, 2007; El Final Del Estado De Derecho: La Lucha Antiterrorista: Del Estado De Excepción A La Dictadura, Argitaletxea Hiru, 2008.

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2.10.10

Participación (Por Sandra Russo)


En medio de la estupefacción por el golpe finalmente abortado en Ecuador, cuando el desenlace era todavía incierto y lo vi asomarse a Correa por ese balcón del hospital, aflojándose nerviosamente el nudo de la corbata y gritando desencajado “¡Aquí tienen al presidente! ¡Mátenmme!”, se me cruzó por la cabeza un helicóptero.

La asociación vino porque al principio la situación era ésta: amotinamiento y sedición policial, e inmediatos saqueos a bancos y comercios, para reforzar la justificación de nuevas autoridades. El restablecimiento del orden es la justificación por excelencia de cualquier golpe de Estado. En 2001 vimos un helicóptero abandonar la Rosada, mientras recién se empezaban a contar los muertos civiles sobre los que cargó la policía.

Las circunstancias han cambiado mucho. Tanto como el trecho político y moral que se puede trazar entre figuras como Rafael Correa y Fernando de la Rúa, y la forma de hacer política que los dos representan.

En Ecuador hubo una hilacha de los ’70, con una fuerza de seguridad desacatando la Constitución, ejerciendo violencia física contra el presidente, y una hilacha de estos nuevos golpes blancos, que ya no engañan a nadie: la oposición ecuatoriana que salió a “defender la democracia” instando a Correa a pactar el veto de la ley del escándalo para finalizar su secuestro es claramente golpista. Todos los que excusándose en el presunto y siempre cacareado “populismo autoritario” de Correa usaron esas horas terribles para “comprender” la actitud policial y sugerir promesas de amnistía o llamado a elecciones son golpistas. Los medios de comunicación privados que se replegaron para desinformar sobre la situación del presidente y volcaron sus coberturas a los saqueos son golpistas.

En la resistencia de Correa, en su decisión de amparar su gobierno con su vida, uno puede leer tantas cosas... Esta región es fuerte, está acechada pero es fuerte. Y tiene hoy más que nunca razón Correa cuando se aferra a la alegría como eje de una enorme voluntad colectiva de cambio. Hemos presenciado cómo se movilizaron, cómo pusieron alma y cuerpos esos sectores que defienden el modelo ecuatoriano, de la misma manera que lo hicieron y lo siguen haciendo los que repelieron el golpe en Honduras.

Las derechas y las izquierdas ya elaboran teorías sobre la “capitalización” por parte de Correa de la agresión vivida. Siguen girando en falso, sin tomar al toro por los cuernos, los que en lugar de debatir política se dedican a rellenar los casilleros del formulario que les han bajado: tenemos gobiernos que no respetan la institucionalidad y en consecuencia hay que voltearlos. La paradoja del golpista moderno. Una ideíta casi de marketing que los grandes medios regionales se ocupan de reforzar junto a las dirigencias tradicionales.

Pero lo bananero caducó. Es otra estirpe de presidentes la que nos toca. Pocas cosas me impresionaron más en la madrugada del sábado que escuchar a Alan García, que había resuelto con el colombiano Juan Manuel Santos cortar relaciones comerciales con Ecuador hasta que el poder no le fuera restituido a Correa.

“Aahhh, las cosas que inventan de Lula...”, dijo Lula da Silva en una conferencia de prensa. Me llamó la atención el tono, el “aahhh” como una queja, un lamento. Un tono visceral. Protestaba contra los grandes medios de Brasil. Esta semana también, en este diario, Eric Nepomuceno daba una semblanza sobre el comportamiento brutal que han tenido los grandes medios brasileños, difundiendo toda clase de denuncias sin chequear nada, mintiendo.

Las mentiras de los grandes medios están convirtiéndose en el principal ariete de las derechas para limar gobiernos democráticos. En Ecuador, los medios privados, ante el arribo de una nueva ley de medios, conspiran con los golpistas. Colaboraron para desinformar a las fuerzas policiales. Colaboraron abandonando las coberturas. Colaboraron por acción y omisión.

La “libertad de expresión” que reclaman los grandes medios y por la que tienen representantes legislativos, ¿incluye la alteración de hechos, la tergiversación de declaraciones textuales, la deformación ex profeso de los acontecimientos? Seguimos condenados a esa indefensión, porque la desinformación ostensible y maliciosa es indefensión.

En el patio trasero la rienda estuvo siempre tirante. Los excesos de los ’70 fueron sucedidos por la complacencia de los ’90. Hace medio siglo que en la región no surgían gobiernos fuertes y populares. No es nada casual que la mención de un gobierno fuerte y popular lleve inmediatamente a la idea de populismo autoritario. Como si hubiera que renunciar de antemano a la idea de un gobierno fuerte y popular, porque de eso no se puede esperar más que ese cliché. Uno se pregunta entonces cómo puede hacer un gobierno para ser popular, si no es fuerte.

Este es el punto en el que se cruzan todos los vientos. Es el prejuicio que se levanta como bandera solapada. Es aquello que se quiere disolver bañándolo en un sentido negativo. Y es, por otra parte, ya no un motivo, sino una causa por la que estas democracias buscan, con todo su derecho, ser participativas.

Fuente: Pagina 12
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1.6.10

‘El ajuste’, ¿qué es? (Por Santiago Niño Becerra)



Introducción. Conocemos como ha ido el proceso: a fin de superar el agotamiento del modelo de crecimiento allá por los 80 de los 1900, ilustración se puso en marcha un proceso muy ingenioso basado en conceder capacidad de endeudamiento prácticamente ilimitada a todo el mundo: a quienes nada justificaba que la tuviesen debido a que ridículo era el valor que generaban, y a dársela en proporciones gigantescas a quienes si lo estaba.

A los primeros se le dio a fin de mantener contenidos sus salarios y para que con la ilusión pudieran llegar a donde de otro modo no hubieran podido: ¿a quien no le gusta usar una corbata o un foulard de Hermes diferenta cada día?, a los segundos para que pudieran acudir con más asiduidad a la Avenue Montaigne. Podría decirse que fue el igualitarismo de otra manera.

Lo anterior tuvo que venir acompañado de una capacidad productiva creciente y de un comercio internacional al alza, capacidad productiva y comercio internacional que tenían que ser financiados: por el lado de las ventas, por el de las compras, por el de los superávits, y por el de los déficits. Y financiación que tenía que ser sostenida, asegurada y apalancada, es decir, financiada, superfinanciada e hiperfinanciada.

Y se creció, mucho, mucho: tomando como índice 100 el PIB equivalente de los países de la OCDE en 1987, en el año 2007 ese PIB había ascendido a 163,56, casi 64 puntos en veinte años, ¡no está nada mal!, pero ese crecimiento no fue gratis -¿algo lo es?-: una masa crecientemente monstruosa de deuda ha estado siendo la base sobre la que se ha estado construyendo este magnífico crecimiento económico; hasta que se ha llegado a un agotamiento físico, a una crisis sistémica, por imposibilidad -física- de continuar funcionando de tal modo.

Desarrollo. En Septiembre del 2007 todo comenzó a romperse, y tras ayudas, garantías, avales y rescates que han colocado la deuda pública y el déficit de los Estados y Entes Locales en niveles jamás vistos y nunca antes alcanzados (olviden la época de la conversión de la deuda que realizó en España el ministro Camacho), y después de asimilarse como posibles impagos generalizados de deudas privadas y bancarias, se han puesto en marcha ‘los ajustes’; los ajustes, y, ¿qué son?.

Un proceso de ajuste como cualquiera de los que se han puesto en marcha en el planeta o cualquiera de los que se van a poner en marcha en los próximos días (o de los que se van a continuar poniendo en marcha después), supone, por un lado, una marcha atrás, un desandar el camino, pero, por otro, un retroceso: como hay que ‘dejar de hacer’ con lo que no se gasta en eso hay que ‘hacer otra cosas’ -devolver, pagar, asegurar el retorno- el ajuste supone un empeoramiento: se va a menos o a mucho menos. En esencia el esquema es el siguiente.

En una primera fase se decrementa el gasto público, lo que afecta negativamente al crecimiento en un proceso de menor crecimiento: se crece menos en medio de una tendencia de crecer menos, por lo que los ingresos públicos decrecen al reducirse la recaudación fiscal fruto de la menor actividad económica. Estos menores ingresos públicos forzarán un menor gasto público hasta que se equilibre el binomio.

A la vez, la menor actividad llevará al menor consumo que ya vendrá de atrás: el desempleo del factor trabajo, al verse privado de crédito ya habrá reducido su consumo, reducción que se irá amplificando a medida que la menor actividad vaya yendo a más, y reducción que contribuirá a la caída de la recaudación fiscal y de los ingresos públicos. La mortandad de empresas crecerá al reducirse la financiación de los circulantes y al disminuir el consumo interno, por lo que la vía que quedará a las compañías que sobrevivan será la exportación.

Suponiendo que cada país del planeta pueda consumir lo que el resto del planeta le exporte (se habrán dado cuenta de que la solución de todas las economías no importa donde se hallen es la exportación: todo el mundo exportando a todo el mundo: un poco absurdo, ¿no?) una cuestión ha de ser resuelta: hay que ganar competitividad, para eso las empresas tienen que aumentar su productividad y aplicar dicha ganancia a sus costes a fin de reducirlos. Al ganar productividad se incrementará el desempleo, pero eso sucederá más tarde, se supone que no de golpe y su impacto será relativamente terrible porque ya se partía de una muy elevada tasa de desempleo, además, ¿para qué está el subempleo?, el problema es que economías como la española no pueden hacer eso debido al reducido valor añadido que generan, por lo que hay que aplicar otra vía.

Una ‘reforma laboral’ es esa otra vía. Se ponen en marcha una serie de cambios que reduzcan los costes laborales -no sólo los salariales- y se simplifican los requerimientos legales para reducir el stock de factor trabajo aunque su coste no se reduzca mucho: ‘las penas con pan son menos’; la suma de ambos factores hará ganar algo de competividad aunque muy poca, en cualquier caso no es exagerado suponer que, en algo, las exportaciones mejorarán. La reforma laboral puede venir acompañada -vendrá- de una reforma fiscal -no la que debería: para eso aún falta- a fin de contribuir a la reducción de costes y contribuir en algo a la mejora de competitividad.

Este camino llevará a un lugar en el que el déficit público -y regional, y local, y municipal- se reducirá, creando una ‘reserva’ de fondos -los ingresos públicos no gastados- para pagar deuda -pública- y para mostrar que se está en disposición de pagarla; ni de largo en las cifras barajadas, pero si para dar una imagen de ‘seriedad’ -de saber optimizar, en realidad, y utilizando uno de los conceptos que dentro de cuatro días se van a poner de moda- que permita seguir funcionando. (Existe otra alternativa: la práctica eliminación del gasto público que lleve a la sociedad a una época de miseria bíblica, pero no creo que las cosas sean llevadas hasta ahí).

Esta situación puede durar bastante tiempo -pienso que no menos de diez años: eso es lo que hasta ahora han durado las crisis sistémicas- con ligeras mejoras a medida que el tiempo vaya pasando, pero nada para tirar cohetes. Algo así como un ajuste permanente (pienso que lo más parecido que recientemente podemos encontrar como ejemplo es el llamado Período Especial vivido en Cuba en los años 90).

Cuando por fin oficialmente hayamos salido de ‘la crisis’, lo que veremos a nuestro alrededor será una generalizada pérdida de bienestar manifestada en un empobrecimiento enquistado que se habrá ido formando a lo largo de los años de ajuste y que la sociedad ya no abandonará debido a que la recuperación -el nuevo modelo sistémico- estará basado en la optimización, lo que supondrá importantes excedentes de factores productivos, no utilizados, o, en lo referente al trabajo, desocupados o infrautilizados. Aunque eso es ya otra historia. Es decir y en resumen, de volver a lo de antes (que es lo que se está vendiendo), pienso que nada de nada.

Fuente: La Carta de la Bolsa
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26.5.10

Europa al borde de la implosión



El plan de ajuste fiscal griego trajo aparejado varios choques callejeros entre las organizaciones sociales y la policia local.



El colapso del euro frente al dólar juega como elemento clave y variable de ajuste en un proceso de descomposición que el propio Banco Central Europeo reconoció como la “mayor crisis financiera en un siglo”.

Por Manuel Freytas
IAR Noticias


Los emergentes sociales y sindicales del brutal ajuste fiscal en Grecia, exigido por el capitalismo usurario para “refinanciar” la deuda griega, además de proyectarse a otros países, como España y Portugal, ya se presenta como la mecha de una crisis generalizada que amenaza con implosionar las bases económicas, políticas y monetarias de la Unión Europea. En este escenario, el colapso del euro frente al dólar juega como elemento clave y variable de ajuste de un proceso de descomposición que el propio Banco Central Europeo ha reconocido como la “mayor crisis financiera en un siglo”.

El temor a los estallidos sociales y huelgas programadas en Grecia y en España, genera cada vez más dudas y temores en los mercados internacionales que ya comienzan a dudar de la efectividad del ajuste fiscal exigido por el capitalismo usurario para “refinanciar” la deuda griega.
En este escenario, el desplome histórico del euro frente al dólar se convierte en señal emblemática de un proceso de crisis económica generalizada que pone en peligro la solidez de la alianza política y económica de la eurozona

Por otra parte, y como consecuencia de la debilidad de su recuperación económica y del efecto contagio de la crisis fiscal que atraviesan algunos de sus integrantes, la Unión Europea transita por el peor momento histórico desde su creación y los peligros de desmembramiento y de ruptura de su moneda ocupan el centro del debate.

La semana pasada, las principales bolsas mundiales se desbarrancaron con caídas históricas, que en algunos días superaron el 5%. El euro, el lunes pasado, se cotizaba a US$ 1,30 después de que la UE aprobara su megaplan financiero de 750.000 millones de euros (US$ 1billón, según la cifra final).

Este lunes el euro caía a su nivel más bajo en cuatro años, según los especialistas, a causa de los temores sobre el impacto social y sindical de las políticas de ajuste fiscal ya aplicadas en Grecia y España, y que amenazan con extenderse por toda la zona del euro.

La moneda única agudizaba su caída tras situar su cotización por debajo de los 1,2300 dólares tocando un mínimo de 1,2234 dólares, su nivel más bajo desde abril de 2006.

El euro perdió más de un 7% frente al dólar en lo que va de este mes, y acumula un 14% de pérdida desde principios de año, convirtiéndose en la divisa con el peor comportamiento en los mercados.

“Nadie sabe cómo salir de esta situación después de haber visto la caída del euro pese al paquete de rescate financiero”, dijo a Reuters Minoru Shiori, de Mitsubishi UFJ Morgan Stanley Securities. “Hay grandes preocupaciones por la zona euro.”

“El euro tiene un débil recorrido debido a que se ha incrementado la presión sobre el sistema bancario europeo y a que la credibilidad del Banco Central Europeo se ha visto tocada” por la crisis de la deuda, dijo a Bloomberg un analista de Schneider Foreign Exchange, de Londres.
Los analistas del banco privado de inversión UBS consideran que la moneda única podría depreciarse hasta caer por debajo de los 1,15 dólares y los de BNP Paribas creen que en marzo llegará a la paridad frente al dólar y auguran un futuro “lúgubre” al euro.

Por su parte, Minoru Shiori, de Mitsubishi UFJ Morgan Stanley Securities, advertía esta mañana que “nadie sabe cómo salir de esta situación después de haber visto la caída del euro pese al paquete de rescate financiero”.
El propio presidente del Banco Común Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, admitió el sábado que Europa “sufre la mayor crisis financiera en un siglo”.

En una entrevista con el semanario alemán Spiegel, Trichet advirtió a los dirigentes europeos que la situación económica del continente es “grave”, y aconsejó no dudar a la hora de recortar déficits y deuda pública.

Trichet manifestó que los mercados y el panorama bursátil “están, sin duda, en la situación más difícil desde la Segunda Guerra Mundial, tal vez desde la Primera. Hemos vivido y vivimos tiempos verdaderamente dramáticos”.

Para el presidente del BCE, la semana pasada fue crítica: “los mercados no funcionaban, fue casi como cuando cayó Lehman Brothers en septiembre de 2008”, dijo en alusión al gigante bancario norteamericano que desató la actual crisis financiera global.

A las declaraciones de Trichet, se sumaron otras más alarmantes, por parte del economista jefe del BCE, el alemán Jürgen Stark, que avanzó aún más al minimizar los efectos del plan de salvataje a los países en crisis de la eurozona.

Stark afirmó que el plan europeo de 750.000 millones de euros “sólo sirve para ganar tiempo, nada más”. Añadiendo que “cuando los mercados se vuelven locos, nadie puede prever las consecuencias”.

El economista jefe del BCE señaló en una entrevista en el dominical del diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung, que el “rescate” financiero implementado , “no tendrá efectos sin reformas económicas”.

Pero el BCE no está solo en la propuesta de aconsejar más ajuste salvaje para “tranquilizar a los mercados” y detener el desplome del euro y el contagio de la crisis por toda la eurozona.
Según el semanario Spiegel, el gobierno alemán plantea que la eurozona apruebe “un programa concertado de reducción de déficits para restablecer la confianza en la moneda común”.

La propia canciller alemana, Angela Merkel, coincidió con Stark este fin de semana en que el plan de rescate aprobado hace unos días por los miembros de la eurozona es sólo una fórmula para “ganar tiempo” y advirtió que el rescate del euro no resuelve la crisis que atraviesa la UE.
En general, la sombra de una insolvencia de pago generalizada (producida por los déficit y la baja de recaudación) ya desató una crisis financiera, devenida en crisis fiscal, que precipita una embestida del dólar contra el euro creando un escenario de ruptura de la unidad política y económica de la Unión Europea.

En este contexto, el ánimo de los especuladores internacionales pasó del pesimismo frente al dólar al pesimismo sobre el euro, cuya debacle se suma al cuadro de debacle financiera en que se encuentra sumida la segunda economía mundial (en bloque) detrás de Estados Unidos.
El euro, la moneda única, forjada en el seno de la antigua Comunidad Económica Europea, afronta su examen más crítico frente a la embestida del dólar, como vaticinan los especialistas.
Por otro lado, los brutales ajustes de Grecia y España dejaron de manifiesto la fragilidad de la recuperación de la zona euro.

En este marco, Grecia y España, seguidos de Portugal, coinciden todos los analistas, ya se han convertido en mecha de un potencial estallido económico financiero en cadena que podría, como emergente principal, desencadenar un proceso de crisis social y política en toda la eurozona.
Es así que el reconocimiento de la profundidad de la crisis por los propios líderes y autoridades monetarias, acompañado de anuncios de más ajustes salvajes, se convierte en la antesala natural de más explosiones sociales y conflictos sindicales contagiándose por toda la eurozona.
Es un proceso natural y lógico de acción-reacción: más ajustes = mayor conflictividad social y sindical.

Y como al sistema capitalista europeo (por razones de supervivencia y rentabilidad) no tiene más salida que los ajustes, los estallidos sociales y sindicales son la única herramienta de resistencia que les queda a los sindicatos y a las mayorías que sufren, y van a sufrir, el impacto de los recortes salariales y desempleo en masa que se avecinan.

Este proceso (por razones lógicas y matemáticas) es el mejor pasaporte a una implosión en cadena que puede terminar de un plumazo con la unidad económica, política y monetaria de la Unión Europea.

Un proceso ya anunciado “entre líneas” por los principales expertos europeos.

Fuente: El Argentino.com
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África, 50 años después (Ricardo Martínez Vázquez)


Hoy (25 de mayo), Día de África, es una buena ocasión para reflexionar sobre el estado del gran continente negro, sobre su destino 50 años después de esa especie de big bang que se produjo en 1960 en el sistema internacional, cuando se abrió la olla a presión de las independencias del gigante vecino. La fecha es un símbolo muy especial para un continente que ha sufrido durante siglos, marcado además por dos grandes tragedias: la trata de esclavos y la colonización.

El 1 de enero de 1960, cuando Camerún accedió a la independencia como el primero de los 17 estados que se proclamarían soberanos ese año, sólo había cinco estados independientes en África subsahariana: Etiopía (imperio desde el siglo X a.C., república desde 1974, que nunca fue colonia); Liberia (creada por esclavos libertos en 1847 y tampoco colonizada); la Unión Sudafricana (creada en 1910, aunque hasta 1991 estuvo bajo el régimen del apartheid); y los pioneros de la descolonización en África, Ghana, con Kwame Nkrumah (1957), y Guinea, con Sekou Touré (1958). En los sesenta, otros 15 estados africanos accedieron a su soberanía plena y nueve más en la década siguiente, incluidas las cinco colonias portuguesas en 1975. Sólo quedarían Namibia (1990) y Eritrea (1993), aparte del Sáhara occidental.

Este proceso se produjo en plena Guerra Fría y transformó gran parte de África en un nuevo escenario de confrontación de las potencias. Surgieron importantes desequilibrios que distorsionaron el proceso e impidieron que la nueva África se integrara en las estructuras mundiales de ámbito económico, financiero, comercial y político. Algo que siguen reivindicando hoy, como manifestaron los miembros africanos del Club de Madrid en Accra en noviembre de 2009, y que pone en duda, para muchos africanos, la realidad de las independencias.

Para explicar la situación actual del continente hay que recordar que, por una parte, África partía de muy diversos sistemas tribales, de clanes y de relaciones de dominación en esas claves. Algo que justifica el rechazo a un modelo impuesto por los europeos que no acabó de asimilarse y que, además, generó desigualdades e injusticias. Pero también hubo múltiples elementos importados, exógenos, como nuevas formas de dominación neocolonial, siempre con el control de las materias primas o con intereses estratégicos como guía. Todo con un denominador común: conseguir un gran beneficio económico a costa del empobrecimiento creciente y sistemático del continente. Los síntomas: fomento de la corrupción, la dictadura y la tiranía en las que las élites confunden el erario público con su patrimonio personal y se perpetúan en el poder a través de sucesivos golpes de Estado, guerras, caos y estados fallidos.

Cincuenta años después de las independencias, y en palabras de Makhily Gassama, “la paradoja de África es que, siendo rica en recursos humanos y naturales, esté empobrecida y debilitada, y viva de la asistencia”. Además, la frustración es enorme desde que la globalización lleva a todos los rincones del planeta las muestras de la opulencia del Norte.

Sin embargo, sí hay lugar para la esperanza y, a pesar de las dificultades, hay modelos ejemplares en África. Los procesos democráticos se van consolidando en este enorme continente, de manera que hoy, a apenas dos días de los últimos comicios en Etiopía, tenemos elecciones más o menos transparentes en todos los países africanos. El turismo, muchas veces ligado a conceptos como sostenibilidad y género, contribuye a la progresiva mejora de las economías africanas, al tiempo que el continente establece relaciones de igual a igual con sus vecinos, una vez finalizada la era en la que el paternalismo era la única manera concebible de tratar con el socio africano. El Mundial de fútbol llega a Sudáfrica marcando también un hito histórico en el devenir del continente, que por primera vez es sede de un evento de esta envergadura.

En el aspecto económico, África puede felicitarse porque, en un momento de crisis económica global sin precedentes, prevé recuperar las tasas medias de crecimiento de 4 ó 5% que tuvo de media en esta década, las mejores de los últimos 25 años. Además, cuenta con las comunidades económicas regionales y la Unión Africana, instituciones que contribuyen a consolidar la estabilidad en el continente y que defienden los principios democráticos y los derechos humanos.
La esperanza se abre paso y atraviesa el continente desde Sudáfrica, de cuya evolución puede depender el futuro del continente, con vecinos estables como Namibia o Botsuana, hasta Angola o Mozambique. No olvidemos a Ghana, el sistema democrático posiblemente más transparente de todo el continente. O a Cabo Verde, que ha conseguido abandonar la categoría de país menos adelantado con esfuerzo y coherencia.

España está apoyando todos estos esfuerzos, siempre de la mano de los países africanos. Así lo consagra el Plan África, resultado del consenso de las fuerzas políticas y de todos los actores y que conocen bien los africanos que luchan por ver cumplidos sus ya viejos sueños de independencia. Nuestra responsabilidad es no decepcionarlos y esforzarnos en conocer a los que viven entre nosotros y a los que esperan, dentro de las fronteras de sus países, que mostremos un interés real por sus existencias y sus expectativas de futuro. Nuestro deber es intentar comprender África de la mano de esos ciudadanos africanos que se encuentran entre nosotros, que se organizan cada vez mejor para colaborar en el progreso de sus países y también del nuestro.

Ricardo Martínez Vázquez es director general de Casa África

Ilustración de Jordi Duró

Fuente:Dominio Público
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"Una pulga no puede picar a una locomotora, pero puede llenar de ronchas al maquinista" (Libertad, amiga de Mafalda)