2.6.08

El papel de Argentina en la crisis alimentaria mundial actual (Luis E. Sabini Fernández) 3/3

Alimentos como armas de destrucción masiva


Un arma de destrucción masiva, como bien los definiera Paul Nicholson, de Vía Campesina. [6] “Los alimentos son mucho más que una mercancía. […] La política de ayudas en EE.UU. y Europa, orientada a la exportación, es destructora de la capacidad productiva […] la revolución de la biotecnología ahonda los procesos de exclusión […] la producción agraria se está concentrando en unas pocas regiones del planeta. Se destruyen las economías locales y el mundo rural se empobrece […].”


¿Suena conocido? Es exactamente la situación argentina. Aquí se concentra la producción, se acentúa la exclusión, porque los monocultivos “industriales” constituyen una agricultura sin agricultores (un tractorista por cada 500 ha. de soja alcanza). Y allí detrás, ¡pica el USDA planeando el mundo entero y a sus pies!


Con lo cual, aquel sano rechazo a las interpretaciones conspiracionistas que ilustrara Caparrós necesita un ajuste: hay conciliábulos, hay resoluciones que pasan por encima y afuera de la gente y que marca profundamente sus destinos. Que las hay, las hay.


Por eso, hay que darle una vuelta de tuerca a lo explicitado por Caparrós. Es todavía peor. Somos “los elegidos” para hambrear al mundo (y de paso hambrear un poco adentro, pero poco, porque en Argentina corre guita, mucha guita).


Y el gobierno, los gobiernos, hasta ahora, contentos. Porque administraban una masa excedente, producto de la exportación, como pocas veces antes.

Sojización: por fin mala palabra


No sabemos porqué, en un momento, en marzo de este año, este gobierno K, descubrió la sojización. Que lleva por lo menos diez años. Pero sí sabemos que gracias a esa focalización, empezamos a socializar unas cuantas verdades.


Ya no se puede tapar el cielo con un harnero. Algo que por una década, gracias a una oportunista ceguera, funcionó.


Tal vez podamos empezar a pensar nuevamente. Eppur si muove.



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* Docente de la Cátedra Libre de Derechos Humanos, Facultad de Filosofìa y Letras de la Universidad de Buenos Aires, periodista y editor de la revista semestral futuros del planeta, la sociedad y cada uno.

[1] Recordemos que en Haití, luego de deponer por las armas a su presidente electo, Jean Aristide, las fuerzas militares de EE.UU. delegaron la custodia del proceso a los ejércitos del Cono Sur americano, a través, por supuesto, de una disposición aprobada por la ONU, que crea el MINUSTAH compuesto por fuerzas militares y policiales de Argentina, Brasil, Chile y Uruguay. Fue precisamente en el área bajo la custodia del ejército uruguayo que se asesinó en marzo a por lo menos cinco o seis haitianos.

[2] Véase el conmovedor relato de Hecmilio Galván, “El espejo haitiano”, alainet.org.

[3] En la lucha proclamada contra el terrorismo islámico, EE.UU. hizo un desembarco muy publicitado en los ‘90 sobre la base de que Somalia carecía de estado y de fuerzas militares regulares. Confiados en una superioridad militar aplastante contra “bandas islámicas”, el ejército estadounidense procuró hacer una operación de RR.PP., para poner orden y brindar alimentos a la desmembrada Somalia. Sin embargo, alguna de las tales bandas les tendieron una celada en la cual 18 marines fueron muertos para sorpresa de los invasores que desandaron prestamente el camino.

[4] Editado en Argentina por la Cámara de Sanidad [sic] Agropecuaria y Fertilizantes, Buenos Aires, 1998, aunque el trabajo de Avery fue hecho y financiado en EE.UU. por el Hudson Institute, Indiana. El nombre de la Cámara, ligeramente defectuoso en castellano, en que debería llevar una segunda preposición “de” antes de “fertilizantes”, tal vez pague el precio a una traducción apurada, no ya sólo de frases sino hasta de instituciones...

[5] Nos referimos a la coalición de organizaciones ambientalistas, religiosas y políticas Alliance for Bio-Integrity (Biodeception: How the Food and Drug Administration is Misrepresenting the Facts About Risks of Genetically Engineered Foods and Violating the Laws Meant to Regulate Them [Biodecepción: cómo la FDA falsifica los riesgos de alimentos transgénicos y viola las leyes que se suponen deben regularlos].

[6] Entrevista publicada en castellano en futuros, no 6, invierno 2004.
"Una pulga no puede picar a una locomotora, pero puede llenar de ronchas al maquinista" (Libertad, amiga de Mafalda)