Ya van tres meses de esta historieta de la pelea entre el Gobierno y los gauchos sojeros. Tres meses de absurdos y prepotencias. Tres meses perdidos.
Tres meses: Demasiado ¿no?
Me resisto a seguir hablando de éste tema, pero lamentablemente ocupa y preocupa tamaña estupidez en un país que no puede ni debe darse el lujo de parar ni tres minutos.
Se perdieron mercados internacionales, millones de dólares por productos no exportados, tal vez otros cuantos millones por algún juicio que puede haber por falta de cumplimiento de contrato. Se perdieron, también, muchas horas hombre en producción y salarios; cayeron todos los salarios por efecto de la inflación pre-existente y por la provocada a causa de la incertidumbre y el desabastecimiento. Se perdieron millones de litros de leche. Se está perdiendo lo poco que se pudo recuperar el país después del desastre post menemista/delarruísta.
Todo esto se perdió... y más también. Entre otras cosas, se perdió la vergüenza.
El ambiente se empezó a enrarecer desde un primer momento, pero mucho más aceleradamente en los últimos días.
Los camioneros cerealeros comenzaron a hacer sus propios piquetes bajo el argumento de que lo hacen para obligar a las partes a que solucionen el problema. Lo cierto es que lo único que consiguieron fue incrementar las crispaciones y el desabastecimiento. La consigna fue: "O pasan todos o no pasa nadie". Ahora hay cientos o miles de cortes a lo largo y ancho de todo el país y ya no se sabe si son campesinos o camioneros o qué. Y no sé si eso importa a ésta altura.
Esta semana hubo algunas cosas oscuras, no aclaradas del todo.
Primero fue el escrache al ex ministro de economía Lousteau (quien fue el encargado de elaborar lo de las retenciones móviles a la producción sojera). Habría sido en un lujoso restaurante de París, junto al embajador argentino en Francia. Un grupo de argentinos que se encontraban también allí comenzaron a insultarlo y a gritar que él era el responsable de destruír al campo y al país. Se dice que tenían acento correntino, que habían llegado a París para ver el torneo de Roland Garros y que eran ruralistas.
Poco después se desmintió todo. Ahora no sabemos qué es verdad y qué es mentira.
Si fuera verdad, no sólo sería repudiable el escrache, sino que indicaría que aquellos que reclaman tan enfáticamente que no se les cobren las retenciones porque el campo no podría sobrevivir... ¿cómo pueden pasear por París durante varios días para ir a ver tenis y cómo pueden pagar un restaurant que cobra un promedio de 300 euros por cubierto?
Seamos benevolentes y pensemos que fue todo un malentendido y que no sucedió nada de eso y que ningún gaucho sojero estuvo por París.
Ayer, en uno de los piquetes de Entre Ríos, una persona ligada al sector turístico se acercó para hablar con los que estaban allí para pedir que terminaran con su actitud de cortar rutas porque estaban perjudicando muchísimo al sector. La respuesta fue un golpe por la espalda de un valiente campesino... al que siguieron otros cuantos golpes más como forma de solidaridad entre gauchos. Eran como 10 o más contra el intruso. Valientes los muchachos.
Hoy hubo otro incidente en Entre Ríos. Primero se dijo que desde una 4x4 se disparó contra un grupo de camiones con combustibles que, acompañados por la policía provincial, intentaban esquivar los piquetes transitando por caminos vecinales. Al igual que con lo del escrache, al poco tiempo se desmintió que se hubieran efectuado disparos. Se dijo que los camiones mostraban algunas huellas, pero de haber sido golpeados con algun objeto.
Se identificó la camioneta y se la secuestró. El dueño resultó ser un tal Bussi, sobrino nieto del represor Antonio Domingo Bussi. ¿Coincidencias?
Hoy el Gobierno anunció la liberación de un millón de toneladas de trigo para la exportación. En las últimas horas también oficializó por medio de un decreto el destino que se daría a lo recaudado por medio de las retenciones (algo que argumentaban los campesinos... el no saber en qué se destinaría el dinero). Esperemos que estas medidas más algunas que ya se les habían otorgado hace cosa de un mes atrás, sirvan para que al menos los amos de las rutas se sienten a conversar.
Mientras tanto, el Gobierno debería abandonar la retórica y el palabrerío hueco acerca de la redistribución de la renta y comenzar a hacerlo realidad. Como ya dije en otro momento, hace rato que vienen mencionando esto en sus discursos, pero nada concreto se pudo apreciar hasta el momento. Sólo gestos.
Tal vez este conflicto (iluso de mí) sirva para que el Gobierno obligue a los dueños de los campos a que pongan en blanco a sus trabajadores y a que paguen todos los impuestos que se evaden.
También sería hora de revisar el papel que cumplen las aceiteras y las multinacionales de agroquímicos, como Monsanto, Cargill, Aceitera Gral. Deheza y otras más.
Por último: Es admirable la paciencia del Gobierno que soporta estoicamente que con cada corte de ruta los gauchos sojeros le toquen el culo y ni se inmuta. Hace tres meses que están haciendo cortes y paralizando a todo el país perjudicando a la gran mayoría de los 40 millones de habitantes (en especial a los sectores más empobrecidos por éste sistema) y nadie se atrevió a insinuar la posibilidad de desalojarlos de alguna manera. Esto contrasta notoriamente con lo que pasó pocos días antes en Jujuy, donde un grupo de desocupados e indigentes, en una actitud casi desesperada tomaron algunas instalaciones oficiales para pedir el mísero subsidio a la pobreza de $150. Fueron violentamente reprimidos, por supuesto. O, por ejemplo, lo que pasó bastante más atrás en Neuquén, donde fue asesinado el maestro Fuentealba por la policía neuquina al reprimir el corte de una ruta. O los procesos judiciales que soportan desde hace 10 años unos 5 mil luchadores sociales por diferentes protestas, entre otras... cortes de rutas o calles.
La policía española parece que no tiene tanta paciencia como la autóctona: al tercer día de cortes de rutas los sacaron por la fuerza y detuvieron a más de 50 personas.
Yo sé que ninguna represión es buena pero creo que estos señores del campo no sólo se pasaron de la raya sino que, como desde hace más de cien años en éste país, siguen teniendo "coronita".
Ya que no son reprimidos ni expulsados de ninguna manera de las rutas, ¿por qué no luchan, también, por una causa mucho más justa que la suya? ¿por qué no cortan rutas exigiendo que se reduzca o se quite el más regresivo impuesto que existe: el IVA? Cabe recordar que ese impuesto lo pagan por igual (y en las mismas cantidades) los inmensamente ricos, como los inmensamente pobres. Y es, además, el impuesto al valor agregado más alto del mundo: 21 %.
Señores del Gobierno y del "campo", por favor dejen de joder al país y dejen de alimentar fantasmas y alimañas que ya estaban olvidados.
No tiren más de la cuerda porque si se corta, unos y otros (y todos nosotros junto con ustedes) se van a ir al carajo.