Se trata de un hombre que fue guerrillero, poeta, actor y profesó todas las religiones.
Por: Pablo Stefanoni
Un día después de que la policía de élite boliviana diera muerte a tres presuntos militantes de extrema derecha en un hotel de Santa Cruz de la Sierra y detuviera a dos, las claves de este hecho -denunciado por el gobierno como parte de un plan para atentar contra Evo Morales- se centran en un personaje más cercano a la ficción que de la realidad.
Eduardo Rozsa Flores, uno de los abatidos, tienen una biografía que podría considerarse una magistral maniobra de distracción para despistar sin retorno a los investigadores.
Nacido hace 49 años en Santa Cruz, su padre fue un librepensador comunista húngaro, formador de toda una generación de artistas plásticos y su madre una ferviente católica boliviana.
De esa mezcla salió un personaje con una vida tan novelesca como contradictoria: pasó su adolescencia en las postrimerías del Chile de Allende luego del exilio de su padre; se formó militarmente en Hungría y en la academia Dzerzhinski de Moscú; estudió lingüística y literatura en la universidad de Budapest, mientras se volvía cada vez más anticomunista. Durante la guerra de los Balcanes, en los 90, trabajó como corresponsal del diario La Vanguardia de Barcelona y de la BBC de Londres.
Pero las armas tiraron más que la pluma y en poco tiempo terminó comandando la Brigada Internacional por la independencia de Croacia. Su vida fue llevada al cine en Hungría en el film "Chico", en el que actuó de él mismo, y donde se recoge su "amistad" con el mítico terrorista Carlos.
Sus posiciones religiosas no son menos desconcertantes: de origen judío, se convirtió al Opus Dei para terminar, en 1995, llamado por el profeta Mahoma en una mezquita de Sarajevo. Y como poeta políglota llegó a escribir sobre mística sufí. Pero él no veía contradicción alguna: "Simplemente se trata de etapas de la vida de una persona que ha tenido la suerte de haber sido 'tocado' varias veces por el amor de Dios. Yo partí por un camino, di algunos giros por aquí por allá, pero ahora, como parte integrante de la Umma (comunidad islámica) puedo decir que he llegado a casa", señaló en una entrevista. Hasta los croatas que lo condecoraron como una suerte de Che Guevara de ultraderecha reconocen saber poco de su vida: "Rozsa fue un buen combatiente pero siempre fue un enigma", comentó el diputado croata Branimir Glavas.
Zoltan Brady, editor en jefe de la revista literaria húngara Kapu donde trabajó Rozsa, señaló ayer en el diario The Budapest Times que Chico viajó a Bolivia en 2008 para luchar contra el gobierno y por la independencia de la provincia de Santa Cruz. Y en su blog aparecen links a sitios independentistas radicalizados.
Luego de descubrir un arsenal en la feria industrial de Santa Cruz (Fexpocruz), los investigadores creen que no solamente Evo estaba en la mira sino también el opositor cruceño Rubén Costas. Ahora se espera que los detenidos den más datos.
Rozsa parece capaz de hacer estallar cualquier intento de buscarle coherencia a su vida.
FUENTE: Clarín