21.10.09
Pandemia de gripe porcina y globalización neoliberal
El perverso modelo neoliberal predominante, que fomenta el individualismo y el egoísmo y deja de lado la solidaridad y la cooperación, ha acentuado la desigualdad en la población mundial, generando una minoría muy acaudalada y una mayoría de escasos recursos. La codicia desmesurada de la élite favorecida resultante ha causado la peor crisis financiera mundial desde 1929, con un devastador impacto social de desempleo e incertidumbre. Y no solamente eso, sino que ha ocasionado graves problemas a la salud de la humanidad y al medio ambiente.
Las condiciones de producción de carne impuestas por el incontrarrestable poderío de grandes empresas ha hecho desaparecer a los medianos y pequeños productores, eliminados por la imposibilidad de competir contra las gigantes empresas trasnacionales, ha posibilitado la aparición de nuevas cepas virales, de características imprevisibles. Los métodos de crianza industrial, propios de las grandes empresas nacionales y trasnacionales, nacidas al amparo del neoliberalismo globalizador, se caracterizan por tratar a los animales como un mero producto industrial que proporciona carne y procura beneficios financieros. Se desestima la realidad que son seres vivos, como los humanos, y con una similitud genética bastante próxima a nuestra especie. Se violenta despiadadamente su fisiología, colocándolos en condiciones infernales. Los métodos industriales de producción intensiva, incitados por una desembocada codicia de empresarios irreflexivos, han llevado a la propagación del virus ISA en los salmones, a la diseminación de la gripe aviar y a la pandemia de gripe porcina. Esta última tiene claras explicaciones. Se hacina a los cerdos en restringidos lugares, impidiendo su movimiento para obtener una rápida engorda, hasta alcanzar unos 120 kilos. Esta forzada reclusión les produce estrés que aumenta su susceptibilidad a los virus. Incrementa esta fragilidad a las enfermedades virales el uso frecuente de plaguicidas, vacunas y antibióticos empleados para lograr mejor rendimiento, olvidando que su empleo favorece la aparición y propagación de gripe en estos animales, promoviendo una selección de virus con mayor potencial patógeno.
Smithfield y Granjas Carroll
La ONG GRAIN ha hecho un informe incriminando a Smithfield Foods Inc, como fuente de origen de la pandemia de gripe porcina, por la utilización de métodos de crianza como los mencionados. Se trata del primer procesador y comercializador de carne fresca y envasados de carne en Estados Unidos, así como su mayor productor de carne de cerdo. Esta gran empresa estadounidense, con ventas de U$ 12 mil millones, ha sido frecuentemente demandada por no respetar los derechos de sus trabajadores y por contaminar el agua, el suelo y el aire. A modo de camuflaje, mantiene una activa y costosa campaña para proyectar una imagen empresarial protectora del medio ambiente y respetuosa de los derechos de sus trabajadores. En 1997 fue multada con US$ 12.300.000 por violar la Ley de Aguas Potables. Según el periodista Luis Hernández Navarro, incurrió en 6.900 violaciones a la legislación de protección del agua en Virginia. Para evadir estos problemas, Smithfield trasladó parte de sus criaderos a México, Polonia y Rumania, países ansiosos por captar inversiones extranjeras sometiéndose a cualquier condición para garantizar elevadas ganancias, con trabajadores de bajos salarios, con legislación ambiental inexistente o muy permisiva y con autoridades generalmente fáciles de sobornar. En 1994, Smithfield, aprovechando las franquicias del Tratado de Libre Comercio entre USA, Canadá y México, creó la filial Granjas Carroll en el valle mexicano de Perote, en el pueblo La Gloria de 3.000 habitantes, en el Estado de Veracruz. Allí las condiciones de crianza fueron deplorables, desechando las quejas de los pobladores del lugar, que no solo no fueron atendidos, sino que reprimidos, llegando incluso a acusarlos por difamación. Las autoridades y los medios de comunicación de derecha calificaron a los reclamantes como antipatriotas, comunistas nostálgicos que pretendían desincentivar la valiosa inversión extranjera tan imprescindible para el progreso del país. Cuando se supo de la epidemia, los pobladores fueron culpados como los causantes de la diseminación de la infección por “usar remedios caseros en vez de acudir a los centros de salud para curarse de la gripe”.
El periódico mexicano, La Jornada, publicó desde 2006 una serie de artículos y reportajes en los cuales se denunciaba la deplorable situación sanitaria y ecológica en Perote provocada por la crianza industrial de Granjas Carroll, los cuales no merecieron comentario alguno de las autoridades mexicanas. En este contexto sumamente contaminado y antihigiénico, el virus propio de la gripe de los cerdos se hizo trasmisible a humanos a finales de 2008 y principios de 2009. Se produjeron en La Gloria infecciones respiratorias, con fiebre y fuerte tos, según lo constató Biosurveillance, que pertenece a Verotec, centro de información epidemiológica gubernamental estadounidense. El 60% de los habitantes padecía de esta nueva y atípica enfermedad. Las autoridades sanitarias mexicanas se tardaron mucho en dar a conocer este brote gripal atípico, presionadas por los intereses económicos no solo de la industria porcina, sino también por la poderosa empresa turística preocupada por la cercanía de la semana santa. Asimismo se retrasó el anuncio debido a la programada visita del presidente Barack Obama, el 16 y 17 de abril, cuando la epidemia estaba bastante avanzada, tanto que se contagió un agente estadounidense que había ido a México para preparar la recepción del mandatario. Este funcionario, a su regreso a su país, transmitió la gripe a su familia..Con cierta certeza, el “paciente cero” habría sido el niño Edgar Hernández, que se hizo famoso en todo el mundo, al ser narrada su historia por el New York Times. Con fines turísticos y aprovechando su celebridad, en el pueblo de La Gloria, se le erigió una estatua recordatoria sosteniendo una rana en su mano derecha simbolizando una de las plagas del Apocalipsis.
Con los antecedentes innegables sobre el inicio de la gripe en relación con la producción industrial de carne de cerdo, el viudo de la profesora de 33 años, Judy Trunnell, fallecida por influenza porcina en el pueblo de Harlingen, próximo a la frontera con México, entabló una demanda en contra de Smithfield por daños y perjuicios, exigiendo una indemnización de mil millones de dólares. El reclamo atribuye la muerte de la joven maestra a la difusión de la enfermedad originada en las horrendas condiciones sanitarias presentes en las granjas de crianza de cerdos de la filial Granjas Carroll, existentes en La Gloria.
Para evitar mayores repercusiones legales, Carroll ha contratado a la empresa de publicidad Zimat –Consultores para mejorar su alicaída reputación y manejar la crisis con el menor costo posible. El director general de la empresa, Víctor Manuel Ochoa, ha pretendido impúdicamente descartar el origen de la nueva gripe en sus criaderos de cerdos arguyendo que el virus es de una cepa euroasiática, malinterpretando mañosamente la opinión científica. Cínicamente este personero ha llegado a afirmar: “ninguno de nuestros cerdos está enfermo, ninguno de nuestros empleados está enfermo” , agregando: “esta es una desafortunada coincidencia”. Conjuntamente, Smithfield ha hecho circular el rumor que se encuentra en serios apuros financieros y que negocia su venta con COFCO, la mayor agroindustria china. El Consejo Nacional de Productores de Cerdo ha salido en defensa de su importante asociado declarando frívolamente: “las investigaciones preliminares han determinado que ninguna de las personas afectadas con el híbrido de la gripe han estado en contacto con cerdos”
La OMS y la tardía respuesta mexicana
Declaraciones hechas en Ginebra por el director de Alerta y Respuesta de la OMS, Michael Ryan, han dado cuenta secuenciada de hechos registrados por ese organismo, que evidencia la terca obstinación del gobierno de Felipe Calderón en no reconocer la existencia de epidemia de influenza porcina. La información suministrada por esta autoridad de la OMS muestra que, en el momento en que México negaba la presencia de la enfermedad, existía abrumadora evidencia de que ella no solo se presentaba en el pueblo de La Gloria, sino que ya estaba diseminada por el territorio mexicano, e incluso en Estados Unidos y Canadá.
La cronología de las comunicaciones registradas entre la OMS y el gobierno de México acredita las circunstancias que retrasaron el conocimiento de la autoridad sanitaria mundial acerca de la epidemia.
-El 11 de abril 2009 el Global Public Intelligence Network de la Red Global de Inteligencia en Salud Pública, RGISP -mecanismo de registro informal de intercambio de información epidemiológica implementado por la OMS y el gobierno de Canadá- remitió un oficio a la OMS relacionado con versiones sobre una epidemia en Veracruz-.
-El 12 de abril la OMS envió una solicitud de información al gobierno de México, la cual fue respondida al día siguiente, argumentando las autoridades mexicanas que los casos clínicos ya se habían recuperado y que no había otros nuevos y que la epidemia se habría extinguido el 3 de abril-.
-El 17 de abril la OMS volvió a solicitar formalmente información al gobierno de México, luego que surgieran versiones relacionadas con una supuesta epidemia registrada en un hospital del estado de Oaxaca. Dos horas y media más tarde, las autoridades mexicanas respondieron que se trataba de solo caso severo de neumonía-.
-El 19 de abril la OMS y la RGISP notificaron a México de casos ocurridos en California-. -El 20 de abril se efectuó una teleconferencia entre representantes del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, la OMS y México para intercambiar información sobre estos acontecimientos-.
-El 22 de abril, la OMS recibió confirmación del brote de influenza en Veracruz-. -Al día siguiente se supo de 47 casos de neumonía severa entre los meses de marzo y abril, 12 de los cuales habían resultado mortales-.
-El 25 de abril, el gobierno de México envió las primeras muestras de laboratorio a Winnipeg, Canadá-.
Al efectuar estas observaciones, Ryan destacó que “en ningún momento las autoridades mexicanas ocultaron información o se negaron a colaborar con la OMS”, en un notorio intento de evitar un conflicto con México, ante lo poco veraz de la información proporcionada. Sin embargo, no pudo omitir la obvia aclaración: “es probable que el virus se haya estado expandiendo en México desde hace mucho tiempo”
Los científicos anticipaban la epidemia
La pandemia de gripe porcina es una semblanza de una catástrofe anunciada que inevitablemente se iba a producir. En marzo del 2003, en la prestigiosa revista Science, destacados virólogos estadounidenses prevenían sobre la alarmante mezcla vírica que se estaba produciendo a causa del gran tamaño de los criaderos industriales de cerdos y el uso generalizado de vacunas y antibióticos. Afirmaban “Parece que después de años de estabilidad, el virus de la gripe porcina de América del Norte se halla en una fase de rápida evolución y cada año produce nuevas variantes”. Atribuían la impresionante mutación de los virus al hacinamiento en criaderos insalubres, con un número cada vez mayor de cerdos y a la práctica de vacunación de las hembras, que originaba la indeseada selección de nuevos virus mutantes. Visionariamente, manifestaban que “aumenta la probabilidad de que emerja un nuevo virus trasmisible entre humanos”. El virólogo molecular, Dr. Chistopher Olsen de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Wisconsin, en Madinson, iba aún más allá y profetizaba “Ahora debemos buscar en México la granja en donde va a aparecer la próxima pandemia”.
Ratificando las advertencias anteriores, investigadores del Instituto Nacional de Salud (NIH) de Estados Unidos en el 2006, prevenían: “Debido a que los sistemas de alimentación tienden a concentrar grandes cantidades de animales en muy poco espacio, facilitan la rápida trasmisión y mezcla de virus” .
La doctora Wilma Savy, destacada especialista del Centro Nacional de Influenza OPS/OMS de Argentina, refuerza lo anterior, afirmando: “las actuales condiciones de crianza de animales de consumo para la alimentación, como las aves y los cerdos, originan situaciones alejadas de la vida natural de los mismos y facilitan las infecciones por virus que los infectan como hospedadores transitorios”.
Desafortunadamente el poderío económico y político de las grandes empresas trasnacionales hizo imposible que instituciones como la Organización Mundial de Sanidad Animal, la Organización Mundial de la Salud o los gobiernos pudieran tomar efectivas medidas de control de tan inminente amenaza a la salud. Por los innumerables viajes de mercaderías y personas, producidas por la globalización, el riesgo de veloz diseminación era inminente.
Características de la gripe porcina
La gripe porcina es un subtipo de la cepa H1N1 (influenza estacional) en que una mutación posibilitó el paso entre especies, en un primer paso de las aves a los cerdos y después de éstos últimos a los humanos. Dos factores hicieron posible el citado traspaso, primero los porcinos tienen una gran reserva de virus de influenza y, por otro lado, la estructura genética de estos animales es muy semejante a la de los humanos, tanto que se ha planteado el trasplante de órganos de cerdos manipulados genéticamente a humanos. Por la existencia de estas propicias condiciones se produce frecuentemente un intercambio viral entre los cerdos y las personas que los crían.. Favorece este trueque la alta concentración de enormes cantidades de animales apretujados en muy poco espacio impidiendo sus movimientos exposición a plaguicidas y antibióticos, mala ventilación, iluminación constante para estimular el crecimiento que caracteriza a las porquerizas de los grandes productores de carne de cerdo, lo que facilita la rápida transmisión y mezcla de los virus
En general, la denominación de los virus gripales se refiere a proteínas ubicadas en la superficie de su estructura. La hemaglutinina es representada por la H y la neuraminidasa por la N. La gripe española de 1918-19, al igual que la actual porcina, tenía las mismas proteínas superficiales H1N1 y provocó entre 40 y 50 millones de muertos. La asiática de 1957 fue H2N2 y causó entre 2 a 4 millones de fallecidos. Sin clara evidencia de trasmisión entre humanos, la gripe aviar, catalogada H5N1, debido a su alta mortalidad, fue prevista como una catástrofe mundial, como algo mortal ante la cual la gente no tenía defensas. Tiene una tasa de letalidad entre el 40 y 60%. El gran temor a que este virus aviar mutara hacia una cepa de fácil trasmisión entre humanos hizo que muchos países se encontraran con planes bien concretos para actuar ante una grave pandemia, lo cual ha facilitado el presente combate contra la pandemia porcina.
La gripe A es muy habitual entre los cerdos y se cura en siete días, como la influenza común de los humanos. Es sabido que en ocasiones los trabajadores en contacto directo con los puercos se enferman de influenza propia de estos animales. Antes de este brote, existía constancia de que las personas que se enfermaban de la gripe propia de los puercos habían tenido contacto cercano con estos animales, pero no habían transmitido la enfermedad a otros humanos. Ahora, que se trasmite entre humanos, se ha convertido en un nuevo virus de los seres humanos que se distingue porque se propaga a una velocidad sin precedentes. Así en pandemias anteriores la gripe precisó más de seis meses para diseminarse, en cambio la porcina lo ha hecho en seis semanas. Enfrentada a esta evidencia, la directora general de la OMS, Margaret Chan, advierte que la gripe porcina se convertirá en la mayor epidemia jamás vista. Existe el alarmante antecedente que el temido virus que azotó al mundo en 1918-19 tuvo su origen en aves y se propagó a través de una variante porcina hacia los humanos, a semejanza del actual virus.
Se ha comprobado en Argentina, Australia y Canadá contagio inverso de la actual gripe A, de los humanos a los cerdos. Esta trasmisión incrementa el riesgo de mutaciones en el virus, por su capacidad de recombinación genética, consiguiendo intensificar su virulencia, pudiendo retornar a los humanos en forma más agresiva.
En la región de Valparaíso, se ha verificado presencia del virus AH1N1 en criaderos industriales de pavos de la empresa Sopraval, motivando una intensa campaña de los medios de comunicación para evitar la disminución del consumo de carne de esta ave. Las autoridades de salud chilenas establecieron una cuarentena temporal y decidieron permitir que las aves se recuperaran en lugar de sacrificarlas. En el mundo esta nueva trasmisión entre especies se vio con alarma, dado que incrementa el riesgo de recombinación genética entre las cepas y se advirtió sobre el peligro de combinación con el H5N1 de la gripe aviar, presente en el sureste de Asia
Por fortuna, pese a los iniciales temores, la influenza porcina en humanos, en sus primeras etapas de desarrollo, se ha manifestado en la mayoría de los casos en forma relativamente benigna, calculándose una tasa de mortalidad de cerca de 0,5%, es decir cinco muertes por cada mil personas infectadas. No obstante, tiene mayor capacidad que el virus de la gripe común para causar daño en el sistema respiratorio bajo y se presenta con severidad inusual en embarazadas, obesos, diabéticos y en personas con enfermedades crónicas respiratorias y cardíacas. Se explica la mayor vulnerabilidad de las embarazadas porque en ellas, para dar lugar al feto, prevalece un sistema inmune deprimido, especialmente durante el primer trimestre. Algunos datos indican que un tercio de los mayores de 60 años tendría protección contra este nuevo virus, la cual habría sido conferida por una infección anterior con un virus similar
No hay que olvidar que estos virus tienen un potencial elevado de mutación impredecible y que existe la posibilidad que se vuelva más patógeno en la segunda ola de infección al mezclarse con virus propios de los humanos o con el aviar debido a su alto poder de recombinación. También es probable que se haga resistente a los antivirales por su extendido uso en el invierno del hemisferio sur. Hasta el día de hoy parece que no va a alcanzar la cifra de 250.000 a 500.000 muertos que causa la gripe estacional cada año en el mundo y 36.000 en Estados Unidos. Algunos científicos creen que podría hacerse tan agresivo como el virus que causó la gran pandemia de 1918-19. Por fortuna, en nuestros días se dispone de medios que en la época de la guerra de trincheras no existían, tales como potentes antibióticos para tratar las infecciones respiratorias bacterianas asociadas, eficientes aparatos mecánicos para asistir la función respiratoria afectada y medicamentos antivirales como el oseltamivir (tamiflu) y zanamivir (relenza).
Conflictiva denominación
La Organización Mundial de la Salud, inicialmente la denominó fiebre porcina o mexicana. Sin embargo, poco después, presionada por los intereses económicos en juego, rehuyó el primer apelativo por las negativas consecuencias que pudiese causar sobre el negocio de los productores de carne de cerdo, especialmente ante lo ocurrido en Egipto donde, por razones políticas y religiosas, se sacrificó alrededor de 300.000 cabezas. Creyó más simple el enmascarar el nombre antes que llevar a cabo una campaña de información sobre la inocuidad del consumo de carne de porcina.. Se sabe que la carne de cerdo bien procesada, comprada en mostradores y controlada, como se hace normalmente, no implica ningún peligro para la salud Del mismo modo, la OMS eludió el apodo de mexicana para no afectar a la importante industria turística de México, fuente directa de dos millones de empleos en ese país y que representa el 8% del PIB del país. Ha preferido oficialmente apodarla gripe AH1N1, pese a la escasa especificidad de tal denominación, pues en un 90% las gripes son tipo A y en un 80% de las veces son H1N1, aunque sea distinto al de la actual pandemia. El portavoz de la OMS, Dick Thomson, reconoció el 30 de abril del 2009: “Hemos recibido muchas consultas de asociaciones de animales y productores cuestionándonos el nombre, y finalmente hemos decidido cambiarlo”. En algunos países de Europa se ha preferido llamarla nueva gripe, no obstante reconociendo que produce confusión con la estacional que es nueva cada año. Por su parte, la OMS, la FAO y la Organización Mundial de Comercio se preocuparon salvaguardar los intereses económicos eventualmente comprometidos, formulando un comunicado conjunto en el que puntualizaban que el consumo de carne de cerdo no era peligroso y que carecía de sentido detener la importación de porcinos por motivos higiénicos.
Un ejemplo histórico de errada denominación de una gripe fue apodar a la gran pandemia de 1918-1919 como española. La enfermedad se observó por primera vez en Fort Riley, Kansas el 13 de marzo de 1918. Un investigador asegura que esta gripe apareció en el Condado de Haskell, Kansas, en enero de ese año. Pese a estos antecedentes, los aliados la llamaron gripe española, porque la pandemia recibió una mayor atención de la prensa en España, ya que, al no estar involucrada en la guerra, no censuró la información. Por su origen debió ser llamada aviar o porcina o de Kansas o estadounidense.
Enmascaramiento de la gripe porcina en Chile
La llegada de la gripe porcina, a Chile ha producido un fenómeno bastante inusual debido a fuertes presiones económicas. Al momento del inicio de la epidemia, la mayor empresa industrial de carne de cerdo, Agrosuper, se encontraba en problemas sanitarios por el hallazgo de la bacteria listeria monocitogenes en la planta procesadora Doñihue que fue temporalmente clausurada y se vio obligada a retirar cerca de 900 toneladas de cecinas. Agrosuper, el mayor grupo agroindustrial del país, no solo produce el 50% de la carne de cerdo en Chile, sino que también es productora de pollos, pavos salmones, hortalizas congeladas, frutas y vinos. Sus ventas el 2008 se estimaron en US $ 1300 millones. Da empleos a 20.000 trabajadores, entre directos e indirectos. La sección Super Cerdo se ha convertido en el primer productor latinoamericano con más de 300 mil toneladas. Su historial es muy similar a Smithfield por las quejas de contaminación ambiental (lago Rapel, humedal El Yali, etc.) y prácticas antisindicales. Según el diario electrónico El Mostrador, a diciembre del 2008 “la empresa Agrosuper guardaba una larga lista de multas, recursos y denuncias en los lugares donde opera, acumulando sanciones por 252 millones de pesos”. Por su parte, La Nación publica con frecuencia denuncias de sus trabajadores.
El propietario de Agrosuper es el temido e influyente personaje Gonzalo Vial Correa, empresario, abogado, historiador y periodista. Destacado como el más diligente y eficaz defensor del régimen militar y de Pinochet.. Fundador en 1971 de la revista Qué Pasa y director de ella hasta 1975. El lema de este semanario era combatir al gobierno marxista de Salvador Allende. Redactor del Libro Blanco en que se denunciaba el plan Zeta, urdido fraudulentamente por la Armada, para mostrar al golpe como preventivo a una masacre que iba a realizar la UP sobre las Fuerzas Armadas y la oposición. Miembro de la Comisión Rettig y de la Mesa de Diálogo. Integrante del Consejo de Defensa del Estado desde 1992 al 2005. Gran crítico de la Comisión Valech. Autor de una controvertida biografía de Augusto Pinochet Columnista del diario La Segunda. Ex ministro de Educación de Pinochet. Cuenta con el decidido apoyo de las organizaciones empresariales, recibiendo el Premio a la Responsabilidad Social Empresarial el 2000 y distinguida Agrosuper como “Empresa Destacada del Año” el 2004 por la Sociedad de Fomento Fabril y el 2007 galardonada por Icare. En reconocimiento de su poder, Gonzalo Vial fue elegido el 2005 como el intelectual más influyente de Chile en encuesta hecha a 112 personajes del mundo académico y político nacional
El oligopolio informativo existente en Chile quiso evitar a toda costa no dañar los intereses de Agrosuper y procuró hacer desaparecer el origen porcino de la pandemia, recurriendo a la absurda denominación de “gripe humana”, que curiosamente fue adoptada por la gran mayoría de los medios chilenos, pese a la clara opinión contraria de especialistas como el profesor Luis Avendaño de la Universidad de Chile. Tal argucia terminológica buscaba impedir tanto una disminución del consumo de carne de cerdo y sus derivados, como el que quedaran al descubierto los problemas sanitarios y ambientales que ineludiblemente conlleva la crianza industrial de cerdos con la inmensa acumulación de materias fecales (un cerdo triplica la eliminación de deposiciones de un humano). Actualmente Chile es el único país en que la gripe porcina o AH1N1, se rotula como humana, llegando a manipular las informaciones de la OMS y de las agencias informativas, haciendo que la misma noticia sea publicada apropiadamente en los diarios argentino y no así en los chilenos. No es raro que La Tercera y El Mercurio, tan íntimamente relacionados con los intereses económicos, tergiversen las noticias, pero resulta insólito que CNN Chile, nombre a la gripe porcina como humana y no por su verdadera nominación como lo hace CNN en español o que el diario electrónico El Mostrador difiera de sus socios informativos BBC Mundo, Deutsche Welle y radio Nederland que apellidan apropiadamente a esta enfermedad. Esta falta de juicio crítico y de racionalidad se debe aparentemente a la prolongada dictadura chilena y a que el país fue el “laboratorio de experimentación” o “plan piloto” del neoliberalismo que hizo que la población mentalmente se adormilara, se convirtiera en consumidor pasivo de las noticias, adicto al chismorreo farandulero, y llano a aceptar todo lo que los medios de comunicación difunden. Se ha impuesto lo que se denomina efecto “manada” o “rebaño”, anulando el pensamiento crítico.
El ilogismo de la denominación de humana para apodar a la gripe porcina resulta evidente. Desde el comienzo de la especie homo sapiens ha existido la gripe distintiva de los humanos, como ha sido demostrado por los antropólogos. Todas las gripes estacionales, ocurridas cada período invernal, deben ser catalogadas como humanas por ser producidas por virus propios de la especie. No hay nada más ilógico que el pretender diferenciar a una nueva gripe, como la porcina, con el apellido de humana, pero los intereses económicos llevan a tales incongruencias, especialmente en un país en que existe un verdadero fundamentalismo neoliberal. Hasta las autoridades de salud, e incluso la presidenta, han caído en esta trampa terminológica.
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Gran negocio farmacéutico
La industria farmacéutica ha sido una de las grandes ganadoras de la implantación del modelo de globalización neoliberal. Mediante el sistema de patentes, garantizado por la Organización Mundial de comercio, mantienen el derecho exclusivo de comercialización por 20 años. Durante este período fijan el precio del producto patentado sin que exista ningún tipo de competencia en el mercado. Algunos lo califican de monopolio legal que conspira en contra de la salud de la gente más pobre. Siguiendo la tendencia, propia del neoliberalismo, de incrementar las ganancias mediante fusiones, lo han hecho Ffizer y Wyeth, Sanofi y Aventis, Bayer y Schering, Merk y Schering-Plough, entre otras.
Con la aparición de la pandemia de gripe porcina han salido enormemente favorecidas grandes empresas farmacéuticas, especialmente las fabricantes de antivirales y aquellas con capacidad de elaborar vacunas contra dicha influenza. Se les abrió una magnífica oportunidad de negocio, una virtual “mina de oro”. El oseltamivir (tamiflu) fue desarrollado por la biofarmacéutica de California, Gilead Sciences Inc.. Esta firma confirió los derechos de fabricación y de comercialización al laboratorio suizo Roche, el cual se comprometió a revertirle el 22% de los beneficios por las ventas. Es llamativo destacar que Donald Rumsfeld fue vicepresidente de Gilead desde diciembre de 1997 hasta que se hizo cargo del Pentágono en 2001, al asumir como Secretario de Defensa. Entre sus primeras medidas, en este nuevo cargo, estuvo el declarar al tamiflu de uso obligado en las fuerzas armadas norteamericanas, viéndose directamente favorecido al conservar su calidad de uno de los principales accionistas. Las acciones de Gilead subieron fuertemente cuando surgió en Asia el síndrome respiratorio agudo severo y la gripe aviar H5N1. Este hecho llegó incluso a imaginar que estas enfermedades habían sido creadas por los propios productores de antivirales para asegurar grandes utilidades. Opiniones discordantes sobre la eficacia del Tamiflu han sido desatendidas. El epidemiólogo holandés, Luc Bonneux, lo califica de costoso y que ofrecería reducida protección. Agrega sarcástico: “el Tamiflu utilizado contra una gripe de intensidad media, como es la H1N1, solo beneficia a los fabricantes del producto”
El laboratorio Roche ha publicado resultados económicos altamente favorables. En julio de 2009 dio a conocer que sus ventas de tamiflu en el primer semestre del año se habían triplicado, alcanzando la suma de US$ 931 millones, gracias a la venta minorista y a las compras directas por parte de gobiernos y corporaciones. Precisó que durante el segundo trimestre las ventas llegaron a US$ 567 millones, superando en más de doce veces el nivel del segundo trimestre del 2008. Además anunció que aumentaría su capacidad de producción a 400 millones de cajas anuales para principios del 2010, cuadriplicando su producción anual y reconoció que había vendido 300 millones de cajas en los últimos cinco años. Como si fuera poco, Swissmedic, organismo de control del gobierno suizo, aceptó a mediados de agosto, la petición de Roche de aumentar de cinco a siete años la vida útil del Tamiflu, lo que implica gran incremento de utilidades.
El laboratorio GlaxoSmithKline de Gran Bretaña anunció que proyectaba ganar unos US$ 1.600 millones por la comercialización de su vacuna contra la gripe porcina hacia fines del 2009, ya que distintos países y diversos organismos sanitarios le han pedido un sinnúmero de dosis. Tan solo el gobierno británico ha ordenado 60 millones y la OMS 50 millones. Manifiesta que planea vender la vacuna a US$ 9 por unidad en el mundo occidental. Entrevistado por la BBC, el representante, Andrew Witty declaró al respecto: “el precio de un fármaco es siempre proporcional al costo de fabricarlo: nosotros hemos invertido US$ 2.500 millones en investigación y desarrollo y esto debe ser tenido en cuenta en el valor final”. Agregó que el laboratorio esperaba este año 2009 un aumento significativo de sus ganancias, gracias tanto a la vacuna como a las ventas de Relenza (zanamivir), sobre el cual pensaba triplicar su capacidad de producción para fines de año, para lograr fabricar 190 millones de tratamientos anuales.
Otros laboratorios que esperan una gran cosecha de beneficios por la fabricación de la vacuna contra la gripe porcina son Sanofi-Aventis, Baxter y Salvay.
Enseñanzas para el futuro
La actual crisis del sistema neoliberal y de globalización implica un reto de cambio y nos lleva a revisar la raíz del problema. No se puede continuar con la “ley de la selva”, en que los grandes empresarios y financistas se hacen cada vez más ricos sin preocuparse del resto de la población. La concentración de la riqueza y la desigualdad resultante llevan al descontento de la gran mayoría con el riesgo de grandes estallidos sociales. En los últimos treinta años, después de la caída del comunismo se impusieron los dogmas que todo el poder debía radicar en el sector privado, que el mercado constituía el eje de racionalidad económica y que el individualismo a ultranza debía ser aceptado como principio ético ordenador. Hayek y Friedman, mediante sus seguidores Pinochet, Thatcher, Reagan, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, presentaron el sistema neoliberal como si fuese una verdad científica irrebatible, que ineludiblemente debía ser adoptado por el mundo entero. Impusieron la concepción que el egoísmo era un valor organizador ideal de la sociedad, por consiguiente, la mejor manera de beneficiar al conjunto era que cada persona buscase su propio interés, ya que la “mano invisible” del mercado iba a solucionar las dificultades producidas en el camino.
Una de las repercusiones más ostensibles de la desregulación propiciada por el neoliberalismo ha sido el caso de Bernard Madoff. Este mayor estafador de la historia realizó un fraude de US$ 50.000 millones, mediante un sistema Ponzi o pirámide, aprovechando su prestigio en la bolsa de Nueva York. Su condena de cárcel a 150 años aparece como inútil para un sujeto de 74 años, pero es decidora sobre los vicios inherentes al neoliberalismo. De cualquier forma demuestra la ineludible necesidad de una mejor regulación y fiscalización futura.
Como es una realidad casi inmutable que el afán de lucro de los grandes empresarios sobrepasa los límites éticos, un estudiante de la Universidad de Harvard en Estados Unidos ha propuesto que todos los graduados en negocios hagan un juramento contra la codicia y no solo prestar atención a las ganancias con vistas a su futuro desempeño profesional. Patrocina comprometerse a hacer negocios éticamente. Algo parecido al juramento hipocrático de los médicos y la promesa de los abogados de respetar la constitución y las leyes El llamado ético de este joven ha sido recibido con reservas por los intereses favorecidos por la globalización neoliberal que no quieren ver restringidas sus utilidades. Los empresarios consideran que, al respetar la ética, quedan en inferioridad de condiciones frente a sus competidores, lo cual les resulta inaceptable.
De esta crisis financiera y sanitaria, el mundo debe sacar la lección que toda industria moderna debe cumplir requisitos esenciales para preservar la vida en el planeta. No cabe tener solo en mente la obsesión del crecimiento empresarial a dimensiones gigantescas, en provecho de mayor lucro, disfrazado en que dan más y mejores empleos. Está en juego la vida de muchas especies, entre ellas la humana. Se hace imprescindible un cambio de mentalidad tanto de los empresarios como de los gobiernos. Es fundamental: proteger la salud humana, respetar la fisiología de los animales, no deteriorar el medio ambiente y velar por la dignidad y los derechos de los trabajadores. Además los gobiernos deben regular apropiadamente la actividad empresarial, no solo para evitar abusos, sino también para estimular un desarrollo sustentable eficiente, tomando en cuenta los aportes de la ciencia en tal sentido. Las autoridades deben tener inquebrantable integridad para rechazar los intentos de extorsión de deshonestos empresarios que amenacen con producir cesantía y llevar sus inversiones a un país más complaciente, si son regulados con firmeza. Deben a toda costa evitar que los intereses económicos y políticos de las grandes corporaciones privilegien el capital financiero sobre la salud de los pueblos y el respeto al medio ambiente.
Dr Raúl Auth Caviedes
FUENTE: Argenpress.info