21.10.09

Confirman que Estados Unidos instalará dos bases militares en Panamá

Washington firmará antes de fin de mes un polémico convenio con el gobierno de Ricardo Martinelli para aumentar su presencia en la región. Organizaciones sociales consideraron la medida como “un gran retroceso”, ya que el país centroamericano había terminado de desmantelar años atrás unas 14 bases norteamericanas.




Estados Unidos no sólo contará con siete bases militares en territorio colombiano, también volverá a tener presencia en Panamá, uno de sus antiguos enclaves estratégicos en la región durante todo el siglo XX.

Según explicó el ministro panameño de Gobierno y Justicia, José Raúl Mulino, las bases se colocarán en Bahía Piña, localidad limítrofe con Colombia, y en Punta Coca, al occidente del país centroamericano.

Los pretextos del gobierno derechista de Ricardo Martinelli para permitir el regreso de los marines norteamericanos son similares a los utilizados por el presidente colombiano Álvaro Uribe para ampliar el Plan Colombia.

De acuerdo con Mulino, un acuerdo bilateral autorizará la instalación de "estaciones navales" en territorio panameño, para “el combate al narcotráfico” y la protección en áreas costeras.

Los Tratados Torrijos-Carter, de 1977, garantizaron el desmantelamiento progresivo en este país de unas 14 bases y sitios de defensa, y aseguraron la recuperación de la vía interoceánica y la denominada Zona del Canal de Panamá el 1 de enero de 2000.

"Hay una actitud de ponerse de rodillas del gobierno de Martinelli con los norteamericanos para entregar parte de nuestro territorio", denunció el sindicalista Saúl Méndez.

"Este es un problema grave porque es un gran retroceso a la lucha histórica que el pueblo panameño realizó por años (...) la expulsión de la presencia norteamericana a través de sus bases en el país", añadió Méndez.

Panamá ha sido un punto clave para Estados Unidos en su proceso expansionista desde fines del siglo XIX, cuando el territorio pertenecía a Colombia y ya había comenzado a proyectarse la construcción del canal interoceánico. Con el propósito de controlar el istmo, en 1903 Washington envió barcos de guerra a Panamá y creó las condiciones para una rebelión secesionista que finalmente tuvo éxito.

En 1912, dos años antes de la inauguración del Canal, el entonces presidente norteamericano William Taft decía: “No está lejano el día en que tres banderas de barras y estrellas señalen en tres sitios equidistantes la extensión de nuestro territorio: una en el Polo Norte, otra en el Canal de Panamá y la tercera en el Polo Sur. Todo el hemisferio será nuestro, de hecho, como en virtud de nuestra superioridad racial, ya es nuestro moralmente”.

Luego del Tratado Torrijos-Carter, y ante el peligro de perder el control de la vía interoceánica, la ultraderecha republicana planeó una nueva invasión que concretó George Bush (padre) en 1989, con la excusa de capturar al ex presidente Manuel Antonio Noriega, buscado por la justicia norteamericana por narcotráfico.

Unos años después, durante el gobierno del ex presidente Ernesto Pérez Ballaadares (1994-1999), fue rechazado un proyecto para establecer en este país un Centro Multilteral Antidrogas (CMA), dirigido por Estados Unidos.

Asimismo, Panamá forma parte de la Iniciativa Mérida, impulsada por la Casa Blanca para “combatir el narcotráfico” en la región e integra una alianza política con México y Colombia para enfrentar el “terrorismo”.

FUENTE: Política y Medios
"Una pulga no puede picar a una locomotora, pero puede llenar de ronchas al maquinista" (Libertad, amiga de Mafalda)