23.11.09

Gran Bretaña admitió haber "fumigado" a su población con bacterias, gérmenes, etc durante 40 años (al menos...)

Aquí hay una prueba de que SÍ EXISTEN LOS CHEMTRAILS (ESTELAS QUÍMICAS)

Apareció en el diario británico The Guardian del domingo 21 de abril de 2002, un informe del Ministerio de Defensa de ese país donde se revela que se arrojaron sobre la población gran cantidad de elementos químicos, bacterias, gérmenes y otras "bellezuras" por el estilo.

Según dice el informe, esto sucedió entre 1940 y 1979. Pero... ¿les caben dudas de que aún continúan...? Y no sólo en Gran Bretaña...

En algunos casos, estos experimentos con "cobayos humanos" (millones, por cierto) fueron conjuntos con científicos del ejército de EEUU...

Entonces... quienes hablan y denuncian estos temas ¿son "conspiranoicos"? A la luz de la confesión del Ministerio de Defensa inglés, pareciera que no...

Esta es una traducción del artículo en cuestión...



MIllones de personas afectadas en pruebas de guerra bacteriológica

Gran parte de Gran Bretaña fue expuesta a bacterias en forma de spray en pruebas secretas.

El MInisterio de Defensa transformó una gran parte del país en un laboratorio gigante para llevar a cabo una serie de pruebas secretas de guerra bactereológica en el público.

Un informe que gobierno acaba de publicar proporciona por primera vez una historia oficial completa de los ensayos de armas biológicas en Gran Bretaña entre 1940 y 1979.

Muchasde estas pruebas incluyen la liberación de productos químicos potencialmente peligrosos y de microorganismos sobre vastos sectores de la población sin que se le informara.

Aunque algunos detalles de las pruebas secretas han surgido en los últimos años, el informe de 60 páginas revela nueva información sobre más de 100 experimentos secretos.

El informe revela que el personal militar brevemente informó a los "investigadores curiosos" que los ensayos fueron parte de proyectos de investigación sobre el clima y la contaminación del aire.
Las pruebas, llevadas a cabo por científicos del gobierno en Porton Down, fueron diseñadas para ayudar al Ministerio de Defensa a evaluar la vulnerabilidad si los rusos lanzaran nubes de gérmenes más mortíferos sobre el país.

En la mayoría de los casos, en los ensayos no se usaron armas biológicas sino otras alternativas que los científicos creyeron que simulaban una guerra bacteriológica y que el Ministerio de Defensa afirmó que eran inofensivos. Pero familias de determinadas zonas del país que tienen hijos con defectos de nacimiento están exigiendo una investigación pública.

Un capítulo del informe, "Los ensays de partículas fluorescentes", revela que entre 1955 y 1963, los aviones volaron desde el nordeste de Inglaterra a la punta de Cornualles, a lo largo de las costas de sur a oeste, dejando caer grandes cantidades de cadmio-zinc sobre la población. El producto se deriva varias millas tierra adentro, la fluorescencia permite monitorear la propagación. En otro ensayo utilizando sulfuro de cadmio zinc (zinc cadmium sulphide), un generador fue remolcado a lo largo de una carretera cerca de Frome, Somerset, donde arrojó el producto químico durante una hora.

Si bien el Gobierno ha insistido en que el producto químico es seguro, el cadmio es reconocido como causante de cáncer de pulmón y durante la Segunda Guerra Mundial fue considerado por los Aliados como arma química.

En otro capítulo, "Ensayos en Grandes Áreas de Cobertura", describe cómo el Ministerio de Defensa, entre 1961 y 1968, más de un millón de personas a lo largo de la costa sur de Inglaterra, de Torquay a New Forest, estuvieron expuestos a bacterias como la Escherichia Coli y Bacillus Globigii, que imitan el ántrax. Estas emisiones procedían de un buque militar, el Icewhale, anclado en la costa de Dorset, que roció los microorganismos en un radio de 5 a 10 millas (8 a 16 kilómetros)

El informe también revela detalles de los ensayos "DICE" en Dorset Sur entre 1971 y 1975. En ellos estaban involucrados científicos militares de EEUU y del Reino Unido que pulverizaron en el aire grandes cantidades de la bacteria Serratia Marcescens, con un simulador de ántrax y fenol.
Bacterias similares fueron liberadas en "Ensayos de Sabotaje" entre 1952 y 1964. Estas pruebas fueron para determinar la vulnerabilidad a los ataques de numerosos edificios gubernamentales y del transporte público. En 1956, las bacterias fueron lanzadas en el Metro de Londres al mediodía a lo largo de la línea Northern Line, entre Colliers Wood y Tooting Broadway. Los resultados mostraron que los organismos se dispersaron alrededor de 10 millas (16 kilómetros). Pruebas similares se llevaron a cabo en los túneles que corren por debajo de los edificios del Gobierno en Whitehall.

Los experimentos realizados entre 1964 y 1973, adjuntando gérmenes en los hilos de telarañas en compatimentos para comprobar cómo los microbios podrían sobrevivir en ambientes diferentes. Estas pruebas se llevaron a cabo en una docena de lugares en todo el país, incluyendo West End de Londres, Southampton y Swindon. El informe también da detalles de más de una docena de pequeños ensayos de campo entre 1968 y 1977.

En los últimos años, el Ministerio de Defensa ha encargado a dos científicos para examinar la seguridad de estas pruebas. Ambos informaron que no había ningún riesgo para la salud pública, aunque se sugirió que los ancianos o las personas que sufren enfermedades respiratorias pueden haber sido gravemente perjudicados si inhalaron una cantidad suficiente de microorganismos.
Sin embargo, algunas familias de las zonas que soportaron el mayor peso de las pruebas secretas están convencidos de que los experimentos han causado defectos de nacimiento en sus niños, impedimentos físicos y dificultades de aprendizaje.

David Orman, un oficial del ejército en Bornemouth, está exigiendo una investigación pública. Su esposa, Janette, nació en East Lulworth en Dorset, cerca de donde muchos de los ensayos se llevaron a cabo. Ella había tenido un aborto involuntario. Tiempo más tarde dio a luz a un hijo con parálisis cerebral. Las tres hermanas de Janette también nacieron en ese pueblo, mientras las pruebas se realizaban y también han tenido hijos con problemas inexplicables, al igual que varios de sus vecinos.

La autoridad sanitaria local ha negado que exista un grupo de personas con tales problemas, pero Orman cree lo contrario. Él dijo: "Estoy convencido de que algo terrible ha sucedido. La aldea era una comunidad unida y tener muchos defectos de nacimiento en tan corto espacio de tiempo tiene que ser más que una coincidencia".

Los sucesivos gobiernos han tratado de mantener los detalles de los ensayos de guerra bacteriológica en secreto. Si bien los informes de varias de estas pruebas han aparecido en los últimos años a través de la Oficina de Registros Públicos, este último documento del Ministerio de Defensa - que fue hecho público por el Liberal Demócrata Norman Baker MP - brinda la versión más completa de los ensayos de guerra biológica hasta ahora.

Baker dijo: "Celebro el hecho de que el Gobierno finalmente ha dado a conocer esta información, pero la pregunta es por qué ha tardado tanto tiempo en hacerlo. Es inaceptable que el público fuera tratado como conejillos de indias sin su consentimiento, y quiero estar seguro de que es verdad lo que el Ministerio de Defensa afirma acerca de que los productos químicos y bacterias empleados son seguros."

El informe del Ministerio de Defensa repasa la historia de la investigación en el Reino Unido de guerra biológica desde la Segunda Guerra Mundial, cuando en Porton Down se produjeron cinco millones de unidades de alimento para ganado llenos del mortal ántrax y que habría sido esparcido en Alemania para matar su ganado. También da detalles de los infames experimentos con ántrax en Gruinard, en la costa escocesa, que dejaron la isla tan contaminada que no pudo ser habitada hasta finales de 1980.

El informe también confirma el uso de ántrax y otros gérmenes mortales en ensayos a bordo de buques en el Caribe y la costa de Escocia durante la década de 1950. El documento afirma: "la aprobación tácita de los ensayos de simulación en los que el público pudo estar expuesto estuvo fuertemente influído por consideraciones objetivas de defensa y seguridad, obviamente restringidas al conocimiento público. Un corolario importante de esto es la necesidad de evitar la alarma social y preocupación por la vulnerabilidad de la población civil ante un ataque de guerra biológica".

Sue Ellison, portavoz de Porton Down, dijo: "los informes independientes de eminentes científicos han demostrado que no había peligro para la salud pública durante estos ensayos, que se llevaron a cabo para proteger al público"

"Los resultados de estos ensayos ayudarán a salvar vidas si el país o nuestras fuerzas sufren un ataque de armas químicas o biológicas"

Preguntada sobre si estas pruebas siguen realizándose, dijo: "No es nuestra política discutir investigaciones en curso"

Traducción: Marrett

"Una pulga no puede picar a una locomotora, pero puede llenar de ronchas al maquinista" (Libertad, amiga de Mafalda)