12.12.09

Bolivia: "No estamos suplicando ayuda". "...que los países desarrollados cumplan con sus obligaciones y paguen sus deudas."


Así dijo la Jefa de Negociadores de Bolivia, Angélica Navarro, en la cumbre de Copenague y que los países desarrollados tienen una "deuda climática" con el resto del mundo.

En una parte del programa Democracy Now! hablaron representantes de países africanos y latinoamericanos y se muestra a los manifestantes que se acercaron hasta el lugar del encuentro.

A la cumbre asisten unas 15 mil personas, pero considerando el periodismo presente, el total llega a unos 20 mil asistentes.
Una de las primeras protestas que se vieron fue el martes, cuando miembros de la Alianza Panafricana de Justicia Climática manifestaron en el interior del centro de conferencias.
Citando la evidencia científica de que la temperatura media del planeta podría aumentar en más de dos grados centígrados, los manifestantes gritaban: "Dos grados es suicidio"

Uno de los manifestantes, Joseph Mithika Mwenda dijo que Dinamarca va a firmar un acuerdo que es sólo "decorativo" y que por eso se quieren asegurar de que si no ofrecen un acuerdo justo que sea jurídicamente vinculante en virtud de los puntos principales que se estuvo negociando, queremos advertir a Grupo Africano, al G77 y también a los presidentes y ministros que vendrán, que eso es peligroso.
No deben firmar un documento que signifique nuestro genocidio.

El camerunés Agustín Njamnshi dijo que los países desarrollados no quieren firmar un compromiso razonable en estas negociaciones. "Así que no estamos diciendo que queremos irnos. No queremos que nuestros negociadores se vayan, pero por favor, no los obliguen a hacerlo, porque África es demasiado caliente para nosotros y no queremos que se sigan aprovechando de nosotros."

Una de las presentadoras del programa, Anjali Kamat, anuncia que van a hablar con los Jefes de Negociadores de Bolivia y Paraguay, Angélica Navarro y Miguel Lovera.

Comenta que Bolivia lideró la convocatoria a la reparación climática en el COP 15.

"El presidente Evo Morales, quien fue reelecto con una victoria arrolladora, ha sido muy claro sobre la cuestión de la deuda climática. Le dijo a la revista Mother Jones en noviembre pasado que "Si hay países que están haciendo mucho daño al medio ambiente, los países deben hacer algún reconocimiento, alguna reparación por los daños que están causando." Poco después, lanzó un plan de veinte puntos, incluyendo la demanda de que los países desarrollados contribuyan con un mínimo del uno por ciento de su PIB anual al Fondo de las Naciones Unidas para los países pobres. "

Comienzan preguntándole a Angélica Navarro sobre el texto danés y su opinión sobre el mismo.

Angélica Navarro: Bueno, tengo que decir que todo el mundo fue tomado un poco por sorpresa, pero también quiero felicitar la excelente labor que la prensa ha estado haciendo, porque nos hemos enterado por la prensa, en realidad. Y la reacción ha sido muy simple desde el Grupo de los 77, en dos cuestiones: en el proceso y en el contenido.

En el proceso, tengo que decir que estamos muy sorprendidos, porque esto no es lo que esperábamos. Ciento noventa y dos países están unidos aquí para tratar de llegar a un acuerdo. Y tenemos este oscuro proceso que, básicamente, parece ser poco transparente, no democrático, no participativo, de arriba abajo, que parece estar imponiéndose sobre lo que estamos tratando de lograr con 192 países. Pensamos que tenemos que volver a la senda real, y que es una senda de participación, de inclusión y democracia. Ese es el proceso.


Pero en el contenido, tenemos serias preocupaciones también. Parece que estamos hablando de un solo acuerdo, sin tener en cuenta las dos sendas, los dos mandatos y los dos resultados que estamos tratando de lograr aquí en Copenhague. Quiero recordar a todos que el G77 y Bolivia, el Grupo Africano y otros grupos han estado llamando muy fuerte para que el Protocolo de Kyoto sobreviva, es decir, que los países desarrollados deben alcanzar su segundo período de compromiso, los números ambiciosos de su reducción de emisiones. Ese es uno de los resultados que queremos conseguir aquí. El segundo resultado que queremos es, por supuesto, una mejor aplicación de la Convención mediante el proceso de LC.


Lo que el texto danés parece hacer es una fusión de los dos, que impone nuevas obligaciones a los países en desarrollo. Así que ahora somos nosotros los únicos que se supone que debemos disminuir las emisiones. Y me pregunto: un país en desarrollo, los hombres o las mujeres rurales, las mujeres indígenas en Bolivia que no tienen ni siquiera electricidad ¿qué van a disminuir? ¿Y para qué? Mientras que los países desarrollados, todavía incluso pueden tener dos, tres coches. O cambian de ropa hasta cuatro veces al año. ¿Qué están pidiendo?¿Quieren que todos nosotros financiemos los problemas que están causando? ¿Por qué yo debo pagar por ellos? Pero además de eso, ¿por qué elegir entre la construcción de una escuela, un puente o un hospital, y acostumbrarse a eso? Eso es lo que pensamos. Y además, pensamos que el nivel de ambición de lo que se propone el texto de los daneses que se filtró, sin duda es insuficiente. No va a resolver el problema. No va a resolver el cambio climático.

Amy Goodman le pide a Angélica Navarro que explique la posición que expuso en junio en Bonn, Alemania, hablando de la cuestión de la deuda climática.

Navarro respondió que en una sesión de información técnica, India, Brasil, China y Bolivia hicieron una cuantificación de la responsabilidad histórica de los países desarrollados y de lo que deben hacer en consecuencia.

"La propuesta boliviana, en concreto, es la deuda climática. ¿Qué quiero decir y qué es lo que Bolivia quiere decir con eso? Se trata básicamente de que los países desarrollados tienen un exceso de consumo atmosférico del espacio atmosférico común. El veinte por ciento de la población ha emitido más de dos tercios de las emisiones totales, y como resultado, han causado más del 90 por ciento del aumento de las temperaturas. Como resultado, los países en desarrollo, estamos sufriendo. Los glaciares de Bolivia se están derritiendo entre 40 y 55 por ciento. Tenemos sequías más extensas. En las tierras bajas tenemos más inundaciones. Y estamos perdiendo entre el 4 y el 17 por ciento de nuestro PIB en los peores años. Esa es la deuda climática."

"Y lo que estamos pidiendo es el pago. No estamos pidiendo ayuda. No estamos pidiendo, no estamos suplicando ayuda. Queremos que los países desarrollados cumplan con sus obligaciones y paguen sus deudas."

¿Cómo van a pagarlo? La primera parte es para pagar a través de reducción de emisiones domésticas. Realmente deben cumplir con sus obligaciones. Esto no es dinero. Esta no es la parte monetaria. Sólo tienen que cumplir con sus obligaciones, ambiciosamente, para el primer y segundo período del compromiso. Y la segunda parte de la deuda climática es el arreglo de la deuda. Todo lo que ya estamos sufriendo, como en Bolivia, como los pueblos indígenas, en África y en otras partes, lo que podemos aceptar es que financiacien y transfieran tecnología, pero no los cacahuetes que estamos viendo en la mesa ahora mismo, que no es ni siquiera una fracción de lo que han utilizado para salvar a sus bancos. Pero, al parecer, las finanzas y los bancos son más importantes que las personas y la vida. Y eso es muy triste, pero es así, porque pensamos que no están negociando un acuerdo de medio ambiente. Ellos parecen estar negociando un acuerdo económico.

Amy Goodman: Evo Morales, su presidente, ¿pide que se corte un 49 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero?

Angélica Navarro: Sí. En realidad, tenemos varios números. Estamos pidiendo el 49 por ciento. Somos co-patrocinadores de esto con Paraguay. Este 49 por ciento tiene que ser en 2017. Pero aún así, los países desarrollados no serán capaces de pagar su deuda. Ellos tienen que pagar más. Sabemos que no pueden hacer eso, pero la cantidad es tan importante que los países desarrollados deberían hacer realidad los recortes negativos. ¿Cómo van a hacer eso? Tenemos que pensar en ello. El 49 por ciento es sólo una fracción de lo que están haciendo.

Amy Goodman: ¿Qué es un recorte negativo?

Angélica Navarro: Significa que tienen que reducir todo a cero, pero además de eso tienen que liberar espacio atmosférico que han ocupado ilegalmente. Lo que no puedan pagar en la reducción de emisiones, pueden pagar una parte en financiación y transferencia de tecnología. Podemos pensar en eso. No es sólo de los recortes, sino también de los grados que queremos hablar.
"Una pulga no puede picar a una locomotora, pero puede llenar de ronchas al maquinista" (Libertad, amiga de Mafalda)