Como si fuera un paciente que nunca hace lo que debe hacer para recuperarse debidamente de una enfermedad, Argentina vuelve a tener una recaída. Es que sus células están dañadas, enfermas, corrompidas. Es un extraño mal el que la aqueja. Tal vez podría hacerse una comparación con el cáncer, que produce tumores que van creciendo a medida que se alimentan de las células que tiene a su alrededor, hasta que llega a un punto en que por su voracidad incontrolada produce su propia muerte por inanición porque ya no tiene células a las que extraerles nada más. Ya sé que es una analogía muy repetida, algo gastada... pero creo que es la que mejor encaja.
Es casi un milagro que Argentina siga subsistiendo después de más de 400 años de saqueos constantes. Evidentemente es un país muy rico, pero todo tiene un límite, por supuesto. De seguir como vamos, ese límite estará más pronto que tarde delante de nuestras narices y veremos como no quedan más "células" de las que extraer nada que nos asegure la vida.
Tal vez suene esto muy dramático, pero es lo que estoy sintiendo hoy al ver la rapacidad de algunos sectores, la ceguera y estupidez del gobierno y la complicidad conciente o inconciente de sectores importantes de la sociedad en todo éste conflicto con "el campo", que de ser una cuestión meramente sectorial ya causa, causó y causará muy serios daños al resto de la sociedad y al país en su conjunto.
El título de éste comentario alude a la frase de Jorge L. Borges referida a no sé qué cuestión, pero que viene muy bien para describir lo que siento hoy y cual es mi posición respecto al Gobierno en todo ésta asunto con "el campo"... Al Gobierno, más que el amor, me une el espanto...
Me parece perfecto que se libre la lucha contra los factores de poder que tienen por costumbre maniatar a toda la sociedad para conseguir sus fines, para aumentar hasta el desquicio sus ganancias y su cuota de poder. Pienso que esto es causa suficiente como para ganarse a muy buena parte de la voluntad popular y para asegurarse un odio eterno de aquellos que eventualmente pudieran sentir que se les quiere recortar sus privilegios de clase o de posición económica y dominante. El problema es que el Gobierno se manejó desde un principio como si estuviera gobernando su provincia, como suelen hacer todos los que llegan a la presidencia desde su experiencia "caudillista" en sus respectivas provincias. Algo así como un "patroncito" o un "capanga". Además, el haber llegado a ser elegido con un bajísimo porcentaje de votos tras la huída de Carlos Menem para no pasar vergüenza en la segunda vuelta de las elecciones del 2003, hizo que el señor K buscara alianzas que le aseguraran la gobernabilidad. Ahí está la clave, quizás, de los problemas que enfrenta actualmente. En lugar de buscar el apoyo de los sectores más legítimos de la sociedad, los de base... los que estaban representados por dirigentes honestos y democráticos, prefirió aglutinar a la vieja y corrupta dirigencia peronista de sindicatos, intendentes, gobernadores y demás viejos conocidos y denunciados judicialmente dirigentes. Por ejemplo, prefirió tener como aliados a sindicalistas de la talla de Moyano, al que apoyó para que se erigiera en el mandamás de la desgastada pero poderosa C.G.T. y no en dirigentes sindicales más capaces y honestos como De Genaro de la C.T.A. (dicho sea de paso, aún no hay gobierno que la reconozca oficialmente a pesar de que, en el caso de los pingúinos K, se les había prometido que así sería). Por algo será. Evidentemente es mucho más fácil contar con la "simpatía" de dirigentes corruptos, fácilmente comprables. Como decía, también aglutinó a toda una masa de intendentes y gobernadores de muy dudosa o nula reputación provenientes del menemismo (y del delarruísmo y del duhaldismo y de... Aquellos "hombres corcho", que siempre salen a flote ante cualquier circunstancia y que siguen haciendo sus "negocitos" traicionando aquí y allá)
Hoy el Gobierno se lanzó a darle batalla a uno de los grupos más poderosos de la Argentina: la rancia estirpe del campo. El problema es que la base de sustentación en la que se apoya no es la mejor. No tiene un pueblo convencido y dispuesto, sino a toda esa dirigencia podrida desde sus mismas bases y que mantienen las mismas mañas de siempre, incluída su tradición "quasi" mafiosa (en muchos casos hasta se podría quitar el término "quasi")
Ya dije algunas cosas de lo que pienso del sector al que, casi como un título nobiliario, se denomina "el campo" (e insisto, dejo de lado a los pequños - ya no más a los medianos - productores.. aquellos que tienen campos de alrededor de 50 hectáreas). Ya se sabe que la mayoría de los dirigentes de ese sub-sector del campo que está representado por la Federación Agraria son dueños de campos que alquilan a terceros (es el caso de De Angeli y, creo que también, de Buzzi... sus máximos dirigentes). Esto significa que cuanto más rentabilidad consigan los que les alquilan los campos, más podrán cobrar de alquiler, ya que es a porcentaje de las ventas. Ese es el verdadero motor de los dirigentes de la Federación Agraria y no sus representados más pobres. El mismísimo diario La Nación, viejo aliado del "campo" dio datos de lo recaudado en el período enero-mayo de éste año (con retenciones incluídas) respecto al mismo período del año pasado: se exportó el 60 % más, con el consiguiente aumento de ganacias, claro. Entonces queda muy claro que acá no se discute si las retenciones se van a repartir en obras para los sectores más desprotegidos o si hacen que "el campo" quede sumido en la ruina. Se trata, simple y llanamente, de codicia, de cuotas de poder y de consolidar su posición dominante.
Lo que hoy estamos viendo es, ni más ni menos (y sin desdecirme de aquella afirmación que hice en algún momento de que el Gobierno tiene cierta cuota de paranoia), digo... lo que estamos viendo es un conato de sedición, o al menos se está transitando por la delgada línea que separa lo democrático de lo antidemocrático . Los gauchos piqueteros se plantan en las rutas y crean sus leyes y ordenazas. Dicen quién pasa y quién no pasa. Quién puede pasar para ir a atender una emergencia médica y quién no (ya murió una persona por los cortes y a una embarazada a punto de tener su hijo la hicieron esperar durante horas, lo que determinó que en lugar de tener un parto normal, hubiera que practicarle cesárea para salvar a la madre y al hijo). Se jactan de dejar desabastecido a todo el país cuando ellos lo decidan (recordemos las declaraciones de Buzzi tras los primeros días de bloqueo de rutas: "Probamos que podemos desabastecer el país")
Hay oposición dentro de la Federación Agraria, pero denuciaron que si se atreven a plantearlas son agredidos y/o amenazados. Hostigados, también, en sus domicilios con pedradas o insultos. Pero salvo dos casos que ya comenté (el del trabajador del turismo y el de los camiones de combustibles agredidos hace 2 o 3 días) la prensa no comenta nada de esto.
Anoche, el Jefe de Gabinete Alberto Fernández, expuso la posición del Gobierno y comunicó todo lo que se le había otorgado al "campo" durante todos estos 96 días de conflicto y luego hubo algunas preguntas de los periodistas. Me pareció una exposición clara, firme y necesaria. Un discurso que, a mi parecer, dejaba a los sectores "quasi" sediciosos sin los principales argumentos. Los ponía en evidencia y sí o sí los obligaría a negociar de una buena vez y por todas.
Sin embargo, unos minutos más tarde hubo un incidente frente a la quinta de Olivos donde se habían reunido los infaltables "caceroleros", ya cada vez más claramente identificados con ciertos sectores e intereses. Este incidente sí fue captado por las cámaras de la TV... tal vez porque sucedió en Buenos Aires... tal vez por otras razones no tan obvias (o sí...). Cuando toda esa gente comenzaba a silenciar sus cacerolas para irse, llegó un grupo de musculosos que comenzó a apartar violentamente a todos los que tenían delante. No sé si hubo alguna situación más grave, pero la agresión ya estaba consumada. Tampoco sé si fueron enviados por alguien del Gobierno o actuaron por orden de alguno de sus "aliados" políticos o, incluso, si fue una operación urdida por algún "servicio" para enrarecer más el ambiente. Lo cierto es que el buen efecto que podría haber tenido lo que el Jefe de Gabinete había dicho minutos antes, quedó borrado de un plumazo.
Pocos minutos más tarde, la "gauchocracia" volvía a llamar al paro (o mejor dicho... a los cortes de ruta, ya que en realidad y como muestran las cifras de exportación, nunca pararon realmente).
En el medio quedan centenares o miles de pequeños productores que nunca verán ninguna mejora a pesar de todo esto, porque los que conseguirán algún beneficio son los privilegiados de siempre... en el medio, también, quedan otros miles de pequeños productores de diferentes ramas (como los viñateros de Mendoza, por ejemplo) que no pueden vender lo poco que producen y con lo que apenas se mantienen durante todo el año. Quedarán millones y millones de litros de leche en las acequias y tamberos que no podrán recuperar lo perdido (como se ve, tampoco son demasiado solidarios con sus vecinos compañeros de actividades rurales) y quedaremos la gran mayoría del pueblo argentino con la boca abierta y los bolsillos flacos. Con el ánimo mermado porque otra vez nos manipulan y pisotean los mismos de siempre. También se verá frustrada la posibilidad de encarar cualquier lucha necesaria contra el resto de los factores de poder que se reparten la torta impúdicamente y hacen que todos los demás nos quedemos mirando "con la ñata contra el vidrio" (el sector financiero, las multinacionales, los grandes "capitanes" de la industria, la minería, etc...).
Hace varios años, Henry Kissinger entre otros, había advertido que en adelante ya no habría más golpes de Estado al estilo clásico de las dictaduras militares. No dijo que no habría más golpes de Estado, sino que serían de otro tipo. Tal vez pueda ser esto que vivimos hoy una de esas formas a las que aludía éste personaje siniestro.