4.10.09

Residuos

Santiago Niño Becerra

Fíjense a donde ha llegado nuestro actual sistema económico que la cantidad de basura, de residuos, de mierda, vamos, que genera un país, una región o una comunidad es signo de su nivel de desarrollo económico: a más porquería mayor standard de vida. Lo peor de todo es que es cierto. (Sugerencia: lean en artículo que El País Negocios del 30.08.2009 publicó en su Pág. 7).

La evolución a la que ha llegado nuestro sistema es un lugar en el que el consumo DE TODO es la quintaesencia del crecimiento: a más consumo -de todo- mayor crecimiento. (A estos efectos una máquina, una herramienta también es consumo, sobre todo teniendo en cuenta que el objetivo es amortizar esa máquina, esa herramienta en un período de tiempo inferior al año convirtiendo ese ‘consumo’ en un gasto). Consumo de todo, luego también de envases, de envoltorios, de gadgets (artilugios, elementos "extras") varios que acompañen el objeto en sí a fin de aumentar su valor añadido (que no de uso o de cambio), pero que nada tienen que ver con el bien en sí. Gadgets que debían ser de usa-y-tira a fin de no crear innecesarias incomodidades ni estúpidas perdidas de tiempo: el modelo kleenex, en una palabra.

En esa dinámica, cuantos más bienes o servicios se consumieran, más gadgets desechados se generarían (y se fabricarían y se consumirían, claro), gadgets que una vez consumidos los bienes a los que acompañan pasan a ser tan sólo basura. Luego el volumen de residuos de una sociedad es sinónimo del nivel de desarrollo que ha alcanzado. (No lo critico: ha sido así, y ha sido así porque la evolución de las cosas ha llevado a eso: hemos estado creciendo con arreglo a ese modelo; punto).

Evidentemente, a la que el volumen de residuos empezó a crecer nació una actividad: su tratamiento a fin de reciclar aquellos elementos parte de esos gadgets para su posterior reutilización. ‘Ese nacimiento se produjo por conciencia ecológica’, dice el del fondo; pues sí, pues vale; tanto da, se produjo que es lo que interesa. ‘Reciclaje’, el concepto es sutil, y revelador. Se ponían en marcha unos procesos a fin de recuperar unos elementos que no habían sido suficientemente utilizados, de ahí que su vida aún diese para nuevas utilizaciones. En realidad, e implícitamente, aunque sin decirlo, se estaba admitiendo EL problema del sistema vigente: el desperdicio.

Se ha crecido desperdiciando, infrautilizando, utilizando ineficientemente y en una cantidad inadecuada, a todos los niveles, incluso en los elementos de seguridad. Lo de antes: ha sido así; además, y por lo dicho, actuar así ha generado doblemente PIB: al consumirse y al reciclarse.

Bien. La actividad económica lleva meses declinando y ello incide en el descenso en el consumo DE TODO, de esos gadgets que acompañan a los bienes y servicios que se consumen, también, lo que afecta negativamente a la generación de residuos, lo que es muy malo para el negocio de las compañías que se dedican a reciclar residuos, y para la economía en general ya que la menor cantidad de basura es sinónimo de que las cosas van mal. ¿Qué hay que hacer?, ¿cuál debe ser el objetivo?, pues volver a lo de antes: volver a generar mucha porquería, es decir a crecer.

¿Dicho así suena grotesco?, pues es lo que hemos estado haciendo, y todos hemos estado muy contentos de no tener que retornar envases; y nos maravillábamos cuando veíamos el porrón de cartón, retráctil, estiropor, flejes varios y bandas sujetadoras que acompañaban al teléfono móvil que habíamos adquirido porque ya nos habíamos aburrido del que compramos hace dos meses (en el reino, el la cúspide del ‘España va bien’, la ciudadanía se cambiaba de móvil cada 2,5 meses); y nos quedábamos fríos cuando tirábamos a la basura una tostadora que funcionaba perfectamente sólo porque no tenía la graduación perfecta para ese pan de molde artesano que a cuatro euros el medio Kg. habíamos comprado en la boutique de pan de ese centro comercial que estaba a veinte Kms. de nuestro domicilio y al que habíamos ido en nuestro Hummer sin otra compañía que nosotros mismos porque alguien que podía haber ido con nosotros estaba en otro centro comercial adquiriendo una mantequilla de hierbas hindúes que sólo allí se encontraba. Mientras, los fabricantes de Hummers, mantequilla de hierbas, pan de molde de 0,8 cts. el gramo y tostadoras, se afanaban en utilizar muchos embalajes vistosos y en conseguir mucha producción que había que vender a quienes consumían, para que creciese la economía, evidentemente.

Ha estado bien, sobre todo porque no había otra cosa, pero se acabó. Basura, la mínima, y a reciclarla hasta que no quede nada por extraer: eso es productividad, y eficiencia. ¡Y dicen que no va quedando nada por reciclar!, ¿y todos esos vertederos que hay por el mundo?. Si una actividad tiene futuro es precisamente esa: el reciclaje. Seguro.

(En línea con las pasadas elecciones alemanas, reproduzco un mail que me ha enviado una lectora. “Ya le dije que (en Alemania) existía un pacto entre los empresarios del sector industrial y el Gobierno hasta el 27/9. Al parecer, a partir del 28 comenzarán a aparecer muchos datos que alarmarán a la sociedad alemana.

No obstante, el pasado 17/9, el semanario alemán ‘Der Spiegel’ publicaba una información sobre el fuerte impacto de la crisis en el mercado laboral, a pesar de esa recuperación coyuntural (http://www.spiegel.de/wirtschaft/soziales/0,1518,649536,00.html). Según esta fuente, la cifra de empleos en el sector industrial había descendido tanto como no ocurría desde hacía 12 años y también la cantidad de horas trabajadas, lo que se debería a la ampliación de la jornada laboral reducida. Consecuentemente, la BA (Agencia Federal de Empleo) cuenta con perdidas millonarias.

De acuerdo con un estudio de la DGB (Federación Alemana de Sindicatos), dicha Agencia estaría en números rojos por una cantidad de 50.000 millones de Euros hasta el 2013. Proponen que el Estado Federal intervenga con ayudas. En el presente año, los gastos de la Agencia se habrían incrementado ya un 12% en comparación a 2008 y los ingresos habrían disminuido un 16%. Además, las reservas con las que contaban por un importe de 16,7 mil millones de Euros ya estarían agotadas este otoño. En los Presupuestos Generales del 2010 se habría previsto una cifra de 20.000 millones de Euros para dicha Agencia”.

¿Pero no nos decían que Alemania era la locomotora europea?).

(Ayer El País, en su Pág. 27, publicó un texto excepcional del Sr. Jesús Mota. “El envés de la trama fiscal”. Cuando hayan acabado su lectura -léanlo si no lo han hecho ya- formúlense dos preguntas y mediten sobre ellas: 1) ¿podrá España vender toda la deuda pública que tendrá que emitir?, y 2) los impuestos que el Gobierno (en el contexto del texto) ha tenido que subir / tendrá que subir, ¿podrán ser pagados por todas aquellas personas a quienes afecten?).

Santiago Niño Becerra.

Catedrático de Estructura Económica.
Facultad de Economía IQS.
Universidad Ramon Llull.
"Una pulga no puede picar a una locomotora, pero puede llenar de ronchas al maquinista" (Libertad, amiga de Mafalda)